Si el técnico no continúa, también podría marcharse Jokubaitis, seducido por la NBA. Bolmaro, entre las contadas hipótesis de refuerzos
En parte consuelo y en parte el fin de una era. Eso es lo que significa el título de la Liga ACB que el Barcelona ha podido conquistar, finalmente por la vía rápida, ante el Real Madrid de Chus Mateo. El ya anunciado adiós de Nikola Mirotic es sólo la punta del iceberg en una sección de baloncesto azulgrana que, de nuevo, afrontará recortes. Si cabe, mucho más serios que antaño. Con vistas al curso que viene, el presupuesto podría reducirse en 10 millones de euros con respecto a los alrededor de 44 millones con los que ha estado contando a lo largo de la campaña que ahora ya ha terminado. Toca volver a apretarse el cinturón. Sobre todo, viendo que el gasto no se ha traducido en una más que deseadísima tercera Euroliga.
Por lo pronto, Mirotic se ha convertido en la primera víctima de esta nueva política en la sección de baloncesto del Barça. Según recalcó el propio jugador hispano montenegrino la semana pasada, nada más conocerse que el club no contaba con él con vistas a la temporada que viene, ni siquiera le habían planteado la posibilidad de bajarse el sueldo. Una opción a la que, según deslizó, habría estado más que dispuesto. La suya, tal vez, será la salida más sonada. Pero no la única. Por lo pronto, hay dos jugadores que terminan contrato el próximo 30 de junio y que no parecen estar precisamente en la lista de prioridades: Sertac Sanli y Kyle Kuric.
El primero no ha acabado de cuajar un rendimiento satisfactorio en la pintura, mientras que el segundo ha ido desapareciendo paulatinamente de los planes de un Sarunas Jasikevicius que está también en la cuerda floja. Mike Tobey, por su parte, también acaba contrato, pero la marcha de Mirotic, y su ficha, relativamente asequible, pueden jugar a su favor para seguir.
La duda del entrenador
En cuanto a Jasikevicius, si el lituano quiere continuar dirigiendo los destinos del baloncesto azulgrana desde el banquillo tendrá que apretarse el cinturón. Desafortunadamente, el tercer fracaso consecutivo en Europa es una losa pesadísima. Muy especialmente, si se tiene en cuenta que tanto este año como el curso pasado fue el Real Madrid, en las semifinales, el conjunto que le cortó el paso. En 2022, el equipo dirigido entonces por Pablo Laso cayó por la mínima frente al Anadolu Efes (57-58). En la última edición, en cambio, con Chus Mateo en el banquillo, se impuso al Olympiacos, también por la mínima (78-79).
Si el entrenador hace finalmente las maletas, su compatriota Rokas Jokubaitis, a quien le seduce muchísimo la idea de probar suerte en la NBA, podría tratar de dar el salto este mismo año a unos Knicks que estarían encantados de contar con sus servicios, tras elegirlo, con el puesto número 34, en el draft de 2021.
La marcha del base lituano, en este caso, podría cubrirla un Leandro Bolmaro cuyo periplo por la NBA no ha acabado de ser todo lo brillante que esperaba. De hecho, a principios de este mismo año ya se especuló con la posibilidad de que regresara al Palau Blaugrana, pero las circunstancias no acabaron de alinearse de manera satisfactoria y acabó firmando con el Tenerife. Presumiblemente, hasta el término de la presente temporada, si bien el propio jugador ya ha asegurado públicamente que no descarta seguir defendiendo los colores del conjunto canario por más tiempo.
Con el panorama tan complicado que tiene la sección a nivel económico, la del argentino podría ser la única incorporación del equipo con vistas a este verano. Siempre y cuando James Nnaji no se decida a probar suerte en Estados Unidos. En ese caso, la llegada de algún refuerzo para la pintura sería poco menos que imprescindible.