La vida monacal de Mario García Romo en Estados Unidos: “Sólo he ido un día a un bar”

La vida monacal de Mario García Romo en Estados Unidos: "Sólo he ido un día a un bar"

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El medallista europeo de los 1.500 se ha profesionalizado este año, en el pueblito de Boulder, en Colorado, y ha exagerado su preparación para colgarse una medalla en el Mundial

Mario García Romo, en sesión fotográfica.On Running

En ‘La cuchara menguante’, el autor Sam Kean, repasa los elementos de la tabla periódica a través de curiosidades como, por ejemplo, el odio de Mahatma Gandhi hacia el yodo. En ‘Las Leyes de la Naturaleza Humana’, Robert Greene intenta descifrar por qué la gente hace lo que hace con la filosofía, la historia y la psicología como herramientas. Un libro, otro libro, otro libro, y así todas las tardes. Con alguna lectura entre las manos, descansando, siempre descansando, Mario García Romo, la nueva estrella del mediofondo español, bronce en los 1.500 metros del último Europeo y cuarto en el pasado Mundial, ocupa sus ratos libres, después de un entrenamiento y antes de otro. Es su nueva vida, una vida 100% profesional, una vida monacal en el pueblo de Boulder, en Colorado, en el centro de Estados Unidos, con el único objetivo de ser campeón olímpico y del mundo.

Hace cinco años, cuando dejó Villar de Gallimazo, un pueblo castellano de un centenar de habitantes, para estudiar Biotecnología en la Universidad de Mississippi, imaginarle en la élite era atrevido. El año pasado, cuando se graduó y todavía no había debutado con la selección española absoluta, colocarle entre los mejores era osado. Pero ahora todo es posible. Después de haberse peleado con Jakob Ingebrigtsen, su compatriota Mo Katir y el resto de estrellas del mediofondo mundial nadie le puede negar los sueños. Por eso, rumbo al Mundial de Budapest de este agosto, no se permite una fiesta.

“Nadie me lo prohíbe”

“Si te digo la verdad desde que llegué aquí en octubre sólo he estado un día en un bar. Unos compañeros de equipo se casaron [el olímpico Joe Klecker y la también corredora Sage Hurta] y el convite era en un bar. Entrenamos a primera hora de la mañana y tengo que llegar descansado, por eso no salgo. Nadie me lo prohíbe, hago lo que quiero, pero estoy muy centrado en prepararme para este verano. Así es la vida del deportista, supongo”, comenta García Romo, en conversación con EL MUNDO a través de Zoom, en pleno descubrimiento.

Hasta este año era un universitario ‘jugando’ al atletismo. Ahora ya no. El verano pasado, el verano de su eclosión, tuvo que decidir entre volver a España para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid o quedarse en Estados Unidos con el grupo que le ofrecía su marca, On Running. “Quería regresar a casa, pero estaba claro que la oportunidad que tenía aquí era mejor. Ahora mismo en mi equipo hay tres atletas de primer nivel mundial en el 1.500 y eso te ayuda mucho cada día a mejorar”, explica el mediofondista que, a las órdenes de Dathan Ritzenhein, comparte entrenamientos en Boulder con Yared Nuguse, nuevo plusmarquista ‘yankee’ de los 1.500 y los 3.000 metros indoor, Olli Hoare, oro en los últimos Juegos de la Commonwealth, y otros como Morgan McDonald, George Beamish, Klecker…

De hecho, con algunos, como con Nuguse, comparte algo más que entrenamientos: se han mudado juntos a la misma casa y García Romo anda mostrándole platos de cocina española. El otro día, fue día grande: hizo una paella para todo el grupo.

La batalla contra Ingebrigtsen

“Es una vida un poco solitaria, lejos de la familia y los amigos, pero estoy bien viviendo con mis compañeros. Compartimos los mismos horarios, las mismas rutinas. Hace semanas que decimos de ir un día a Denver, que está muy cerca, a una hora y hay mucho ocio, pero la verdad es que no encontramos el momento”, admite el corredor que este invierno batió el mítico récord de España indoor de la milla que poseía José Manuel Abascal desde 1983. Luego sorpresivamente renunció al Europeo bajo techo y regresó a Boulder a su retiro, a su rutina de entrenamientos y descanso, entrenamientos y descanso: “No quería sobrecargarme y perderme el verano. El objetivo de esta temporada es claramente el Mundial de Budapest”.

Para llegar a esa cita en forma planea disputar un par de citas de la Diamond League y encontrarse allí con el siempre favorito, el dominador del mediofondo mundial, el noruego Jakob Ingebrigtsen. “En los últimos años ha revolucionado el atletismo, todo el mundo le está copiando, pero no es invencible. Voy a la Diamond a saber cómo hacerlo, a aprender a medirme contra él”, finiquita el español, con una meta personal: alcanzar las 10 horas de sueño diarias. Ahora mismo apenas supera las nueve y le parece que va justo. La gloria exige eso: mañanas y mañanas de esfuerzos, tardes y tardes de descanso, en general, una vida más bien aburrida.

kpd