Alcaraz 'versus' Sinner: el valor de saber elegir el momento

Alcaraz ‘versus’ Sinner: el valor de saber elegir el momento

Actualizado Sábado, 12 julio 2025 - 21:07

No hace tanto, hace muy poco, veíamos a Rafael Nadal percutir con su golpe liftado de derecha sobre el revés a una mano de Roger Federer mientras el suizo trataba de encontrar soluciones para salir del rincón. Sucedía en cada uno de sus enfrentamientos, en un clásico que deleitó a los aficionados durante más de tres lustros. El clásico que ahora vivimos y disfrutamos es diferente. No hay lagunas ni en Carlos Alcaraz ni en Jannik Sinner, quienes, juntos, cada uno con sus virtudes, están escribiendo nuevos capítulos en la historia del tenis.

Sinner reparte muy bien todos sus golpes y Alcaraz se saca conejos de la chistera, pero ambos, perfectos conocedores del adversario, deciden con mimo, cada uno a su manera, cuándo y cómo hacer más daño a su oponente.

El ejemplo muy reciente de Roland Garros demostró que cualquier detalle puede llevarte al borde del abismo u ofrecerte la posibilidad de un aparentemente improbable regreso. La herencia de aquella apasionante final estará presente en la memoria de ambos. Sinner llevará París tatuado en alguna parte de su cabeza, pero tampoco Alcaraz habrá olvidado la exigencia a la que se vio sometido, las más de cinco horas que tuvo que sudar para salir victorioso.

Años atrás, sobre la hierba, cobraban una importancia capital el saque y la volea. Ahora, sin obviar la revalorización de ambos golpes en esta superficie, jugadores como ellos exhiben también sus capacidades en el resto y cuentan con un nivel técnico, táctico y mental que elude la simplificación de sus confrontaciones.

Alcaraz se presenta mejor en la final y ha atravesado un camino más difícil, desde que en la primera ronda se topó con el talento inclasificable del veterano Fabio Fognini. Sinner, con algún problema físico en aquel partido, vio cómo se le retiraba Grigor Dimitrov en octavos de final cuando le dominaba por dos sets a cero y se encontró con un Novak Djokovic muy desgastado en su encuentro de semifinales.

Si Carlos consigue manejar con criterio su inmensa variedad de golpes a lo largo de todo el partido cuenta con ventaja y obligará una vez más a su rival a estar en constante estado de alerta. Es ahora, en las rondas finales, cuando la exigencia es máxima, cuando el español saca mayor provecho de su creatividad. Cuenta con menos alternativas para cerrar las jugadas y menos posibilidades de confundirse. Entonces, con la recompensa a tiro, su tenis alcanza su máxima y más certera expresión.

Swiatek, campeona de Wimbledon en una de las peores finales de la historia: doble 6-0 ante una Anisimova hundida

Actualizado Sábado, 12 julio 2025 - 18:23

Iga Swiatek es una campeona de Wimbledon imprevista. Lo suyo es el juego desde el fondo de la pista, por eso es cuatro veces ganadora de Roland Garros. Iga Swiatek es una campeona de Wimbledon polémica. El año pasado, cuando era número uno del ranking WTA, dio positivo por trimetazidina en un control antidopaje y recibió una sanción mínima, un mes fuera de la pista. Pero sobre todo Iga Swiatek es una campeona de Wimbledon demoledora. Nunca en la era moderna del tenis una jugadora ganó así una final, por 6-0 y 6-0, a Amanda Anisimova en sólo 57 minutos de juego.

Fue mérito suyo, por supuesto, siempre concentrada, consistente y acertada, capaz de acabar el encuentro con sólo 11 errores no forzados. Pero sobre todo fue demérito de Anisimova. Porque en realidad la polaca tan sólo necesitó 10 golpes ganadores para llevarse el encuentro.

En su primera final de Grand Slam, Anisimova apareció derrotada y derrotada se fue. No dio una. Apenas conectó primeros saques, acumuló dobles faltas y en los intercambios falló, falló y falló. La solidez de Swiatek jugaba en su contra, pero el problema era ella misma. Por sus gestos quedaba claro que no quería estar allí.

HENRY NICHOLLSAFP

Después de todo un camino para llegar a esta final, de una depresión que hace dos años le obligó a retirarse de la pista, de llorar la muerte temprana de su padre, de sufrir comentarios negativos por las redes sobre su físico, no estaba preparada para jugar en un escenario así. La grandeza de una final de Wimbledon, con la preciosa Challenge Cup en juego, la familia real británica en el palco, 14.000 personas observándola en la pista central y millones de espectadores viéndola desde casa, pudo con ella. Los nervios no la minaron, la agarraron, la maniataron y la destrozaron.

Después de irse a llorar a los vestuarios, en la ceremonia de entrega de trofeos aguantó el tipo, felicitó a Swiatek, agradeció su trabajo a su equipo y sólo se rompió cuando se refirió a su madre, que había luchado contra su fobia a volar para estar en su palco. "Se ha esforzado más que yo", comentó antes de pedir disculpas al público y marcharse para asimilar lo ocurrido. "Me he quedado sin gas, esperaba poder hacer una mejor actuación", se lamentó.

¿Por qué este año la final de Wimbledon se retrasa dos horas y no se puede ver en abierto?

Actualizado Sábado, 12 julio 2025 - 12:40

La mayoría de aficionados recordarán que en aquellos duelos históricos en Wimbledon entre Rafa Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic estaban de sobremesa en España, incluso a algunos los pillaría todavía comiendo. Eso no volverá a pasar. A partir de este año el Grand Slam de las tradiciones cambia una de ellas, una relevante. En lugar de empezar a las 15.00 horas en España -14.00 horas en Reino Unido, la final entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner de este domingo empezará a las 17.00 horas y así seguirá siendo en las próximas ediciones. ¿Por qué? Los motivos pueden ser dos y el espectador es libre de escoger uno de ellos.

La explicación oficial es que así la final de dobles femeninos se podrá disputar antes, a una hora concreta -las 14.00 horas-, y tendrá más relevancia. Hasta ahora, ese encuentro cerraba el torneo con las gradas prácticamente vacías después de que los aficionados las abandonasen al acabar la final individual masculina. "Nuestro objetivo es mejorar la experiencia de todos los tenistas. Las jugadoras de dobles podrán saber de forma más precisa su horario y los aficionados podrán disfrutar del día en Wimbledon antes de que empiecen los partidos, además de que el campeón serán coronados enfrente de la audiencia más grande posible", comentaba hace unos días Sally Bolton, presidenta ejecutiva del All England Club (AELTC), y en su última frase se intuye la segunda razón: "La audiencia más grande posible".

Desde hace años la ESPN, la cadena que emite en exclusiva el Grand Slam en Estados Unidos, reclama que los horarios se ajusten a los usos americanos y después de firmar la ampliación de la compra de los derechos hasta 2035 parece que lo ha conseguido. Este domingo, la final entre Alcaraz y Sinner arrancará a las 11.00 horas en Nueva York y las 08.00 horas en Los Ángeles y con ello atraerá seguro a muchos más seguidores yankees.

La Ley de Interés General

El problema del cambio es que crea un peligro. Si la final se alargase como se alargó la final de Roland Garros rozaría el toque de queda de Wimbledon, que establece que no puede haber actividad más tarde de las 23.00 horas para no molestar a los vecinos. Es posible que la ceremonia de entrega de premios deba acortarse con ese fin, pero es todavía más posible que si hay quinto set tenga que jugar bajo techo. En esta edición la pista central se ha cerrado varios días sobre las 21.00 horas para utilizar la iluminación artificial y eso suele implicar un parón de más de 10 minutos.

En todo caso, en España los únicos espectadores que podrán ver la final son los abonados a Movistar+, el canal que tiene los derechos. Por extraño que parezca, la Ley de Interés General aprobada en 2015 establece que es obligatorio emitir en abierto "La participación española en la Copa Davis de tenis" y "la participación de tenistas españoles en las semifinales y la final de Roland Garros", pero no nombra ningún otro Grand Slam, ni una palabra de Wimbledon. El canal ha anunciado que emitirá la final a través de Movistar Plus+ (dial 7), Deportes por M+ (dial 63) y Wimbledon UHD por M+ (dial 444) y que lo hará con la narración José Antonio Mielgo y los comentarios de Alex Corretja y Feliciano López.

Carreras en los pasillos de Wimbledon, el no anuncio de Novak Djokovic y la sorpresa de Carlos Alcaraz: “¡Guau! Nunca había visto esto tan lleno”

Actualizado Sábado, 12 julio 2025 - 00:26

Un anuncio de la organización provocó carreras de los periodistas en Wimbledon de la sala de prensa en la planta baja del edificio principal hasta la sala de conferencias cuatro plantas más arriba. «Djokovic, on his way», « Djokovic está de camino». Carlos Alcaraz tenía que comparecer ante los medios de comunicación justo al acabar la semifinal ante Jannik Sinner y Novak Djokovic, pero el serbio pidió adelantarse, no quiso ni pasar por el vestuario después de su derrota por 6-3, 6-3 y 6-4. La intuición decía que tanta prisa escondía algo extraño: ¿Anunciará que se retira?

Los sprints escaleras arriba con los ordenadores encendidos en una mano fueron cómicos, pero cuando todos los periodistas estaban colocados los altavoces rectificaron. «First, Alcaraz», «Primero, Alcaraz». Sin saber nada sobre el alboroto, el español apareció en el Media Theatre y su reacción fue genuina: «¡Guau!». «Nunca había visto esto tan lleno. Gracias, supongo», bromó y empezó a responder preguntas sobre su victoria ante Taylor Fritz por 6-4, 5-7, 6-3 y 7-6(6) y su pase a la final de este domingo (17.00 horas, Movistar+). Fueron pocas porque el ganador de 24 Grand Slam estaba esperando en el pasillo para anunciar... que continúa.

ADAM VAUGHANEFE

«No quiero acabar mi carrera en Wimbledon hoy. Espero volver aquí como mínimo una vez más», proclamó Djokovic, aunque al mismo tiempo aseguró que en las próximas semanas «revisará todo» a su alrededor para tener la opción de ganar otro grande. «El físico me está matando. Quiero jugar, pero el cuerpo no me responde. Quizá tengo mucho desgaste acumulado, quizá no puedo competir con el tanque de gasolina medio vacío. Por un lado siento que es duro estar sufriendo tantas lesiones en los partidos decisivos de los Grand Slam, pero por el otro debo pensar que he estado sano muchos años. Probablemente deba tomarlo simplemente como una adversidad y seguir adelante», valoró después de un partido en el que casi se resintió de la lesión de cadera sufrida en cuartos de final ante Flavio Cobolli.

«¡Novak, Novak, Novak!», le animaba el público londinense, con quien mantiene una relación tensa pese a sus siete títulos, pero no había manera. Sinner le aplaudía al finalizar el encuentro en reconocimiento de su esfuerzo y probablemente de su carrera. Por cortesía no hubo celebración del italiano, aunque en el tercer set Djokovic le sorprendió con un break temprano y tuvo que remontar un 0-3 adverso.

La delicadeza con Sinner

«Me esperaba otra cosa, me ha sorprendido más de su partido», admitió Alcaraz en su papel de espectador y añadió: «Ganar a Novak es muy difícil y hacerlo en tres sets es más difícil todavía. La actuación de Jannik ha tenido mérito porque no ha bajado el nivel. Es increíble lo que puede hacer una pista de tenis». En su comparecencia, antes de marcharse con los muchos familiares y amigos llegados este viernes desde Murcia, se congratuló por volverse a medir a Sinner en la final de un Grand Slam, restó importancia a lo ocurrido en Roland Garros y estiró sus valoraciones sobre el triunfo ante Fritz. Quizá pensaba que al hablar de lo ocurrido en París podía multiplicar la motivación del italiano. Lo más probable es que no quisiese hurgar en su herida.

GLYN KIRKAFP

«No he vuelto a ver la final de Roland Garros, sólo algunos puntos, algunos clips, pero no todo el partido. Creo que es el mejor partido que he jugado. A veces pienso en lo que pasó, en cómo pasó, en cómo Jannik me empujó a mi límite. Estoy seguro que aquí volverá a hacerlo. Es duro estar cinco horas y media sobre la pista, pero lo haré si es necesario», aseguró después de una semifinal más complicada de lo que pareció.

Alcaraz construyó una fortaleza con su servicio y desde ahí atacó en los momentos precisos. La paciencia es su nueva virtud, lo ha demostrado en los últimos días. Fritz concedía lo mínimo, pero ese mínimo era suficiente. La mayoría de sets avanzaron con el mismo guión. Juegos y más juegos sin intercambios, continuos saques y, de repente, una genialidad propia o un despiste ajeno llevaban al español al éxito. El mejor ejemplo fue la muerte súbita que cerró el duelo: dominó y fue dominado -del 1-4 al 6-4-, pero con sus mejores trucos, levantó dos bolas de set y se lanzó a por el triunfo. Al acabar le salió un grito, un grito poderoso, un grito para lo que viene el domingo.

Sinner niega más gloria a un maltrecho Djokovic y se reencontrará con Alcaraz en la final de Wimbledon

Actualizado Viernes, 11 julio 2025 - 19:54

A Novak Djokovic le persigue la sombra del ocaso. Como les ocurrió a Roger Federer y Rafa Nadal en sus últimos torneos, todavía es capaz de derrotar a muchos rivales, no en vano ha llegado a las semifinales de los tres Grand Slam de este año, pero su propio cuerpo no le deja ir más allá. Si en el Open de Australia sufrió un desgarro muscular en la pierna izquierda que no le permitió discutir con Alexander Zverev; este viernes en Wimbledon una lesión en la cadera le mermó ante Jannik Sinner.

Desde el primer juego, el serbio se movió de manera extraña por la pista central y la competición se resintió. Con su saque todavía aguantaba, pero Sinner dominaba a su gusto cada intercambio desde el fondo de la pista. Al final el marcador reflejó 6-3, 6-3 y 6-4 después de una hora y 53 minutos de juego. "¡Novak, Novak, Novak!", le animaba el público londinense, con quien mantiene una relación tensa pese a sus siete títulos, pero no había manera. ¿Fue su último partido sobre la hierba del All England Club? Sólo el tiempo lo sabe.

TOLGA AKMENEFE

Sinner le aplaudía al finalizar el encuentro en reconocimiento a su carrera. No hubo una gran celebración del italiano, aunque en el tercer set Djokovic le sorprendió con un break temprano y tuvo que remontar un 0-3 adverso. Quizá hubiera sido descortés. En todo caso por fin disputará su primera final de Wimbledon, su quinta en un Grand Slam.

En su contra, que el rival será nuevamente Carlos Alcarazy entre ambos existe un abismo anímico desde la remontada en la final de Roland Garros. A su favor, el escaso desgaste sufrido en el camino. En todo el torneo, el italiano nunca ha jugado más de tres sets. Ante Luca Nardi en primera ronda, Aleksandar Vukic en segunda, Pedro Martínez en tercera y Ben Shelton en cuartos de final, Sinner venció por la vía rápida y en octavos de final, ante Grigor Dimitrov, también se benefició de su retirada. Los dos sets que perdió contra el búlgaro, que lo tenía contra las cuerdas, pueden notarse en su confianza, pero más duro será superar el recuerdo de lo ocurrido en París.

Alcaraz, tan superior a Fritz, tan superior a todos

Actualizado Viernes, 11 julio 2025 - 19:10

Todo un lujo ver a Carlos Alcaraz en directo en la Central del All England Club. He podido constatar el poder cautivador del jugador español, su capacidad para conectar con el público gracias a un tenis diferente y ganador que le dota de un especial atractivo. Aquí, en Londres, fui testigo privilegiada del enorme valor de su victoria frente a Taylor Fritz, no sólo por alcanzar su tercera final consecutiva de Wimbledon sino por la plasmación de sus cualidades ante un gran sacador, al que es complicado leer el servicio y que ofrece poco ritmo.

Pero hasta en esa faceta, en la única que podría suponérsele por debajo de su rival, fue mejor Alcaraz, certero, hábil e inteligente con los saques al cuerpo de un gigante entre cuyas virtudes no destaca la movilidad. Se nota cómo trabaja este golpe medular sobre la hierba, cómo también se afana en hacerse fuerte con el segundo servicio.

Fortaleza, sí. La que demostró también en un desempate donde levantó dos pelotas que le hubieran conducido al quinto parcial. El desenlace en cuatro sets responde más a la realidad de un partido donde, como en cuantos le precedieron en este torneo, me atrevería a decir como en cuantos ha disputado a lo largo de los últimos meses, desde la victoria en Roma, se mostró muy superior.

La hierba explicita tus fortalezas y tus debilidades. No puedes engañar a la superficie. Cada vez que el punto alcanzaba un cierto grado de sofisticación caía del lado de Alcaraz, porque atesora más recursos, porque tiene más soluciones. Más que Fritz y más que el resto de los jugadores del circuito. El estadounidense sólo se sentía cómodo con un juego simple, directo, sin entrar en complicaciones.

Con tan sólo 22 años, el hombre que buscará este domingo su sexto título del Grand Slam se mueve con las certezas de todo un veterano, de un auténtico especialista. Serio, solvente, autónomo, sin necesidad de volver demasiado la vista hacia su rincón, sabe enfrentar el peso de las situaciones, la dimensión de un torneo como éste, en el que has de estar muy atento porque todo puede decidirse en un par de detalles imprevistos. Sabe también exhibir una valentía congénita, a la que jamás renuncia.

Alcaraz explota su paciencia para derrotar a Fritz y jugará su tercera final de Wimbledon

Actualizado Viernes, 11 julio 2025 - 17:33

En la tensión del tie-break definitivo, Carlos Alcaraz se arrebata con un "¡Vamos!" y enfrente suyo, justo encima del marcador grande de la pista central de Wimbledon, se levantan sincronizadas hasta cuatro filas de espectadores. Está en primera línea su equipo, como deben, en la segunda aplaude su tío abuelo José Manuel, como siempre, pero ya han llegado de El Palmar sus tíos, sus primos y sus muchísimos amigos de toda la vida. Ya es una tradición. En semifinales de un Grand Slam aterrizan una veintena de allegados a Alcaraz para vivir, para disfrutar, para celebrar. Como ocurre en París, venir a Londres antes no tendría sentido porque la grandeza está asegurada; una derrota no es una opción, la única incertidumbre está en la final.

Será Jannik Sinner o será Novak Djokovic, lo discutirán de inmediato, pero Alcaraz estará frente a uno de ellos, se sabe desde hace meses, cuando familiares y amigos ya pudieron reservar vuelos y hoteles. En los últimos tres años, el español ha instalado en Wimbledon la rutina de su éxito, el torneo es aquello que ocurre mientras encadena victorias. Ya van 20 seguidas, la última este viernes en semifinales ante Taylor Fritz por 6-4, 5-7, 6-3 y 7-6(6) en dos horas y 48 minutos de juego.

Fritz juega como sabe

En la previa, dejó dicho Fritz que jugando como sabe "nadie puede hacer demasiado". Y tenía razón. Sólo olvidaba a Alcaraz. Fritz jugó como sabe, con su saque como arma más poderosa -19 ‘aces, ahí es nada- y ese revés cruzado tan vertiginoso, incluso encontró la manera de acelerar su derecha. Pero esta vez no fue suficiente. Poco se podrá reprochar después de un partido en el que hizo 44 ‘winners’ y apenas cometió 24 errores no forzados.

Kirsty WigglesworthAP

Como ya había ocurrido en octavos de final ante Andrey Rublev y en cuartos de final ante Cameron Norrie, Alcaraz construyó una fortaleza con su servicio -88% de juegos ganados con su primero- y desde ahí atacó en los momentos precisos. Fritz concedía lo mínimo, pero ese mínimo era suficiente. En hierba, incluso los mejores requieren de mucha paciencia y por eso a mayoría de sets avanzaron con el mismo guion. Juegos y juegos sin intercambios, saques puros sin cortar y, de repente, una genialidad propia o un despiste ajeno llevaban al español al éxito. El mejor ejemplo fue la muerte súbita que cerró el duelo. Dominó y fue dominado -del 1-4 al 6-4-, pero con sus mejores golpes, rozando las líneas, inventando en la red, levantó dos bolas de set y se lanzó a por el triunfo.

El único momento de duda

Igualmente le quedaba el quinto set, donde raramente falla. De hecho, el éxito de Alcaraz sólo estuvo en duda un rato. Hasta el segundo set, corría hacia la victoria en línea recta, pero en ese momento algo ajeno ocurrió. En las gradas inferiores de la pista central, las únicas expuestas al sol, los aficionados empezaron a caer mareados. Ahora reclamaba ayuda un espectador, que regresó a los 10 minutos. Ahora avisaban del vahído de una aficionada de edad avanzada que fue evacuada en camilla y ya no volvió. El partido fue detenido en dos ocasiones y los protagonistas cambiaron su gesto.

Alcaraz, concentradísimo en todo momento, se relajó un poco y Fritz perdió el miedo de los minutos iniciales. Por culpa de un par de deslices -incluida una doble falta- el español entregó sus únicas dos únicas bolas de break de todo el partido y acabó perdiendo su ventaja. El numeroso grupo de familiares y amigos suyos que acababa de llegar a Londres se estremeció un momento. Pero el susto duró poco.

Acampar toda la madrugada para ver a Alcaraz por 400 euros o la más extraña tradición de Wimbledon: “Esto es un festival, si no consigo entrada me da igual”

Actualizado Jueves, 10 julio 2025 - 22:52

Huele a festival. Parece un festival. ¡Es un festival! Bienvenidos a The Queue, la más rara entre las raras tradiciones de Wimbledon, la cola que cada día se genera para conseguir una entrada. Desde la medianoche anterior, miles de personas acampan con sus tiendas en el parque que hay justo enfrente del All England Club para comprar uno de los 500 tickets disponibles para la pista central, de los 500 tickets para la pista 1, de los 500 tickets para la pista 2 o simplemente para comprar uno de los pases al recinto. Los primeros pagarán entre 115 euros y 400 euros y los precios irán bajando hasta los 30 euros del ground pass. ¿Parece sencillo? Pues no, no lo es.

"Es verdad, esto es un festival. Piensa que para entrar a la pista central tienes que llegar antes de las dos de la madrugada. Yo he venido con el primer metro, estoy aquí desde las seis, pero si no consiguiera entrada me daría igual. Disfruto de la experiencia", cuenta a EL MUNDO Katie Williams, que vive al norte de Londres y lleva ya ocho años haciendo la cola. Son las 10 de la mañana, tiene el número 3134 y está cerca de alcanzar la taquilla. Ha traído una bolsa de picnic con un termo de café, sándwiches y patatas de bolsa, pero con su amiga Lydia y unas chicas que van por detrás ya han abierto un vino blanco. El proceso podría simplificarse con una cola virtual en la web de Wimbledon, pero dónde quedaría el vino blanco. The Queue tiene fiesta, tiene tradición y también tiene elitismo.

92.000 por un abono doble

El Grand Slam, al fin y al cabo, es un espejo de la sociedad. "¿Por qué hay tantos asientos vacíos este año en Wimbledon?", se preguntaba el diario Metro esta semana y la conclusión no podía ser más sencilla: porque está pegando el sol. En esta edición las temperaturas han alcanzado los 34 grados, máxima inaudita en Londres, algunas gradas no tienen cubierta y los dueños de las mejores entradas prefieren estar a la sombra bebiendo prosecco en el Village. Han pagado 92.000 euros por una de las 2.500 ‘debentures’, un abono doble para cinco años, pero eso no les obliga a presenciar todos los partidos. Quienes no suelen fallar son los afortunados que han podido comprar entradas por internet en el sorteo público que se realiza en febrero -o que han pagado un dineral en la reventa ilícita-, los esforzados que han sacado uno de las 500 entradas en The Queue después de horas a la intemperie y por supuesto los que vienen de la reventa oficial.

Kin CheungAP

Porque sí, aquellos que han adquirido un ground pass al All England Club por 30 euros pueden apuntarse en la entrada al resale y acceder en otra cola -en este caso virtual- para recomprar un ticket. Cuando un espectador se va antes de que acabe un partido, su asiento se pone a la venta a través de una app por sólo 17,50 euros. Si queda un partido por jugarse estás de suerte; si falta un set, magnífico; si resta sólo un juego, también bien. "El año pasado conseguí ver tres juegos de Alcaraz en la pista central", celebra Williams que hace una mueca cuando el periodista, tan desconsiderado, pregunta si no sería más fácil vender todas las entradas por internet y santas pascuas.

Las normas de la cola

"Posiblemente es verdad eso que a los ingleses nos gusta hacer cola", acepta ante la misma cuestión James Mendelssohn, el jefe de los ‘stewards’ que controlan The Queue con tanta educación como rectitud. Son muy amables, muy polite, pero si alguien se pasa con el alcohol será expulsado, igual que si se excede con el tiempo de descanso. Cada aficionado en The Queue cuenta con media hora de asueto para ir al baño o a comprar comida y las cafeterías más cercanas están a 15 minutos a paso ligero, al lado de la estación de metro de Southfields. Normalmente no hay incidentes, aunque a las seis de la mañana se nota la tensión.

GETTY

A esa hora los que han pernoctado deben recoger sus tiendas de campaña y el resto de enseres, dejarlos en los diferentes guardarropa y ponerse a hacer cola de pie. Más de una vez, y más de 100, son los propios stewards quienes deben despertar a los acampados. "Hay gente que adora ser parte de la cola, amigos que vemos cada año. La cola forma parte de Wimbledon, de la emoción por venir aquí a ver tenis. Es parte de la experiencia y todos queremos que la experiencia sea positiva", cuenta Mendelssohn, que asegura que este año, con el buen tiempo, sin lluvia, las colas están siendo bastante largas, pero que el proceso se seguirá haciendo por los siglos de los siglos. En su web, de hecho, Wimbledon celebra "seguir siendo uno de los pocos eventos deportivos importantes en los que es posible comprar entradas premium el mismo día del partido". Y tiene razón. Aunque el coste es acampar toda la madrugada y pasar horas y horas de pie en una cola. Es The Queue. ¡Es un festival!

Amanda Anisimova, la finalista en Wimbledon que se retiró por los comentarios sobre su físico

Amanda Anisimova, la finalista en Wimbledon que se retiró por los comentarios sobre su físico

Actualizado Jueves, 10 julio 2025 - 19:33

"La salud mental es tan importante como la física", repite Amanda Anisimova una y otra vez, en sus ruedas de prensa en Wimbledon, cerca de completar su recuperación. Hace no tanto, Anisimova, nacida en Estados Unidos de padres rusos, estaba retirada. O casi retirada. A mediados de 2023, con sólo 22 años, decidió apartarse de las pistas porque no podía más. Ya había jugado unas semifinales de Roland Garros, adolescente prodigio, pero no podía más con la presión del tenis, con la ausencia de su padre -que falleció de un paro cardiaco en 2019- o con los comentarios en redes sociales por su aspecto físico.

"Estar en un torneo de tenis se ha convertido en algo insoportable", admitió entonces. Durante meses ni tocó la raqueta y cayó a los sótanos del ranking WTA, hasta el puesto 234. Pero gracias a la terapia, a un voluntariado o a la pintura, su nuevo hobbie, fue volviendo al tenis hasta alcanzar su mayor éxito este viernes. En su semifinal de Wimbledon derrotó a la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, por 6-4, 4-6 y 6-4 y el sábado se enfrentará en la final a Iga Swiatek, que venció en la otra semifinal a Belinda Bencic por un fugaz 6-2 y 6-0.

Antes ya había avisado de su evolución con éxitos este año como el título en el WTA 1000 de Doha o la final en el reciente WTA 500 de Queen’s, pero no por ello su éxito deja de ser una sorpresa. Sabalenka era nuevamente la favorita y nuevamente decepcionó. Como ya pasó esta temporada en el Open de Australia o Roland Garros, la dominadora del ranking volvió a perderse en errores y cabreos al llegar a los partidos decisivos. La potencia de Anisimova, tan fuerte como ella, tan agresiva, le sorprendió y no supo gestionarlo. Sólo en el segundo set, con un enfado de mil demonios por las celebraciones de su rival, Sabalenka dominó como gusta, pero en el desenlace volvió a errar.

HENRY NICHOLLSAFP

Al contrario de lo que ocurrió en París, eso sí, la bielorrusa apareció en la rueda de prensa posterior con ánimo para advertir que esta vez no se lamentaría tanto. "Perder es horrible. Siempre sientes que quieres morir, que ya no quieres existir, y que este es el final de tu vida. Pero luego te sientas un rato y piensas en lo que podrías haber hecho diferente en el partido. El primer momento siempre es el peor porque se te escapa un sueño, pero al final llegar a la conclusión que has perdido un partido y ya está", aseguró.

Una petanca, la croqueta sobre la hierba y unos pelotazos, los juegos de Alcaraz antes de las semis en Wimbledon: “Estamos mucho tiempo fuera de casa”

Actualizado Miércoles, 9 julio 2025 - 23:06

«Esto ya es como en el colegio: estoy todo el rato esperando el recreo», reconoce Carlos Alcaraz después de haber jugado. Al tenis, sí, pero también a otros juegos. Para ser campeón de Wimbledon por tercera vez necesita frescura y, con la experiencia de otros años, su equipo ha encontrado la solución: se divierten. En sus entrenamientos al mediodía en las pistas del Aorangi Park, Alcaraz hace lo que tiene que hacer, derechas, reveses, saques, y cuando ya se ha acabado el trabajo empieza lo mejor.

El número dos del mundo y sus siete ayudantes -sus dos entrenadores, su fisioterapeuta, su preparador físico, su médico, su representante y su hermano- se inventan retos y explotan las risas. A lo largo del torneo ha habido variaciones, pero lo más hilarante siempre es el final: el perdedor o los perdedores deben hacer la croqueta sobre la hierba en mitad del resto o exponerse a recibir un pelotazo del ganador o los ganadores desde la otra pista.

Este miércoles, antes de las semifinales ante Taylor Fritz de este viernes (en principio a las 14.30 horas, Movistar+), hubo dos desafíos. El primero fue individual: Alcaraz retó a su hermano Álvaro a hacerle un saque directo, un ace, y cómo éste lo consiguió le tocó marcarse una croqueta. Y el segundo fue conjunto: todos los miembros debían coger una pelota y desde lejos aproximarse a un agujero que había en un lateral de la pista. Alcaraz no lo hizo mal, pero nuevamente Álvaro y el fisioterapeuta Juanjo Moreno triunfaron: embocaron de pleno. Al tenista y al resto de su equipo les tocó ponerse de espalda al fondo y exponerse a un pelotazo de sus dos compañeros.

Sin polémica con Fritz

«Estos momentos son importantes. Las giras son largas y estamos mucho tiempo fuera de casa. Mantener un buen ambiente es fundamental», comentó después el segundo técnico de Alcaraz, Samuel López, que atendió a la prensa española junto al primero, Juan Carlos Ferrero.

Joanna ChanAP

En el grupo el éxito se ha convertido en rutina. Si el domingo hay otra celebración, la sexta de Grand Slam, no será nada excepcional. Y si no tampoco pasará nada. De hecho, ayer Ferrero incidía en ello para rebajar la presión hacia su pupilo antes de los dos partidos decisivos. «Toda la temporada que lleva es excepcional. Hay que darle muchísimo mérito, mucho valor a lo que ya ha hecho, torneo tras torneo. Parece fácil, pero sabemos lo difícil que es, hay que quitarse el sombrero», reclamó el entrenador que subrayó la mejoría de Alcaraz en su saque y su evolución partido a partido durante el torneo.

«Ha ido de menos a más desde el partido ante Fognini, mejorando poco a poco. Desde Queen's necesitó un poco de adaptación porque las condiciones son distintas y con el paso de las rondas está dando cada vez más nivel. Está con muchas ganas, disfrutando mucho», valoró Ferrero y López, más tímido, añadió: «Hasta ahora se merece un sobresaliente».

En el entorno de otro jugador las últimas declaraciones del rival, Fritz, quizá hubieran supuesto cierto malestar, pero en el equipo de Alcaraz nadie arqueó ni una ceja. Después de vencer a Karen Khachanov en cuartos de final, el estadounidense se vino arriba y se declaró invencible. «Jugando como lo hice los dos primeros sets, nadie puede hacer demasiado contra mí», aseguró y los entrenadores de Alcaraz ayer respondieron que sí, que muy bien, que perfecto.

Joanna ChanAP

«Hombre, es que está jugando un huevo», contestó Ferrero, que luego siguió: «Esos comentarios ayudan a mantener la motivación de cara al enfrentamiento. Carlos ya lo dice, que vamos a verlo en pista, que es ahí donde debe demostrar el nivel». Después todos los miembros del equipo se fueron a comer juntos en el pabellón del Aorangi Park y, también juntos, se marcharon a la casa que tienen alquilada a ver la victoria de Jannik Sinner ante Ben Shelton (7-6 [2], 6-4, 6-4) y la de Novak Djokovic frente a Flavio Cobolli (6-7 [6], 6-2, 7-5, 6-4). Hoy no habrá entrenamiento y el grupo se marchará de excursión. Pero seguro que seguirá habiendo diversión.