Arranca la temporada
Hace siete temporadas eran 10 nacionales en la mejor liga del mundo, ahora sólo están Aldama y Garuba. Sergio Scariolo reflexiona sobre “el realismo del presente” y el “optimismo del futuro”
Esa noche de 2015 en el Madison Square Garden había que frotarse los ojos. Habían transcurrido 29 años desde que un pionero llamado Fernando Martín derribara, pura audacia y no demasiado éxito, la barrera de la NBA y ahora dos españoles protagonizaban el salto inicial de todo un All Star. Se hablaba castellano en la fiesta de la mejor liga del mundo, más de una década de hitos en terra ignota y no sólo con el apellido Gasol. Del curso de récord 2016/2017 en el que 10 nacionales formaron parte a las estrecheces actuales, apenas Santi Aldama y Usman Garuba.
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No han pasado ni nueve años de la abundancia. De anillos, All Stars, contratos de millones de dólares… Este martes serán dos, solitarios, entre más de 120, pues de nuevo la internacionalización de la NBA es un hecho. Son ya 10 temporadas con más de 100 jugadores nacidos fuera de EEUU. Serán más de 20 canadienses, más de 10 australianos y franceses, más de cinco alemanes, nigerianos o serbios… «Hay que ser realistas. Para poder ser un jugador establecido en NBA hay que tener unas cualidades extraordinarias, de altísimo nivel físicas, técnicas y mentales, de competitividad, de resiliencia, de calidad, de tamaño, de velocidad… En este momento no tenemos un número superior de jugadores de estas características, es una consideración que no tiene que dar vergüenza ni sentir que menosprecio», analiza Sergio Scariolo para EL MUNDO esta insospechada crisis.
Por un cúmulo de circunstancias, España retrocede dos décadas, cuando a comienzo de siglo Pau Gasol irrumpía en Memphis como número tres del draft. Fue en 2001 y hasta la llegada de Raúl López dos cursos después, fue único. Precisamente en los Grizzlies le prolonga Aldama, cada vez con más galones en una franquicia que mira a los ojos a los mejores del Oeste. Porque realmente sólo el canario tiene contrato garantizado en la mejor liga del mundo. Su compañero de generación Garuba, tras un verano de mareo en el mercado, logró firmar con los Warriors pero con con la opción two way, que hace que pueda desempeñarse tanto con el equipo afiliado como al lado de Steph Curry, Klay Thompson y compañía.
“El encaje”
De momento, los apuntes de pretemporada no son demasiado optimistas con el ex jugador del Real Madrid. Apenas Steve Kerr le concedió dos dos minutos en uno de los duelos. «No hay que olvidar que, para ser jugador de rotación en la NBA, hay que tener un nivel realmente muy alto y un encaje de equipo adecuado, un sitio y un equipo que apueste por ti. Así hubo alguno en el pasado», pronuncia el seleccionador.
A Raúl López le dio el relevo José Manuel Calderón en 2005 como acompañante de Pau. El extremeño, leyenda en Raptors, protagonista en tantos lugares, uno de esos que siempre encajaba, iba a permanecer en la NBA 14 años, comprobando cómo crecían los compatriotas. Llegaron Garbajosa y Sergio Rodríguez, pasó efímero Juan Carlos Navarro, y, como una ola imparable, a la vez que las medallas de España, acudieron Rudy Fernández, Marc Gasol, Ibaka, Ricky Rubio, Claver, Mirotic y, de golpe, en 2016, tres más (Abrines y los hermanos Hernagómez) para alcanzar esa cima de 10 que hacía que rara fuera la noche que dos de ellos no coincidían.
Unos fueron volviendo (el Chacho, Rudy, Claver…), otros se retiraron y sólo Aldama y Garuba irrumpieron en 2021. El curso pasado aún eran seis, pero de pronto regresaron a Europa Willy, Juancho e Ibaka y Ricky dijo basta a causa de sus problemas de salud mental. No es descartable que el base, aún en nómina en los Cavaliers, vuelva a las canchas para cumplir la que sería su 13ª temporada en la NBA.
«No creo que seamos los dos únicos por mucho tiempo, creo que ya el año que viene se unen unos cuantos, con los que he podido compartir verano o diferentes situaciones durante los últimos años», anunciaba estos días el propio Aldama el porvenir. Porque España toca fondo, pero en el horizonte se dibujan tiempos de abundancia. «El realismo del presente tiene que venir acompañado del optimismo del futuro. Sí, tenemos jugadores con proyección que pueden llegar pronto, en un periodo de tres o cuatro años siendo realistas. En la NBA podemos tener unos cuantos más, confío sinceramente. Veo quienes pueden ser y espero que alguien más nos pueda sorprender. Hay un núcleo que tiene potencial para ello», pone en valor Scariolo de esa camada tan ilusionante que ya pasó por sus manos este verano en el proyecto Golden Boys 2.0. «Los espero con ganas, vienen muy fuerte, pero sin meterles la presión», añade el pívot en su tercer curso en Grizzlies, un paso más en la rotación de Taylor Jenkins y en busca de la extensión de su contrato rookie.
Sólo hay que echar un vistazo a las predicciones del próximo draft. Asoman tres españoles entre los 30 primeros, con Izan Almansa y Aday Mara incluso en el Top 10. Baba Miller y Juan Núñez podrían dar el salto, como el madridista Hugo González a partir de 2025. España logró este verano el oro en el Mundial júnior, talento a borbotones de jugadores enfocados desde bien pronto en formarse de cara a la NBA. Almansa, MVP de aquel torneo, se pule ya en la G-League (Ignite), Mara dejó el Zaragoza para crecer en UCLA, Miller se hace hueco en la NCAA en Florida… «Ahora dependerá de ellos y de las apuestas de sus equipos. Jugar es un complemento decisivo para el desarrollo, al margen del talento y del físico. En esos factores el jugador puede influir si crece y mejora tanto que, básicamente, casi impone la decisión de hacerle jugar. Pero depende de la ambición del club, de la competencia en el puesto…», analiza un Scariolo que ya advirtió que «en tres años tendremos una selección que tuteará a las mejores».