Virtus Bologna 75 – Barça 92
Un Abrines brillante en el segundo cuarto y un Mirotic con mucho mejores sensaciones que en los últimos duelos fueron determinantes para un equipo que fue un vendaval hasta el último periodo
El Barça, tras unos últimos partidos muy apurados, se reencontró al fin con su versión más aseada en Europa. Y lo hizo a costa de una Virtus a la que prácticamente atropelló en el segundo y el tercer cuarto para dejarle finalmente tomar algo de aire y maquillar un poco las cosas en el último periodo. En la victoria del conjunto que dirige Sarunas Jasikevicius destacaron, sobre todo, un Álex Abrines imperial en los segundos 10 minutos, que acabaría el encuentro con 16 puntos y 18 de valoración en su casillero, y un Nikola Mirotic que transmitió sin duda también mucho mejores sensaciones que en sus últimas apariciones europeas. Sus 17 puntos y sus 21 puntos de valoración así lo atestiguan
El primer cuarto más o menos igualado (17-22) que firmaron la Virtus y el Barça, con Laprovittola y Mirotic como los azulgrana más brillantes e Ismael Bako y Mam Jateh despuntando un poco por encima del resto por el bando italiano dio paso a un segundo periodo demoledor de los barcelonistas. Quizás picados en su orgullo por el hecho de que los locales dieran un paso más allá con respecto a los primeros 10 minutos en sus ansias por recortar la brecha, colocándose en este caso a uno de distancia (23-24),el conjunto de Jasikevicius provocó un apagón de su rival en ataque y lo completó asaltando la canasta rival con el cuchillo entre los dientes.
Perfectamente apoyados en un más que destacable trabajo defensivo, tal y como le gusta al lituano, los barcelonistas no tuvieron piedad de la canasta rival. Tras unos minutos de transición, en la que nadie parecía ver con claridad el aro, el Barça, con los 13 puntos logrados por un hiperactivo Álex Abrines como mayor argumento, firmaron un parcial de 0-21 que les permitió marcharse por una máxima ventaja de 22 puntos (23-45) para acabar plantándose en el descanso 20 puntos por arriba en el luminoso (27-47).
El Barça, lejos de dormirse en los laureles, siguió haciendo sangre en un tercer cuarto en el que a la Virtus le costó Dios y ayuda meterse en el partido. Con un destacado acierto en los triples y con Jokubaitis, en este caso, brillando algo más que el resto de sus compañeros, bien acompañado también por apariciones puntuales de Kalinic, Higgins y Mirotic, los azulgrana lograron atesorar una máxima diferencia de 37 puntos (31-68) con un parcial de 4-21 que puso de los nervios a Scariolo. En la recta final, eso sí, los locales recortarían sólo un poco las distancias gracias a un arreón de Jaiteh tan aparente como a la postre estéril.
Los 35 puntos de ventaja con los que los azulgrana lograron plantarse en el último y definitivo periodo (39-74) provocaron que, quisieran o no, acabaran por levantar en gran medida el pie del acelerador. Sobre todo, en la faceta defensiva. Con ese panorama, la Virtus, encontrando un acierto en los triples que habían echado mucho de menos a lo largo del partido, anotó en el último tiempo casi los mismos puntos que había logrado a lo largo del resto del duelo. Una suerte en la que se destacaría muy especialmente Marco Belinelli. A pesar de su aparente desconexión, que permitió que los locales acabaran el partido recortando la máxima ventaja barcelonista hasta los 17 puntos (75-92), el conjunto de Jasikevicius logra reconciliarse con su versión más aseada en Europa justo a una semana de asaltar la Copa.
