De la alarma por Mbappé al “bocado de aire fresco” para Ancelotti: “No tenemos margen para rotar”

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Nuevo problema para el Real Madrid en la eterna guerra que tiene el conjunto blanco contra las lesiones. En un partido en el que regresaron Vinicius y Rodrygo tras sus problemas musculares, en el que se presentó sin Carvajal, Militao, Mendy y Camavinga, Carlo Ancelotti perdió a la media hora a Kylian Mbappé. El francés anotó el 0-1 en el minuto 10 y comenzó a sentirse incómodo a partir de la siguiente jugada. Avisó al banquillo, donde calentó Rodrygo durante unos minutos, y se tiró al suelo en el minuto 34, cuando vio que ya no podía más, para abandonar el césped.

Al acercarse al técnico, el atacante se señaló la parte posterior del muslo izquierdo y caminó con normalidad hacia el túnel de vestuarios, sin aparente cojera. Gesto serio, eso sí. Este jueves pasará pruebas médicas en Madrid para evaluar el alcance de la lesión. El percance llega en un momento complicado para el Madrid, que el sábado visita Vallecas y después viajar a Doha para disputar el día 18 la final de la Copa Intercontinental antes de terminar el año contra el Sevilla, el día 22, en el Bernabéu.

«Tiene una sobrecarga, una molestia en el isquio. Hay que verlo en los próximos días. No parece serio, pero ha tenido que parar porque no podía esprintar… Le molestaba un poco. Así que hemos preferido cambiarlo», explicó Ancelotti.

Unos minutos más tarde, Mbappé abandonaba el Gewiss Stadium firmando unos pocos autógrafos, sonriendo a los aficionados y caminando, ya en frío, de nuevo sin cojera.

Se trata de la segunda lesión de la temporada para el delantero galo, que se perdió el derbi madrileño ante el Atlético en septiembre por unas molestias en los isquiotibiales, también de la pierna izquierda. Volvió a tiempo para disputar media hora en Lille, como suplente en la derrota del Madrid, y no viajó con la selección francesa en el parón internacional de octubre.

Ahora, cuando estaba cogiendo la forma y acumulaba cuatro goles en los últimos seis partidos, dos de ellos de forma consecutiva frente a Girona y Atalanta, sufre una nueva parada en su evolución madridista, deseada por la afición, el cuerpo técnico, el vestuario y la directiva del Madrid.

Su inicio en Bérgamo fue ilusionante. Completó el plan táctico del Madrid, buscando la espalda de la defensa italiana, y por sus botas pasó todo el peligro del conjunto blanco en el Gewiss Stadium. A partir de su lesión, los de Ancelotti tardaron en encontrar una nueva forma de hacer daño a los de Gasperini.

En el tramo final, Ancelotti se vio obligado a cambiar también a Bellingham, que ya había dado el susto en Girona. El inglés, sin embargo, no parece lesionado. «Estaba cansado, nada más», anunció el técnico italiano. «Aunque mucho. El Atalanta te exige muchísimo, pero el equipo hizo un trabajo muy fuerte», valoro Carletto, que admitió que es una victoria importante «anímicamente».

«Después del partido de Osasuna noto al equipo más solido, con más compromiso colectivo. No hemos dado la sensación de tener un equipo perdido. No tenemos margen para rotar porque el calendario es muy exigente, pero esta es la victoria de la calidad y del compromiso. Es un bocado de aire fresco esta victoria, nos permite preparar los partidos de Champions de enero mucho mejor. Estar vivos en Navidad quiere decir que la temporada va bien. Estamos más distendidos hoy que ayer», reflexionó el italiano, que espera recuperar jugadores.

kpd