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El argentino, que no recibió todavía ofertas para seguir en la NBA, abre la puerta a su regreso al club blanco, aunque las posturas económicas no están cercanas.
No hace ni dos años, Facundo Campazzo puso rumbo a la NBA, el siguiente escalón de una ascensión asombrosa. Una huida necesaria, la oportunidad de una vida. En 2014 había llegado al Real Madrid como MVP de la Liga argentina con Peñarol de Mar del Plata y, tras dos temporadas cedido en Murcia y mucho esfuerzo por adaptarse y mejorar físicamente, se hizo rey del conjunto blanco hasta llamar la atención de la mejor liga del mundo. No resultó un adiós conflictivo, pero tampoco fue limpio: una altísima cláusula de rescisión a pagar, una marcha con la temporada empezada…
Ahora, de nuevo con el curso en Europa ya iniciado, el base puede acaba deshaciendo aquel viaje. Como su compatriota Gabriel Deck. Pese a su empeño y sus innegables condiciones, en dos temporadas y 130 partidos en la NBA, no ha logrado derribar aquel muro. Le recibieron como Francisco y fue de más a menos en Denver: no consiguió hacerse con un rol importante pese a las bajas, pues el rendimiento de Monte Morris y la irrupción del novato Bones Hyland le cortaron el paso. El pasado mes de junio, los Nuggets renunciaron a ofrecerle la qualifying offer y quedo libre a la espera de ofertas que, tres meses después, aún no han llegado.
“A la espera”
Según ha podido saber EL MUNDO de fuentes cercanas al jugador, que aguarda entrenando en su Córdoba natal la resolución de su futuro -en septiembre disputó y ganó la Americup con Argentina-, el Facu “sigue a la espera” de una propuesta de última hora de la NBA, de algún hueco por rellenar en alguna plantilla, de un resquicio por el que seguir cumpliendo su sueño. Esa siempre fue su prioridad absoluta. Pero, comprobando que los plazos se agotan, no le ha quedado otra que abrir el precinto hasta ahora prohibido: escuchará ofertas de un Real Madrid que nunca quitó el ojo a su situación o de cualquier otro equipo de Europa que se interese.
Es más, ya se han producido las primeras conversaciones con el club blanco, pero de momento el acuerdo económico no parece cercano. “Quedaron bastante lejos”, admiten los conocedores de la situación. Campazzo tuvo que hacer frente a los seis millones de euros de la cláusula del contrato que renovó por cinco temporadas en el verano de 2019. Y todavía le debe al Madrid aproximadamente dos.
En la quita de ese dinero y en el sueldo a percibir están las diferencias. Para el Facu sonaron otros equipos Euroliga (Partizán, Fenerbahçe…) y el Madrid, con su amplísima plantilla cerrada de hasta cuatro bases (aunque Williams-Goss y Alocén, que podrían ser los perjudicados con la vuelta del argentino, siguen lesionados), tiene la opción de igualar cualquier oferta continental y del derecho de tanteo en el caso de que sea un equipo ACB. Lejos ahora, condenados a entenderse después. “Ojalá”, reconocía Chus Mateo, pues no habría una guinda mejor a su primer pastel.