Gakpo y Malen desatan el vendaval de la ‘Oranje’ ante Rumanía para estar en cuartos

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Países Bajos lleva mucho tiempo viviendo en la Eurocopa del recuerdo de lo que fue. En los Mundiales suele dejar su sello, lo hizo en Qatar, pero en el continente se baja de la pelea antes de tiempo. 24 años, seis ediciones del torneo, llevaba la ‘Oranje’ sin superar una eliminatoria, pero deshacerse de Rumanía fue un paseo. Aunque el marcador se mantuvo ajustado demasiado tiempo, los neerlandeses ya no encontraban más formas imaginativas de plantarse en el área rumana. De tanto insistir, llegó. Entre Gakpo y Malen, a quien Koeman sacó del banquillo tras el descanso, liquidaron a la selección de Iordanescu, firme en la fase de grupos, deshecha en el cruce de octavos. [Narración y estadísticas (0-3)]

No entraba Países Bajos en ninguna quiniela de candidatas a ganar la Eurocopa, pero puede que llegue a tiempo. Avanza por la parte cómoda del cuadro y, lo es que mejor, ha crecido con el paso de los partidos. Koeman ha encontrado la tecla y sus jugadores, construyendo desde una defensa hormigonada por Van Dijk, van encontrando los pasillos al área. En su debe ya sólo aparece el acierto, que sigue siendo pobre.

Rumania saltó al césped sin complejos y descarada, tratando de sorprender y darle un golpe de mano al duelo. De hecho pudo haberlo logrado Man con un disparo cruzado buscando la escuadra en la que, solo, voló desde la orilla derecha al centro del área par armar la zurda. Eso fue todo lo que lograron los rumanos. Porque inmediatamente después, las burbujas de su efervescencia desaparecieron y a los 20 minutos ya tenía el marcador en contra.

En las redes de Simons

Gakpo tiró de jerarquía para escaparse por la banda, regatear al lateral del Rayo Ratiu y golpear al palo corto ajustado al poste. No apareció el guardameta Nita para evitar el tercer gol del extremo del Liverpool. Desde ese instante, el partido ya tuvo un dueño sin que Rumanía fuera capaz de evitarlo. Fue como si se hubiera desatado un vendaval, aunque les dio tiempo a cerrar puertas y ventanas. Se sucedieron los ataques y los saques de esquina que, uno tras otro, no se convirtieron en gol.

Muy cerca lo tuvo De Vrij cuando, solo en el segundo palo, recibió la pelota telegrafiada por Memphis Depay. Tampoco es que pudiera abroncarle el delantero del Atlético, que tuvo ocasiones así de claras que tampoco mandó al fondo de la red.

Cuando Rumanía intentaba correr, caía en las redes de Xavi Simons o Schouten y de nuevo arranca un ataque neerlandés. Así toda la primera parte y pudo irse al descando con más ventaja si Simons no se hubiese enredado con la asistencia que le puso Dumfries al punto de penalti, sólo por querer acomodársela a su pierna diestra. La respuesta la tuvo Dragus aprovechando una recuperación de Hagi ante un, por una vez, confiado Van Dijk.

Simons centra de rabona ante Ratiu.AFP

Lo único que cambió tras el paso por el vestuario es que Koeman entendió que Malen le podía poner más picante en la derecha que Bergwijn. Convivir con Rumanía durante 45 minutos más con una ventaja tan corta exigía correr algún riesgo medido. No se equivocó. Malen acabó de redondear el partido más completo de Países Bajos en el torneo, pero costó.

20 saques de esquina

Depay la tuvo antes con un disparo tras una carambola en los defensas que salvó Stanciu casi bajo palos. De ahí no salía. Si en la primera parte los neerlandeses sacaron 10 córners, en la segunda fueron otros tantos. Uno de ellos lo mandó Van Dijk al palo. La descomposición del equipo de Iordanescu ante la mirada contrariada del mítico Gica Hagi en el palco. Nita evitó el segundo de Gakpo, que se recorrió a la carrera todo el campo para llegar a la frontal y armar el tiro que despejó el arquero. De ese córner también pudo nacer el tanto que buscaba, pero lo cazó en fuera de juego.

El partido estaba tan volcado que era cuestión de ir probando a ver cuándo la pelota volvía a entrar. Lo hizo, de nuevo, un desafortunado Depay, que tiró de picardía y, aprovechando que los rumanos no tumbaron a un hombre a los pies de la barrera, lanzó un libre directo rasito que rozó el palo corto. Otra vez la madera impediría aumentar la ventaja cuando apareció Veerman, renacido tras el varapalo ante Austria, para probar. Se acercaba el final y creían las oportunidades, también para Simons, que tampoco acertó. Pero Gakpo estaba empeñado en enterrar a Rumanía, por si se le ocurría resucitar.

Peleó hasta la línea de fondo con Dragusin, que se confió en que la pelota salía. No sólo se la ganó casi pegada al palo, sino que con el exterior le sirvió el tanto a Malen, que aparecía de segunda línea. La tarea ya estaba hecha, pero el jugador del Dortmund quería más. Aprovecharon el último empuje de Rumanía para cazarles en una contra. Robó Simons casi en su área, y lanzó a correr por la derecha a Malen para que amarrara los cuartos de final.

kpd