El juzgado mercantil número 10 de Barcelona ha denegado al Barcelona la cautelar con la que el conjunto azulgrana pretendía prorrogar la inscripción del mediapunta Dani Olmo en LaLiga EA Sports hasta final de temporada, según han confirmado a EFE fuentes del club catalán. La entidad catalana presentará una nueva demanda el lunes 30 de diciembre en un juzgado de primera instancia para intentar lograr la cautelar para que el internacional español pueda seguir jugando en la segunda mitad del curso. El plazo de la inscripción del jugador finaliza el 1 de enero.
Dani Olmo ha podido jugar hasta ahora con el Barcelona por ocupar a baja por lesión de Andreas Christensen, pero el danés ya está recuperado y recuperará su plaza en enero.
Al Barcelona aún le queda tres opciones más para recuperar a Dani Olmo. La primera es la mencionada resolución de un Tribunal del lo Contencioso Administrativo del próximo día 30, la segunda es una palanca con la venta de palcos vip y la tercera, un aval personal de Joan Laporta.
La policía sudafricana ha hallado el cadáver del ex campeón mundial de salto de altura Jacques Freitag tras su desaparición el mes pasado, según informaron los medios locales.
Las informaciones señalaban que el deportista, de 42 años, que ganó el título mundial en 2003 en París y compitió en los Juegos Olímpicos de 2004, había sido tiroteado. Su familia declinó hacer comentarios.
La policía dijo que había encontrado el cadáver en un descampado cercano a un cementerio de la ciudad de Pretoria.
Chrissie Lewis, su hermana, había pedido ayuda en las redes sociales para encontrar a Freitag, que desapareció en la madrugada del 17 de junio tras salir de casa de su madre.
Dos finales olímpicas perdidas no son cualquier cosa, no es algo que se vaya así como así de los pensamientos de un deportista profesional cuando la vida le ha dado la oportunidad de regresar al lugar de sus pesadillas, pero también de sus anhelos.
Lo han ganado todo, también Mundiales y Europeos, pero Londres y Tokio no se olvida.
En La Défense, es el partido de sus vidas. Aunque suene tópico.
Lo es para las jóvenes, lo es para las que cayeron hace tres años por primera vez, pero, sobre todo, lo es para las cuatro veteranas de un colectivo para la historia del deporte español. Pili Peña, Maica García, Laura Ester y Anni Espar. Su tercera final olímpica de cuatro oportunidades. También para Miki Oca. Y esta vez no está EEUU enfrente, con la que ya saldaron cuentas tras 11 años de derrotas en la primera fase. Igual que con los Países Bajos en esa semifinal taquicárdica en la que Martina Terré paró un penalti con el alma en la tanda.
Había sonrisas y rostros de confianza antes del comienzo, el trabajo hecho, la fe en sí mismas. También en Australia, la sorpresa del torneo, una rival que ya fue campeona olímpica en Sidney 2000, aunque que llevaba seis años sin derrotar a España. Pero el primer acto en La Défense fue áspero, como si en vez de en agua avanzaran en barro. Ambas porteras, Terré y Gabriella Palm, eran las absolutas dueñas de la piscina. Un tanto en escorzo de Paula Leitón desde la boya igualó el penalti inicial de Alice Williams, la misma que en el último segundo hizo el 2-2.
El turno de Bea Ortiz
Sin perder la paciencia, pero la selección estaba enredada en la tela de araña aussie. Estuvieron 11 minutos las de Oca sin marcar, cada ataque un naufragio. El momento crítico. Hasta que Maica García rompió la racha. El suyo fue el único gol de todo el segundo cuarto; Australia tampoco estaba para fiestas.
Pero tras el descanso, el cuchillo. Era la hora de la verdad, el momento tan esperado. Tomó las riendas Bea Ortiz, que enhebró tres goles de carrerilla, tres disparos que elevaron a España.
Ya nada las podía parar. Ni las remontadas pretéritas de una Australia que tampoco sabía lo que era perder en estos Juegos. Y eso que un gol sin ángulo, en el último segundo de la posesión, de Sienna Hearn, arrimó a las de Bec Rippon (6-7). Pero esta final la iban a ganar. Y de nuevo la heroína de La Défense, Bea Ortiz. Y después Maica, y Anni Espar. Y las lágrimas cuando todavía faltaban dos minutos y Terré seguían parándolo todo (hasta 15 intervenciones) y ya sabían que toda esta espera había merecido la pena.
En 1996, Miki Oca, el primer español ya en tener un oro olímpico como jugador y entrenador, había ganado un oro en Atlanta para el waterpolo nacional. Pero faltaban ellas, una selección que ya era leyenda y que en París 2024 lo corroboró a lo grande.
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