“En el culturismo, lo que manda es la disciplina”

"En el culturismo, lo que manda es la disciplina"

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Víctor Mora, vencedor del Trofeo Promesas Total Activity AMCFF 2023 en categoría Classic Bodybuilding en su debut competitivo, evita marcarse límites: «Quiero llegar hasta donde mi cuerpo, mi salud y mi genética me lo permitan»

El estreno en competición de Víctor Mora (Madrid, 1999) no pudo ser más exitoso. No en vano, se proclamó vencedor del Trofeo Promesas Total Activity AMCFF 2023 en la categoría Classic Bodybuilding. Es decir, una categoría en la que el peso del atleta debe estar proporcionado a su altura de acuerdo con una fórmulas preestablecidas. Y en la que, por tanto, los competidores presentan un aspecto tal vez algo más armonioso en comparación con la imagen de los culturistas que prácticamente la gran mayoría tenemos en mente.

«En Classic Bodybuilding se busca un cuerpo más estético, con unas proporciones muy similares a las que tengo yo, que básicamente es tener la cintura muy finita y mucha amplitud clavicular. Es un poco donde encaja mi físico y, además, al tener esa limitación de peso, los atletas contra los que compites no van a ser exactamente grandes y eso es algo que ahora me conviene, porque tengo un peso bastante bajo y soy bastante pequeñito», confiesa. No obstante, por supuesto, no quiere ponerse límites. Así lo demuestra con algunas de las imágenes que comparte a través de su cuenta en Instagram, @vizormora. «Todo culturista busca ser lo más grande posible. Al final, llega un punto en que, si estás en una categoría en la que tienes limitado el peso, no consigues ese objetivo, que es crecer. Tengo bastante claro que, en el momento en que me pase de ese peso máximo, me moveré a la categoría principal», señala.

No en vano, en este deporte es el propio competidor, siempre asesorado por sus entrenadores, quien decide en qué categoría va a competir. «Incluso, puedes competir en más de una. Simplemente, lo que tienes que hacer es pagar la correspondiente inscripción en cada una de ellas», señala un Víctor Mora que quiere destacar también que la estética no sólo se limita a la categoría Classic Bodybuilding: «Hay cuerpos muy grandes que compiten en categoría VIP que son también muy estéticos. Al final, no deja de ser algo que depende de la genética: tú naces con unas características de patrones estéticos y eso no lo puedes cambiar. Si tienes la cintura fina, la vas a tener así siempre y si la tienes ancha, tampoco la puedes hacer fina. Hay culturistas muy masivos que son muy estéticos también».

Hay un mito muy extendido entre los profanos: el culturismo requiere jornadas maratonianas de gimnasio. Y no es cierto. «Entreno cinco días a la semana. Es una rutina enfocada puramente a la hipertrofia muscular. Se trata de hacer entrenamientos muy intensos, con el máximo peso posible, con una buena técnica. Mis entrenamientos duran una hora o una hora y media como mucho. La gente piensa que estamos cuatro o cinco horas en el gimnasio, y no es así», explica. «En el culturismo, lo que manda es la disciplina. Mucha gente se mueve por la motivación, y eso, a veces, viene y va. Sin disciplina, no vas a hacer las cosas», apunta. Disciplina que se hace extensiva, cómo no, a todos los ámbitos. «A nivel de alimentación, tengo una dieta cerrada. En cada comida que hago, peso los alimentos antes de cocinarlos. Todo es muy medido, tengo pautadas todas las comidas a lo largo del día, de la primera a la última, pero sí es cierto que una o dos veces a la semana, cuando estoy fuera de temporada y no voy a competir, me permito irme a cenar por ahí con mi chica o con mis amigos y comerme una hamburguesa o lo que me apetezca», asevera.

¿Hasta dónde quiere llegar? No se pone límites. El único, tal vez, la edad. «Quiero llegar hasta donde mi cuerpo, mi salud y mi genética me lo permitan. A nivel de edad, depende de lo que aprecies tu salud. En este deporte puedes competir hasta los 70 años, hay atletas que siguen compitiendo con esa edad. Pocos, pero los hay. Yo creo que, en mi caso, lo mejor sería llegar hasta los 40 o 42 años. Este deporte implica muchísimo desgaste y las lesiones, quieras o no, tarde o temprano van llegando», destaca. El culturismo exige mucha disciplina y el dolor es un compañero muy habitual, pero no lo considera en absoluto un sacrificio. «Cuando alguien decide hacer algo por su propio pie, no se está sacrificando, se sacrifica el obrero, que se levanta a las cinco de la mañana para ir a trabajar y dar de comer a su familia. Poder hacer el deporte que me gusta es duro, pero en ningún caso lo considero un sacrificio. Todo lo contrario. Para mí, es un privilegio», sentencia.

kpd