Klopp, el entrenador heavy que soñó con ser James Bond, se convierte en milenario y amenaza al Real Madrid

Klopp, el entrenador heavy que soñó con ser James Bond, se convierte en milenario y amenaza al Real Madrid

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El germano, que desafiará a Ancelotti en los octavos de la Champions, cumple este sábado, en el Liverpool-Chelsea, su partido 1.000 como técnico profesional

El alemán Jürger Klopp, entrenador del Liverpool.Tim KeetonEFE

El chaval que soñaba con ser tan intrépido como James Bond y que alucinaba con la capacidad de resistencia de Rocky Balboa se convierte en entrenador milenario. Jürgen Norbert Klopp (Stuttgart, Alemania, 16 de junio de 1967), que cautiva por su talante divertido, su compromiso social y la dosis justa de histrionismo, ya es un símbolo de la grada de Anfield. Hoy, el técnico más heavy dirigirá su partido 1.000. The Kop le rendirá tributo en el Liverpool-Chelsea (13.30 horas).

El germano es un emblema de la Premier League y a sus 56 años va camino de ingresar en la nómina de los preparadores con trayectorias más dilatadas. Alex Ferguson es líder del ránking, con 2.155 encuentros. Arsene Wenger llegó a los 1.701 y Guy Roux, a los 1.638. Carlo Ancelotti, con quien se medirá en los octavos de la Champions, es el 18º clasificado, con 1254 partidos.

Klopp, adalid del juego vertical y agresivo, está reñido con la vulgaridad. Es valiente, irónico y no huye la confrontación dialéctica. Guardiola y Mourinho ya sufrieron sus dardos. «A Wenger le gusta tener la pelota, dar pases, es como una orquesta. Pero es una canción silenciosa. A mí me gusta más el heavy metal, siempre quiero ruido», decía poco después de consolidarse en la Premier.

El alemán se estrenó con los reds en el inicio del curso 2015-16 y desde entonces acumula 410 partidos. Antes de su llegada a las Islas Británicas destacó durante siete temporadas en el Borussia Dortmund, con 319 encuentros. El alemán comenzó su singladura en los banquillos el 27 de febrero de 2001, en el modesto Mainz: 270 citas. En su palmarés figuran un total de 538 partidos ganados, 239 empatados y 222 perdidos. El promedio global de victorias es del 53,9%. Un porcentaje inferior al cosechado en el Liverpool, con un 60,7%: 249 ganados, 92 empatados y 69 perdidos.

Unos dígitos que ilustran una espléndida hoja de servicios. Con el Mainz ascendió a la primera categoría alemana. Con el Borussia Dortmund conquistó dos bundesligas consecutivas: 2010-11 y 2011-12 y fue subcampeón de la Europa League en 2013. Entre 2019 y 20 firmó unos registros memorables con el Liverpool: la Liga de Campeones, la Premier League (primer título de los reds 30 años después), la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes de 2019.

The Normal One, elegido mejor entrenador en 2019 y 2020, es un tipo carismático. Muy imaginativo. En su etapa escolar se apuntó a una escuela de teatro. Está casado con Ulla Sandrock, escritora de novelas de ficción para niños. Fue un futbolista sin talento que pronto entendió que su futuro estaba fuera del campo, como estratega y animador de grupo. «Nunca conseguí llevar al campo lo que me pasaba por mi cabeza. Tenía el talento para la quinta división y el cerebro para la Bundesliga. El resultado fue que jugué en la segunda división», recalcó tras su retirada con futbolista, en la primavera de 2001.

Formado en una familia católica quiso ser médico, pero no le respaldaban sus notas académicas y se tuvo que conformar con licenciarse en Ciencias del Deporte. Reconoce que el cine es inherente a su crecimiento personal y profesional. «Me inspiro mucho en las películas y cuando necesito motivar a mis muchachos, siempre recurro a Rocky Balboa. En mi opinión, tendrían que poner todas las entregas de ‘Rocky’ en las escuelas públicas de todo el mundo. Si ves una de esas películas y no quieres escalar la cima de una montaña, entonces hay algo mal contigo. Para mí, el fútbol es la única cosa más inspiradora que el cine. Te levantas por la mañana y la magia es real. Realmente noqueas a Drago», explica un entrenador que no tuvo problemas en pronunciarse contra el Mundial de Qatar. Él entiende el fútbol como elemento integrador, ajeno a los negocios y a la política.

«Algunas personas me preguntan por qué sonrío siempre. A veces sonrío después de una derrota. Hago esto porque cuando nació mi hijo me di cuenta de que el fútbol no es cuestión de vida o muerte. No estamos salvando vidas. El fútbol no debería propagar miseria y odio, sino inspiración y alegría, sobre todo para los niños». Palabra de técnico milenario.

kpd