Río Breogán 96 Real Madrid 72
Los gallegos, que homenajearon en la previa a Musa, pasan por encima del equipo de Chus Mateo, que se aleja del liderato de la ACB. Hollatz, imparable
A la vuelta de la esquina aguarda la hora de la verdad, el cruce de cuartos de la Euroliga, los playoffs de la ACB y el Real Madrid de Chus Mateo continúa su zigzagueante camino, mezclando tardes de solidez y esperanza con otras para sembrar dudas. Ninguna, hasta ahora, como la del sábado en el Pazo. Aturdido, irreconocible, desquiciado… aplastado (96-72) por el ímpetu de un meritorio Río Breogán, que sigue en plena puja por un billete hacia la postemporada.
Fue un absoluto desastre blanco, un escarnio sin paliativos. A comienzos del último acto, caía por 24 (75-51), con Tavares expulsado, Mateo sin capacidad de reacción y el Breogán, impecable, lanzado por el alemán Justus Hollatz, un mago. No hubo ni atisbo de remontada, ni el amor propio de antaño. La paliza fue histórica.
Ya en el amanecer, el Real Madrid seguía no se sabe dónde. Como despistado por el emotivo homenaje a Dzanan Musa en su retorno a Lugo o aún cansado del duelo de la Euroliga del jueves ante el Bayern. “Han salido más intensos que nosotros”, confirmó al descanso Chus Mateo, cuando ya el chaparrón había pasado en parte. Porque en ese tramo inicial, hasta 10 pérdidas acumularon sus pupilos, que no sabían cómo contener el ciclón del Breogán, que no eran capaces tampoco de anotar.
Tavares había sido anulado, lo que casi nadie logra. Exhausto, cabalgaba el gigante entre rivales que no paraban de molestar y que se disparaban en el marcador. Hasta 13 arriba dominó el conjunto gallego (25-12), apoyado también en los triples. Así que al Real Madrid, que la próxima semana se juega en Tel Aviv el primer puesto de la temporada regular en Euroliga, le tocó apagar el incendio.
Y se puso a ello, primero elevando su nivel defensivo y después confiando en sus talentos. Que son muchos, pese a las bajas (Rudy, Llull, Williams Goss, Poirier…). Gaby Deck irrumpió desde el banquillo con su silencioso dominio y Yabusele le acompañó en la labor. Aunque al descanso, con 10 puntos de Hollatz y el enorme trabajo de Ethan Happ, aún dominaba el equipo de Mrsic (39-34).
Triples
Se arrimó todavía más a la vuelta, pero al Río Breogán le quedaban un buen puñado de balas más. En un abrir y cerrar de ojos se volvió a desatar, a elevar peligrosamente la máxima ventaja (67-47), mientras el Madrid, de nuevo con Tavares en cancha, cometía de nuevo errores inexplicables. Para delirio de un Pazo en plena fiesta. Bamforth, Brajkovic, Nakic… todos eran una tortura para un rival irreconocible. El paradigma del caos era Tavares, desquiciado, acabó expulsado tras una antideportiva que se sumaba a la técnica por protestar en el primer tiempo.
Fue el fin. Y quedaban más de 10 minutos. La ventaja, lejos de disminuir, aumentó hasta lo impensable. Es la quinta derrota del Real Madrid en ACB, la que le aleja del liderato que comparten Barça y Baskonia, pero, sobre todo, la que le llena de dudas ahora que cada partido empieza a ser definitivo.