En el día después de ganar un título, los análisis tienden a la exageración, intuyendo un futuro alegre, suponiéndole al trofeo espita de un cambio de inercia. La alegría, sincera, del domingo por la noche en el autobús de la Selección, prolongada el lunes, pese al cansancio con las visitas a Zarzuela y al Wizink, no admitía nubarrón alguno en el horizonte de un equipo que tiene a un año vista la Eurocopa de Alemania, torneo para el que aún debe clasificarse. Un grupo que sí, que tiene cosas, pero que también le faltan otras.
Cinco aspectos positivos
El olor de la victoria. “Más que por el título en sí, necesitamos ganar para volver a la inercia ganadora”, dijo Rodri antes y después de la final. Los profesionales sostienen que ganar lleva a ganar, y al revés, de modo que cabe pensar que haber roto a la tercera la barrera de una final (en estos 11 años España perdió la de la Confederaciones 2013 y la de la Nations de 2021) servirá para quitarse presión y encarar el fututo con la certeza del que ya sabe el camino para ganar.
Al fin una gran estrella.Rodri es el mejor mediocentro del mundo. No es que lo diga su entrenador en el City, es que lo es, y con una diferencia abismal sobre el segundo. Coincidencia o no, el adiós de Busquets a la selección y la enorme temporada de su equipo lo han encumbrado. En una posición vital para un equipo, España tiene al mejor, y eso, durante estos últimos años, era algo que se echaba de menos.
Falta Pedri. La selección ha ganado la Nations con la ausencia de uno de los pocos indiscutibles de este equipo. Pedri, el mejor jugador del equipo desde 2021, pidió descanso para recuperarse de sus lesiones, pero cuando vuelva, será titular, tratándose como se trata de un jugador diferencial que puede marcar diferencias reales. Con él, el equipo crecerá, de eso no hay duda, y si las lesiones le respetan, ahí hay futbolista para una década. Dos de los mejores del mundo estarían en ese centro del campo.
La juventud. Pese a que Luis de la Fuente vino a este torneo tomando algunas decisiones contradictorias (llamó a Navas y a Alba, dos veteranos de rendimiento inmediato porque sólo eran dos partidos para ganar un título), la columna vertebral del equipo es joven. En su primera convocatoria, la de marzo, la media de edad fue de 26,3, y aquí ha subido un año por esas decisiones puntuales. Pero Unai Simón, Le Normand, Rodri, Pedri, Gavi, Olmo, Merino… ninguno supera los 27 años, y eso indica que, al menos hasta el Mundial de 2026, se puede contar con esta generación de jugadores para tejer un proyecto a medio plazo.
Un año para trabajar. Es el tiempo que falta para la Eurocopa de Alemania. Por medio habrá entre ocho y 10 partidos, pero claro, todavía debe clasificarse, así que los choques tendrán presión. El más inmediato, un incomodísimo viaje a Georgia en septiembre que, tras el resbalón ante Escocia, podría ser un problema serio en caso de no ganar. De hecho, ese partido podría cambiarlo todo. Para bien o para mal.
Cinco elementos negativos
Nivel medio discreto. Rodri es el mejor del mundo, sí. Y Pedri podría llegar a ser uno de los mejores, sí. Pero ya está. Hasta ahí. Ninguno de los otros futbolistas seleccionables, ni los que han estado estos días en Países Bajos ni alguno que se ha quedado fuera, está en el Top-5 mundial en su puesto. ¿Unai es buen portero? Sí. ¿Laporte y Le Normand buenos centrales? Sí. ¿Asensio y Ansu tienen potencial para mucho? Sí. Pero…
Falta gol. Los equipos que ganan lo hacen cuando juegan bien y cuando no, y normalmente cuando no juegan bien ganan porque tienen un tipo que mete goles cuando hace falta, más allá del juego. Lo tienen Argentina, Francia, Brasil… hasta Inglaterra. Sin embargo, apenas Morata (30 goles) parece una mínima garantía, y ya se sabe que eso, en su caso, va por rachas. Sin gol, cuando la cosa se pone fea, todo es mucho peor.
Pérdida de identidad. La selección de Luis Enrique era perfectamente reconocible, y en situaciones adversas, saber de memoria qué hay que hacer… Claro que también hay otra forma de ver este defecto. Podría ser una virtud si se asume que hoy, España no juega solamente de un modo. En esta Liga de Naciones la hemos visto defender replegada, jugar en largo, adaptarse, en fin, a las condiciones del partido y del rival.
Laterales veteranos.Carvajal fue el protagonista de la final con ese Panenka. Había entrado sustituyendo a Navas (37 años). En el otro costado estaba Alba (34). El lateral del Madrid, por cierto, tiene 31. Es un puesto muy específico, que con De la Fuente requiere de mucho desgaste físico, de modo que esas edades no permiten asegurar siquiera su buen rendimiento dentro de un curso. Si acaso, en el caso de Carvajal. Lo que viene por detrás (Balde, Pedro Porro, etc…) está por confirmar.
Enganche escaso. La final la vieron 7,2 millones de españoles, con un 48,4% de cuota de pantalla. Si hubiera sido un Mundial o una Eurocopa, eso se habría duplicado. No estando mal, en el ambiente se respira que la afición, en general, está algo lejos del equipo. La, hasta el domingo, ausencia de títulos, y el perfil de los jugadores obligan a pensar que será necesario repetir lo de Rotterdam en un torneo verdaderamente grande para volver a despertar el interés de la gente, hoy pensando ya en el verano.