Baloncesto
Los de Chus Mateo cierran un 2023 histórico con 33 triunfos y sólo dos derrotas en el comienzo de temporada. Navarro hace balance de la crisis azulgrana y ratifica a Grimau. El día 3, clásico en el Palau
El 2023 baloncestístico amaneció, como manda la tradición, con un clásico. Fue el pasado 2 de enero y el Barça asaltó el WiZink (78-87) con 19 puntos de Laprovittola. No era, precisamente, un augurio de lo que iba a suceder en los 12 siguientes meses: los de Chus Mateo iban a ganar 74 de los 91 partidos restantes, con el botín de la Euroliga de Kaunas como bien más preciado.
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Un año de récord. Nunca ningún equipo español había ganado tantos partidos. Los 74 triunfos del Madrid, por apenas 18 derrotas, superan los 71 del propio Barça en 2021. Asombroso el trayecto, la imposible remontada ante el Partizán y al colofón de la Final Four, aunque por el camino se dejara la Copa del Rey de Badalona y la final de la Liga Endesa ante precisamente el Barça. Pero más llamativo todavía el arreón final del 2023, donde acumula 33 victorias y sólo dos tropiezos para liderar la Euroliga y la Liga Endesa (también alzó la Supercopa) en este comienzo de curso que, como dice Facundo Campazzo, el único y gran refuerzo blanco, es «el camino para llegar lo mejor posible a los momentos importantes».
Y un momento de contraste total también, con otro clásico navideño a la vuelta de la esquina (el miércoles 3 en el Palau). A la vez que el Real Madrid despedía el año en el WiZink derrotando al Valencia Basket (83-74), Juan Carlos Navarro hacía balance de la crisis en los medios del club. Y con mensaje contundente: «Ha habido actitudes dentro y fuera de la pista que no nos han gustado y que no son dignas de este club y de esta camiseta. Hay cosas que ya están habladas y que no volverán a suceder. Todos los jugadores deben dar un paso adelante para cambiar esta dinámica».
El Barcelona, ha perdido siete de los últimos 10 partidos, los dos últimos, en sus visitas a Málaga y Mónaco, por 20 puntos. Ya sólo es tercero en ACB (empatado con el sexto) y el Euroliga, donde le superó la Virtus de Bolonia. Un bajón de rendimiento y de sensaciones, con Willy Hernangómez, su fichaje estrella, rindiendo muy por debajo de lo esperado y Roger Grimau, su técnico novel, en entredicho. Navarro, director de la sección, aprovechó para ratificarle («Grimau es nuestro referente y lo sigue siendo. Está haciendo un gran trabajo y no es fácil. Somos conscientes de que lo está intentando hacer todo para que el equipo fluya como hizo a principio de temporada. Confiamos en él, en el proyecto y en los jugadores que tenemos y creemos que debemos dar una mejor versión») lo que tantas veces es el primer paso para el despido.
El Palau el miércoles, en partido liguero, puede dictar sentencia o cambiar la dinámica. Porque derrotar al Madrid, algo que los azulgrana no han logrado en este curso, será también detener un tren en marcha. 11 victorias seguidas, casi un resorte de éxito para 2024. «El esfuerzo es lo único que podemos prometer», concluía Chus Mateo este domingo, el mismo entrenador que hace un año aún levantaba sospechas hasta en su propia afición y que ante el Valencia sumó su triunfo 101 en 128 partidos.