Vuelta a España
La climatología y la oscuridad perjudicaron a Movistar y condenaron a los favoritos a tirar de prudencia en las calles de Barcelona
Que los favoritos sean los últimos en salir no siempre es una ventaja. En Barcelona, en la contrarreloj por equipos que abrió el arranque de La Vuelta, el agua y la falta de luz acabó por condenar al equipo Movistar a quedar segundo, sólo a centésimas de segundo de un equipo DSM que había arrancado la prueba una hora y 16 minutos antes y que marcó un tiempo final de 17 minutos y 30 segundos que propició, además, que el italiano Lorenzo Milesi se convirtiera a su vez en el primer líder de la prueba. El Soudal de Remco Evenepoel, el último vencedor de la Vuelta, fue cuarto, mientras que el Jumbo-Vizma de Jonas Vingegaard y Primoz Roglic y el Team Emirates, sin Pogacar, por su parte, acabaron esta primera etapa en el undécimo y el decimocuarto puesto, respectivamente.
La climatología condicionó en gran medida el retorno de La Vuelta a Barcelona. La ciudad, de hecho, no vivía un arranque de la gran ronda española desde hacía 61 años y había visto por última vez el paso de los ciclistas por sus calles en el año 2012. La lluvia, ausente desde hacía muchísimas semanas, llegó quizás en el momento más inoportuno desde el punto de vista de los ciclistas: con la pista mojada ninguno se atrevió de hecho a arriesgar más de la cuenta. Pero, también, contribuyó, muchísimo, a suavizar unas temperaturas que, en las pasadas jornadas, habían llegado a ser absolutamente asfixiantes, con noches casi tropicales en las que pegar ojo era casi una misión imposible.
El agua deslució en gran parte un recorrido que arrancó encima de las arenas de la playa del Somorrostro para que los ciclistas, después de pasar entre las particulares torres gemelas barcelonesas, más mellizas que gemelas, de hecho, porque no cuesta mucho distinguirlas, el Hotel Arts y la Torre Mapfre, pudieran ver entornos tan emblemáticos como los de la Sagrada Familia, el Paseo de Gracia y acabar culminando su camino entre las torres venecianas de la Avenida María Cristina. En las calles, cómo no, no faltaron quienes aprovecharon la prueba para dejar patentes sus proclamas independentistas, con algunas esteladas haciendo acto de presencia entre el público, resguardado mayoritariamente bajo los oportunos paraguas, y algunas pintadas escritas directamente sobre el asfalto que, a su vez, también se vieron afectadas por la lluvia.
La consigna entre los ciclistas que abrieron fuego pareció clara: arriesgar lo menos posible. Por mucho que el habitual reconocimiento del circuito se pudo llevar a cabo con la pista seca, el efecto de la lluvia tanto en el asfalto como en la pintura de las señalizaciones urbanas marcadas sobre él podía suponer una caída de consecuencias absolutamente nefastas para cualquiera de los equipos participantes. Una circunstancia que afectó de lleno a varios equipos. Como, por ejemplo, al equipo Arkea, con tres de sus ciclistas yéndose al asfalto después de que a uno de ellos le patinara la bici, si bien no parece que ninguno de ellos sufriera lesiones especialmente graves. Más fuerte, en cambio, fue aparentemente el tremendo costalazo que se dio Laurens de Plus, del INEOS Grenadiers, otro equipo que tuvo que echar en gran parte el freno. El belga, como pudo, trató de subirse de nuevo a la bici tremendamente dolorido para acabar la prueba.
El agua, no obstante, no frenó a todo el mundo. Algunos fueron mucho menos comedidos, a pesar de que la línea de meta y sus inmediaciones, muy especialmente la rotonda correspondiente a la plaza España, presentaran un aspecto para nada propicio a dar pedales a fondo. El primer equipo que lo dio todo fue el DSM, el segundo en salir, con un crono de 17 minutos y 30 segundos. EFEducation-Easypost y Groupama, el undécimo y el decimocuarto en salir, respectivamente, le echaron también muchas ganas, marcando ambos un tiempo seis segundos más alto. El equipo Movistar, el penúltimo en salir, bien a punto estuvo de arrebatarle el triunfo, aunque, a la postre, sólo por centésimas, tendría que conformarse con el segundo puesto.