El choque vivió tres expulsiones nada más comenzar y ya es la segunda que sufre Green en lo poco que llevamos de temporada en la NBA
Momento en el que Green le hace la llave a Gobert.NBA
Que Draymond Green tiene la mecha muy corta lo sabe todo el mundo en la NBA. Que no es el tipo indicado con el que meterse, también. Pero la última ‘locura’ del jugador de los Warriors la vivió el francés Gobert sin ni siquiera haber cruzado una mirada con Green.
El pívot de los Timberwolves sufrío una especie de ‘mataleón’ del bueno de Draymond en el primer minuto del choque entre Minnesota y Golde State después de que su compañero Klay Thompson tuviera un encontronazo con Jaden McDaniels. Gobert, que acudió a separar a los jugadores para que la cosa no fuera a más, ni vio como por detrás, cual portero de discoteca con un mal día, apareció Green y le hizo una llave en el cuello totalmente desproporcionada y sin venir a cuento.
Algo debían de tener pendiente, si no no se entiende una ‘ida de olla’ de tal calibre. Es cierto que Green es un sospechoso habitual que no rehuye una pelea y si puede la provoca él mismo, pero tal ataque al francés sólo puede significar que ya le tenía entre ceja y ceja.
Draymond, evidentemente, fue expulsado. Y ya van dos esta temporada. Los otros dos jugadores que lo empezaron todo, Klay Thompson y Jaden McDaniels, también fueron expulsados tras el tumulto.
El resultado es lo de menos, pero los Timberwolves acabaron llevándose el duelo por 104-101. La ausencia de Curry por problemas en la rodilla y el gran partido de Karl-Anthony Towns, quien anotó 33 puntos, decantaron un aburido choque entre Minnesota y Golden State que comenzo como un combate de kárate.
El Valencia Basket destituyó este viernes al técnico Álex Mumbrú, según pudo saber EFE por diversas fuentes; una decisión que llegó tras la derrota sufrida el jueves ante el ASVEL que deja al equipo valenciano sin apenas opciones de clasificarse para el 'play-in' de la Euroliga y que fue castigada por una fuerte bronca de su afición.
Acabado el choque, se celebró una 'cumbre' en el parquet de la Fonteta entre el máximo accionista del club, Juan Roig, el director general, Enric Carbonell, y el director deportivo, Luis Arbalejo, en la que analizaron la complicada situación.
Mumbrú abandonó la Fonteta pasada la medianoche con la idea de que podría dirigir al equipo el domingo, pero consciente de su delicada situación, y este viernes por la mañana se le ha comunicado su cese.
El club estudia ahora si incorpora a algún técnico para lo que resta de temporada o si la acaba alguno de la casa, que podrían ayudantes de Mumbrú como Juan Maroto o Xavi Albert o incluso el técnico del equipo vinculado de la LEB Plata Tomás Lamas.
Desde verano de 2022
La derrota ante el equipo francés hizo que el equipo se llevara varias sonoras pitadas durante el partido y al acabar el mismo, que incluyó por parte de una parte de la afición la petición de la marcha tanto de Mumbrú como de Arbalejo. En el caso del técnico, había sido recibido con críticas desde hace semanas, algo que también ocurrió en varios tramos de la pasada campaña.
Mumbrú llegó al Valencia Basket en el verano de 2022 con un contrato de tres temporadas y con la complicada misión de compaginar la ACB con la Euroliga. Tras no conseguir los resultados deseados la pasada campaña, el club le mantuvo la confianza aunque destituyó a Chechu Mulero como director deportivo, firmó a Arbalejo por cinco años y confeccionó una plantilla al gusto del técnico.
Tras un buen inicio de campaña, el equipo entró en un periodo de irregularidad al no ser capaz de consolidar su defensa y verse afectado por la dureza del calendario y las lesiones, que se ha agudizado desde la disputa de la Copa el Rey y que ha acabado con la marcha de Mumbrú.
La vida sigue igual. O eso, al menos, cuenta la Supercopa Endesa, tan tempranera, pero de nuevo con triunfo del Real Madrid sobre el Barcelona en el partido que descorchó oficialmente la temporada 24/25. La vida sigue igual porque Facundo Campazzo, en el momento de la verdad, sacó su genio de la chistera, su gen ganador, y decidió una semifinal competida. Los blancos, que buscan en Murcia su séptimo título consecutivo, se enfrentarán el domingo al ganador del UCAM-Unicaja. [89-83: Narración y estadísticas]
Fue una asistencia a Tavares y un robo culminado en contragolpe por el propio argentino ya en el último minuto lo que desestabilizó a este novedoso Barça de Joan Peñarroya, la enésima vuelta de tuerca del proyecto culé. Fue la culminación de otra actuación majestuosa del Facu (18 puntos, seis asistencias...) para mantener las costumbres. Otro título que no alzarán los catalanes, en blanco toda la temporada pasada, aunque esta vez todo parezca tener un aire más ilusionante.
Al menos en lo anímico -lo baloncestístico todavía resulta difícil de calibrar-, las sensaciones que transmite este nuevo Barça son esperanzadoras para escapar del barrizal de los últimos tiempos. No hubo rastro de complejos pasados en esta Supercopa -un "partido loco" según Chus Mateo-, que no deja de ser un torneo oficial en mitad de la pretemporada, pero que, por supuesto, suma después en el palmarés y en las cuentas siempre pendientes entre los dos gigantes.
En el Palacio de los Deportes de Murcia, por segundo año consecutivo, Madrid y Barça se desperezaron con todo su carrusel de caras nuevas. Aunque falló dos tiros libres seguidos (uno sin tocar aro), Rathan Mayes, titular, pronto dejó pinceladas de lo que puede llegar a ser para Mateo. En los azulgrana, su fichaje más 'desconocido', el ex NBA Chime Metu, también. En una primera mitad de vaivenes y algunos lanzamientos fallados de más, como si a ese nuevo balón de la ACB aún costara tomarle las costuras, fue otra novedad, Serge Ibaka, el que primero impactó.
Brizuela, ante Ibaka.ACB Photo
Con sus 35 años pero su físico tan impecable como imponente, el pívot -que ya jugó unos partidos de blanco durante el lockout de la NBA de 2012- puso en órbita al Madrid, ocho arriba mediado el segundo acto (32-24). Pero pronto hubo respuesta del Barça. Y contundente. Aunque esta vez de un 'conocido'. Jabari Parker, que hace un año por estas fechas era toda una incógnita, demostró que es ya el auténtico líder azulgrana. Con su talento y su movilidad, despertó a los de Peñarroya, contagió a Brizuela (tres triples casi seguidos) y dejó al aspirante por delante al descanso (41-42).
Pero a la vuelta de vestuarios fue como si la pretemporada se hubiera terminado para el Madrid. De repente, su ritmo habitual, su colmillo y dos nombres propios dominando la cancha. Hezonja, que amaneció con dos triples y, especialmente Tavares. Perezoso al comienzo, en ese impás resultó el de siempre: completamente desequilibrante en la pintura.
Entre los refuerzos del Barça de este verano, también hay un anti-Tavares, un gigante de 2,21, Youssoupha Fall (desde el Asvel) que Peñarroya no utilizó, pues arrastra un esguince. El caboverdiano impulsó a un Madrid que se disparó con un 16-4 (60-48) pero que iba a bajar el pistón después. El final ajustado (80-80 a falta de menos de un minuto), lo había propiciado un tridente de pequeños en un Barça que lanzó, eso sí, 18 tiros libres menos, con el debutante Juan Núñez a los mandos y Laprovittola y Brizuela como puñales.
Pero en la recta de meta, pocos 'sprinters' tienen la cosas más claras que Campazzo.