En su discurso tras recoger el trofeo de ganador del Open de Australia calificó la victoria como “la más grande” de su carrera
El serbio Novak Djokovic afirmó que su victoria ante el griego Stefanos Tsitsipas en la final del Abierto de Australia fue el triunfo más importante de su carrera considerando las circunstancias de que el año pasado no pudo disputar la competición después de que el gobierno australiano le cancelara su visado, por no estar vacunado contra la Covid.
“Sólo mi familia y mi equipo saben lo que he tenido que pasar. Es la victoria más grande de mi carrera considerando las circunstancias. El año pasado no pude jugar y volví este año, gracias a toda la gente que me hace sentir cómodo en Melbourne”, explicó el serbio tras conseguir su décima conquista en Melbourne Park, durante la entrega de trofeos.
“Me gustaría acabar mi discurso diciendo algo sobre Grecia y Serbia. Somos países pequeños y no teníamos a grandes jugadores sobre los que podíamos vernos reflejados. Creo que el mensaje para los jóvenes tenistas viendo esto es que sueñen a lo grande y no dejen a nadie quitarles ese sueño“, agregó el serbio tras igualar los 22 ‘slams’ del español Rafael Nadal.
“Lo primero, me han conmovido las palabras de Stefanos. Gracias por ser tan bueno. Los dos estamos de acuerdo que en la pista estamos compitiendo contra el otro y queremos ganar, pero doy fe de tu esfuerzo. Hoy ha sido un partido difícil y una gran batalla. Eres uno de los jugadores más profesional e interesantes del circuito”, comentó ante un abatido Tsitsipas que dejó escapar su segunda final ‘major’ ante el mismo rival que en Roland Garros en 2021.
“Novak, no sé qué decir. Creo que lo que haces habla por sí mismo. Enhorabuena. Crecimos en similares circunstancias. Admiro lo que has hecho por el deporte y me has hecho mejor jugador. El es uno de los más grandes de nuestro deporte”, comentó el griego ante las exigencias de varios aficionados serbios que le hicieron que dijera que era “el mejor”.
En la rueda de prensa posterior a su victoria Djokovic aseguró: “Estoy motivado para ganar tantos grandes como sea posible. A estas alturas, estos trofeos son la motivación más grande que explica por qué compito. No me gusta compararme a otros. Es un privilegio ser parte de la discusión. Invierto mucha energía para ganar tantos ‘majors’ como gane cualquiera. No quiero parar, me siento genial con mi tenis”.
“Fue un gran orgullo y satisfacción cuando fui hacia mi palco. He colapsado emocionalmente con mi madre y mi hermano. Hasta ese momento he intentado no distraerme con lo de lidiar con la lesión”, agregó tras igualar a Rafael Nadal con 22 grandes.
“No me gustaban las posibilidades que tenía para este torneo. Sentía que era una cuestión de supervivencia. Entre los días de partido recibía los tratamientos y a partir de la cuarta ronda pude sentirme mucho mejor respecto a la movilidad”, desveló un Djokovic que no contó con el vendaje en el muslo izquierdo por primera vez desde que arrancó la competición.
Del mar a la montaña. Hace unos años una pequeña marca deportiva vasca, Ternua, le pidió a tres cofradías de su zona, las de Bermeo, Getaria y Hondarribia, que les guardaran las redes de pesca rotas o desgastadas y en unos meses se encontraron en sus instalaciones con 12 toneladas de malla para tirar, inservible, hecha polvo. Era más de lo que esperaban, pero era mejor que sobrara. Pese al enorme volumen recibido, siguieron con su proyecto y, después de reciclar las redes y de convertirlas en hilo, presentaron su innovación: 50.000 pantalones de esquí -entre ellos los de competición de varias federaciones- hechos con material de pesca. Del mar a la montaña. Luego harían lo mismo con cáscaras de nueces o huesos de aceituna, con posos de café o con sábanas de hoteles desgastadas.
«Desde nuestro nacimiento en 1994 siempre hemos querido hacer ropa deportiva que significa algo y ahora creemos que todo el sector va hacia ahí, es el futuro porque tiene que ser el futuro», comenta Eduardo Uribesalgo, director de innovación de Ternua. Su propuesta es modesta, producción contenida, muy local, pero, en realidad, está en la línea de lo que vendrá. La ropa deportiva del futuro estará hecha de materiales que ahora ni imaginamos, durará más y será circular.
Adiós al petróleo
Las multinacionales, como Nike y Adidas, ya tienen ropa y zapatillas hechas con botellas (Flyknit) o residuos de los océanos (Parley), pero ese reciclaje cada vez es más controvertido -al fin y al cabo, es plástico-, y, además, avanzan propuestas mucho más rompedoras en ese sentido. Según un estudio de la Fundación Changing Markets el 69% de las fibras que se utilizan en el deporte todavía proceden del petróleo, como el poliéster o el nylon, y el objetivo de varias empresas es disminuir ese porcentaje drásticamente. La biotecnología ya ha creado poliéster a partir de la yuca, la caña de azúcar o el maíz, muy parecido al actual; la goma EVA, presente en muchísimas zapatillas, se podría sustituir por Bloom, hecha por algas, que ya usan Puma o Merrell; el neopreno petrolífero tiende a ser sustituido por el Yulex, hecho de planta de yute -Decathlon ya tiene un modelo 100% Yulex-; y así múltiples innovaciones.
Hay postureo, el llamado greenwashing, pero también cierta presión legislativa -nuevas directrices europeas e iniciativas como la francesa Ecoscore-, y sobre todo más conciencia de los deportistas aficionados que, al final, son los que compran. Según una encuesta de la competición de vela SailGP realizada entre sus aficionados en Estados Unidos, Reino Unido y Suiza «el 72% de la población no quiere hacer deporte con ropa hecha con combustibles fósiles», pero en las tiendas se encuentran varios obstáculos. Uno es la variedad, otro es el rendimiento, pues aún es imposible encontrar zapatillas rápidas y verdes, pero el principal es el precio.
«Tarde o temprano va a llegar: un atleta ganará un maratón con unas zapatillas reciclables. Pero mientras tanto es un camino lleno de retos. Especialmente hacer llegar al público todos esos materiales. Varias marcas han hecho camisetas con fibras muy sugerentes, de algas o fibra de coco, pero costaban 80 o 100 euros. Hasta que los procesos no sean más baratos no se podrá generalizar su uso», expone Juan González, probador de varias marcas y responsable del podcast sobre material El laboratorio de Juan.
«El coste se reducirá a medida que más marcas se comprometan con la verdadera circularidad», asevera Ramesh Kesh, vicepresidente de Milliken & Company y responsable de Polartec, marca líder en forros polares y por lo tanto con la dependencia del petróleo como reto. "Como industria, es hora de que abordemos algunas de las causas más profundas en lugar de poner tiritas a otros temas que tienen poco impacto a largo plazo", añade en el final del proceso para que toda su colección sea de poliéster reciclado, sea circular.
«El precio es un desafío, eso está claro. Pero hay que darles a estos materiales el valor que tienen», subraya por su parte Joel Gómez, manager en España de la marca italiana Uyn, que está marcando el camino. Con mucha implantación en el esquí -su embajadores es el estadounidense Bode Miller, campeón olímpico-, toda su ropa está hecha de fibras nuevas procedentes del maíz, del ricino o del eucalipto, tienen una lana vegetal...
«Es actual porque lo pide el público y futurista a la vez, hay mucha investigación detrás y no siempre sale cómo deseamos. Pero esa esencia bio se acabará imponiendo», añade Gómez, que sabe que en la vanguardia hay riesgo.
¿Unas zapatillas para toda la vida?
En los últimos años, por ejemplo, varias marcas, como Salomon, han presentado zapatillas 100% reciclables, pero su éxito ha sido limitado. Quizá el camino sea otro, utilizar un un material más resistente como el grafeno como hace Inov, o directamente crear unas zapatillas desmontables. En ello está embarcado actualmente Kilian Jornet. Su marca, Nnormal, triunfó en el mercado de la montaña con sus modelos duraderos, pero ahora quiere más. En los últimos meses está trabajando en unas zapatillas modulares, las Kboix, que ya han recibido un premio ISPO, por lo que proponen: que sirvan para todo, que duren toda la vida.
La idea es que la mediasuela, es decir, el bloque de goma que hay entre la suela y la cubierta, pueda irse cambiando cuando se desgaste o cuando se necesiten otras prestaciones. Para salir a correr tranquilamente, se monta una zapatilla, para competir a toda prisa, una distinta, y para abordar una montaña muy técnica, otra distinta. «Queremos evitar el sobreconsumo y creemos que esta zapatilla puede ser útil para ello. Está diseñada para ser extremadamente duradera y ser reparada cuando se acabe la vida útil de sus partes», apunta Birte Fahrbach, jefa de producto de Nnormal, que no niega las dificultades: «El desafío es unir las partes del calzado y conseguir una buena estabilidad. No puede compararse con el proceso de producción habitual de unas zapatillas».
Algún día el calzado durará siempre, algún día la ropa estará hecha de plantas o de algas: la ropa deportiva del futuro ya está aquí.
Los jugadores del Kalmar AIK FK se han raparon el pelo como muestra de apoyo a su capitán, Markus Heman, quien está luchando contra un cáncer.
El futbolista se emocionó al ver el gesto de sus compañeros y se echó a llorar al verlos a todos en el vestuario con las cabezas rapadas y el montón de pelo sobre el suelo. En ese momento, según se puede ver en el vídeo, todos los integrantes del equipo abrazaron a Herman para darle fuerzas.
Además en último partido del AIK, un equipo de la quinta división de Suecia, Heman recibió una ovación cerrada de todo el estadio, al que accedió a través de un pasillo formado por los jugadores de ambos equipos, cuyos capitanes le hicieron entrega de un ramo de flores cada uno. En el encuentro, el AIK logró empatar el partido después de ir perdiendo por 0-3 al descanso.
En España, el Athletic Club de Bilbao ha querido mostrar su apoyo a Heman a través de una publicación en X, en la que le desea una pronta recuperación. Cabe recordar que los jugadores del club vasco tuvieron un gesto similar con Yeray Álvarez, el central que estuvo apartado de los terrenos de juego durante varios meses por un cáncer testículo.