El legendario baloncestista puertorriqueño anunció este miércoles que padece de cáncer colorrectal, cuya enfermedad aseguró que la enfrentará al “máximo posible”
Piculín Ortiz, jugando para la selección de Puerto Rico.EL MUNDO
El mítico jugador de baloncesto puertorriqueño José Rafael ‘Piculín’ Ortiz, ex del CAI Zaragoza, Real Madrid o del Barcelona, entre otros equipos, ha anunciado este miércoles que padece de cáncer, cuya enfermedad asegura que la enfrentará al “máximo posible”, tal y como hizo en la cancha durante 25 años.
Ortiz, de 60 años, ha colgado en las redes sociales un video, en el que aparece junto a su esposa Sylvia Rios, en el que señala: “Tengo de alguna manera de comunicarle, como siempre he sido, de darle frente a mis situaciones que y me he caracterizado por ello”.
El internacional y cuatro veces olímpico con Puerto Rico, que también jugó en la NBA y en el Unicaja Málaga, no ha revelado en qué fase está su cáncer, que le descubrieron después de hacerse una colonoscopia.
Añade que “no es fácil, pero dentro de la familia estamos todos bien positivos, y de alguna manera, obviamente ante la expectativa de qué podemos hacer en el camino”.
En el citado video, Piculin Ortiz asegura que, junto a un equipo de médicos, le hará frente al cáncer colorrectal, una de las primeras tres enfermedades de mayor mortalidad en Puerto Rico.
Y termina su mensaje indicando que “voy a dar el máximo posible como lo hice en la cancha y en otros momentos difíciles, y les pedimos que oren por nosotros, por este servidor”.
Ricky Rubio volverá a jugar al baloncesto. Y lo hará en el lugar donde todo empezó. En la mañana de este martes, el Joventut de Badalona ha anunciado que el base, de 34 años, regresará 16 después a lo que fue su cuna profesional. Ha firmado por una temporada.
"Me gustaría jugar al baloncesto sin ser Ricky Rubio, pero es imposible", pronunciaba el base hace unos días en una entrevista con Jordi Évole. En ella, tras confesar y detallar los problemas de salud mental que había ido padeciendo durante su carrera -hasta el punto de incluso pensar en el suicidio cuando anunció su parón en el baloncesto en plena concentración de la selección española para el Mundial 2023-, Ricky parecía enterrar también las posibilidades de volver a jugar profesionalmente al deporte que le encumbró, en el que alcanzó hitos tan altos como ser el MVP de todo un Mundial."Quiero jugar al baloncesto, pero no puedo. Estoy exprimiendo el máximo para ver si puedo. La respuesta cada vez es más clara".
Sin embargo, semanas después, la buena nueva. El del Masnou se concederá un último baile, una vuelta a los orígenes para cerrar el círculo. Según ha confirmado oficialmente el club, Rubio regresa al Joventut, allá donde se formó, donde debutó con 14 años, en 2005, en la ACB de la mano de Aíto García Reneses. Al club que abandonó a los 19 para firmar por el Barça, ser campeón de Europa y dar posteriormente el salto a la NBA. 16 años después, Ricky vestirá el verdinegro de la Penya.
Lo hará camino de los 35 años, a las órdenes de Dani Miret, un entrenador sólo cinco años mayor. En un equipo que viene de disputar los playoffs de la ACB y en el que ya no estará su amigo Pau Ribas, al que el propio Ricky despidió en su último partido. Sí otros viejos conocidos como Ante Tomic y Guillem Vives.
El último partido oficial que disputó Ricky fue el pasado 2 de junio de 2024, el tercero de semifinales ACB, con la camiseta del Barça, en el Palau ante el Real Madrid. Había regresado (fueron 15 partidos de la Liga Endesa y 13 de la Euroliga) tras despedirse de la NBA, con la que llegó a jugar más de 700 partidos en 12 temporadas. "Durante este año he echado de menos el baloncesto y he querido jugar sin nada externo. El partido que he jugado es una Liga de amigos para divertirse, pero no lo he terminado de disfrutar. Quiero intentar ver la forma en volver a jugar al baloncesto, en volver a divertirme porque al final no lo disfrutaba". Ricky parece dispuesto a volver a disfrutar.
De las cinco finales que le restaban al Real Madrid en esta áspera temporada regular de la Euroliga, como si fuera un playoff con cinco rivales diferentes, el Asvel Villeurbanne en el Palacio era la cita más sencilla. Una trampa también. No cayeron en ella los blancos, que ante los franceses, ya desahuciados, se otorgaron una noche sin sobresaltos para llenar la mochila de confianza. Ahora vendrán curvas, cuatro envites directísimos con todo en juego (también una eliminación que resultaría histórica), el primero el martes en el Palacio ante el Armani Milán. Con un Tavares así, todo resultaría menos arduo. [81-70: Narración y estadísticas]
El partido del gigante fue estupendo. Deambuló por la pintura como si los de enfrente fueran niños. Amaneció con 10 puntos seguidos y sus compañeros se dieron cuenta que era apuesta segura. Le buscaron una y otra vez y él embocaba como si jugara en un minigolf. Tras su renovación millonaria del pasado verano, no había aparecido el Tavares dominante de antaño, el pívot único en Europa que cambia partidos. Y ese ha sido uno de los principales lastres del Madrid en lo que va de curso. Fueron 23 puntos en 18 minutos.
"Nos va la vida", exageró Chus Mateo en la previa. Pero el mensaje era claro. No había margen para más despistes. Este mismo Asvel había derrotado a los blancos en Lyon unos meses atrás, con una canasta sobre la bocina del pequeño Paris Lee. En él se desempeña Theo Maledon, un jugadorazo que pretende el Madrid para la próxima temporada. Dejó 25 puntos y cinco asistencias como carta de presentación.
El aviso del entrenador blanco caló hondo. Fue un arranque de partido arrollador. Un 15-0 con Tavares como protagonista. Cuando el africano se fue al banquillo sumaba ya 14 puntos en menos de seis minutos. El Madrid coronó el acto con dos triples de Llull para irse 22 arriba. No iba a ser la máxima. A la vuelta, otro triple, esta vez de Andrés Feliz, dejó un 35-10 para frotarse los ojos.
Hezonja, ante Robertson, del Asvel.JUANJO MARTINEFE
Evidentemente, los de Pierric Poupet iban a dejar de perder balones y de hacer el ridículo. También el Madrid se iba a enfriar con los cambios. Llamó la atención el contraste de Tavares con sus suplentes, especialmente con un Ibaka que se marchó enfadado. Pero es que su actuación fue impropia.
El Asvel asestó un 7-20 con 15 puntos de un espectacular Maledon. Se metió un poco en la batalla, pero el regreso de Tavares y de Abalde dio otro pequeño impulso al Madrid antes del descanso.
La noche en el Palacio estaba rota del todo. Sólo se trataba de dejar pasar los minutos sin sobresaltos ni bajones. Sorteó el Madrid ambos aspectos por poco. Nada más volver de vestuarios Campazzo se llevó un fuerte golpe en la cadera en una acción con De Colo y al rato se fue al banquillo cojeando. Sus sonrisas posteriores tranquilizaron al personal.
La excelencia del Madrid, con semejante distancia, ya no volvió. Nunca peligró la victoria, pero a punto estuvo de estropearlo todo. Los galos, que ganaron los tres últimos cuartos, se arrimaron (71-63). Tuvo que volver Tavares y todos los titulares. Hezonja, que se hartó de perder balones, arregló el desenlace junto con Llull.
El segundo triunfo seguido y el favor del Baskonia ganando al Bayern dan esperanza al Madrid en esta recta de meta. De momento, dependiendo de los duelos directos que cierran la jornada el viernes, pueden meterse de nuevo en los puestos play in, a apenas un triunfo del grupeto que val del quinto al octavo puesto. Todo está sobre la mesa.