Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: “Echaba de menos al público español”

Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: "Echaba de menos al público español"

Aún se divierte Novak Djokovic con una raqueta de tenis. Antes de su debut mañana en el Mutua Madrid Open, se entrena en las pistas exteriores de la Caja Mágica junto al francés Arthur Fils, a quien saca 17 años, y lo vive como un novato. Cuando el joven conecta un buen saque, le felicita; celebra un derecha potente; blasfema después de una dejada horrorosa. Tiene reservada la pista para una hora y media y la utiliza durante una hora y media, ni un minuto menos. «¡Djokovic, Djokovic, Novak, Novak!», le grita un grupo de niños al marcharse, aunque apenas se oye porque al lado juega Tomás Etcheverry ante Hamad Medjedovic -que le hizo un saque por abajo- y los seguidores argentinos no son precisamente silenciosos.

Con 24 Grand Slam en su haber y un oro olímpico, su tesoro más preciado, Djokovic podría estar en cualquier lugar del mundo, haciendo cualquier otra cosa, pero quiere seguir jugando al tenis. ¿Por qué? Porque aún se divierte. «Sigo sintiendo ganas de jugar, la pasión por competir siempre está ahí. Si no tuviera motivación para estar en los torneos, no estaría, habría dejado la raqueta», comentó el pasado lunes después de su llegada a Madrid, aún alejado de los focos.

Todos los ojos sobre él

Hasta que este jueves Carlos Alcaraz anunció su retirada del torneo, Djokovic podía trabajar con tranquilidad. Era leyenda, pero el protagonismo se repartía. Ahora eso ha cambiado. Sin Alcaraz ni Sinner, el Masters 1000 madrileño necesita que el serbio avance rondas para dibujar una fase final atractiva para el público esporádico. Alexander Zverev es el favorito, más después de su victoria reciente en el ATP 500 de Múnich, pero Djokovic es de largo el tenista más famoso. Y el precedente del Masters 1000 de Montecarlo espanta. Allí cayó ante el chileno Alejandro Tabilo en dos sets; si ocurre lo mismo en las gradas y los palcos de la pista central pueden empezar a verse vacíos. Cualquier análisis previo sobre él puede decantarse para un lado o el otro.

A favor del serbio hay que recordar su palmarés, por supuesto, pero también que el año pasado ganó los Juegos Olímpicos de París sobre tierra batida, que en enero ganó a Alcaraz en los cuartos del Open de Australia -luego se retiró en semifinales- o que en marzo fue finalista del Masters 1000 de Miami. En su contra, que este curso ha perdido hasta tres veces en su debut en un torneo -Doha, Indian Wells y Montecarlo- o que en los últimos cinco años sólo ha disputado una edición en Madrid, en 2022.

THOMAS COEXAFP

«Este año no estoy teniendo buenos resultados, pero el nivel que busco puede llegar en Roland Garros», reconoció sin esconder que su mirada siempre está puesta en los Grand Slam. Otro título ATP sería su título número 100, bonito número, pero la gracia sería celebrar su grande número 25 y así demostrar que también puede derrotar a la nueva generación. Dejar una ristra de partidos antológicos ante Sinner o Alcaraz después de hacerlo ante Federer y Nadal. De hecho, el propio Djokovic nombró su debut en Madrid, en 2009, cuando cayó en semifinales ante Nadal en un encuentro precioso que acabó en el tie-break del tercer set.

El regreso de Murray

«España es un país al que quiero mucho. He jugado grandes partidos aquí contra Nadal y Alcaraz. He estado poco en los últimos años, pero echaba de menos al público español: conoce muy bien y respeta mucho el tenis», halagó ya en compañía de Andy Murray después de estar separados en Montecarlo. Como parte del acuerdo entre ambos campeones, el escocés no viaja a todos los torneos, sólo a los preacordados a principios de temporada, y aquel no tocaba. En el Principiado Djokovic estuvo acompañado de su hermano pequeño Marko, ex jugador, con el puesto 571 del ranking ATP como cima, que apenas se atrevió a hablar desde el palco. Esta semana está más arropado.

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«Andy también tiene que jugar al golf de vez en cuando», bromeó el ganador de 24 Grand Slam, poco antes de acudir a la gala de los Premios Laureus en Cibeles. Cinco veces Laureus World Sportsman of the Year, esta vez no estaba nominado, pero no quiso perderse el homenaje a Nadal y aprovechó para defender a Alcaraz de las críticas: «No las entiendo. Sé que la expectación aquí es enorme después de Nadal, Moyá, Ferrero… todos han sido números uno del mundo. Pero Carlos tiene 21 años, ha ganado cuatro Grand Slam y muchos torneos. ¿Qué más queréis? Queréis más, pero lo que ha hecho en este periodo es increíble».

kpd