Atlético- Feyenoord (3-2)
El delantero madrileño, con dos tantos, da la primera victoria en Champions al equipo rojiblanco.
La historia no ayudaba en este duelo de estilos futbolísticos. El cholista Atlético de Madrid y el guardiolista Feyenoord es un territorio por descubrir ya que nunca se han enfrentado. Así que, lo importante era, como decía Simeone en la previa era “llevar el partido a donde se pueda hacer daño”. Si tuviéramos que elegir una zona, esta sería, sin duda, la defensa. Una línea que resultó una blandura impresionante en el Feyenoord y, aunque parezca increíble, también en el Atlético. De ahí que se repitiera resultado y remontada como ante el Cádiz (3-2) con Morata ejerciendo de Correa. [Narración y estadísticas]
Parecía lógico entonces ese empate a dos de la primera parte. Con un Feyenoord que cazó el primer gol tras unos primeros 10 minutos arrolladores. Con Paixao y Stengs haciendo mucho daño por las bandas y Ueda amenazando al reconvertido Witsel. Precisamente, el japonés encontró un hueco a la espalda del holandés y, pese a que el disparo lo rechazó Oblak, el balón rebotó en Hermoso, que pasaba por allí.
El gol en contra no despertó al Atlético. Los neerlandeses seguían dominando hasta que un pase en profundidad hacia Saúl fue rechazado por Geertruida y Morata se adelantaba a los centrales y la embolsaba antes de que estos se giraran. Empate con suspense de VAR, que anulaba por fuera de juego en un primer momento, pero que el francés Letexier acababa concediendo, quién sabe si por la presión que el Cholo pedía al estadio. Todo suma.
El gol dio alas al Atlético que se conectó al partido gracias a Koke y Griezmann. Y entonces el Metropolitano vivió dos milagros. Uno fue como un central a medio metro de la raya de gol sacaba un centro con muy mala baba de Molina. Otro lo celebraría Oblak y sería el segundo en la misma semana. Si en el partido del Cádiz, Fali casi le mete un gol desde el centro del campo, Wieffer intentó lo propio y el balón se fue por los mismos escasos cetímetros.
El Feyenoord recuperaba el control en el final de la primera parte gracias, sobre todo, a que a Witsel, que no es central, le debía parecer grosero dejar en fuera de juego a los jugadores neerlandeses. Entre él y Azpilicueta, que se durmió, le concedieron el segundo gol al Feyenoord tras una falta lateral que aprovechó Hancock.
El Atlético sufría y parecía estar más cerca el tercero que el empate. El guardiolismo, del que es fan el entrenador del Feyenoord, parecía imponerse al cholismo. Sin embargo, en un córner absurdo en el descuento. Witsel decidió pelear por el balón en área pequeña en lo que parecía el Mundial de Globos ese de Piqué e Ibai hasta que Griezmann apareció por allí y decidió embocar el globo de chilena. Espadas en alto para la segunda parte.
La segunda parte empezó con el mismo ritmo que la primera y evidenciando los mismos problemas, que las defensas de ambos equipos estaban hoy de vacaciones. Recién empezaba la segunda parte cuando un centro lateral de Molina era remachado por Morata al fondo de la red con Griezman en la trayectoria del balón y en fuera de juego. No hace por rematar y no influye, pero esto del fuera de juego actual es como lo de las manos, uno nunca sabe para qué lado caerá la moneda.
Y con una moneda pareció jugar el Atlético en la segunda parte. Afortunadamente, al Feyenoord siempre le salía cruz u Oblak provovaba ese resultado porque el esloveno tuvo que detener varios manos a mano que la defensa atlética concedía a los rápidos delanteros neerlandeses. Dominio inane.
A falta de mediominuto para final al portero rival se encaramaba al área para rematar un córner de su equipo. La última vez que uno con guantes y de amarillo pisó el área del Atlético, consiguió empatar el partido. Esta vez no ocurrió como en Roma ante el Lazio. Primera victoria para el Atlético en Champions y consigue encaramarse con cuatro puntos a la cabeza del grupo con el Metropolitano convirtiéndose en un fortín, esta vez, también en Europa. Hay mejores sensaciones que el año pasado y Morata no es el mismo. Y menos mal.