Giro de Italia
El esloveno, junto a Evenepoel, parte como favorito para conquistar una ronda con tres contrarrelojes, con descarado perfil montañoso y con sólo siete españoles
Saludo e intercambio de miradas cómplices en el salón de desayunos del Parador de Las Cañadas del Teide antes de lanzarse a las carreteras que arañan las laderas del volcán. Primoz Roglic y Remco Evenepoel han coincidido durante varias semanas en Tenerife para cargar las pilas antes de afrontar el Giro de Italia que hoy arranca, con una contrarreloj individual de 19,6 kilómetros en Fossacesia Marina, a orillas del Adriático, y que finaliza el 28 de mayo en Roma. Los dos favoritos de la Corsa rosa se retan tras compartir planificación y escenarios durante la temporada.
Esloveno y belga, tan distintos y tan parecidos. Ganadores natos separados por una década. Roglic (33 años) es el eslabón del ciclismo de antes con el moderno. Encandila pero no enamora. Evenepoel (23) es uno de los estandartes de una nueva generación que derrocha talento y osadía. El pequeño Merckx, después de adjudicarse la Lieja-Bastoña-Lieja por segundo año consecutivo, acude al Giro con la etiqueta de enemigo a batir. Rogla irrumpe con el impulso de arrasar este año en la Tirreno-Adriático (general y tres etapas) y de haber derrotado a Evenepoel en la Volta a Catalunya. También pretende espantar a sus fantasmas.
La repetición de la historia agobia a un esloveno que ha sido castigado por la desgracia en forma de caídas y desfallecimientos en momentos cruciales. Tiene marcado a fuego la penúltima etapa del Tour de Francia de 2020, aquella cronoescalada en La Planche des Belles Filles en la que quedó retratado con una estampa grotesca: casco descolocado, maillot abierto y gesto desnortado ante la exhibición de Tadej Pogacar. Derrota, humillación y pérdida del Tour. Ese recuerdo ingrato le atenazará durante todo el Giro, porque la penúltima jornada también se resolverá con una cronoescalada. En esta ocasión serán 18,6 kilómetros, con final en Monte Lussari, los primeros 10 kilómetros en ligera subida y los últimos ocho en duro ascenso, con pendientes medias superiores al 10% y con tramos del 22%.
Roglic tiene una deuda pendiente con el Giro. Sólo ha participado una vez, en 2019, cita sellada con decepción y con la desgracia como maldita compañía. Entonces se enfundó la maglia rosa en la primera etapa. En la novena, en una contrarreloj en San Marino, superó a sus rivales en más tres minutos, pero se hundió en una última semana ante las acometidas de Mikel Landa y Richard Carapaz. El esloveno se cayó en el descenso de Civiglio se levantó pero y ya había sepultado sus opciones de triunfo. Terminó tercero, por detrás de Carapaz y Nibali.
«Cuanto más mayor, mejor corredor me siento. Este Giro no creo que sólo sea una pelea entre Remco y yo. Hay gente muy fuerte y habrá batalla», asegura el jefe del Jumbo, que quiere finiquitar su infortunio en una edición del Giro cuya preámbulo ha sido hostil: se ha quedado sin tres gregarios de calidad, Tobias Foss, Robert Gesink y Jos Van Emdem, por culpa del Covid. Negativos precedentes para una ronda que estará marcada por tres contrarrelojes (etapas 1ª, 9ª y 20ª), ejercicios que, a priori, benefician a Evenepoel. «Llego al Giro de Italia con confianza. La gente me ha preguntado cuándo me gustaría llevarme el maillot rosa, que si el día de la inauguración o después de la segunda contrarreloj. A mí no importa tenerlo desde el inicio», advierte el jefe de filas de Soudal Quick-Step.
Este Giro también sobresale por su perfil montañoso, con exigentes pasos por Crans Montana (13ª etapa), Monte Bondone (16ª), Tres Cimas del Lavadero y Passo Giau (19ª). Una cita en la que el galés Geraint Thomas (Ineos), el ruso Aleksandr Vlasov, el luso Joao Almeida (UAE) y el italiano Filippo Ganna (Ineos), favorito para la crono de hoy, pugnarán por robar protagonismo a Roglic y Evenepoel.
Una prueba en la que la presencia de corredores españoles será poco más que testimonial. Sólo son siete y sin apens opciones de podio: Luis León Sánchez (Astana), Jonathan Lastra (Cofidis), Diego Pablo Sevilla (Eolo Kometa) y los integrantes del Movistar: Carlos Verona, José Joaquín Rojas, Óscar Rodríguez y Albert Torres. Sus objetivos son capturar triunfos parciales y asistir a la clausura en el centro de Roma.