Juan Ferrer, la vida del hombre más fuerte de España: camiones de 20 toneladas y hasta 8.000 calorías al día

Juan Ferrer, la vida del hombre más fuerte de España: camiones de 20 toneladas y hasta 8.000 calorías al día

Juan Ferrer le vende su cosecha de arroz a la empresa Nomen. En el Delta del Ebro, lo normal; un negocio familiar con décadas de historia. Un camión de la empresa llega a su parcela y ahí empieza lo raro. Ferrer se coloca un arnés sobre los hombros, lo ata a la parte delantera del vehículo y se pone a tirar, a tirar, a tiiiiiraaaar de sus 20 toneladas de acero, neumáticos y combustible hasta desplazarlo unos 20 metros. ¿Cómo es posible? Ferrer está entrenando: es el hombre más fuerte de España, el tres veces campeón de la Liga Nacional de Fuerza.

«El arroz es el motor de mi economía, el arroz es el motor de mi alimentación y el arroz es el motor de mi carrera deportiva, porque Nomen es mi patrocinador y me dejan los camiones para entrenar», comenta quien asombra cuando habla de las pruebas que incluye cada competición. Porque su deporte, el atletismo de fuerza o strongman no es halterofilia, ni powerlifting, ni crossfit; es otra cosa.

Por ejemplo, una prueba de la Liga consiste en levantar una piedra de 135 kilos por encima de un listón de 1,45 metros. La tarea ya es complicada, pero la gracia es ver cuántas veces puede hacerlo cada participante. Luego está la mudanza, otro ejemplo. Hay que mover durante 15 metros un neumático de 80 kilos, después una piedra irregular de 85 kilos, luego una mancuerna de 95 kilos y finalmente un yugo de 215 kilos, todos en menos de 90 segundos. Entre las especialidades hay algunas que apasionan al público, como cuando voltean coches de una tonelada, y otras más técnicas, como la ruleta rusa de cilindro.

«Las más duras para mí son las que implican correr, como la mudanza. Mis favoritas son las que se basan en los levantamientos», explica Ferrer que empezó de una forma distinta a lo esperado. Desde hace décadas, la televisión pública catalana, TV3, emite la temporada del World’s Strongest Man, una especie de Copa del Mundo de la disciplina, y ésta tiene su público fiel, semanal, casi eterno. Pero Ferrer nunca ha sido uno de esos fanáticos.

¿Cómo empezaste en esto?
Yo había visto el World’s Strongest Man, pero no empecé por eso. Durante muchos años jugaba a basket en el Cantaires de Tortosa y a los 27 lo dejé. Empecé a subir de peso, a subir de peso y cuando estaba en 140 kilos decidí apuntarme a un gimnasio. Por casualidad acabé en el Strongman Tarrako, que es un club de fuerza y empecé a probar. A los dos meses ya estaba compitiendo. Es un deporte que me aporta mucha superación personal.

Ferrer admite que el objetivo que le llevó al atletismo de fuerza, bajar de peso, ha desaparecido y que ahora la meta es casi lo contrario. Con el control de una nutricionista, ingiere entre 5.000 y 8.000 calorías al día, según los entrenamientos, y pesa unos 170 kilos, lo necesario para seguir destacando en lo suyo. Raro es el día que pasa hambre siempre en la búsqueda de levantar más y más y más.

Las comparaciones de gimnasio

A sus 35 años, todavía le queda mucho por hacer, aún tiene que hacerse un nombre. «Con el boom del crossfit hay mucha gente que viene a mis seminarios de fuerza porque son deportes muy asociables. El crossfit me parece muy interesante porque la gente aprende y, al mismo tiempo, genera una hermandad, queda para comer o para salir. Me alegro de que triunfe», analiza Ferrer que cuando empezó miraba a los fuertes de su gimnasio y alucinaba. Ahora el ejemplo es él. Aunque, eso sí, lo de desafiarle para ver quién levanta más peso mejor no hacerlo.

«Siempre hay algún despistado, pero ahora ya casi nadie me reta, la verdad. Como siempre estoy compitiendo ya saben lo que puedo levantar. Esas comparaciones parecen una tontería, pero al final son una manera de superarte. Cuando empecé yo no era el más fuerte de mi gimnasio, ni mucho menos, y me puse a trabajar», recuerda Ferrer, antes de volver a los entrenamientos. Este año quiere dar el salto internacional, lograr un sitio en las pruebas del World’s Strongest Man que se organizan por todo el mundo. Así que se coloca un arnés sobre los hombros, lo ata al camión cargado de su propio arroz y se pone a tirar, a tirar, a tiiiiiraaaar de sus 20 toneladas de acero, neumáticos y combustible.

kpd