El pasado verano, Joel Parra, el ‘Tete’ del vestuario de la selección, campeón de Europa en 2022 (esa defensa a Markkanen en cuartos…) y mundialista en 2023, se dio la «hostia final», en sus propias palabras. Sergio Scariolo le dejó fuera del Preolímpico y el jugador del Barcelona no necesitó demasiadas explicaciones. «Dentro de lo negativo de quedarte fuera de unos Juegos, era el primer verano que tenía para trabajar en mí, en mi físico, en mi cuerpo, en mis cosas. A partir de ahí, trazamos un plan de verano, casi dos meses. Cambié de dieta, de hábitos… todo eso fue clave para tener el físico que tengo ahora. Y la confianza», explica a EL MUNDO desde León su metamorfosis.
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Los 15 kilos de menos saltan a la vista. Y se reflejan en su rendimiento, en esta nueva versión de un chico que, a los 25 años, decidió poner orden en su vida. El domingo, en León, Parra (siete puntos) fue clave en la victoria ante Bélgica (59-52) con la que España despidió la fase de clasificación para el Eurobasket.
Esa fuerza de voluntad, ese «aprender de los errores», como Joel lo llama, incluyó ponerse en manos de expertos. Del preparador físico Pau Vaccaro y del chef Oriol Domenech, que ya trabajó con Pau Gasol. Al alero le afectaban los comentarios negativos sobre su aspecto, algo que también han sufrido Luka Doncic o Nikola Jokic -«me entraban por una oreja y me salían por la otra. Mirar las redes sociales no sirve de nada»- y también pronto se dio cuenta de que su grasa corporal estaba en niveles no adecuados. Ajustó su dieta y ordenó sus rutinas.
«Sinceramente, ahora como más que nunca. En eso me he quedado sorprendido. Comidas con pocas calorías, todo muy limpio, a la plancha, casi nada de aceites, muchas verduras…», explica un menú que incluye chía, hongos, umeboshi (un encurtido japonés)… A menudo se le puede ver con un tupper en los entrenamientos. Y que excluye otros alimentos considerados normales en los deportistas: «Fue un poco raro, porque estamos acostumbrados a los días de partido comer carbohidratos, pasta o arroz. Yo eso ya no lo como».
Más sueño
Joel luce fino y ágil. Su rendimiento con el Barça de Joan Peñarroya se ha elevado y puede ocupar otras posiciones en la pista, más alejadas del aro. Un jugador zurdo que ya de niño supo lo que era protagonizar un cambio radical: mutó su forma de lanzar para hacerlo con su mano natural, pues lo hacía con la derecha.
El «proceso», como Joel lo llama -y al que le falta una evolución, «ganar dos kilos de músculo el próximo verano, antes de la llamada de Scariolo»- incluyó muchas horas en el gimnasio del Palau, en solitario, pero también muchas horas de descanso. «Es tener unos hábitos saludables, tanto de alimentación como de descanso, de dormir tus horas para recuperar (ha pasado de dormir siete horas a nueve más la siesta). Somos deportistas que estamos tres o cuatro horas en el pabellón, muy intensas. Tenemos que descansar bien para que nuestros músculos se recuperen lo antes posible», cuenta Parra, que se levanta cada mañana «con más energía». «Ya no me levanto fatigado. Estoy muy contento del cambio que he hecho», explica.
Parra ha vuelto a la selección, ahora con galones de veterano, con la misión de «transmitir esos valores que a nosotros nos transmitieron en su día Rudy, Llull…» a los jóvenes, pero le sigue doliendo el Barça y su crisis. «El vestuario está unido y confía en que esta situación va a cambiar. Es verdad que la Copa ha sido un palo, que la temporada está siendo dura a nivel de derrotas y de lesiones. Pero las palabras se las lleva el viento, es una cuestión de trabajo, de estar todos unidos. Tenemos plantilla de sobra», proclama, siendo consciente de que «las bajas son importantes» y que el partido de Euroliga en el Palacio del jueves contra el Real Madrid es «clave». «Estamos los dos a la par. Ganar nos daría un chute de energía y de moral. Y mucho empuje en la clasificación», concluye.