Alcaraz vuelve a ganar sin desgaste y ya está en semifinales del ATP 500 de Rotterdam

Alcaraz vuelve a ganar sin desgaste y ya está en semifinales del ATP 500 de Rotterdam

En las horas previas la ATP anunciaba que era el primer enfrentamiento entre Carlos Alcaraz y Pedro Martínez, compañeros en la Copa Davis con España, pero no era cierto. En 2019, en el challenger de Murcia, un Alcaraz de apenas 15 años ya venció a Martínez, entonces de 21, y estableció las diferencias entre ambos. Martínez, un tenista capaz de aguantar largos intercambios, sufrió entonces con su servicio y acabó derrotado por Alcaraz, pese a su adolescencia, pese a su falta de experiencia. Este viernes, en los cuartos de final del ATP 500 de Rotterdam ocurrió lo mismo. De hecho, los seis años de diferencia entre ambos enfrentamientos lo único que hicieron fue exagerar su distancia.

Como le ocurrió en el encuentro anterior ante Andrea Vavassori -que también disputó aquella edición del challenger de Murcia-, Alcaraz volvió a disfrutar de una victoria plácida, en este caso por 6-2 y 6-1 en una hora y 10 minutos de juego. Por su superficie, el torneo holandés se planteaba como una dura prueba para el español y de momento está siendo sólo un entrenamiento. Este sábado, en semifinales, ante el ganador del duelo entre Andrei Rublev y Hubert Hurkacz tendrá un verdadero test; si lo vuelve a superar con holgura, ya sólo le quedará la final ante Alex de Miñaur o el sorprendente Mattia Bellucci.

Ante Martínez, Alcaraz tan sólo necesitó concentración. Desde el primer juego, el número tres del mundo se abalanzó sobre el débil servicio de su compatriota y dominó el encuentro. Martínez apenas logró el 50% de sus puntos con su primero y un 40% con su segundo para ceder un break tras otro. Su estrategia era valiente: notable defensor, propuso un juego creativo, con muchos cambios de ritmo y muchas subidas en la red, pero con ello apenas logró estirar el encuentro. Poco más. Muy consistente con su saque, Alcaraz nunca llegó a dudar. Ganando 29 de sus 36 puntos al servicio, sólo necesitaba esperar para apretar a Martínez en su turno.

Sander KoningEFE

Le queda a Martínez el consuelo de su buen resultado en Países Bajos después de ganar a Roberto Bautista en primera ronda y de superar a Holger Rune en segunda ronda. Pese a los problemas físicos del danés, afectado por un catarro, quedará igualmente como la primera victoria del español ante un Top 10 en pista rápida. El próximo lunes Martínez aparecerá en el número 40 del ranking ATP y volverá a su lucha por escalar en los torneos grandes.

La renuncia de Alcaraz a jugar en Sudamérica o el fin del tenis sobre tierra batida: "No sé si sólo habrá torneos dos meses"

La renuncia de Alcaraz a jugar en Sudamérica o el fin del tenis sobre tierra batida: “No sé si sólo habrá torneos dos meses”

Actualizado Miércoles, 5 febrero 2025 - 23:24

Abrigado hasta arriba, como exigirán los seis grados que este jueves enfriarán Rotterdam, Carlos Alcaraz llegará al pabellón Ahoy y se enfrentará sobre pista dura a Andrea Vavassori en octavos de final del ABN AMRO Open (sobre las 19.30 horas, en Movistar). Si vence, al día siguiente quizá se mida a Holger Rune, en el puesto 14 del ranking ATP, y luego le esperarán Andrei Rublev, Alex De Miñaur o Daniil Medvedev, todos entre los 10 mejores de la lista. Pese a ser un torneo menor, de categoría ATP 500, el español está jugando en la superficie que menos le favorece y el cartel de rivales espanta. ¿No podría haber escogido un calendario más amable? La respuesta es no. O muy difícilmente.

Desde que era prácticamente un adolescente, es decir, desde sus inicios como profesional en 2020, Alcaraz siempre había pasado el febrero en Sudamérica, disfrutando del calor, de la tierra batida y de partidos ante adversarios más asequibles. Pero este año ha tenido que renunciar a ello. Cambiar de superficie entre el Open de Australia y el doblete Indian Wells-Miami era demasiado para el cuerpo, un desgaste que solía acabar en lesiones y/o derrotas. Este curso para él, igual para la mayoría de tenistas, la tierra batida queda reservada para la primavera. Y, de ahí, el problema.

La final del torneo de Buenos Aires, el año pasado.

La final del torneo de Buenos Aires, el año pasado.GETTY

«La superficie que más puntos en el ranking otorga es la pista rápida y en el circuito ya no puede haber especialistas sólo en tierra batida. Ahora todos deben saber jugar en rápida y para ello necesitan hacer su calendario, adaptar su temporada a esa superficie. No sé si corremos el riesgo de que sólo haya tierra batida dos meses al año, pero está claro que los torneos que más crecen son en pista dura», explica David Ferrer, director del Trofeo Conde de Godó y finalista en Roland Garros en 2013, en conversación con EL MUNDO sobre la reducción de torneos en arcilla.

Adiós a Estoril, Niza o Sopot

Entre abril y mayo la gira que enlaza Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros parece inamovible, pero en el resto de meses parece imposible organizar una competición en una superficie que no sea pista dura. Mientras los torneos sobre sintético crecen, como Dallas y Doha, ahora ascendidos a ATP 500, aquellos que se disputan en tierra batida van perdiendo interés, importancia y patrocinadores. Si hubo un tiempo, no tan lejano, en 1994, en el que el calendario ATP recogía 34 torneos sobre polvo de ladrillo, hoy sólo son 21 eventos. El propio Ferrer, por ejemplo, jugó en su reciente carrera en competiciones en Stuttgart, Estoril, Niza, Sopot, Palermo o Valencia que ya no están dentro del circuito ATP o no existen o han cambiado de superficie.

Esta temporada la gira sudamericana únicamente ha conseguido atraer a Alexander Zverev entre los 10 mejores del mundo y una de sus organizadoras, Catalina Fillol, del ATP 250 Chile Open que se disputa en Viña del Mar, admitió esta semana a la revista ‘Clay’ que se plantean jugar también sobre dura. El ATP 500 de Río de Janeiro y el ATP 250 de Buenos Aires sufren y otros directamente han desaparecido, como el ATP 250 de Córdoba, en Argentina. Algo parecido les pasa a los torneos europeos de julio, como Bastad, Gstaad, Umag o Kitzbuhel, desabrigados desde que perdieron la compañía de Hamburgo como Masters 1000. Si al tenis sólo se juega sobre hierba en junio, en Wimbledon y los torneos previos, la tierra batida cada vez más se reduce sólo a la primavera.

Carlos Alcaraz supera con apuros a Van de Zandschulp en su debut en Rotterdam

Carlos Alcaraz supera con apuros a Van de Zandschulp en su debut en Rotterdam

Actualizado Martes, 4 febrero 2025 - 22:42

Carlos Alcaraz, actual número 3 del mundo, debutó con victoria, por 7-6 (3), 3-6 y 6-1, ante el neerlandés Botic Van de Zandschulp (84), en la primera ronda del ATP 500 de Rotterdam. Se medirá al ganador del duelo entre el canadiense Felix Auger-Aliassime y el italiano Andrea Vavassori en los octavos de final.

Alcaraz suma así su tercera victoria ante el neerlandés en el cara a cara particular (3-1), a pesar de que en el último duelo Van de Zandschulp eliminó al del Palmar en la segunda ronda del último Abierto de Estados Unidos, en tres sets (6-1, 7-5, 6-4).

Además, el de Wageningen fue quien venció a Nadal en el último encuentro del balear en su carrera en la final entre ocho de la Copa Davis en Málaga por un doble 4-6 en los cuartos de final que cruzaron a España y a Países Bajos.

El murciano empezó el encuentro con un juego agresivo pero precipitado, con exceso de riesgo desde el fondo de pista y abusando de las voleas, lo que le llevó a perder el servicio en el tercer juego, y le obligó a ir a remolque el resto del set.

Los fallos de Carlos

Delante tenía a un gigante neerlandés con las ideas muy claras: apoyarse en su revés para salir de los aprietos y 'machacar' con la derecha las bolas a media pista del rival, un muro paciente y sin fisuras que esperaba a los fallos de Carlos.

La rotura de Van de Zandschulp al murciano en el quinto juego parecía definitivo para el set, sin embargo Alcaraz se repuso y llevó al rival al tie-break, donde se impuso por 7-3 con comodidad.

El segundo set empezó con susto para el del Palmar, que tuvo que salvar dos pelotas de rotura ante un neerlandés un poco más agresivo y muy metido en pista.

Van de Zandschulp acabó por romper el servicio de Alcaraz, de nuevo en el quinto juego, ante la desesperación del español, que veía como poco a poco su rival le iba comiendo terreno y no cedía su saque.

Siempre a remolque, el murciano intentó volver a darle la vuelta al marcador, pero a diferencia del primer set, el neerlandés estuvo más entero con su saque y disipó cualquier esperanza de remontada de Carlos con un 6-3 final.

La manga para el desempate no pudo comenzar mejor para Alcaraz, que repuesto mentalmente y más acertado con la derecha empezó mandando 3-0 en el tanteo ante un Van de Zandschulp sin soluciones ni reacción.

El ritmo del número tres del mundo había subido considerablemente, sobre todo en el duelo de derechas en el que se encuentra siempre tan cómodo, además de mejorar sus prestaciones al servicio.

Con 4-1 a favor, el español logró romper al neerlandés y matar definitivamente el partido, que sólo tuvo un dueño en un tercer set que terminó 6-1 y un partido que duró 2 horas y 27 minutos.

En el duelo español de dieciseisavos de final se impuso el 44 del mundo Pedro Martínez -por 6-3 y 6-2- a Roberto Bautista (52) y se enfrentará en la próxima ronda al ganador del encuentro entre el danés Holger Rune (14 del mundo) y el italiano Lorenzo Sonego (34).

España sella su clasificación en la Copa Davis por la vía rápida y se medirá a la Dinamarca de Rune

España sella su clasificación en la Copa Davis por la vía rápida y se medirá a la Dinamarca de Rune

Actualizado Domingo, 2 febrero 2025 - 15:43

Pedro Martínez y Jaume Munar lograron, por la vía rápida, el objetivo y España avanzó hacia la segunda ronda clasificatoria de la Copa Davis tras vencer todos los partidos del duelo ante Suiza, en Biel, certificado en el punto de dobles.

El dueto español ganó a Marc Andrea Huesler y Dominic Stricker por 6-4 y 7-5 y superaron matemáticamente el primer tramo de la nueva Copa Davis que recupera parte del formato clásico, con eliminatorias en casa o fuera antes de la Final a Ocho que este año se jugará en noviembre en Bolonia.

El cuadro helvético apenas inquietó al conjunto español, que, a pesar de las numerosas bajas y de estar formado por un equipo B, no perdió ningún set en los tres primeros partidos.

Los dos encuentros de individuales del sábado y el dobles, disputado este domingo, sellaron el triunfo de España en Suiza, con la que solo había perdido en una ocasión de los cinco enfrentamientos que ambos equipos han dirimido a lo largo de la historia.

Ahora, la Dinamarca de Rune

Suiza está lejos del potencial de antaño, cuando estaba liderado por Roger Federer y acompañado de Stanislas Wawrinka, y que llegó a conquistar el título. Wawrinka aún está en activo, pero, sus 39 años, dosifica su calendario. Está más cerca del adiós que de otras metas.

España no echó en falta la baja de Carlos Alcaraz, primero, ni de Alejandro Davidovich y Pablo Carreño, después. Le bastó con la seriedad de Pedro Martínez y el aplomo de Roberto Carballés, debutante con la selección española, para encarrilar la situación que este domingo se completó con el duelo de dobles.

El conjunto español, que ha fijado su mirada en la final entre ocho de noviembre, avanza a la segunda ronda clasificatoria, donde se medirá a la Dinamarca de Holger Rune.

España evita a Novak Djokovic, al que podía haberse enfrentado si Serbia hubiera vencido en Copenhague el enfrentamiento en el que no estaba, por lesión, el ganador de veinticuatro Grand Slam, que tenía previsto auxiliar a su equipo en el siguiente tramo.

No será el caso, porque Dinamarca remontó el 2-0 inicial que tenía Serbia y será la que viajará a España en septiembre para medirse al cuadro de David Ferrer, que ejercerá de local, en la última serie antes de la fase final.

La victoria del dobles

El dobles español consiguió el objetivo en dos sets y una hora y 45 minutos. Ganó por 6-4 y 7-5 y amarró la victoria. Los individuales restantes son intrascendentes. Martin Landaluce podría debutar con la selección española en el cuarto partido, irrelevante, de esta serie en Biel.

El triunfo del dobles cerró el triunfo de España que encarrilaron el sábado Roberto Carballés y Pedro Martínez en los individuales. Carballés tuvo un debut soñado, acompañado de un importante triunfo, ante Jerome Kym.

Carballés, que nunca había jugado con la selección, dejó de lado la presión del debutante y batió al local Kym por un doble 6-4 en hora y media. La victoria de Roberto Carballés, que puso el sábado el 0-2 en el duelo contra Suiza en el enfrentamiento que se disputa en el Swiss Tennis Arena de Biel, se une al anterior de Pedro Martínez, que abrió el enfrentamiento ante el combinado helvético y que superó su compromiso contra Dominic Stricker por 6-4 y 7-6 (7), en dos horas y cinco minutos.

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: "No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios"

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: “No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios”

«¿Lo coges tú mismo?», le preguntaba John Newcombe, ganador de cinco Grand Slam, y Jannik Sinner sostenía el trofeo del Open de Australia, lo mostraba a los aficionados para que echaran un vistazo, lo levantaba muy levemente y ya está. A otra cosa. Cuando acabó la ceremonia, tuvo que ir alguien de la organización a pedirle que repitiera la celebración y que la exagerara un poco porque los fotógrafos se habían quedado a medias. Nunca hubo un campeón tan discreto.

Para saber más

«Los partidos pueden durar entre tres y cinco horas: ese es el tiempo del día en el que sé que tengo que estar concentrado. Fuera de la pista, en cambio, pasan cosas que nadie conoce», explicaba Sinner, siempre tan enigmático. En la pista y fuera de ella, sus golpes, sus movimientos y sus gestos son indescifrables e invitan a pensar qué se esconde detrás. ¿Qué piensa? Ganador de tres Grand Slam a los 23 años, Sinner ha abierto una era de dominio del tenis sin mostrar al mundo sus secretos.

Su carácter

Y posiblemente ese hermetismo sea uno de sus puntos fuertes. «No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios», analizaba en la previa John McEnroe en conversación con EL MUNDO y en la final de ayer en Melbourne sus palabras se convirtieron en imágenes. Desde el primer set, Alexander Zverev mostraba su frustración ante un rival tan inaccesible y Sinner, en cambio, nada. Incluso en el tie-break del segundo set, el momento más tenso del partido, el número uno mantuvo la misma cara. Al final, 6-3, 7-6(4) y 6-3.

ADRIAN DENNISAFP

En realidad, Zverev, de padre ruso, parecía menos alemán que Sinner, criado en los Alpes en la frontera entre Italia y Austria. Ni una comunicación con su equipo, ni un renuncio ni tan siquiera un grito de celebración. Si hubo algún «¡Come on!» fue de Zverev. Más allá de los temblores en cuartos de final o de los calambres en semifinales, Sinner fue un muro durante todo el torneo.

Su juego

Su tenis también se lo permitió. La velocidad de su derecha le otorga mucha seguridad y en el resto de juego tampoco se observa un punto débil. Su revés, especialmente el cruzado, es difícil de responder. Sin ser quien saca más rápido, es letal al servicio: ayer no concedió bolas de break y sólo perdió nueve puntos con los primeros. Y si antes sufría en la red con la volea, ahora ya no lo hace. Si acaso le falta un punto de creatividad, como se observa en otras superficies, especialmente en tierra batida, pero en pista rápida no le hace falta.

«Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Nadie se merece más este trofeo. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno», reconocía Zverev después de la final como habían hecho los adversarios anteriores, especialmente un Álex De Miñaur hundido en cuartos.

Su equipo

Ante el australiano, de hecho, sí se vio la necesidad que Sinner tiene de estar en contacto con su equipo, apoyado cuando hay dudas. Cuando el calor casi le noquea, la ayuda de los suyos le salvó. El italiano lleva con Simone Vagnozzi desde los 14 años, pero la llegada hace dos temporadas de Darren Cahill fue clave. Ex técnico de Andre Agassi, Lleyton Hewitt y Simona Halep, le ha dado confianza y ha aportado variedad en su juego.

Vincent ThianAP

«Ha madurado muy rápido. Los tenistas viven una vida fantástica, pero necesitan una mente muy trabajada para aguantar la presión», alababa Cahill hace unos días a quien además ha tenido suerte con los cambios. Después de su positivo en un control antidopaje, Sinner despidió a su preparador físico y su fisioterapeuta, Umberto Ferrara y Giacomo Naldi, y los recién llegados a sus puestos, Marco Panichi y Ulises Badio, que anteriormente habían trabajado con Novak Djokovic, han encajado.

El sistema

En su futuro, de hecho, sólo queda la duda sobre ese positivo A mediados del próximo mes de abril, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) resolverá la apelación en la cual la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reclama entre uno y dos años de sanción. La ATP aceptó los argumentos Sinner -su antiguo fisio, Naldi, había utilizado una pomada prohibida- y lo exculpó, pero la AMA no fue tan crédula. «No estoy pensando en eso ahora, intento disfrutar del momento», revelaba ayer Sinner.

Un castigo rompería su racha y su dominio actual del circuito, pero su caso revela igualmente su poder en el tenis. Como primer número uno italiano ahora mismo lo tiene todo a su favor. Si años atrás el poder era anglosajón, ahora es transalpino con Andrea Gaudenzi como presidente de la ATP y Massimo Calvelli como director ejecutivo.

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 19:30

«Eres demasiado bueno», admitió Alexander Zverev dirigiéndose al ya bicampeón en la ceremonia de entrega de premios tras la final del Abierto de Australia. No fue un mero mensaje de cortesía sino el reconocimiento sincero de aquello que ya había sentido, padecido, según avanzaba un duelo en el que tardó poco en darse cuenta de que estaba ante un Jannik Sinner de nuevo inabordable. Le duró poco la convicción inicial al alemán, que no fue capaz de aprovechar el descenso en el porcentaje de primeros servicios de su adversario desde mediado el segundo set hasta el comienzo del tercero. Tampoco le funcionó su juego más directo en ese segundo parcial, asumido que no obtenía provecho de los largos intercambios. Forzó el desempate, su mayor logro en un partido que Sinner dominó con claridad. Fue mejor en todas las facetas del juego.

Entre las muchas virtudes de Sinner se encuentra la inteligencia táctica. Supo situar a Zverev ante su propia realidad, la que le persigue al constatar el flanco débil en su golpe de derecha, sobre el que hizo sangre el de San Cándido, cerebral, calculador, metódico, constante, frente a la visceralidad y el progresivo desorden de su oponente, mermado en su energía y credibilidad a medida que se topaba con la evidencia. Había un lugar claro donde atacarle y empezó a acumular errores. Camino de los 28 años y ya con tres finales del Grand Slam sobre sus hombros, sigue sin culminar el objetivo.

Sinner le devolvió poco a poco a un pasado no muy lejano, el del jugador vacilante con su saque y desestabilizado emocionalmente. Y lo hizo al retrasar la posición en el resto. Es muy complicado encontrar las cosquillas al ahora mismo indiscutible número 1 del mundo y ganador de los dos últimos títulos grandes. Requiere un ejercicio de precisión y persistencia para el que muy pocos están capacitados.

Si alguien puede estar en disposición de hacerlo es Carlos Alcaraz, que no ha llegado al torneo en las mejores condiciones. Los demás jugadores, salvando de manera puntual a Novak Djokovic, cuyo cuerpo pagó el peaje de su encuentro de cuartos ante el español, no están preparados para las exigencias que impone Sinner ni para sacarle de su zona de confort, para poner en duda una autoridad que resulta incontestable en estos momentos.

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Las desgracias aguardan en las esquinas, un mal gesto que acabe en un 'crec', un masaje de un fisioterapeuta despistado, pero Jannik Sinner puede dominar el tenis en la próxima década, especialmente si se juega en una pista rápida. Es preciso hasta rozar el límite humano; es racional hasta rozar el límite humano. Dicho de otra manera, parece un robot. Este domingo su victoria ante Alexander Zverev en la final del Open de Australia por 6-3, 7-6(4) y 6-3 fue la confirmación de una nueva era.

Si el número uno del ranking ATP se enfrenta al número dos y su dominio es tan contundente no hay mucho más análisis. El único contrapunto en la actualidad es Carlos Alcaraz y su creatividad, aunque cada vez es mayor la diferencia entre ambos sobre cemento. En realidad, cada vez es mayor la diferencia de Sinner con el resto del mundo sobre cemento. Sin problemas físicos, el italiano parece imbatible en ese terreno porque es imbatible: lleva 21 victorias consecutivas, todas desde que le ganara el propio Alcaraz en octubre en la final del Masters 1000 de Shanghai.

Un Zverev cabizbajo

Ante él, los rivales saltan a la pista ya abatidos, como le ocurrió a Zverev este domingo. Cabeza baja, mirada perdida; el ánimo por los suelos. Nunca fue el alemán un tipo sonriente, pero su pose no invitaba a pensar que ganaría por fin su primer 'grande'. Su única posibilidad de victoria ya le advertía sufrimiento: tenía que aguantar, aguantar y aguantar. Y no estaba para tanto aguante.

MARTIN KEEPAFP

En el primer set, en cuanto se torcieron las cosas, Zverev ya se desesperó en gestos hacia su equipo, hacia el cielo, hacia sí mismo. Fueron sintomáticas sus subidas a la red sin sentido. Es cierto que Sinner era imperturbable: no cedió una sola bola de break en todo el partido, con su primer saque apenas perdió nueve puntos y únicamente cometió 27 errores no forzados -por 45 del alemán-. Pero Zverev se lo podía haber imaginado antes de empezar. En ese periodo inicial, Sinner, preciso y serio como siempre, necesitó hasta seis oportunidades de rotura para adelantarse, pero en cuanto lo hizo se acabó.

Remontarle era una quimera, pero Zverev tenía que intentarlo y lo intentó. En el segundo set, mucho más concentrado que al principio, el número dos mundial soltó su derecha, empezó a hacer más daño, y amenazó con alargar la disputa. Con 5-4 y 30-0 a su favor tuvo la mejor oportunidad. Pero Sinner no movió ni una ceja, llevó el periodo al tie-break y allí incluso le sonrío la suerte. En el 4-4, una bola suya pegó en la red, quedó suspendida en el aire y cayó del otro lado convirtiéndose en una dejada perfecta. Entonces sí, ya no había mucho más que hacer.

JOEL CARRETTEFE

Antes de empezar el tercer set, Zverev se peleó en el banquillo con su raquetero, golpe va, golpe viene, y ya sólo quedaba esperar a la conclusión. Para el alemán era su tercera final de Grand Slam perdida; seguramente tendrá más oportunidades, quién sabe si las aprovechará. Para el italiano, en cambio, es el inicio de una nueva era en la que puede dominar el tenis.

"No son tan bueno"

"Quiero agradecérselo a mi equipo. Hemos trabajado mucho para volver a estar aquí. Es increíble conseguir estas cosas, pero también compartirlas con vosotros. Gracias a todos por hacer posible este torneo, es mi Grand Slam más especial y espero que siga siendo así", comentó Sinner, discreto incluso en el momento de recoger el trofeo. La euforia, contenida. La celebración tranquila.

Detrás, Zverev seguía machacándose por lo ocurrido durante el encuentro: "Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno, simplemente eso. Aprecio mucho todo lo que ha hecho mi equipo después de mi lesión, ser número dos del mundo, volver a dos finales de Grand Slam... No estaría aquí sin vosotros".

Zverev en la final de Australia y el sueño de la generación perdida: "Lo que me pasó ante Alcaraz no me puede volver a suceder"

Zverev en la final de Australia y el sueño de la generación perdida: “Lo que me pasó ante Alcaraz no me puede volver a suceder”

Hay una diferencia enorme de Grand Slam ganados según la década en la que nacieron los tenistas. Hasta diez jugadores nacidos en los años 80, Djokovic, Nadal, Federer, Murray, Wawrinka, Safin, Roddick, Ferrero, Cilic y Del Potro, acumularon un total de 78 grandes. Los dos campeones de la década de los 2000, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner ya suman seis pese a su juventud. Pero la década de los años 90 sólo ha dado dos vencedores de Grand Slam, Daniil Medvedev y el ya retirado Dominic Thiem, con un trofeo cada uno.

Existe toda una generación perdida que difícilmente se podrá recuperar -ahí están Tsitsipas, Rublev, Khachanov, Tiafoe, Hurkacz...- y que ya sólo busca consuelo. Si este domingo (09.30 horas, Max y Eurosport) Alexander Zverev levanta su primer 'grande' a sus 27 años tendrá el suyo. Después de dos finales perdidas, el US Open de 2020 ante Thiem y el pasado Roland Garros ante Alcaraz, el alemán está en su mejor momento con las puertas de la gloria abiertas, aunque delante esté Sinner.

Concentrado y sin presión

Nunca antes Zverev había jugado tan bien. Nunca antes Zverez se había mostrado tan maduro. Nunca antes Zverev había sido más libre. En Melbourne, el favorito es Sinner, y Zverev sólo tiene cosas que ganar. «Ahora tengo un objetivo claro, que es ganar un Grand Slam, y lo estoy persiguiendo dando lo mejor de mí mismo. No voy a tener un partido fácil, pero estoy preparado para una batalla muy dura. Creo que tengo el nivel necesario para ganar a cualquiera, aunque sea Jannik», comentaba Zverev que llega descansado a la cita.

Al contrario que en otros grandes, no se despistó en las primeras rondas, ante Lucas Pouille, Pedro Martínez y Jacob Fearnley, todos partidos resueltos por la vía rápida y, aunque cedió un set ante Ugo Humbert y Tommy Paul, sus victorias no estuvieron en peligro en ningún momento. Precisamente ante Paul y luego en semifinales ante Djokovic disputó tres tie-breaks que demostraron que está preparado: los ganó todos con una seriedad impropia.

De vuelta al gimnasio

Como siempre, el servicio es su mejor arma -ganó un 78% de puntos con su primero, ha llegado a sacar a 222 km/h-, aunque ahora tiene más. Aquel chaval larguirucho algo apático que acabó extenuado sus dos finales anteriores de Grand Slam se ha convertido ahora en un tipo más fuerte, más resistente, más hecho. Después de caer ante Alcaraz en París, Zverev volvió a llamar al que fuera su preparador físico en los inicios, Jez Green, y el trabajo realizado es evidente.

«Cuando estaba con Jez me consideraba uno de los tipos más fuertes y, el año pasado, en la final ante Carlos me agoté físicamente. No quiero que eso me vuelva a suceder nunca más, por eso he vuelto con él», valoraba esos días en Melbourne el alemán que estuvo cuatro años sin vivir una final de Grand Slam entre dudas, problemas físicos -se lesionó gravemente de un tobillo en aquellas semifinales de Roland Garros 2022 ante Rafa Nadal- y escándalos. Dos ex novias le acusaron de malos tratos y ambos casos acabaron con acuerdos extrajudiciales.

Sinner y sus problemas

El año pasado, con su ascenso al número dos del mundo entre títulos como los Masters 1000 de Roma y París-Bercy, ya se advirtió su madurez y ahora sólo queda confirmarla. Delante, eso sí, un Sinner que amenaza con hacer de la Rod Laver su casa y que parece inalterable pese a las extraños episodios sufridos en cada partido -el tembleque por el calor ante Holger Rune, la cojera ante Ben Shelton- y los vaivenes de su caso de dopaje. Justo antes de empezar el Grand Slam, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) puso fecha a la vista que decidirá su futuro, los días 16 y 17 de abril, entre el Masters 1000 de Montecarlo y el Mutua Madrid Open, y pese a todo, ahí está, en su segunda final consecutiva en Melbourne.

«Jannik encuentra en los partidos de tenis un lugar seguro. Ahí sale, hace lo suyo y siente que reproduce lo que ya sabe, lo que entiende, en lo que es bueno. Salir a la pista es un hogar para él», analizaba ayer Darren Cahill, técnico del italiano, que el próximo año abandonará los banquillos.

Djokovic enseña la resonancia con la lesión que le retiró ante Zverev

Djokovic enseña la resonancia con la lesión que le retiró ante Zverev

Actualizado Sábado, 25 enero 2025 - 17:32

El tenista serbio Novak Djokovic colgó este sábado en sus redes sociales la imagen de la resonancia magnética a la que se sometió, como prueba de la lesión que padece en la pierna izquierda y que le obligó a retirarse de la semifinal del Abierto de Australia ante el alemán Alexander Zverev.

"Pensé en dejar esto aquí para todos los 'expertos' en lesiones deportivas que hay por ahí", es el texto con el que Djokovic ha acompañado el resultado de la resonancia con el fin de responder a aquellos que pusieron en duda que estuviera lesionado.

El serbio, de 37 años y diez veces ganador en Melbourne, se practicó la prueba este sábado después de su marcha del primer Grand Slam de la temporada tras perder el primer set ante Zverev, entre los abucheos de parte de los espectadores de la pista central.

Las molestias del tenista serbio surgieron en el partido de cuartos de final frente al español Carlos Alcaraz que ganó en cuatro sets y a su término, reveló que estuvo a punto de retirarse tras el segundo set.

"Yo creo que alguien que está pensando en retirarse en el segundo (set) no hubiera jugado de la manera que lo ha hecho. No voy a entrar en detalles, pero no creo que se hubiera retirado", comentó Alcaraz de Djokovic, quien no se entrenó en la víspera de la semifinal contra Zverev.

Keys sorprende a Sabalenka y se lleva el primer Grand Slam de su carrera

Keys sorprende a Sabalenka y se lleva el primer Grand Slam de su carrera

Actualizado Sábado, 25 enero 2025 - 11:58

La estadounidense Madison Keys (19) se resarció del fatídico tropiezo en la final del US Open de 2017, después de superar en la final del Abierto de Australia a la bielorrusa y primera clasificada mundial, Aryna Sabalenka, por 6-3, 2-6 y 7-5, tras dos horas y dos minutos de juego.

La tenista de Illinois (Estados Unidos), que privó a Sabalenka de ganar su tercera corona consecutiva en Australia, se convirtió a los 29 años de edad en la cuarta jugadora más veterana en conseguir su primer título Grand Slam, por detrás de la italiana Flavia Pennetta (US Open con 33 años), la británica Ann Jones (Wimbledon con 30 años) y la transalpina Francesca Schiavone (Roland Garros con 29 años).