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El inglés ya le ha dado 18 puntos al Madrid entre Liga y Champions. “Ahora mismo me sale todo”, reconoce”.
El primer clásico de la temporada fue el resumen perfecto de lo que llevamos de curso: Jude Bellingham acaparando los focos del fútbol español. Jude Bellingham marcando dos goles, sumando diez en esta Liga, trece si contamos los tres que ha anotado en Champions… Jude Bellingham salvando de nuevo al Real Madrid. «¡Ahora mismo me sale todo!», se reía el inglés entre los pasillos del Olímpico de Montjuic.
Su primer gol, un misil desde fuera del área, cambió el signo del clásico y silenció en la grada a Mick Jagger y Ron Wood, miembros de los Rolling Stones que esta semana anunciaron un acuerdo para insertar la famosa lengua del grupo en la camiseta del Barça. El segundo, como un delantero centro, decidió el choque como ha decidido ya muchos en esta temporada. El 1-1 y el 1-2 de Almería, el 0-1 de Vigo, el 2-1 contra el Getafe, el 1-0 ante el Unión Berlín, el 1-2 en Nápoles, el 0-2 en Braga… Muchos goles. Muchos puntos: 18, en concreto. El ex del Dortmund hizo sonar el ‘Hey Jude‘ en un vestuario que le adora. “Like a Belling’ Stone“, escribió luego Tchouaméni contestando al acuerdo del conjunto azulgrana con el grupo, a lo que Bellingham respondió con un montaje de la portada de ‘Abbey Road‘ de The Beatles en la que aparecen él, Valverde, Camavinga y Tchouaméni.
«Ni yo ni el equipo estábamos a nuestro mejor nivel, pero seguimos jugando, presionando, mostrando fe y carácter… y otra remontada. Me encantan. El corazón lo pasa mal, pero son partidos divertidos. Jamás bajamos los brazos», analizó Bellingham, que admitió que llevaba «varias semanas» pensando en mejorar sus lanzamientos desde fuera del área. «Debía probar y sabía que sería un factor sorpresa. Tengo la técnica, lo sé y debía intentarlo. Entró por la escuadra. Muy contento».
Fue el doblete perfecto para su estreno contra el Barça. «Ya había visto muchos desde el sofá de casa y les dije a mis familiares que me tocaba vivirlo, hacer algo grande. Estoy emocionado. Lo he conseguido», finalizó, despidiéndose en castellano: «Buenas noches, amigos».
Insultos racistas a Vinicius
El clásico de Bellingham fue también el clásico de Vinicius, centro del foco mediático desde el inicio. Y no porque el brasileño no lo deseara. En su primera acción sobre el césped de Montjuic, el delantero lanzó hacia la pista de atletismo del estadio una pelota y desató la primera ira y los primeros insultos de la afición azulgrana.
No se quedó ahí la cosa. Durante los primeros 45 minutos, Vinicius no estuvo fino. Perdió los duelos ante Araújo y acabó encarándose a Xavi tras una falta no pitada. El técnico azulgrana le dio una palmadita en la cara, «una palmadita cariñosa, no quiero ser yo el que cree malos rollos», insistió el entrenador. «Tengo mucho respeto por Vinicius». El brasileño, mientras, recibía desde la banda los consejos de Carlo Ancelotti, que en más de una ocasión le hizo algún gesto para que se centrara en el juego y dejara las protestas. «El único consejo que le he dado es que Araújo es un gran defensor. Le he dicho que sólo parara de jugar cuando el árbitro pitara, que cuando no pita no se puede parar. Lo ha intentado más en la segunda parte», explicó el italiano.
El punto más polémico llegó al final del encuentro, cuando Ancelotti decidió sustituir al brasileño después del 1-2 de Bellingham. El delantero caminó hasta el banquillo aplaudiendo a la grada y cerrando sus puños en señal de victoria mientras Raphinha, rival y compañero en la selección, le empujaba para que se diera prisa. En ese momento se escucharon algunos insultos racistas que LaLiga ya ha recogido y denunciará en las próximas horas. «¡Puto mono! ¡Puto mono!», se pudo oír en alguna zona de Montjuic.
«Él salía muy tranquilo y le he dicho que tenía que salir un poco más rápido. Le he ayudado a salir», aseguró Ancelotti sobre ese momento, en el que se acercó a su futbolista y le cogió por el brazo para llevárselo al banquillo.
Más tarde, en los micrófonos de Real Madrid Televisión, Vinicius abandonó la polémica y se entregó a Bellingham, al que le une una gran amistad. «Es increíble. Siempre marca la diferencia. La afición estaba acostumbrada con Cristiano Ronaldo y ahora, llega Bellingham», le elogió. «Somos grandes amigos. Estamos muchos jóvenes en el equipo y nos sentimos unidos tanto dentro como fuera del campo. La unidad hace grande a un equipo», reconoció.
«Nunca nos rendimos y, peleando, podemos ganar todos los partidos. Hicimos una gran segunda parte, controlando el partido. En el campo todos sabíamos que el gol iba a llegar y… ¡Jude, otra vez!», finalizó, siempre entregado a su compañero inglés y pidiendo entre risas «algunos días libres» ahora que ha terminado esta minigira que les ha llevado por Sevilla, Braga y Barcelona.