Entre los grandes nombres del deporte español en 2025 (Carlos Alcaraz, Marc Márquez, Lamine Yamal, Aitana Bonmatí, Iris Tió, Álex Palou, Albert Torres, Ilia Topuria…) se han incrustado tres mujeres. Tres Marías. Tres nombres sencillos, familiares, de toda la vida, aceptados incluso con naturalidad por los no creyentes. Nada que ver con los crecientes de Noah, Gael, Mía, Alba, Alma, Luna, Ámbar y demás actuales lirismos espiritualistas en el Registro Civil. Otra moda.
La primera María es María Pérez. Doble oro en marcha en el Mundial de Tokio, después del mismo doblete en el de Budapest2023. Nimbada, además, en los Juegos de París por un oro por equipos y una plata individual. Por añadidura, campeona europea en Berlín2018. Elegida por World Athletics la mejor atleta de 2025 en pruebas fuera del estadio. Un máximo reconocimiento oficial. A los 29 años se halla en la cumbre de su carrera y en la ruta olímpica de Los Angeles’ 2028.
Las otras dos Marías son más jóvenes y, aunque en absoluto anónimas, menos conocidas: María Forero y María Daza. La primera, campeona de Europa sub-23 de 5.000 metros y de campo a través, es una atleta de enorme proyección en una disciplina, las carreras de fondo, de dominio africano. Un territorio en el que sólo se inmiscuye hoy Nadia Battocletti. Obtuvo ambos títulos continentales con la absoluta superioridad de los elegidos. Todavía con 22 años (cumple 23 en marzo) debutará en la categoría absoluta en el Mundial de Cross que se celebrará el 6 de enero en Tallahassee, la capital de Florida.
María Daza tiene 18 años. Doble oro y doble plata en los Europeos júnior, finalista en los 200 libre en el Europeo absoluto en piscina corta, nadó hace unos días los 100 en 52.17. Récord de España, por descontado. Pero, sobre todo, récord de Europa júnior. Un salto cualitativo. Las tres Marías han formado este año una trinidad nominal de estrellas consagradas o en ciernes.
“Habemus” nueva ministra de Deportes. Bueno, de Educación, Formación Profesional y… Deportes. El Deporte siempre es el tercer o cuarto apellido del Ministerio en cuestión. Al Deporte lo ponen donde caiga, como un elemento residual, para hacer bulto, en el Ministerio de turno. Cabría perfectamente, sin que extrañara su ubicación, en el de Industria, Turismo y… Deportes. En el de Juventud, Infancia y… Deportes. En el de Transición Ecológica, Reto Demográfico y… Deportes. En el de Ciencia, Innovación, Universidades y… Deporte.
Ocupe quien ocupe la Moncloa, el Deporte nunca ha tenido rango ministerial diferenciado. Tampoco, arrinconado, ocupa lugar en el debate político ni en los programas de los partidos. Unos y otros depositan la acción gubernamental en manos del Consejo Superior, un organismo sobreentendido que no cambia de nombre ni de sede. Pero hace tiempo que la importancia del Deporte en España requiere un nombre propio, no un apellido sin mayorazgo.
La anterior ministra del ramo, Pilar Alegría, ha dejado el cargo para perderla en Aragón en febrero. La actual tiene un apellido algo chusco, Tolón, como un tañido de campana o de cencerro. Pero un nombre bonito: Milagros. No se los pedimos. Ya los hacen a diario nuestros deportistas.








