Vinicius Júnior aterrizó por fin en el Mundial de clubes con una hora extraordinaria ante el Salzburgo. El brasileño anotó el primero tras un gran pase de Bellingham y regaló el segundo a Valverde con una pisada que recordó a aquel tacón de Guti en Riazor. Gonzalo, que sigue impresionando a todos, sentenció. Disfrutó y siguió evolucionando futbolísticamente el Madrid, que cuajó sus mejores minutos del torneo y ya está en octavos, donde se medirá a la Juventus (martes, 21:00 hora española).
Fue una noche de cambios en Filadelfia. Xabi Alonso mantuvo el bloque que goleó al Pachuca y sólo introdujo un cambio en la alineación: Rüdiger en lugar del sancionado Asencio. Pero el vasco modificó el esquema. Situó a Tchouaméni entre el alemán y Huijsen y jugó con tres centrales tanto en ataque como en defensa. Un sistema que permitió más espacios en el centro del campo para Valverde, Güler y Bellingham, con Vinicius y Gonzalo en la punta del ataque y Fran García y Alexander-Arnold abiertos en banda.
Después de ocho entrenamientos en Estados Unidos con la plantilla al completo a las órdenes de Xabi Alonso, salvo el enfermo Mbappé, el Madrid fluyó con balón, tuvo ritmo en su dominio sobre el rival, presionó cuando perdió la pelota y disfrutó sobre el césped del Lincoln Field, casa de los Philadelphia Eagles, últimos campeones de la NFL.
La posesión madridista construyó ocasiones con el paso de los minutos, teniendo paciencia con balón, moviéndose sin él, atrayendo rivales y generando espacios a la espalda de la defensa. La primera oportunidad clara llegó en el 19, cuando Vinicius se quedó sólo ante Zawieschitzky tras un pase de Bellingham, pero definió centrado. No sería la última palabra el brasileño. En la jugada siguiente, Güler encontró a Fran con un pase picado y nadie acertó a rematar en el área.
Alonso insistía en la necesidad de presionar y de tener un equipo “muy junto“, y funcionó hasta que duró el físico de su plantilla. Pasada la media hora, el Madrid bajó una marcha y el Salzburgo acumuló más balón y peligro sobre el área de Courtois, hasta que llegó el gol.
Cinco minutos de Vinicius, 0-2
Bellingham se inventó un pase vertical de 30 metros, raso, hacia la carrera de Vinicius, el brasileño se plantó en el área, recortó hacia su izquierda y definió de zurda al palo del portero. Su primer tanto en un torneo que estaba siendo irregular para él, pero que cambió tras la noche de Filadelfia.
Cinco minutos después, el brasileño volvió a recibir al espacio tras desviar un defensa el pase de Güler, avanzó y pisó la pelota para la llegada de Valverde, que marcó con facilidad ante el guardameta. Fue, con distancias, el tacón de Guti en Riazor.
Bajón madridista
Tras el descanso, el Madrid comenzó a acusar el cansancio y Courtois empezó a aparecer. Los madridistas acumularon errores en la distribución y despistes en la marca y el Salzburgo tuvo sus mejores momentos del duelo. Daghim hizo volar al belga y cinco minutos después envió alto un disparo dentro del área. Más tarde fue Kjaergaard quien definió desviado y en la siguiente Bellingham tuvo que sacar sobre la línea el gol austríaco.
Alonso movió al equipo, dando entrada a Modric, Rodrygo y Jacobo Ramón, que sustituyó a Rüdiger, ya con molestias. Vinicius y Güler, exhaustos, dejaron el campo. El Madrid se recompuso y tuvo opciones a la contra mientras el Salzburgo seguía queriendo el balón. Valverde no acertó a conseguir su doblete, Gonzalo no definió un uno contra uno contra el defensa… Pero en el minuto 84 el canterano mantuvo su idilio con el Mundial. Recibió un pase en largo, se fue en carrera de un defensa y definió con una sobresaliente vaselina ante la salida del portero. El joven atacante ya lleva dos goles y una asistencia y parece haber llegado para quedarse.