El Espanyol llevará su descenso a la justicia ordinaria

El Espanyol llevará su descenso a la justicia ordinaria

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El club blanquiazul considera que ha sido perjudicado por varias decisiones arbitrales que habrían afectado también a su patrimonio. Además, competición desestima la reclamación por el posible gol fantasma de Griezmann concedido por el VAR.

El defensa del Espanyol Oscar Gil al término del partido contra el Valencia.Biel AlinoEFE

El Espanyol aún no ha dicho su última palabra sobre el que, al menos hasta el momento, es su sexto descenso de categoría en toda su historia. La entidad blanquiazul considera que se ha visto seriamente perjudicada por varias decisiones arbitrales a lo largo de la presente campaña que habrían acabado por cristalizar en una pérdida de categoría que le supone un duro golpe a su patrimonio.

Por eso, quiere que los tribunales ordinarios se pronuncien sobre este extremo y se prepara para acudir a ellos la semana que viene. “Desde el club consideramos que hay varias decisiones arbitrales y del VAR que no entendemos y que han tenido una incidencia directa en nuestro descenso. Creemos que nos habíamos ganado el derecho de jugarnos la permanencia en casa, en la última jornada, y no nos han permitido poder hacerlo”, asegura Joan Capdevila, ex futbolista y miembro del área institucional de la entidad.

Fuentes del club reiteran que no se trata de buscar que se corrijan posibles errores arbitrales, sino que son, en todo caso, diversas situaciones extraordinarias que habrían resultado perjudiciales para los intereses del Espanyol. El rearbitraje, por así decirlo, de la acción que le costó la tarjeta roja a Vinicius ante el Valencia y que después fue retirada por Competición, desde su punto de vista, abre la puerta a esta opción.

Por ahora, ya ha procedido a la recopilación audiovisual de todas las acciones en las que considera haberse visto seriamente perjudicado, con el objetivo de apoyar documentalmente sus argumentaciones. Una información en la que, además del posible gol fantasma del Atlético de Madrid, hay varias acciones de expulsiones de jugadores blanquiazules, goles finalmente no concedidos por faltas previas e, incluso, la acción del salto de César Montes con Mamardashvili sancionada como falta en una jugada que podría haber supuesto el 1-3 frente al Valencia el pasado fin de semana, una falta sobre Braithwaite previa al definitivo 2-2 o un posible penalti sobre el danés, casi al final del duelo, que podría haber cambiado drásticamente el resultado del mismo.

De momento, el Comité de Competición ya ha decidido desestimar la primera reclamación del club en las instancias deportivas por el gol de Griezmann que supuso el momentáneo 0-2 en su duelo con el Atlético de la semana pasada y que subió al marcador tras pasar por el VAR. El Espanyol argumentó que la concesión de ese tanto fue «una negligencia manifiesta» que acabó por provocar «una adulteración del partido».

Competición, no obstante, considera que no tiene las competencias necesarias para juzgar esta acción, dado que, de acuerdo con sus argumentos, los hechos denunciados no responden a ninguna infracción de las reglas del juego. El club, por lo pronto, ya ha decidido llevar este caso también a Apelación y, si fuera necesario, llegará también hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Una vía deportiva que se acompañará, en paralelo, con la decisión de acudir también a los tribunales ordinarios.

Precedentes

Los precedentes de otras entidades deportivas en casos parecidos parecen inclinarse a favor de los argumentos del club. El Obradoiro, por ejemplo, consiguió que la justicia ordinaria le diera la razón y obligara a la ACB a hacerle un hueco en la máxima categoría del baloncesto español en la temporada 2007-08 con las condiciones de la temporada 1990-91 después de que su ingreso se viera paralizado de nuevo en la campaña 2003-04. Aunque, en ese caso, la admisión se produjo después de que varios tribunales le dieran la razón y de que el caso llegara hasta el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el encargado en última instancia de dirimir las condiciones de acceso ante la falta de acuerdo entre las dos partes. La ACB quería que se aplicaran las condiciones vigentes en el momento de la admisión, mientras que el club reclamaba que fueran las del momento en que se produjo la irregularidad que le impidió hacerlo directamente por la vía deportiva.

En 1995, por otro lado, la entonces Liga de Fútbol Profesional tuvo que ampliar la competición a 22 equipos tras un descenso administrativo de Sevilla y Celta, por no haber presentado a tiempo los correspondientes avales, que no llegó a hacerse finalmente del todo efectivo ante las masivas protestas de sus seguidores.

kpd