En el Espanyol lo tienen muy claro. La entidad blanquiazul, que denunció el lunes unos tocamientos de Mapi León a Daniela Caracas en el transcurso del último derbi, posteriormente desmentidos por parte de la futbolista del Barça, apoyará al máximo a su jugadora. Hasta las últimas consecuencias. «Para nosotros, las imágenes son clarísimas, es una acción inaceptable, inadmisible y, por tanto, tenemos claro que debemos ponernos al lado de nuestra jugadora, sobre todo cuando está recibiendo insultos y menosprecios, acompañarla, estar a su lado y dar los pasos que ella crea convenientes, pero lo que está claro es que las imágenes hablan por sí solas», señala a EL MUNDO Dolors Ribalta, directora del fútbol femenino blanquiazul.
«Nosotros lo que teníamos claro es que no podemos hacer ver que esto no ha pasado, que nuestra jugadora es la víctima y que no podemos dar normalidad a acciones de este tipo, que son del todo inaceptables. Tenemos que ponernos al lado de nuestra jugadora, dejarla tranquila para que tome la decisión que crea más oportuna y poner a su disposición tanto todos los medios legales como al psicólogo del club. Acompañaremos a Daniela hasta donde ella quiera llegar, ya sea más cerca o más lejos pero, evidentemente, después de pasar por un shock así y recibir toda esta avalancha que ha recibido, lo que conviene ahora es que tome distancia, que pueda estar tranquila, que se recupere, que pueda verlo todo de forma objetiva y, a partir de allí, seguir caminando», reitera.
«Es una jugadora muy importante para nosotros, internacional por Colombia, que ha estado en el último Mundial y que nos da muchísimo en nuestro equipo. Lo que más nos interesa en este tramo final es que esté tranquila, que pueda jugar sin problemas, porque lo que le ha pasado va más allá de ser futbolista, es algo que atañe a la persona. Puedo empatizar con ella, como mujer, como deportista y como ex jugadora y puedo entender que es algo que está muy por encima de lo que es un partido de fútbol», asevera Ribalta, futbolista del equipo periquito entre 1995 y 2007.
“Sobrepasa todos los límites”
«Lo que tenemos claro es que la acompañaremos y le daremos todo nuestro apoyo. Las instituciones deportivas y de otros ámbitos deben hacer o actuar según lo que crean conveniente, es algo en lo que no podemos decidir nosotros, solo podemos decidir en lo que sí hemos hecho: el comunicado, acompañarla, protegerla, estar a su lado y defender al club. Esos son los pasos que teníamos que dar. Y, evidentemente, decir que hasta aquí, porque es una acción inaceptable, intolerable, que vulnera su intimidad, y condenar los hechos», asegura. «Es un tema que no va de colores, sino de dignidad y respeto», recalca.
«Evidentemente, es algo que sobrepasa todos los límites. En el caso del fútbol masculino, tenemos lo que ocurrió hace tantos años entre Míchel y Valderrama. La sociedad actual es mucho más sensible en todos estos aspectos, afortunadamente, porque eso quiere decir que la sociedad ha progresado, que hay un camino recorrido y que el deporte debe demostrar valores, ser un espejo para la sociedad, y que este espejo tiene que reflejar valores positivos», insiste Ribalta, quien considera que, en el caso de que la situación hubiera sido a la inversa, habría tenido tal vez una resonancia aún mayor de la que está teniendo.
«En este momento, el fútbol femenino vive el mejor momento de su historia y, evidentemente, si hubiera sido al revés, la situación para nosotros sería muy complicada en comparación con entidades que tienen una situación mucho más cómoda a nivel social. Somos un club que lucha por ocupar su espacio, que siempre ha luchado mucho en Cataluña, en Barcelona y el mundo para ocupar nuestro espacio, somos una entidad muy familiar, un club con muchos valores. Muchas veces, creo que se nos menosprecia de manera injusta, porque conocer al Espanyol es quererlo. Ante todo, queremos que nuestra jugadora, por encima de todo, sea feliz», sentencia.