Elche – Real Madrid (21:00 h.)
El argentino dirigirá al Elche ante el Real Madrid 614 días después de ser despedido. El dueño Christian Bragarnik, que es su agente, ya hizo lo mismo en 2012.
Hubo quien creyó el pasado jueves que la cuenta de Twitter del Elche había sido pirateada. Anunciaba que el club había escogido como relevo del destituido Francisco a Jorge Almirón. Ni Calleja, ni Paco López ni Bordalás ni el argentino Sebastián Becaccece. Después de dos semanas de ‘casting’, el agente y máximo accionista del Elche, Christian Bragarnik -el Dueño Total, como le apodan-, había decidido resucitar al entrenador al que representa y a quien entregó el equipo nada más volver a Primera en el verano de 2020. Almirón se sentará de nuevo en el banquillo del Martínez Valero 614 días después para recibir al Real Madrid. Será un estreno doble, porque la pandemia le impidió dirigir con el aliento del público a la espalda y el Covid disfrutar de haberle arrancado un empate al conjunto blanco en aquel primer enfrentamiento tras el regreso.
¿Por qué vuelve Almirón? Porque Bragarnik siempre lo tuvo en mente, en la recámara. Su primera opción fue otro técnico de su cartera, Becaccece, pero no tenía los cinco años de experiencia acreditada necesarios. Los españoles no le convencían y cobró fuerza la resurrección de Almirón. No era raro ni para el dueño-agente ni para el entrenador, porque es la segunda vez que les ocurre. En 2009, Bragarnik aconsejó a Defensa y Justicia -el equipo argentino al que asesora, entonces en Segunda División- primero que fichara y luego, cuatro meses más tarde, que prescindiera de Almirón. Pero en la campaña 12/13 lo volvieron a firmar.
Ahora ha llegado el momento de resucitarlo en Elche, aunque hubo otro previo. Antes de que Francisco sustituyera a Fran Escribá, y ante la imposibilidad de acordar la llegada de Pablo Machín, su nombre volvió a la mente de Bragarnik, quizá porque parte del monto de su despido seguía pendiente.
«Sé que tiene menos crédito, pero a la afición le pido un voto de confianza para el líder de este proyecto y para Jorge», reclamaba Bragarnik para justificar su decisión antes de que un empate en Mestalla le diera un respiro.
La «espina clavada» del debut en Europa había llevado a Almirón a instalarse en la ciudad alicantina cuando Lanús le despidió el pasado mes de julio en su segunda aventura en el club. Allí, en 2016, tocó la gloria ganando el campeonato, la Copa Bicentenario y la Supercopa, proeza que le abrió las puertas de la UD Las Palmas, cerradas de golpe porque entonces no pudo acreditar sus títulos. Antes pasó muchos años en México, donde dio el salto del centro del campo al banquillo en el Dorados de Sinaloa en 2008, el mismo banquillo en el que Bragarnik, once años después, sentaría a Diego Armando Maradona.
Almirón llegó a Europa sin experiencia, a un club ascendido a días del inicio de la temporada y con la plantilla por hacer. Aún así, firmó el mejor arranque del Elche en su historia: 10 de los 15 primeros puntos. Fue luego cuando entró en barrena: 16 jornadas sin ganar y una destitución disfrazada de dimisión en febrero de 2021. Ahora aceptó coger la revancha viajando a Mestalla, donde un grave error arbitral le restó dos puntos, y recibiendo al Real Madrid. A más de la mitad de la plantilla ya los tuvo a sus órdenes. Conocen todos lo bueno y lo malo de su técnico. «Tocará sufrir para no salir muy lastimados», advierte el técnico en su segunda vida.