La calculadora juega a favor de Jorge Martín. Si Pecco Bagnaia, otra vez su gran rival en la lucha por el campeonato del mundo de MotoGP y, ahora mismo, el único que puede apartarlo de su sueño, logra imponerse en las cuatro carreras que quedan por disputarse (dos sprint races y dos Grandes Premios, en Malasia y en un lugar todavía por definir después de que los efectos de la DANA obligasen a suspender la prueba en la Comunitat Valenciana, en Cheste) al piloto de San Sebastián de los Reyes le bastará con ser segundo para despedirse del equipo Pramac con su primer título bajo el brazo.
El pasado fin de semana, de hecho, ya se produjo esta circunstancia de ocupar la segunda posición de honor en el podio de Tailandia. El madrileño lideró la carrera del domingo hasta la quinta vuelta, cuando se fue largo y permitió que le pasaran el italiano y Marc Márquez. El campeón de Cervera, fiel a su estilo, trató de ponerse en cabeza y eso acabó por costarle una caída que aupó a Jorge Martín hasta un segundo puesto con el que, haciendo gala finalmente de un estilo más cerebral de lo acostumbrado, fue cauto y evitó una caída que hubiera provocdo un desenlace aún más doloroso que el propio golpe sufrido en el asfalto.
Ahora mismo, Jorge Martín aventaja en 17 puntos al italiano. Por mucho que Bagnaia firme un arreón final en Sepang y en el circuito Ricardo Tormo de Valencia para anotarse los sprint races y los Grandes Premios, a l español le bastaría con terminar pegado a su estela. Si se dan tales circunstancias, el italiano únicamente podría recortar 16 puntos en total, con lo que al piloto español aún le sobraría uno para escribir su nombre con letras de oro en la categoría reina del motociclismo.
El precedente del año pasado
Las cosas, eso sí, se han quedado finalmente en un mano a mano entre los dos. Ni Marc Márquez, quien había estado reencontrándose con sus mejores sensaciones en las últimas semanas, ni Enea Bastianini cuentan ya con opciones de convertirse en campeones después de que las circunstancias no les fueran precisamente bien el pasado domingo en la emocionante cita de Tailandia.
Si Jorge Martín es capaz de mantener ese lado más calculador que tan bien supo mostrar en el asfalto tailandés, las cosas se le pondrán realmente complicadas a Pecco Bagnaia. La mejor baza del italiano es buscar siempre la victoria y esperar que al madrileño le entre algún ataque de vértigo en la recta final de este campeonato. Algo que, de hecho, ya le sucedió al año pasado, aunque las circunstancias, eso sí, eran diferentes. Entonces, el dos veces campeón del mundo logró llegar al decisivo circuito valenciano por delante del español, forzándole así a tomar unos riesgos que nunca ha esquivado.
Y eso, por mucho que el madrileño se hiciera con la sprint race en el circuito Ricardo Tormo y pareciera estar en disposición de pelear hasta el final, la presión acabó por pasarle factura. La incertidumbre en la última carrera apenas duró cinco vueltas. Sus ansias por presionar a Pecco Bagnaia le llevaron a irse largo, en primer lugar, y, después, a protagonizar un durísimo choque con Marc Márquez cuando peleaba por pegarse al máximo al italiano, dando así al traste con todas sus opciones y dejándole el campeonato en bandeja a su gran rival.
Dicen que quien olvida su pasado está condenado a repetirlo. Y eso es algo que Jorge Martín no puede permitir que ocurra. Si se repitieran los resultados que se dieron el año pasado en Malasia y en Valencia, el giro de acontecimientos sería dramático. Entonces, el madrileño sumó 34 puntos, mientras que Bagnaia se hizo con 53. Una diferencia de 19 puntos que, en caso de que vuelva a darse, propiciaría el tercer campeonato del mundo consecutivo para el piloto de la escudería Ducati. Pero el aprendizaje de los errores del pasado sirven para evitar que la historia se repita. Y eso Jorge Martín lo sabe.