La NBA decidió este sábado suspender a tres jugadores por su participación en un enfrentamiento a golpes en la cancha durante el partido del viernes entre los Dallas Mavericks y los Phoenix Suns.
El alero de Dallas Naji Marshall fue suspendido con cuatro partidos y el pívot de los Suns Jusuf Nurkic con tres, mientras que el alero de los Mavericks P.J Washington recibió un partido de castigo.
El incidente se produjo a falta de 9:02 para el final del tercer cuarto, cuando Nurkic cometió una falta ofensiva sobre Daniel Gifford, de Dallas.
“Marshall y Nurkic se enzarzaron entonces en un altercado en la cancha. Nurkic lo intensificó balanceando el brazo y golpeando a Marshall en la parte superior de la cabeza. Marshall respondió lanzando un puñetazo que conectó con la cara de Nurkic”, dijo la NBA en un comunicado.
“Mientras los árbitros y otros jugadores intentaban calmar la situación, Washington agravó aún más el altercado empujando a Nurkic al suelo. Por su actuación, Marshall, Nurkic y Washington recibieron faltas técnicas y fueron expulsados del partido”, agregó la liga.
Marshall se encaró a última hora con Nurkic cerca de los vestuarios, de “forma hostil”, según la NBA.
La liga dijo que los jugadores no percibirán salario durante sus periodos de suspensión.
La defensa de Dani Alves ha depositado la fianza de un millón de euros fijada por la Audiencia Provincial de Barcelona para abandonar la prisión de Brians 2 (Barcelona).
Con el dinero entregado en la secretaría del tribunal, el ex futbolista brasileño, condenado a cuatro años y medio de cárcel por agresión sexual, quedará en las próximas horas en libertad provisional hasta que la sentencia sea firme.
La Audiencia de Barcelona acordó el pasado miércoles dejar a Alves en libertad provisional bajo fianza con retirada de sus dos pasaportes (brasileño y español) mientras se tramitan los recursos al fallo judicial.
El viernes, el plazo para depositar la fianza, que termina cada día laborable a las 14.00 horas, se extendió hasta las tres de la tarde a petición de la defensa del ex jugador, que finalmente no llegó a consignar el dinero antes del fin de semana.
De este modo, Alves habrá estado 14 meses en prisión preventiva por la violación de una joven en los baños de un reservado en la discoteca Sutton de Barcelona en diciembre de 2022. La pena que finalmente se le impuso en febrero fue mucho más baja de la que solicitaban las acusaciones (nueve años la Fiscalía y 12 la víctima) al aplicarse la atenuante de reparación del daño, ya que el ex futbolista pagó 150.000 euros por los daños morales a la víctima.
Funcionarios de prisiones
A la vez que varios medios de comunicación hacen guardia ante la cárcel de Brians 2 a la espera de la inminente salida de Alves, decenas de funcionarios de prisiones protestan nuevamente en el mismo escenario por sus condiciones laborales y de seguridad, especialmente a raíz del asesinato de una cocinera del centro penitenciario Mas d'Enric (Tarragona), el 13 de marzo, cometido por un recluso que después se suicidó.
El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sancionó ayer con dos partidos de suspensión al portero del Rayo Majadahonda Cheikh Kane Sarr por el incidente ocurrido ene el estadio de Las Llanas en el que se enfrentó a los aficionados locales del Sestao River que le insultaban, durante el partido de Primera RFEF disputado el pasado sábado. Además, por «conducta contraria al buen orden deportivo» le impuso una multa de 600 euros y 90 a club, en aplicación del artículo 129 del Código Disciplinario de la RFEF.
El Juez Disciplinario Único de la Federación también decidió otorgar la victoria por 3-0 al Sestao River después de que el encuentro se tuviera que suspender en el minuto 87 con 2-1 a su favor en el marcador. El Rayo Majadahonda, además, perderá tres puntos más en la competición, por lo que su salvación [es último a dos puntos del penúltimo, el Logroñés] será ya imposible.
Por los insultos racistas a Cheikh Sarr, el Sestao River tendrá que disputar dos partidos a puerta cerrada y abonar 6.001 euros en concepto de multa. Ayer mismo, el club vasco, mediante un comunicado negó que hubiese «cánticos racistas», y pidió que se respete la «presunción de inocencia» y que no se levanten «acusaciones veladas que aún no han sido probadas por la justicia». «En ningún momento, durante la celebración del encuentro de fútbol, se produjeron cánticos racistas hacia ninguno de los protagonistas: la prueba es que en las actas del partido, tanto la arbitral como la de la Ertzaintza, no se refleja nada al respecto, ni tampoco a través de las imágenes de televisión», señaló.
El acta arbitral, clave
La decisión del Comité de Competición responde al acta del colegiado Francisco García Riesco después del partido. En ella, el árbitro asegura que los insultos que denunció el portero, al que habrían llamado «puto mono» y «puto negro de mierda», no pudieron ser escuchados por el equipo arbitral.
Cheikh Sarr.MUNDO
En cambio, García Riesco notificó al órgano sancionador de la RFEF que Sarr saltó la valla para sujetar a un espectador y después se acercó al propio colegiado con intención de agredirle, por lo que le mostró la tarjeta roja. El futbolista lo negó en una entrevista en este periódico y volvió a insistir en ello en una rueda de prensa. «Sólo quería hablar con él, pedirle explicaciones por la expulsión», manifestó.
Según la normativa, Sarr podría haber sido sancionado con hasta 22 partidos de inhabilitación por la acumulación de actos reflejados en el acta.
El juez, en su resolución, entiende que el jugador, pese a ser "el sujeto pasivo ofendido gravemente, y titular del máximo derecho de defensa", debería haber ejercitado ese derecho siguiendo los cauces legales específicos, y en tiempo y forma, cuando comenzaron los insultos racistas en el minuto 50 como él ha manifestado.
"Debería haberlo puesto en ese momento en conocimiento del árbitro, y éste hubiera activado el Protocolo de Actuación sobre Incidentes de Público", que conlleva la detención del partido, el aviso por megafonía y de persistir los insultos decretar incluso la suspensión definitiva del encuentro.
"El jugador no puede tomar ninguna iniciativa antijurídica ni tomar la 'justicia por su mano' tomando a un espectador por la bufanda, a riesgo, además, de agravar las posibilidades de que los incidentes deriven en otros de mucho mayor calado, poniendo incluso en riesgo su propia integridad física", añade.
Leve violencia
Para el juez, la defensa de su dignidad debe realizarse sin vulnerar la normativa deportiva aplicable, siguiendo por tanto los cauces legales adecuados y por supuesto, en definitiva, respetando el estado de derecho.
"Su actuación, saltando la valla de separación y actuando con cierta leve violencia -aunque no que conste haya llegado al insulto ni a la agresión- es plenamente reprochable, actuación soliviantada que prosiguió cuando el árbitro le mostró la tarjeta roja lo que nos obliga a considerarle autor de la infracción leve de conducta contraria al buen orden deportivo", añade.
El juez explica que este comportamiento podría sancionarse con hasta cuatro partidos, de acuerdo al artículo 129 del Código Disciplinario, pero le impone solo dos al entender que no llega a constituir una infracción grave por "la existencia de una indudable provocación".
El fallo apunta que la retirada del Rayo Majadahonda del terreno de juego "es una infracción cometida consciente y voluntariamente, contemplada en el artículo 82 Código Disciplinario, por lo que multa al equipo con 3.006€; le da el partido por perdido por 3-0 y le descuenta tres puntos en la clasificación.
Reincidencia
Respecto al Sestao, que no ha remitido alegaciones, el juez le sanciona con disputar a puerta cerrada los dos próximos partidos que juegue como local y a pagar una multa de 6.001 euros, por no haber pedido, a través de su capitán, la activación del protocolo de incidentes de público, "pasividad" que deriva en el presente caso.
El juez argumenta su decisión de cerrar el campo en que la clausura parcial del mismo, medida adoptada hasta ahora en casos similares, "carece del necesario efecto disuasorio", ya que los autores de los insultos racistas pueden ubicarse libremente en otros sectores del estadio, que no suele completarse en Sestao.
"La medida punitiva de clausura parcial pierde la necesaria eficacia y ello, amén de constatarse una y otra vez, la extendida ausencia de medidas de control específicas para que, en cada partido, se identifiquen y se repriman, de inmediato, actitudes que conculcan derechos humanos elementales, lo que sin duda justifica que haya de modificarse el criterio, sustituyéndole por medidas como la de celebración de partidos a puerta cerrada, medida coercitiva que será que será reproducida, e incluso ampliada, en el indeseado supuesto de repetición de hechos similares que se produzcan en el futuro", agrega.