El Villarreal ha hecho pública este martes, a través de un comunicado, la destitución como entrenador del primer equipo de Quique Setién. La decisión se ha tomado después de que el equipo haya comenzado la temporada con tres derrotas en los cuatro primeros partidos disputados en Liga.
En el escrito, el club destaca la “gran profesionalidad y compromiso” del técnico y muestra el aprecio que le tienen tanto a él como a su cuerpo técnico por “haber asumido el mando en una situación complicada durante la pasada temporada”. El club también le reconoce al cántabro su buen hacer durante la pasada campaña, en la que el equipo ” realizó una gran temporada, dando promoción a muchos jóvenes de la cantera, y logró la clasificación para la UEFA Europa League tras alcanzar la quinta posición en la Liga”.
Tras la salida de Setién, el director de fútbol del club, Miguel Ángel Tena, será el encargado de asumir el cargo de forma interina y de dirigir el miércoles la sesión del equipo prevista para las 18.30 horas en la ciudad deportiva José Manuel Llaneza.
Fue una de las imágenes del Metropolitano en la mágica noche ante el Inter, aunque hoy el equipo esté fuera de la Champions. Medio estadio comiéndose las uñas, los jugadores abrazados y Simeone agazapado en la entrada del túnel de vestuarios sin mirar hacia los penaltis y perdiéndose el milagro de Oblak. "Se me vino el partido del Bayer Leverkusen. Vi los dos primeros penales y los anotaron, el segundo no lo vi y lo paró Jan. Si te están marcando el camino, sigue ese camino", confesó el técnico entre risas.
"Simeone es la persona más maniática que me he encontrado". El que habla es el exfutbolista y expupilo del argentino en el Atlético de Madrid, Guilherme Siqueira. El brasileño militó temporada y media con los rojiblancos (2014/15 y la mitad de la 15/16) y no se olvida de las numerosas manías no sólo del Cholo, también del Profe Ortega. "Una vez se paró el altavoz donde suenan siempre las mismas canciones 10 minutos antes de calentar y el Profe se volvió loco: '¿Qué está pasando?', gritaba y era como si ya fuéramos perdiendo 0-1", reveló Siqueira.
El lateral izquierdo también recuerda las idas en bus desde el hotel de concentración con las mismas canciones de rock a todo trapo que no le dejaban ni oír su propia música y la respuesta que le dio su compatriota Joao Miranda cuando le preguntó a ese respecto en uno de esos viajes. "¿No te has dado cuenta? Es todo superstición, Sique".
Y es que el Atlético venía de ganar LaLiga el año anterior, la 2013/14, con aquel empate en el Camp Nou con gol de Godín por lo que el cuerpo técnico rojiblanco decidió repetir las rutinas que, creían, les hicieron campeones. "Cuando vovíamos del calentamiento, Gabi cogía un balón, se lo pasaba al Cholo y este empezaba a botarlo sin parar... todo igual, siempre lo mismo", confiesa Guilherme.
Si el deporte es un compendio de talento, trabajo y suerte, en el fútbol este último factor es el que menos se intenta dejar al azar. Son incontables los jugadores o entrenadores que tienen sus propias rutinas para concentrarse en el juego. "Al hacer siempre lo mismo, me siento más seguro. Es importante para la percepción de control. Tengo la sensación de que controlo, fortalece la autoconfianza, reduce el estrés y mantiene mi foco atencional donde yo quiero que esté", explica David Peris, presidente de la Federación de Psicología en el Deporte.
Si nos fijamos bien en cada partido podemos ver algunas de ellas. Las más habituales son, por ejemplo, jugadores que siempre pisan primero el césped con el pie derecho, los que tienen prendas fetiche o amuletos a la hora de afrontar los encuentros o los que siempre entran al campo al final de sus equipos.
El Arsenal jugó unos minutos la ida de los octavos de Liga de Campeones en 2009 ante la Roma con nueve jugadores porque Kolo Touré, cuya obsesión era entrar el último al terreno de juego, quiso esperar a que los servicios médicos del club atendieran a su compañero William Gallas en el descanso del partido. Encima, el central marfileño fue amonestado por entrar al campo sin permiso. Afortunadamente para él, su equipo avanzó de ronda y llegó hasta semifinales donde fue apeado por el Manchester United.
"La línea es si tú controlas tus rutinas y te ayudan. Cuando tu no las controlas y son una obligación o te produce ansiedad no hacerlas es el límite", define Peris la diferencia entre rutinas y lo que podrían considerarse enfermedades mentales, como las que describe el ex futbolista de la Real Sociedad, Zuhaitz Gurrutxaga en Subcampeón, el libro que coescribe con Ander Izagirre. El jugador llegaba a disputar partidos intentando cruzar las líneas del terreno de juego con el pie derecho, algo parecido a Jack Nicholson en la película Mejor Imposible.
Pepe Reina tiene un ritual antes del inicio del partido que le lleva un minuto y consiste en saludar a sus defensas en cierto orden, tocar los dos palos de la portería y avanzar desde ella hasta el borde del área y vuelta en tramos de seis pasos. Pero si hay una manía curiosa del portero es la de llenar el depósito del coche antes de los partidos porque una vez lo había hecho y le había ido bien. "Asocias un recuerdo positivo y lo quieres recuperar, pero hay que evitar que sea una obsesión", comenta Peris.
"Las supersticiones vienen de estar mucho tiempo solo. No paras de pensar. Tienes hábitos, pelis, música, llamadas a la familia, zapatillas... Piensas: 'si la cosa va bien, hago lo mismo", revela Siqueira y confirma la teoría de Peris de que cada uno genera sus propias rutinas para sentirte "conectado al fútbol".
Es al dejar el fútbol, cuando muchos futbolistas son más conscientes de las obsesiones que tenían cuando jugaban. El toquecito en el larguero de Casillas cuando marcaba su equipo, las botas de medio número menos de Aitor Ocio por incrementar las "sensaciones" o el no disparar a puerta en el calentamiento de Hugo Sánchez para "no gastar goles". "Siempre tienen más supersticiones los futbolistas que los cuerpos técnicos", apunta Siqueira.
No es el caso de Simeone, que supera con creces a todos sus jugadores y sus manías llegan también a afectar al departamento de viajes del club, que tiene que cambiar de hotel cuando el resultado es adverso, o los horarios de desplazamientos del equipo, o los jugadores que dan la rueda de prensa. Aunque que Witsel hablara en la previa ante el Dortmund por tercera vez en Champions, no terminó igual de bien que las dos anteriores. "Lo que te ayuda hay que mantenerlo y lo que no, evitarlo", concluye Peris.
La defensa del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales ha comunicado a la jueza que lo investiga por presuntos contratos irregulares al frente del organismo federativo que tiene previsto volver a España el próximo 6 de abril y que está "a plena disposición" del juzgado.
El escrito, al que ha tenido acceso EFE, fue presentado en la mañana de ayer, poco después de que se conociera la operación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en la que se registró su vivienda en Granada y la sede de la federación, entre otros inmuebles.
En él, la abogada de Rubiales explica a la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda que su cliente tiene billete de vuelta de República Dominicana el próximo 6 de abril en un vuelo que tiene programada la llegada a Madrid a las 11:25 horas.
Su mujer y sus hijas prevén volar a ese país el 29 de marzo y volver con Rubiales el día 6, según el mismo escrito, en el que se adjunta la reserva de vuelos de toda la familia.
En cuanto a su posible arresto -previsto para cuando llegue a España-, su defensa expone: "Desconocemos si ha sido ordenada la detención del Sr. Rubiales Béjar, pero mediante este escrito deseamos poner de manifiesto que el mismo se encuentra a plena disposición de este Juzgado en aras a esclarecer la investigación en curso".
Rubiales está investigado por posibles delitos de corrupción, aunque no figuraba entre las siete personas que la UCO preveía detener ayer, dado que tanto la jueza del caso como los investigadores sabían que desde hace días no se encontraba en España.
Los agentes de la Guardia Civil registraron ayer su vivienda de Granada en busca de contratos posiblemente irregulares de los últimos cinco años en la Federación, en coincidencia con su etapa al frente de la entidad.
Un registro que se suma a otros diez, entre ellos el de la sede de la Federación y el estadio de La Cartuja en Sevilla, en una jornada en la que hubo siete detenciones: cinco en Madrid y dos en Granada. Entre estos arrestos, el de un hombre de confianza de Rubiales, el asesor jurídico externo de la Federación de Fútbol, Tomás González Cueto.
Otros de los detenidos son los directores de Servicios Jurídicos y de Recursos Humanos de la Federación, Pedro González Segura y José Javier Giménez, respectivamente.
Además, ha sido detenido el hermano del director de Servicios Jurídicos, Ángel González Segura, directivo de una de las empresas, la constructora Gruconsa, elegida para obras en el estadio La Cartuja de Sevilla, que acoge la final de la Copa del Rey.
Como investigado aparece también Ramón Caravaca, administrador de una empresa que supuestamente pagó el presunto espionaje al presidente del sindicato de futbolistas, David Aganzo.
El dispositivo está dirigido por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Majadahonda (Madrid), en coordinación con la Fiscalía contra Corrupción y la Criminalidad Organizada y con la UCO.
Se trata del mismo juzgado que comenzó a investigar el contrato para el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí firmado por Rubiales con el empresario y exfutbolista Gerard Piqué, y redactado por el despacho del asesor jurídico externo de la Federación de Fútbol, es decir, de González Cueto, uno de los detenidos.
Un póquer de osados derrota a un pelotón desquiciado por una pelea estéril entre los velocistas. El francés Ben Thomas se anotó la victoria en la amurallada Lucca tras aprovechar una escapada en el tramo final de la etapa en la que también se metieron Michael Valgren (EF Education-EasyPost), Enzo Paleni (Groupama-FDJ) y Andrea Pietrobon (Team Polti Kometa). El pistard olímpico galo otorga el primer triunfo al Cofidis en esta temporada.
En la espléndida primavera de la Toscana. Los equipos de los sprinters quedaron en evidencia. Los cuatros escapados se marcharon cuando sólo quedaban un puñado de kilómetros para la clausura, pronto sumaron 45 segundos de renta y a partir de ese momento apareció en descontrol en el grupo perseguidor. Jonathan Milan y sus lanzadores del Trek reclamaban a los integrantes del Alpecin, Soudal y Visma que les relevaran en la punta de lanza. Unos se hacían los sordos, otros se escondían. Cuando se pusieron de acuerdo ya era muy tarde.
Los fugados se compenetraron espléndidamente. Pietriobon lo intentó con un ataque a falta de 600 metros, pero el empuje de Thomas fue insuperable. Primer triunfo del curso para el corredor de 28 años, que el pasado logró una etapa en los Cuatro días de Dunkerque.
El francés acaparó notoriedad en la monumental Lucca, cuna de los compositores Giacomo Puccini y Luigi Boccherini. También es la patria de Mario Cipollini, uno de los sprinters más formidables de siempre, que atesora el récord de victorias en el Giro, 42, una más de Alfredo Binda. Fue el más astuto de una jornada etapa nerviosa, con varios enganchones que provocaron las caídas, entre otros, de Woods, Valter, Milesi y Foss.
Una etapa que precedió a la estresante cita de este jueves, con la presencia del temido sterrato, esa tierra prensada que acelera el pulso de los corredores. Un escenario incómodo en el que Tadej Pogacar siempre ofrece altísimas prestaciones, como ya demostró esta temporada con el apabullante dominio en la Strade Bianche. Un día para los clasicómanos y los rodadores más potentes.
La cita, que sale de Torre del Lago Puccini y finaliza en Rapolano Terme, consta de 180 kilómetros, con un trazado plano hasta el ecuador del ejercicio. Los tres tramos de pista sin asfaltar, con un total de 11,6 kilómetros, están situados en la última parte de la etapa. 50 kilómetros estresantes. El primer desafío aparece en el kilómetro 130 y tiene una longitud de más de 4.000 metros. Sin apenas descanso irrumpe el segundo segmento, en Grotti, que romperá la carrera debido a sus 4,8 kilómetros de subida. El tercero está situado sólo a 16 kilómetros de la meta y tiene una longitud de 2.400 metros, con subida y bajada. Martirizantes obstáculos del polvo y la grava. Trabajo extra para los mecánicos.
Un territorio comanche en el que Pogacar amenaza con divertirse y martirizar a sus enemigos. Un día divertido en el que algún aspirante al podio podría despedirse de sus opciones. Este Giro no ofrece tregua.