La incómoda posición de Xavi tras la Supercopa: sin excusas y con la vista puesta en junio

La incómoda posición de Xavi tras la Supercopa: sin excusas y con la vista puesta en junio

La imagen fue totalmente distinta a la de hace doce meses. En enero 2023, Joan Laporta salía exultante por la puerta VIP del estadio King Fahd de Riad mientras sus jugadores clamaban por una «nueva era» en el fútbol español. El domingo, en el Al-Awwal de la capital saudí, el cambio de escenario de la final de la Supercopa dejó también un cambio en la cara del presidente azulgrana. Serio y sin hacer declaraciones, cansado por una semana que comenzó atendiendo un asunto personal en Bali y terminó con fracaso ante el Madrid, Laporta, siempre extrovertido y fiestero, se subió en silencio al autobús del Barça.

Fue una noche dura para la expedición culé, con caras largas desde el pitido final en Arabia hasta la llegada a la Ciudad Condal. Unas caras largas que iban desde el palco hasta el último fisioterapeuta, pero que tenían su puto culminante en la figura del entrenador. Xavi Hernández es el gran damnificado por lo ocurrido en la noche del domingo en Riad. Acostumbrado a aguantar mofas por su tendencia a poner excusas más o menos peregrinas, el técnico no quiso dar pie a nada similar. El meneo que le había dado el Madrid lo hacía inútil. «Estamos cabreados, hemos de mejorar muchísimo para ganar títulos. Hay que aguantar la crítica y pedir perdón», admitió el técnico, al que su frase siguiente -«el Barça volverá»- no le va a servir para esquivar el debate que es cada vez menos soterrado sobre su continuidad.

Para saber más

La realidad es que el cuadro azulgrana, actual campeón de Liga, está a siete puntos del Real Madrid y a ocho del Girona, que tiene un partido más, y se jugará mañana el pase a cuartos de la Copa contra el Unionistas y a cuartos de Champions frente al Nápoles el próximo mes de febrero. Los resultados de este curso no invitan al optimismo: suma 10 goles en contra y dos a favor en los últimos tres clásicos, todos perdidos, y ha caído también ante Amberes, Girona y Shakhtar. Y en Liga, a pesar de sumar, encajó dos goles del Almería, dos del Granada, dos del Mallorca, dos del Celta y tres del Villarreal.

Una sangría que señala directamente al entrenador, porque si bien la calidad de los jugadores puede interferir en el aspecto ofensivo del equipo, la parte defensiva sí es evidente de requiere de un trabajo en los entrenamientos que no se está haciendo visible en los partidos. Dicho de otro modo: si no hay calidad, se puede fallar un gol, pero si el equipo no defiende bien, es que el técnico no trabaja esa variable. Así lo entiende al menos una parte de la directiva, que sin embargo, públicamente sigue cerrando filas en torno a Xavi, sin esconder, eso sí, que ser quien es, uno de los mejores jugadores de la historia del club, le proporciona un crédito que otro no tendría, y que otros, caso de Valverde, no tuvieron.

SIN EXCUSAS

No hay excusas, pues, para Xavi, al que Laporta mantendrá hasta final de temporada, salvo catástrofe, pero que, según apuntan fuentes cercanas al club, ve cómo las opciones de prolongar su proyecto más allá del verano decrecen. Aunque nadie en la ciudad, claro, osa decirlo en alto.

A la precariedad de la situación de Xavi se une otra dificultad, como es la de tener un vestuario donde no hay líderes. En Riad, en una de las noches más negras de las últimas temporadas, sólo Sergi Roberto se atrevió a hablar: «Me preocupa todo, estamos cabreados. Hay que aprender de los errores, hacer autocrítica y salir de esta. Ante el Madrid siempre duele», admitió el capitán, al que no se le discuten cualidades, pero en el que se echa en falta eso tan difícil de conseguir que es el carisma.

Tras él, nadie. Con Gavi lesionado, con Pedri sin salir del atolladero de lesiones en el que lleva un año y medio, no se dibuja un panorama fácil para el Barça, al que casi sin tiempo le va a medir el jueves un equipo entusiasta como el Unionistas de Salamanca, verdugo del Villarreal en la anterior ronda. Y tal y como está el Barça, no es descartable una sorpresa… esta vez definitiva.

kpd