El de Barrika se encuentra en Madrid para el torneo nacional más importante, habla sobre la intensidad de la Ryder e inaugura una instalación de golf en el Hospital Niño Jesús
Comienzan unos días frenéticos para Jon Rahm. El español, junto a su familia, aterrizó el domingo por la noche en Madrid para participar en el Open de España, que se celebrará desde el jueves al próximo domingo en el Club de Campo Villa de Madrid. El campeón viene a la capital española tras pasar unos días de desconexión y olvidarse del estrés acumulado tras su última conquista. “Tras acabar la Ryder Cup, nos quedamos en Italia de vacaciones, los primeros días con amigos y luego ya solo con la familia”, dice antes de iniciar una maratoniana jornada.
- ¿Tanto desgasta la Ryder Cup?
- Sí, te quita mucho tiempo. Esa semana mentalmente es muy dura. Lo de no jugar el viernes por la tarde lo llevé mal, es un estrés y como soy un manojo de nervios…
La desconexión de Rahm se antojaba obligatoria porque le espera una semana de mucha exigencia, no sólo por el asalto del español a su cuarto título del Acciona Open de España, sino también por los numerosos compromisos publicitarios que tendrá que atender.
El lunes a primera hora tomó el primer contacto con el recorrido madrileño. “El campo está muy bien, en muy buenas condiciones”, comentaba el ganador del Masters de Augusta antes de su llegada un acto organizado por Mercedes en el Real Club de La Moraleja, con las habituales sesiones de autógrafos y fotos.
- Usted no viene al Open de España por dinero. Tampoco cree la Ryder deba tener una motivación económica.
- El martes en Roma me preguntaron si pagaría por jugar la Ryder y dije que sí. Desde 1979 no se ha pagado a nadie, ni si quiera sé si se cubren los gastos de los viajes. Seve, Chema y otros grandes jugadores de Europa crearon este torneo y es nuestro deber mantener el nivel. A mí no me tienen que pagar, nos pagan los gastos de ir y volver y nos tratan como a dioses, a mí no me tienen que pagar. Ni hace falta.
- Pero hay gente que gana mucho dinero con ese evento, ¿no sería lógico que los motores de la Ryder, que son los jugadores, participaran de ese beneficio?
- La PGA y European Tour ganan dinero haciendo esto y nosotros no, pero yo digo que no tengo que cobrar por jugar la Ryder Cup, es suficiente con lo que nos dan: los regalos de equipo, los recuerdos…
Mercedes Benz ha hecho una generosa apuesta por el golf, con el Mercedes Golf Trophy, uno de los mejores circuitos amateurs del mundo, cuyos ganadores pudieron verse ayer junto a Jon, y también a embajadores de la empresa, como Bernhard Langer.
- ¿Con qué se queda de todo lo vivido durante toda la semana de la Ryder Cup?
- Si me tuviera que quedar con algún momento no sería uno mío, sino uno de Justin Rose. Ese momento en el que metió el putt del 18, el viernes por la tarde, para empatar el partido, porque tuvo una reacción muy especial: se dio la vuelta y empezó a señalarnos a todos, diciendo ‘para ti, para ti, para ti’. Creo que fue muy emocionante…Si mi putt en el 18 no hubiera tenido tanta suerte, hubiera escogido ese momento, aunque por suerte entró.
Antes de que Rahm emprenda su nuevo compromiso del día, pudo profundizar un poco más en el dominio europeo de este año y los posibles roces en el vestuario americano: “Este año teníamos presión, te recuerdan que en Europa no habíamos perdido en 30 años. Realmente no se que pasa en el vestuario americano, comparado con el nuestro porque en teoría por palmarés tendríamos que perder todos los años. En el lado americano hay jugadores con mucha personalidad a los que les cuesta un poco más jugar en equipo. Un par de caddies este año han sido parte de los dos equipos y ellos podrían explicarlo mejor, pero hay diferencias, una de ellas, si os fijásteis es que los caddies americanos y los jugadores tenían uniformes diferentes, nuestros caddies y nosotros teníamos el mismo uniforme. Hay detalles pequeños que pueden marcar diferencias”.
Rahm terminó de saludar a los aficionados sin apenas haber comido y puso rumbo al Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid, probablemente el acto más importante de toda la semana. El golfista inauguró El jardín del golf, una instalación recreativa que pretende hacer más amena la estancia de niños ingresados en el hospital. “Esto es vuestro, para que lo disfrutéis, para que juguéis como os de la gana”, dijo un Rahm, emocionado, ante una veintena de niños que no le quitaban ojo.
Algunos de los más pequeños se abrazaron sus piernas y le entregaron dibujos y un pequeño oso de peluche, que Rahmbo guardó como el mejor tesoro. “Estas cuestiones te ponen en perspectiva, para saber qué es lo verdaderamente importante”, dijo el campeón español antes de despedirse del público y periodistas.