El Bayern de Múnich comienza esta nueva Champions League haciendo historia de la competición. Nunca antes se habían marcado nueve golescomo hicieron ellos esta primera jornada ante el Dinamo de Zagreb desde que la vieja Copa de Europa mutó a Champions.
Son varios los partidos de ocho goles. Sin ir más lejos, los que consiguió el equipo bávaro ante el FC Barcelona de Messi en aquella Champions de la pandemia en la que terminaron alzando el trofeo en Lisboa ante el PSG. Aunque también los consiguió el Real Madrid ante el Malmö y el Liverpool ante el Besiktas en la 2015/16 y la 2007/08, respectivamente. Ambos sin recibir ningún tanto en contra.
No obstante, la mayor goleada de la máxima competición continental fue un 11-0 que el Dinamo Bucarest consiguió ante Crusaders en la temporada 1973-1974. Fue, no obstante, en la antigua Copa de Europa.
Así, aupados por el póker de Harry Kane, aunque tres de ellos fueran de penalti, los alemanes no dieron opción a los croatas que solo pudieron oponer dos tantos ante el aluvión de juego ofensivo bávaro.
También empiezó bien el Aston Villa de Unai Emery en esta nueva Champions League. Lo hace con victoria ante el débil Young Boys por tres goles a uno, pero tres puntos en este nuevo formato europeo son un botín muy preciado sea el rival que sea.
Una victoria, además, que llega con dedicatoria. Los villanos del entrenador español pudieron homenajear al recientemente fallecido Gary Shaw, leyenda del club y campeón de este mismo trofeo en 1982.
Otros tres goles marcó la Juventus al PSV en su casa, los mismos que el Liverpool en San Siro ante un Milán que se adelantó pronto en el marcador, pero que no supo mantener su ventaja.
Por último, los portugueses del Sporting de Lisboa consiguieron hacer buen la expulsión del Lille y terminar venciendo al conjunto francés por dos goles a cero.
LaLiga EA Sports 2023 - 2024
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Viernes,
3
noviembre
2023
-
07:29Ver 14 comentariosEl escudo de la Uniñon Deportiva...
Aquel portero de rodilleras y coderas cosidas por su madre de tanto tirarse a parar disparos de jugadores imaginarios por las calles de Cheste sueña hoy con volver a Wembley. Ya pisó el mítico escenario en 2022 defendiendo los colores del Huddersfield, pero la moneda salió cruz y los Terriers no pudieron ascender a la Premier ante el Nottingham Forest.
Aún así, aquel partido se imprimió en la memoria de Carlos Corberán (Cheste, 1983) como el del ascenso de los juveniles del Cheste a Segunda Regional. "Hay momentos que se te quedan en la retina y no tienen que ver con la envergadura del partido que uno juega", explica.
Pero, Corberán no pisó el césped de Wembley o de La Viña ataviado con manoplas y vestido de corto. Lo hizo con traje y desde el banquillo. "Una de las mejores decisiones que tomé fue colgar los guantes justo al acabar mi licenciatura", explica el hoy técnico del West Bromwich Albion, que el domingo jugará las semifinales de ascenso a la Premier League ante el Southampton. Tiene 41 años y comenzó en los banquillos con 23.
Huddersfield y Leeds
Ya son siete en tierras inglesas, con el paréntesis de su breve paso por el Olympiacos griego. Un lugar, Inglaterra, donde se "respira fútbol" y en el que, a nivel profesional, ya ha entrenado más tiempo que en su propio país. En Reino Unido, Corberán ha pasado por el Huddersfield y el Leeds, donde conoció a uno de sus entrenadores más admirados: Marcelo 'El Loco' Bielsa. "Nos desarrollamos producto de las interacciones que vamos teniendo con personas que te van marcando", apunta Corberán y añade que él se enriquece con cada profesional de su entorno y trata de crecer un poco cada día.
Otro de sus modelos es Pep Guardiola, a quien se enfrentó en LaLiga como segundo de Juan Carlos Garrido en el Villarreal durante la temporada 2010/11. "Yo sufrí el fútbol de Guardiola y digo sufrí porque aquel Barça era aplastante y te sometía hasta no poder más". Así, en busca de las ideas del de Santpedor, se fue hasta Arabia Saudí al equipo técnico de Raúl Caneda, que había trabajado con Lillo, segundo de Pep. "Siempre me he movido en búsqueda del conocimiento", apunta.
Era 2012 y la vida allí era muy diferente a la Arabia actual. "Era un país más cerrado", admite el protagonista, pero donde se vivía el fútbol de manera muy pasional, con estadios de 50.000 personas llenos y un arraigo deportivo muy grande. Como no tenía familia, su rutina era sólo fútbol y más fútbol y estuvo en los dos clubes más importantes como son el Al-Ittihad, hoy equipo de Karim Benzema y el Al Nasser donde juega actualmente Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, el trato con estrellas le vino en el Villarreal de la mano de Garrido, en su primera experiencia en el fútbol profesional. Apenas tenía 26 años y planificaba los entrenamientos de campeones del mundo como Marcos Senna o Joan Capdevila y a mitos del fútbol como Robert Pires o Ariel 'El Caño' Ibagaza. "Cada entrenamiento yo sólo podía aprender de lo bien que se jugaba al fútbol", cuenta Corberán.
Del Villarreal aprendió una cosa que siempre ha buscado en todos los equipos por los que ha pasado, que hubiera proyecto de juego en el club. Se entrenaba como se quería jugar y se buscaban futbolistas para ello, algo innovador en aquella época y que hoy es común en muchos clubes de fútbol.
De hecho, su primer proyecto como primer entrenador le llega en Chipre donde, en apenas una temporada, se sienta en el banquillo del Doxa Katokopias y del Ermis Aradippou. "En la vida uno va tomando decisiones según los sentimientos que va teniendo y siempre me he preocupado de poder garantizar mi libertad en esos momentos de riesgo", explica el técnico.
Éxito profesional y personal
Pero, en aras a esa filosofía de proyectos largos, Carlos dejó Chipre, con opciones para continuar allí o en otros equipos europeos, y dio un paso diferente en su carrera para aterrizar en el citado Leeds, donde entrenaría al sub 23 y le llegaría el éxito deportivo y personal. En la ciudad del Yorkshire conoció a su mujer, profesora de inglés, y tuvo a su primer hijo de los dos que tiene hoy.
Padre de dos vástagos de tres meses y dos años, aunque ha cambiado pocos pañales, Carlos admite que le gusta estar al 100% en el lugar en el que está, sea con su familia o en su despacho preparando un partido. "Cuando llego a casa sí me gusta saber que ya no es hora de trabajar porque ya he estirado el chicle, que hemos hecho todas las horas que teníamos que hacer", confiesa.
Le quedan horas que invertir en, mínimo, dos partidos. Ante un rival que le ganó ambos encuentros ligueros y que cuenta con mucho más presupuesto. Así, Carlos recurre a los tópicos: "Siendo conscientes de la dificultad, de la envergadura del rival, de la plantilla, del presupuesto, de todo... el fútbol es fútbol y trataremos de controlar todo aquello que podamos controlar para ir a Wembley". Palabra de entrenador.
28 actos racistas, 108 agresiones a policías o a vigilantes de la autoridad, 775 altercados. Es un somero resumen de los 1.667 incidentes que se registraron en la temporada 2021/22, la última de la que ha recogido datos la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
Lo terrible de estos números es que suponen un aumento de un 38,4% de la última temporada comparable, ya que la anterior fue la de la pandemia. En la 2018/19 hubo 'sólo' 1.204 incidentes. Hay un factor en cambio que se mantiene constante en la violencia y el racismo de esta comparativa: se trata de circunstancias que se producen en el fútbol masculino.
"Es muy sencillo, ¿cuántos presos son hombres y cuántos mujeres? Es un tema hormonal, los hombres son más violentos y las mujeres, no tanto", diferencia Joan Caballero, Analista del Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia en el Deporte.
"No tenemos la vida solucionada"
La psicóloga deportiva, Lorena Cos, distingue también que el fútbol masculino cuenta con un entorno más "numeroso, apasionado e impulsivo", pero puntualiza que "hay mujeres agresivas y gritonas y hombres más calmados". "No es tanto el género sino la cultura deportiva, las normas, la rivalidad...", enumera. La diferencia con el femenino es tal que la propia Comisión no registra datos de incidentes al tener una incidencia tan baja.
No obstante, es Andrea Esteban, ex futbolista y hoy entrenadora del Alavés, la que conoce de primera mano lo que les pasa por la cabeza no sólo a las jugadoras y a las técnicos, también al entorno del fútbol femenino en general. "Nosotras no tenemos la vida solucionada. De hecho, sería más sencilla fuera del fútbol", cuenta.
La de Andrea, desde luego. No sólo tuvo que lidiar con los habituales "marimacho" con menos de 14 años, cuando disputaba partidos donde ella era la única chica, sino que con 23 ya había pasado cinco veces por el quirófano para reparar su ligamento cruzado. Si el fútbol femenino ya es una cuesta arriba, la de Andrea fue el Tourmalet. Afortunadamente, se recolocó dentro del mundillo y hoy sigue viviendo del fútbol, aunque desde el banquillo.
Andrea habla de "transparencia y cercanía" entre las futbolistas y los seguidores. "La mayoría compite y estudia o compite y trabaja. Ellas son un ejemplo para el público y consiguen que ese apoyo sea incondicional", explica la entrenadora, que conoce el tipo de aficionado que acude a los partidos de fútbol femenino desde el fútbol base hasta profesionales.
Tanto Andrea como Lorena y Joan hablan de un público "diferente". Lo califican como más "famliar" y "agradable". "Es un entorno más sano porque no está movido por ese show", dispara Esteban. Y así se resalta en la campaña Learn from womens football (Aprende del fútbol femenino) realizada por la plataforma Héroes de Hoy. "El deporte debería ser un vehículo de unión y valores, no de violencia. Con Learn from womens football queremos señalar no solo este problema, sino también ofrecer esperanza y reflejar lo que el fútbol masculino puede aprender del femenino", afirma Alejandro Lavezzolo, portavoz de la plataforma.
Base para el futuro
Joan Caballero recuerda que en el fútbol masculino hay 'dracas' (quedadas para pegarse), apuñalamientos, batallas campales (como la de Sevilla en la final de la Copa del Rey) y demás actos violentos que no aparecen en el femenino y considera que, por mucho que crezca, eso no tiene porqué producirse si se parte de una base donde no se toleren conductas violentas o símbolos que promuevan la intolerancia.
Y es cierto que el femenino, como dice Andrea Esteban, ha pasado del amateurismo al profesionalismo en los últimos años. Las niñas ya tienen referentes de su propio género como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. Las rivalidades provienen del masculino y se pueden atisbar en las previas y los posts de algunos Real Madrid - Barcelona, pero nunca son tan intensas como las de los equipos de LaLiga EA Sports.
Así, quizás el espejo del fútbol femenino sea el perfecto para los aficionados del masculino. Unos aficionados que aprendan a gestionar mejor las emociones, como dice Cos, cuyo comportamiento se base más en el deporte y sus valores según pide Joan y, sobre todo, como sentencia Esteban: "Tenemos la oportunidad de ser tajantes desde el fútbol base para cortar esos comportamientos y mantener los valores de respeto, compromiso y exigencia".