Laura Gil, las lesiones y los insultos: “Fueron comentarios duros. Tuve que apagar todos los móviles y las redes sociales”

Laura Gil, las lesiones y los insultos: "Fueron comentarios duros. Tuve que apagar todos los móviles y las redes sociales"

El caso de Laura Gil (Murcia, 1992) es el de una leyenda improbable del baloncesto español. Una pívot no demasiado alta (192 centímetros), sin (aparentemente) mucho talento ofensivo y con una carrera en la que ha tenido que superar, además de insultos y desprecios, las dos lesiones más graves: un cruzado y un Aquiles rotos. A ella los obstáculos y las rivales que le sacan una cabeza. “Disfruto con una buena defensa o un buen bloqueo”, presume. Esta semana superará los 150 partidos como internacional, en busca de sus terceros Juegos en el Preolímpico que España disputa en Sopron (contra Japón, Canadá y Hungría como rivales, tres billetes para cuatro), camino también de su novena medalla, de la 17ª si se suman las de categorías inferiores. Y en esto también, nadie como ella.

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“No presumo de ello. Pero que sirva para reivindicar mi tipo de juego, que no luce tanto. Se me conoce por la defensa, por el esfuerzo, el sacrificio… pero también se necesita un poco de talento para llegar donde he llegado, ¿no?”, comenta a EL MUNDO desde la concentración de España en Madrid, a la que también se ha unido la nacionalizada Megan Gustafson (antes los fueron Sancho Lyttle, Astou Ndour…), una pívot para ayudar donde presumiblemente la selección siempre tiene menos argumentos. Aunque eso a Laura no deje de rechinarle un poco: “Siempre se dice que el juego interior de España va con pinzas, pero al final cada verano competimos por lo más alto. Algo tendremos”.

Gil estudia Psicología y durante su trayectoria le ha tocado aplicársela a sí misma, momentos duros de los que siempre salió triunfante. Cuando en los pasados Juegos de Tokio España fue eliminada por Francia en cuartos, ella, desafortunada en la cancha, fue el blanco fácil de las redes. “Fue duro, porque dejé que todos esos comentarios me tocaran. Somos deportistas, pero también somos personas. Y hay gente que todavía no lo tiene muy claro. Somos las primeras que queremos ganar. Me tocó en un momento que estaba baja de confianza y me afectó. Hice un reseteo. Tuve que apagar todos los móviles y las redes sociales. Y la siguiente temporada empecé de cero”, admite.

Laura Gil.JAVI MARTINEZMUNDO

Tampoco resultó sencillo el siguiente muro, esta vez físico: hace año y medio se rompió el Aquiles cuando su contrato con el Valencia ya había finalizado. Laura llegó a pensar que aquello era fin. “Cuando me rompí… Puf, fue un click. No sabía qué iba a hacer ni a dónde iba a jugar ni quién iba a sacar a mi perro. La primera preocupación era si iba a volver a andar sin dolor, luego correr, saltar…”, rememora. 10 meses después, ya recuperada, hizo las maletas y se fue a Francia a jugar. Al poco, el pasado verano, iba a ser protagonista de la plata de España en el Eurobasket, la primera de la era Miguel Méndez.

Tercera etapa en Salamanca

“Siempre me ha costado que se vea mi trabajo, durante muchos años ha sido bastante frustrante. Estaba ahí año tras año, pero mi tipo de juego no se valoraba. La gente que realmente entiende el basket sabe de la importancia de una buena defensa, de un buen bloqueo, de una buena lectura. El simple hecho de que ahora haya niñas que están empezando a jugar y me digan que se fijan en mí, por encima de donde estén los focos, es lo que más me vale”, reflexiona Laura, ahora en su tercera etapa en el Perfumerías Avenida de Salamanca, con el que fue campeona de Europa en 2011.

«Buen tiempo, buena huerta, los limones… y que somos buena gente», bromea sobre el éxito del deporte murciano en los últimos tiempos del que se siente parte. Las luces y los highlights no se detendrán demasiado en ella y las rivales en la pintura pocas veces la mirarán desde abajo. Pero, ¿quién querría que le defendiera Laura Gil? “La mentalidad viene de serie. Pero al final la española siempre quiere ganar a todo”, concluye.

kpd