Cuando el golf es la salvación: “El mundo no se detiene porque no tengas piernas ni dedos”

Cuando el golf es la salvación: "El mundo no se detiene porque no tengas piernas ni dedos"

Daikin Madrid Open de Golf Adaptado

Actualizado

Deportistas de golf adaptado, algunos con durísimas historias de superación, jugaron entre el 28 y el 29 de octubre el torneo Daikin Madrid Open en el que el resultado era lo de menos

Juan Postigo en el campeonato Daikin Madrid Open.EM

“Aquella experiencia me marcó. Desde entonces, vivo aprovechando más cada momento y dando gracias por lo que tengo, porque en cualquier instante se puede acabar”. Eran palabras de Jon Rahm cuando recordaba el castigo que le impusieron en 2011. Jon era amateur y la Federación Española de Golf quiso sancionar los enfados y malos gestos del jugador español de 16 años enviándole a rastrillar bunkers en un torneo de golf adaptado. Su visión del deporte y de la vida cambió para siempre.

Esa misma sensación de ser afortunado es la que le queda a cualquier mortal que hubiera pasado el pasado fin de semana por el Encín Golf, un espectacular recorrido a las afueras de Alcalá de Henares, que se construyó en su momento pesando en la Ryder Cup. Cerca de 90 héroes sin capa, pero con palos de golf, compitieron durante tres días en el marco del Daikin Madrid Open de Golf Adaptado que cumple su XVI edición, una de las iniciativas más importantes que desarrolla cada año la Federación de Golf de Madrid.

Alrededor de los greenes y calles de El Encín se han entremezclado decenas de dramas, historias de superación, risas, lágrimas, impotencias, pero sobre todo optimismo. Una oda a la vida a través del golf repartida en cinco categorías, donde jugadores sin piernas o brazos, ciegos, paralíticos o incluso peleando contra los crueles temblores del implacable parkinson, han disfrutado de tres días de golf.

Debería el campo madrileño haberse plagado de gradas, de público abarrotando cada de una estas gestas personales, pero los focos están en otro lado. Sólo los voluntarios y el personal de la federación madrileña así como el frío otoñal acompañaron cada una de estas historias.

McCormack

El norteamericano Paul McCormack, finalmente sexto tras liderar los primeros 18 hoyos, trabajaba como policía en el departamento de Nueva York hasta que tras los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas le dejaron ciego por estar expuesto a los elementos tóxicos durante el rescate de las víctimas.

Por su parte, Alejandro de Miguel, ciego a causa de un glaucoma congénito, reconoce la importancia de este deporte en su vida: “Se ha convertido en mi herramienta para poder seguir vivo y descubrir mundo”. El ganador del Open Británico de invidentes y otros torneos de prestigio perdió la vista antes de los 30 años. “He aprendido mucho de gente que está en mis mismas circunstancias”, revela.

El dominicano Manuel de los Santos era jugador de beisbol profesional y horas antes de firmar un contrato para las grandes ligas, concretamente los Toronto Blue Jays, el cruel destino le dejó sin pierna izquierda tras un accidente de moto. En el Encín ha terminado séptimo.

El drama está bastante más reciente para Fernando Vega de Seoane: hace poco más de un año un accidente de esquí le provocó una ‘lesión medular completa’. “Conseguí subirme a un paragolfer, ha sido un motor de recuperación mental y física”, cuenta sobre una especie de moto a la que ancla su cuerpo y modula su altura para poder ganar la verticalidad y así pegar a la bola.

Carlos Cofrades ha terminado perdido en la posiciones de mitad de tabla, pero realmente no le importa, con casi 50 años convive con el parkinson y tiene claro lo realmente importante: “De estar metido en la cama con una depresión a estar jugando al golf con tus amigos”. Esta es su verdadera victoria.

Hay muchas victorias en este torneo del fin de semana, aunque la numérica correspondió a Juanele Postigo en dura competencia con el camerunés Issa Nlareb Amang. El cántabro es jugador del circuito del DP World Tour adaptado. Nació con una malformación congénita de su pierna derecha. Una discapacidad que no le ha impedido triunfar en el mundo del golf y acumular este fin de semana un nuevo título con vueltas de 76 y 73 golpes.

Quizás la historia más sorprendente del torneo es la del camerunés, segundo clasificado, que debutaba en este torneo. El jugador confesaba que “su primer vínculo con el golf era coger bolas del campo para poder venderlas y comer”. Tras hacerse caddie, Amang se convirtió en el golfista más prometedor del África subsahariana, ganó el abierto de Senegal y se convirtió en el primer golfista en esa zona que lograba la tarjeta para el Alps Tour (tercera división del Circuito Europeo).

Su suerte y su carrera se truncaron en un torneo en Egipto. Una bacteria le provocó una gravísima meningitis. “Solo recuerdo mi último swing en Egipto, en el hoyo 9, que fue muy bueno”, el camerunés quita dramatismo a su historia, aunque prosigue con el durísimo relato: “Del resto no recuerdo nada, estuve cinco días en coma y me moría, la única solución era amputar”. La tuvieron que trasladar a Bélgica para cortarle las dos piernas y ocho dedos de la mano, solo mantiene el dedo pulgar y el meñique de su mano derecha. “Simplemente tuve que aceptar mis circunstancias, el mundo no se detiene porque no tengas piernas ni dedos, aprendí a no rendirme y a disfrutar de la vida que es muy bonita”, cuenta.

A la semana volvió al campo de golf y, como pudo, golpeó una bola. “Supe entonces que volvería a jugar”, recuerda. El camerunés consiguió ayuda para unas prótesis e ideó un sistema atándose las manos para poder sujetar el palo de golf. Tanto tesón y sacrificio ha dado sus frutos: Amang es hándicap +2,8, el más bajo de toda la competición de este fin de semana. Además, en 2021 logró uno de los hitos más impresionantes del golf: volvió al Alps tour para competir de nuevo con los profesionales y, sin piernas ni dedos, pasó el corte del Ein Bay Open con rondas de 70 y 71 golpes y terminó en el puesto 51. Desde entonces, no ha vuelto a superar ningún otro corte, pero sus sueños siguen intactos. “Mi sueño es jugar el DP World Tour, se que es complicado, pero lucho cada día por ello”, concluye.

kpd