Cuatro aficionados españoles han sido detenidos por la policía polaca en una noche de enfrentamientos entre los seguidores del Real Betis y del Chelsea en la previa de la final de la Conference que enfrentará este miércoles a ambos conjuntos.
Parecía un ambiente de hermanamiento el que vivían las aficiones de Chelsea y Betis por las calles del centro de Breslavia. Con cánticos y contracánticos entre unos y otros especialmente en los alrededores de la plaza del Mercado, centro neurálgico de la ciudad polaca y lugar en el que la UEFA ha establecido el punto de reunión de los visitantes para la final de la Conference.
No obstante, a primera hora de la tarde hubo un primer conato de violencia en una cafetería del centro en el que ultras ingleses y españoles se estuvieron lanzando mobiliario del propio establecimiento y alguna botella que otra.
A primeras horas de la noche, en cambio, un fuerte dispositivo policial pareció controlar y evitar que se repitieran ese tipo de imágenes, pero a medida que fueron avanzando las horas, la plaza del Mercado terminó tomada por ultras de los dos conjuntos y los enfrentamientos entre ambos se recrudecieron.
Con ese lugar del centro de Breslavia ya más vaciado de los miles de aficionados que han venido a apoyar a su equipo, se cree que hasta 15.000 vendrán de parte del Betis, aunque solo 12.000 podrán hacerlo con entrada, los ultras comenzaron a tomar el control y a olvidar los cánticos que cantaron por la tarde al unísino con los del Betis, principalmente los que se metían con el eterno rival de la capital hispalense.
Así, la plaza del Mercado se convirtió en una batalla campal con numerosos lanzamientos de objetos, botellas y demás agresiones entre ultras del Chelsea y del Betis. Algunas páginas especializadas en el movimiento ultra hablaban del grupo radical bético United Family.
La policía polaca tuvo que intervenir de inmediato con lanzamiento de gas y despliegue de antidisturbios “lo que evitó una mayor escalada del conflicto o comportamientos negativos”, escribió la Jefatura Provincial de Breslavia en un comunicado. “La cantidad de fuerzas policiales preventivas y operativas, junto con su presencia constante en los puntos donde se reúnen o circulan residentes y aficionados deportivos, es tan grande que todos pueden sentirse seguros”, continuó el comunicado.
Según informaron fuentes polacas, cuatro aficionados españoles han resultado detenidos por estos enfrentamientos. Uno de ellos ha sido por conducta agresiva y otros tres por el robo de unas banderas de la afición rival en las fan zones.
Era el minuto 13, rozaba el 14, en aquella tarde del 25 de mayo de 1996 en el Vicente Calderón cuando Diego Simeone peinaba un balón a la red del Albacete en el último partido de liga. El entonces mediocentro del Atlético de Madrid corría como un poseso mostrando la camiseta mientras el presidente rojiblanco, Jesús Gil y Gil, murmuraba: "El primero, el primero", para después pedir calma. En esa camisola, en grandes letras azules figuraba un nombre: "Marbella". Ese patrocinio fue el principio del fin para Gil tanto en el club como en el consistorio andaluz.
Pese a que fue el tanto más feliz para Simeone, según reveló en una entrevista, ya que era el que certificaba el doblete Liga y Copa con Radomir Antic en el banquillo, ese mismo año, la concejal socialista, Isabel García Marcos, denunciaba las posibles irregularidades en los patrocinios deportivos del ayuntamiento de la Costa del Sol. Querella respaldada posteriormente por la Fiscalía Anticorrupción.
Mientras la Justicia comenzaba su investigación, el nombre de Marbella, que presidía las camisetas del equipo colchonero, también aparecía en la de clubes andaluces como el Sevilla y el propio Atlético Marbella, controlado en la sombra por Jesús Gil. Y hasta en equipos de baloncesto como el Joventut. "Valoro negativamente que una ciudad de fuera tenga que patrocinar al equipo más emblemático de Badalona. No se trata más que de una maniobra de Gil y Gil, que más que un político es un showman y un folclórico, para introducirse en Cataluña con vistas a las próximas elecciones generales", declaró en su momento Xavier García Albiol, representante del Partido Popular en Badalona.
14 de octubre de 1998
En el Atlético, el nombre de Marbella lució de 1991 a 1993, de 1994 a 1996 y la campaña 1998/99. Pero sería un 14 de octubre de 1998 cuando todo estalló. La Guardia Civil entró a las 12 del mediodía de manera simultánea en las oficinas del Vicente Calderón y en las del consistorio andaluz. Había serias sospechas de que Jesús Gil, presidente del Atlético y alcalde de la localidad, desviara fondos públicos hacia el club.
Según la investigación, Gil había falsificado los contratos de patrocinio del Ayuntamiento de Marbella respecto al club rojiblanco. El juez Santiago Torres mandó a prisión provisional al mandatario colchonero porque, en la instrucción, encontró indicios del trasvase de 450 millones de pesetas (2,7 millones de euros) de la entidad pública al Atlético de Madrid. Prisión de la que Gil saldría gracias al abono de una fianza de 100 millones de pesetas (6 de euros) y debido a su teórico delicado estado de salud.
Simeone, con Marbella en la camiseta, celebra el doblete del Atlético.EFE
No se libraría en cambio de la pena. En el año 2000, la Audiencia Provincial de Málaga condenaría al mandatario en lo que se bautizó como el caso Camisetas a 28 años de inhabilitación por cuatro delitos de prevaricación, dos de ellos en concurso con tráfico de influencias. Sin embargo, resultó absuelto de los delitos de malversación y falsedad. Esa condena fue ratificada por el Tribunal Supremo dos años después y eso terminó forzando la dimisión de Gil al frente del consistorio marbellí. Aguantaría un año más al frente de la entidad rojiblanca.
Durante ese proceso judicial, el club viviría el mismo desarrollo que su presidente, un mandatario volcánico para el que "echar un entrenador es como tomar una cerveza". Si aquel mayo de 1996, el Atlético holló la cumbre, apenas cuatro cursos después, en el Tartiere, descendió a los infiernos. Dos temporadas estuvo el club en Segunda División de la que conseguiría salir gracias a Luis Aragonés el mismo año en el que el Supremo ratificaba la sentencia de las Camisetas contra Gil.
La transformación del Marbella
La caída del Atlético Marbella, en cambio, fue anterior. El filial de Gil en la Costa del Sol llevaba el proceso contrario a su hermano mayor. Venía de estar cuatro años en su cumbre, la Segunda División, cuando en la temporada del doblete del Atlético de Madrid encadenaría dos descensos consecutivos que llevaron, junto con una deficiente gestión económica culminada con una relegación administrativa a Regional Preferente por impagos a jugadores, a su desaparición en 1997 tras declararse en quiebra.
El club se refundó como Unión Deportiva Marbella ese mismo año y cambió de nombre a Marbella Fútbol Club en 2013 tras ser comprado por el millonario ruso Alexander Grinberg. Ahora la entidad pertenece al empresario chino Zhao Zhen y aspira a llegar al fútbol profesional, algo que no ha logrado en sus 27 años de historia.
Gil, tras renunciar a la alcaldía de Marbella, con Julián Muñoz detrás.EFE
Este sábado a las 21.30, en La Rosaleda, estadio en el que debutó el Cholo como entrenador rojiblanco hace justo 13 años, se enfrentan esos dos hermanos unidos por un pasado turbulento. Que sólo se habían cruzado una vez en el camino, también en Copa del Rey, y en el que los colchoneros ganaron a los andaluces tanto en el partido de ida como en el de vuelta. Si repiten los colchoneros, serían 13 victorias seguidas e igualarían la mayor racha en la historia del Atlético, conseguida también por Simeone en la temporada 12/13.
El 24 de abril, Aldo Martínez, el Doctor Aldo, realizó el primer entrenamiento de preparación con Ilia Topuria (récord de 15-0 en sus apariciones) para la pelea que este sábado por la noche enfrentará al hispanogeorgiano con Max Holloway (27-7). Un combate anunciado con una cuenta atrás en la portada de la página de la UFC. Allí aparece la foto de Ilia con el cinturón de campeón de Peso Pluma, que pondrá en juego ante el luchador estadounidense.
Han sido seis meses de férrea rutina física y nutricional para esculpir a Topuria al milímetro, en los que 100 gramos o una mejora de un 0,1% pueden hacer la diferencia. "Es como un coche de Fórmula 1", apunta el Doctor Aldo a EL MUNDO. Un coche que, a día de hoy, es el cuarto mejor peleador de la UFC libra por libra y que cuenta con un equipo de élite para afrontar la primera defensa de su cinturón.
En el equipo principal de Topuria hay en torno a 15 personas, pero el 'core' lo componen cinco: Aldo, que es su preparador físico; los hermanos Climent, que le ayudan en la estrategia y en su técnica de artes marciales mixtas; su hermano Aleksandre, como consejero, y Javi Climent, que es su entrenador de boxeo. Quizás también haya que mencionar a Giorgina, su esposa, y responsable de que Ilia haya cambiado su alimentación por completo hacia la comida orgánica.
Topuria corriendo con Aldo Martínez.EM
"Se ha aplicado mucho más la ciencia de lo que se puede ver desde fuera, no hemos dejado nada al azar", explica el preparador. El entrenamiento de Topuria ha contado con máquinas de frío, donde el luchador somete su cuerpo a diario a temperaturas de -140º durante un periodo de tres minutos; entrenamientos en saunas a 70 º, cámaras hiperbáricas de alta presión, camas con luz roja y gafas estroboscópicas para incrementar la velocidad de reacción. "Cuando digo que tiene el ojo más rápido de la Premier, es porque el optometrista deportivo, Josep Caballero, que valora a muchos porteros de esa liga, no ha visto a ningún deportista que reaccione más rápido que los ojos de Ilia".
Porque la idea del equipo no es preparar su cuerpo para los impactos, aunque también se esmeran en ello. Se trata de darle las herramientas para que reciba los menos posibles. "Se entrena para recibir pocos golpes, para poder evitar, poder bloquear o poder apartarse", apunta Aldo, y revela que su capacidad estratégica y de análisis durante el combate le permite ir llevando la pelea, al rival, donde él quiere. De hecho, uno de los secretos de Ilia es su gran nivel en ajedrez, deporte que practica a diario. "Ilia es una computadora", ensalza el doctor.
No obstante, el luchador hispanogeorgiano no depende únicamente de su análisis. Es perfectamente capaz de recurrir a la fuerza bruta, como demuestra el reto que lanzó a Holloway de iniciar el combate con un intercambio de golpes durante 10 segundos en el centro del octógono. Cosa, por cierto, que el americano ha preferido ir toreando y no ha confirmado si aceptará. "Hay diferentes main plans según lo que acontezca en el combate, pero Holloway, lógicamente, no entrará en el juego, porque sino caería noqueado el primer golpe de Ilia", asegura el preparador físico.
Max Holloway, en la rueda de prensa previa al combate.ALI HAIDEREFE
Max Holloway, El Bendecido, no es un peleador cualquiera pese a que Topuria le llamara "mequetrefe" en la rueda de prensa previa al combate. Su periodo de estrellato se centró entre 2016 y 2019 como campeón de peso pluma y defensor hasta en tres ocasiones de su cinturón. El hawaiano se mantiene como el hombre récord en triunfos (20), finalizaciones (11) y nocauts (9) en las 145 libras. No obstante, en los días previos a la pelea, se le vio algo serio por la dificultad que es, para un hombre de 180 centímetros, dar 65,8 kilos en la báscula.
Nutrición
Topuria en cambio, según explica Aldo Martínez, llegó más preparado al pesaje. Su recorte, dice su preparador, comenzó hace 12 semanas con una bajada paulatina del porcentaje de grasa del luchador que, a día de hoy, puede rondar el 6%. Gracias a su paso a la comida orgánica, su adaptación a las restricciones de una pelea es más sencilla. En los días previos, además de eliminar completamente la pasta y el arroz ha incrementado su ingesta de agua a más de siete litros diarios para que la deshidratación permita un recorte más efectivo.
El cálculo del equipo de Topuria es que, tras el pesaje, y antes de la pelea, es decir, en poco más de 24 horas, pueda recuperar en torno a 10 o 10,5 kilogramos para afrontar la pelea en sus condiciones óptimas de movilidad y fuerza. En el combate ante Volkanovski, en el que El Matador obtuvo el cinturón de peso pluma, Topuria rebotó 10,270 kilogramos. "Con ese peso es muy ágil, muy rápido y su fuerza se mantiene. Se ha cuidado mucho su sistema nervioso, para que la transmisión del impulso eléctrico sea perfecta", explica Aldo.
Topuria, en otro momento de su preparación.IG
De hecho, el preparador admite a este periódico que Ilia, que entre ejercicio y ejercicio propuso hacer 100 'burpees' para seguir mejorando su capacidad aeróbica, consigue mantener su intensidad eléctrica a lo largo de 10 asaltos sin bajar un ápice. "Eso no sólo es fascinante desde el punto de vista deportivo, también fisiológico", admite Aldo. Así, pese a que en la previa del combate 20 de 24 peleadores de la UFC den favorito a Holloway, en el equipo de Topuria y el propio hispanogeorgiano no tienen dudas de su victoria. "Le voy a arrancar la cabeza", expresó El Matador en la rueda de prensa antes del combate.
En estos momentos previos a la pelea, le viene a la cabeza a Aldo el día que conoció a Ilia. El luchador tenía 17 años y tenía claro que quería ser campeón del mundo. Algo que ha conseguido gracias a la impresionante capacidad de concentración en sus objetivos según dice el preparador. "Lo diferente ahora es que se va a hacer leyenda", según cree Martínez porque no sólo noqueó a Volkanovski por el cinturón sino que va a noquear a Max para retenerlo, algo que nunca ha ocurrido.
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LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Viernes,
3
noviembre
2023
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23:56El equipo rojiblanco había marcado 25 goles en lo que va...