Swiatek pasa por encima de Paolini y levanta su cuarto Roland Garros

Actualizado Sábado, 8 junio 2024 - 16:59

Hubo unos minutos, en segunda ronda, ante Naomi Osaka, en los que Iga Swiatek pareció mortal. Desafinaba con sus golpes, incluso defendió una bola de partido en contra. Fue un espejismo. La número uno del mundo levantó este sábado su cuarto Roland Garros en una final sin discusión, sin competencia, sin historia. Ante la italiana Jasmine Paolini, Swiatek dominó con un 6-2 y 6-1 en sólo una hora y cinco minutos de juego para elevarse todavía más en la historia. Ya suma más títulos en París que Arantxa Sánchez Vicario, Monica Seles o Serena Williams y por encima sólo tiene a cinco mujeres: Chris Evert, Suzanne Lenglen, Steffi Graf, Adine Masson y Margaret Court. Las alcanzará.

Más allá de sus 23 años, excelente motivo para pensar en más éxitos futuros, Swiatek se encuentra ahora como dominadora única del circuito. Nadie la puede parar. En pistas duras corre peligro ante tenistas más altas y fuertes que ella, pero en tierra batida nadie resiste ante su velocidad y la velocidad que imprime a la bola.

"Casi me eliminan en segunda ronda, así que gracias a todo el mundo por apoyarme. Ha sido un torneo muy emocional para mí", comentaba muy nerviosa la polaca después de cerrar el partido, enviar unos mensajes por el móvil y recibir el trofeo de manos de Evert y Martina Navratilova. Mientras, su rival, Paolini, pasaba por el trago de la mejor manera posible. "Han sido los mejores días de mi vida, era muy difícil intentar ganar hoy a Iga en esta pista", comentaba también clasificada para la final de dobles de este domingo. De alguna manera para Paolini este sábado su éxito ya era estar allí. Fuera del Top 25 del mundo hasta su explosión este año, la italiana era una rival ideal para la enésima exhibición de Swiatek.

Menuda y rápida como la polaca, en el intercambio de iguales tenía muchas opciones de perder. Sus argumentos tenísticos flaqueaban ante Swiatek, pese a su actitud. Porque, en su debut en la final de un Grand Slam, la italiano saltó decidida y sorprendió. En el segundo turno de saque de la polaca, se encontró con una bola de break y la aprovechó. El público de la Philippe Chatrier, que temía otro paseo de Swiatek, otro partido breve, se frotaba las manos. Por fin una final disputada, espectacular, larga. Pero desde ahí la número uno arrambló con todo. Ganó el siguiente juego, y el siguiente y el siguiente y así hasta 11 consecutivos para llevarse la final y su cuarto Roland Garros.

Los gritos de Ferrero, el jugo de pepinillo y la “cabeza fuerte”: las claves de la victoria de Alcaraz ante Sinner

Actualizado Viernes, 7 junio 2024 - 23:03

En el laberinto del tenis de Jannik Sinner, Carlos Alcaraz no encontraba la salida hasta que su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le empezó a guiar. «¡Esto es muy largo, Charly, pero hay que buscarlo! ¡Constante! ¡Constante!», reclamaba el técnico en el primer set cuando todo parecía caerse y Alcaraz no sabía cómo sostenerlo. «¡Me equivoco todo el rato, tío!», se quejaba el tenista. Al final tenía razón Ferrero. Las semifinales fueron muy largas,

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

Alcaraz vence a Sinner en una guerra de nervios y jugará su primera final de Roland Garros

Actualizado Viernes, 7 junio 2024 - 18:50

El padre de Carlos Alcaraz hacía el gesto de secarse el sudor de la frente; cuánto sufrimiento. Por primera vez su hijo disputará la final de Roland Garros después de aguantar para vencer a Jannik Sinner por 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 en unas semifinales de nervios, temblores y calambres. Hasta dos veces estuvo derrotado el español y hasta dos veces se levantó para llevarse una victoria que recordará por lo que fue. No hubo disfrute, pero sí supervivencia. La madurez era esto.

Los dos jugadores, sus equipos, el público y la televisión esperaban un partidazo, un choque en los cielos, un 'remake' de los duelos que protagonizaron el 'Big Three' y no sucedió de esa manera. Alcaraz y Sinner estuvieron agarrotados la mayoría del tiempo y triunfó quien se liberó en los momentos decisivos, quien jugó mejor al final, quien supo concluir. Los 102 errores no forzados que sumaron entre ambos resumen lo ocurrido en la Philippe Chatrier, pero el valor histórico de la victoria es el mismo. El domingo (15.00 horas, Eurosport), ante el vencedor del duelo entre Alexander Zverev y Casper Ruud, Alcaraz puede convertirse en el décimo español que levanta la Copa de los Mosqueteros.

Hubo una constante en el encuentro que duró más de cuatro horas: cuando jugaba uno, no jugaba el otro. Y hasta el desenlace los instantes de brillantez siempre pertenecieron a quién perdía. Toda la expectación, la motivación y la ilusión que portaban Alcaraz y Sinner se convirtieron en nervios y el intercambio fue extraño. Desde el principio.

El inicio arrollador de Sinner

Durante la primera hora de partido, Alcaraz apenas levantó la mirada; el público no le vio los ojos. Sinner lo dominaba todo, el tenis era suyo, todo lo que ocurría nacía de sus manos. El italiano, menos emocional, apareció en la Philippe Chatrier como un ciclón, dominador y veloz, y al otro lado no había respuesta. La mirada al suelo. El ánimo por los suelos. Pero la proximidad de la derrota despertó a Alcaraz.

DIMITAR DILKOFFAFP

Mientras Sinner empezaba a bajar su efectividad -sobre todo en el saque-, Alcaraz soltaba su derecha y veía la luz. Al final, el nuevo número uno del ranking ATP, un hombre de hielo, sereno como pocos, también sucumbió al miedo. Con calambres en los brazos y más lento, concedió el segundo set y los temores de uno y del otro chocaron en el tercer set.

La reacción de Alcaraz

Un aficionado canta, "Papapapapapapapapapa", y el resto contesta: "¡Olé!". Es una tradición en muchas pistas de tenis, más en la muy española Philippe Chatrier pero en ese tercer periodo nada salía bien. "Papapapapapapapapapa", entonaba un espectador en ese momento y soltaba tal gallo que nadie le respondía; un escalofrío recorría las gradas. Sirva la anécdota para resumir lo ocurrido.

Alcaraz es más terrícola, por eso es favorito

Actualizado Viernes, 7 junio 2024 - 02:07

Carlos Alcaraz contra Jannik Sinner, el partido que todos los aficionados esperaban, el que más atención atrae hoy en día. Mi pronóstico es que ganará Alcaraz, creo que es favorito.

Habrá mucha igualdad, los dos están jugando de película, pero Alcaraz es más terrícola. Aunque su juego es agresivo, aunque no es tan defensivo como manda la tradición española, es una bestia físicamente y domina las dejadas, que son claves en la tierra batida. Alcaraz

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

Las rutinas de Alcaraz en París: un “¡golpea todo lo duro que puedas!” a su hermano, los paseos por el bosque y el risotto

Actualizado Jueves, 6 junio 2024 - 22:36

«Intenta pegar todo lo duro que puedas», reclamaba este jueves el entrenador, Juan Carlos Ferrero, y, al otro lado de la pista, Álvaro Alcaraz, en labores de sparring, se dejaba el físico. Debía ser Jannik Sinner, el rival de su hermano Carlos este viernes en semifinales de Roland Garros (14.30 horas, Eurosport), como antes fue Stefanos Tsitsipas, Félix Auger-Aliassime o Sebastian Korda. «Venga, al mejor de tres», retaba Ferrero a los hermanos e

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->

La desconocida Paolini se planta en la final de Roland Garros e intentará vencer a la invencible Swiatek

Actualizado Jueves, 6 junio 2024 - 19:07

Aparece en la sala de prensa la italiana Jasmine Paolini, flamante finalista de Roland Garros, y todas las preguntas parecen acabar en una misma: ¿Quién eres? De 28 años, hasta este año no había estado entre las 25 mejores del ranking WTA, pero llegó a octavos del último Abierto de Australia, ganó el pasado Masters 1000 de Dubai y ahora... ¡boom! Este jueves derrotó a la joven Mirra Andreeva en semifinales por 6-3 y 6-1 y consiguió el éxito de su vida.

Con un tenis defensivo que responde a sus 1,60 metros, estos días en París se ha mostrado más agresiva y, sobre todo, muy consistente, muy serena, muy lanzada. En la final de este sábado (16.30 horas, Eurosport) se medirá a la gran favorita, la número uno, Iga Swiatek, pero ya nadie le bajará de los cielos. De hecho, el próximo lunes aparecerá, como mínimo, como la número siete del ranking WTA.

Y entonces... ¿Quién es? Nacida en la Toscana, de padre italiano y madre polaca, su origen familiar genera confusión. En ocasiones se habla de ella como ghanesa porque su abuelo materno era de Ghana, pero nunca lo conoció. "Tengo varias sangres en mi cuerpo, pero no sé mucho de mis orígenes ghaneses. ¡Quizá mi velocidad en la pista venga de Ghana! Conozco más Polonia. Mi abuela vive allí, yo iba todos los veranos y, de hecho, hablo polaco. Con Iga a veces hablo en polaco. Igualmente me siento muy orgullosa de ser italiana", aclaraba Paolini después de un partido perfecto.

CAROLINE BLUMBERGEFE

Pese a que nunca había pasado de segunda ronda en París, se plantó ante Andreeva como si fuera una habitual en estos partidos mientras la rusa temblaba. A sus 17 años, en la Philippe Chatrier, también era lógico. En el primer set hubo más discusión, pero el encuentro se acabó pronto. Andreeva, pupila de Conchita Martínez, tendrá más oportunidades.

El dominio de Swiatek

Paolini vivirá la suya el sábado ante Swiatek. La polaca superó a la estadounidense Coco Gauff por 6-2 y 6-4 y siguió su senda triunfal, intratable, dominadora. En los últimos cinco años ha disputado cuatro finales de Roland Garros y, de momento, ya lleva tres títulos. Este jueves le preguntaban sobre si su figura podía compararse a la de Rafael Nadal y ella contestaba con gracia: "Bueno, preguntadme dentro de 14 años y lo valoramos".

En todo el torneo Swiatek sólo ha sufrido en un partido, en segunda ronda, ante Naomi Osaka, y el resto de duelos han sido una exhibición de su superioridad. Ante Gauff no fue menos. El sábado tendrá la opción de levantar su cuarto Roland Garros, aunque delante tendrá a una Paolini crecida a la que ya nadie bajará de los cielos.

Ferrero: “Alcaraz todavía está madurando, es un proceso lento, a los 21 años nadie es maduro”

Actualizado Jueves, 6 junio 2024 - 17:15

Carlos Alcaraz ya está en su cuarto Roland Garros: antes se quedó en octavos de final, en cuartos de final y en semifinales, ha recorrido todo el camino. Sabe qué es ganar dos Grand Slam y cinco Masters 1000, ya ha sido número uno del ranking ATP... pero todavía tiene 21 años. Y en ello incide su entrenador, Juan Carlos Ferrero, antes de que se enfrente a Jannik Sinner este viernes (14.30 horas, Eurosport) por un puesto en la final del Grand Slam francés.

"No tengo que estar tan encima de él como cuando tenía 15, 16 o 17 años, ya va adquiriendo experiencia, pero siempre hay que ayudarle para que sepa cómo mejorar. Al fin y al cabo, la construcción de un jugador nunca debería parar. Hasta los mejores tienen la necesidad de seguir progresando", comenta quien aconseja al número tres del mundo desde 2018, desde que apenas era un adolescente prometedor.

"A veces, entrenador; a veces, amigo"

En algunas ocasiones, Alcaraz ha llegado a considerar a Ferrero "un segundo padre", pero el ex tenista se aleja de ese rol: "Lo del padre se lo dejó a su padre. Yo a veces soy el entrenador y a veces, según el momento del día, soy su amigo, por el tipo de bromas que hacemos, por estar siempre juntos. A los chavales de hoy en día cada vez les cuesta más decir siempre que sí y Carlos está en ello, está madurando. Es un proceso lento, lo hará de manera natural. Con 21 años nadie es maduro".

¿Qué cree que ocurrirá ante Sinner?
Es difícil de predecir. Será un partido muy igualado. Jannik ha mejorado muchísimo en su variedad de juego. Antes era un jugador muy centrado en sus tiros, sobre todo en el cruzado, y que hacía pocas subidas a la red y pocas dejadas. Ahora ha evolucionado mucho en eso. Con Carlos sabemos cómo jugar contra él, tenemos una idea clara de lo que le puede hacer daño, pero también reconocemos que es un tenista muy completo.

Ferrero, de hecho, conoce a Sinner desde que también era un crío. Quien fuera número uno del mundo en 2003 ya entrenaba a Alcaraz en aquel enfrentamiento iniciático en primera ronda del challenger de Alicante de 2019 que se llevó el español. Desde entonces, los dos tenistas mantienen una buena relación, que se extiende a sus respectivos equipos, pese a los muchos enfrentamientos. De momento, ocho, con cuatro victorias para cada uno.

"Al 95% de confianza con su derecha"

"En aquel momento Jannik venía de ganar tres torneos y ya despuntaba. Para nosotros fue una experiencia muy buena, una primera toma de contacto que ya auguraba lo que podría pasar en el futuro. Es una buena rivalidad", desvela el técnico que asume que Alcaraz todavía podría jugar mejor de lo que hizo ante Stefanos Tsitsipas o Sebastian Korda.

"La lesión no vino bien, una lesión nunca viene bien. El año pasado llegó con más confianza. Ahora todavía le falta, sobre todo con su derecha. Aún está al 95% de confianza con su derecha, le cuesta pegar con naturalidad, todavía está un poco pendiente de ella. Ojalá acabe con el nivelazo del año pasado", finaliza Ferrero antes del decisivo duelo de este viernes.

Carlos Cuadrado, el español que ganó Roland Garros junior y necesitó cinco años en el mar para superarlo: “Me dolía ver jugar a los de mi generación”

Actualizado Jueves, 6 junio 2024 - 01:50

Caminan chavales muy concentrados y muy cargados de raquetas por el recinto de Roland Garros y podría ser fans de Carlos Alcaraz o Jannik Sinner, de hecho, es posible que lo sean, pero no están aquí para pedir selfies o autógrafos: están aquí para ganar. Con los españoles eliminados de entrada y el japonés Rei Sakamoto y la eslovaca Renata Jamrichova como favoritos, ya ha empezado el torneo junior, para menores de 18 años. Y al campeón se le abrirá el horizonte. Contratos con sponsors, atención mediática, en definitiva, una carrera profesional asegurada. O... no.

En el pasado ganaron Andrés Gimeno, John Newcombe, John McEnroe, Ivan Lendl, Mats Wilander o, más recientemente, Guillermo Coria, Richard Gasquet, Stan Wawrinka, Andrey Rublev o Holger Rune, pero también tenistas desconocidos para el público. El último campeón español, por ejemplo, fue Carlos Cuadrado, en 2001. Muchos de esos chavales que caminan muy concentrados y muy cargados de raquetas no lo saben, pero Cuadrado los observa desde las gradas de las pistas pequeñas del recinto francés y piensa en las promesas que finalmente no se cumplen.

¿Qué pasó?
Cuando gané, creía que iba a ser tenista profesional, seguro, no tenía ninguna duda. Con esa inercia de ganar Roland Garros, a los 18 años me puse el 240 del mundo, tenía una confianza brutal, pero me lesioné de la rodilla y, después de la cadera. Cada vez que volvía a la pista me sentía bien, rápido, potente, pero después de la cuarta operación ya no me recuperé. Sentía mucho dolor, me costaba entrenar. Tenía 25 años y tuve que dejarlo. Estaba enfadado, triste, decepcionado y me fui a Australia para intentar hacer las paces conmigo mismo, para estar solo, para reflexionar.

Lo que hizo después, en Australia y otros lugares, muchos otros lugares, merece ser narrado, pero antes apunten unos números de su carrera. Como profesional jugó ocho partidos, cuatro victorias y cuatro derrotas, y sumó 83.000 dólares en premios. Ganó a David Ferrer o al argentino Juan Mónaco, pudo haber sido otro especialista en tierra batida, pero no lo fue. "Me alejé del tenis y de todos los de mi generación. Me dolía verles jugar. Soy de la generación de Ferrer, Verdasco, Robledo... El único que no siguió el camino fui yo. Todos teníamos talento, trabajábamos duro, teníamos distintas habilidades y el que me quedé fui yo", explica a EL MUNDO en París.

A Australia y al mar

Pese a querer alejarse del tenis, para seguir subsistiendo se puso a entrenar, primero a Daniela Hantuchova, Svetlana Kuznetsova y Anastasia Pavlyuchenkova, y luego a los jóvenes de la Federación Australiana de Tenis (Tennis Australia), pero en 2017 se dio cuenta de que necesitaba espacio y se marchó a navegar. ¿Un rato a navegar? ¿Un día a navegar? ¿Un mes a navegar? No, cinco años navegando. Toda una vuelta al mundo.

¿Qué le empujó a echarse al mar?
Creo que el vacío que me dejó el tenis. Nunca supe cuáles eran mis límites. ¿A dónde habría sido capaz de llegar sin lesiones? Así que necesitaba ponerme a prueba. Quería retarme a mí mismo y, después, con el paso de los meses me calmé. No encontré un desafío, encontré paz. Hice las paces con todo, con mi carrera deportiva, con mi vida

"Me persiguieron unos piratas"

Antes de la pandemia, Cuadrado compaginaba los viajes con su trabajo como coordinador de los torneos del Rafa Nadal Tour en Australia, pero cuando se suspendió todo el tenis tuvo que ingeniárselas para seguir financiando su aventura. En Tailandia trabajó de capitán de barcos, en Sudáfrica practicaba pesca submarina y vivía del intercambio, en el Caribe estuvo en un astillero e incluso en la Polinesia francesa el tenis volvió a buscarle: al descubrir su carrera le contrataron como director técnico. "Pasé la pandemia en la isla de Santa Elena, en medio del Atlántico, me persiguieron unos piratas y casi consiguen abordar el barco, sufrí tormentas en alta mar... Tengo muchas anécdotas, estoy escribiendo un libro", desvela quien dos años atrás ya decidió volver a asentarse en tierra firme.

Ahora, como parte de Tennis Australia, trabaja como representante de tenistas como Thanasi Kokkinakis o Alexei Popyrin y ayuda a los jóvenes 'aussies' del torneo junior que él mismo ganó. "Tengo 40 años, he madurado. Tengo aquel Roland Garros como un recuerdo bonito, vengo aquí y me siento bien", proclama mientras observa a los chavales desde las gradas de las pistas pequeñas del recinto francés y piensa en las promesas que finalmente no se cumplen.

El riesgo que asume Djokovic para estar en los Juegos Olímpicos: “Se expone a una artrosis cuando sea mayor”

Actualizado Miércoles, 5 junio 2024 - 20:18

"Los Juegos son distintos a todo, ¿Sabes? Tengo el bronce de Pekín 2008, pero siento que en París tendré una nueva oportunidad. El oro olímpico es un objetivo muy importante para mí. En los Juegos Olímpicos todo es distinto. No te puede ayudar todo tu equipo, las rutinas son muy distintas, es una competición estresante, pero al mismo tiempo convives con otros deportistas y hay una energía especial en el ambiente. Tengo ganas, quiero volver a estar ahí", comentaba Novak Djokovic en la previa de Roland Garros y permitía una especulación que rondaba el circuito ATP. Este año, se comentaba, renunciaría a Wimbledon para centrarse en decorar con un oro olímpico el único hueco que le queda en sus vitrinas. "No sé lo qué haré, no puedo decir todavía", deslizaba.

La transición de Roland Garros a Wimbledon y de nuevo a Roland Garros será muy exigente para los músculos y los tendones de todos los tenistas y, en efecto, se esperan renuncias. Por eso, este martes, cuando el serbio visitó a los médicos y le diagnosticaron una rotura del menisco interno de la rodilla derecha la decisión estaba tomada: este mismo miércoles pasó por el quirófano. Con un tratamiento conservador -infiltraciones, básicamente- podría probar de jugar en Londres, pero si había que arriesgar era mejor arriesgar para llegar a los Juegos Olímpicos. Porque Djokovic arriesga y mucho.

"Para solucionar su lesión se podían hacer dos cosas. En primer lugar, coser el menisco, que mantiene la función de toda la articulación, pero que obliga a una recuperación lenta, de seis meses mínimo. Un ejemplo reciente puede ser Ansu Fati. O, en segundo lugar, quitar el trozo de menisco que está roto. La vuelta a las pistas será más rápida y no tendrá problemas a corto plazo, pero Djokovic se expone a sufrir una artrosis degenerativa de la rodilla cuando sea mayor", expone el doctor Diego García-Germán, traumatólogo del Hospital Ruber Internacional de Madrid y director médico de la Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI), que soluciona la confusión creada por la traducción del inglés del diagnóstico del serbio: "Los ingleses dicen 'torn' cuando quieren decir rotura, aunque la traducción literal sea desgarro. En España nunca hablamos de un desgarro de menisco".

El analgésico, una anécdota

"En una meniscectomía, que es como se llama la operación de quitar un trozo de menisco, la recuperación suele estar entre las cuatro y las seis semanas, así que sí, podría estar en los Juegos", asegura el doctor García-Germán. Después de su partido de octavos de final ante Francisco Cerúndolo, Djokovic explicó que se había tomado un analgésico y que por eso había podido jugar sin dolor e incluso ganar en el último set, pero el médico niega que el efecto del medicamento fuera tan milagroso. "Si tenía una rotura de menisco, el analgésico fue algo anecdótico. Creo más en el efecto de la adrenalina por la posibilidad de ganar", expone el profesional, que asegura que, más allá de la rehabilitación, Djokovic podría estar a su mejor nivel a principios de agosto, cuando se resuelvan los Juegos Olímpicos.

De hecho, hay ejemplos recientes que demuestran que eso es así. En 2021 Taylor Fritz sufrió la misma lesión, una rotura del menisco de la rodilla derecha, tuvo que abandonar Roland Garros en silla de ruedas, se operó y llegó a competir en Wimbledon un mes después. Esta misma temporada, Pablo Barrios, jugador del Atlético de Madrid, padeció una dolencia idéntica, se sometió al mismo tratamiento que Djokovic y un mes y medio ya volvía a jugar. La intervención funciona y, si todo va bien, permitirá al serbio pelear por el oro olímpico en París 2024, aunque se arriesga. Y mucho.

Djokovic se opera solo dos dias después de lesionarse el menisco para poder estar en los JJOO

Djokovic se opera solo dos dias después de lesionarse el menisco para poder estar en los JJOO

Actualizado Miércoles, 5 junio 2024 - 13:07

El serbio Novak Djokovic será operado este miércoles en París, dos días después de la lesión de menisco que le obligó a retirarse de Roland Garros, una decisión que persigue poder estar listo para disputar los Juegos Olímpicos.

Según avanza el diario L'Équipe, el todavía número 1 del mundo será intervenido en una clínica de la capital francesa por un joven cirujano. Aunque podrá abandonar el centro por su propio pie, la operación, que el rotativo califica de "clásica", necesitará al menos tres semanas de convalecencia.

Esa duración le impedirá participar en la próxima edición de Wilbledon, el siguiente Grand Slam, que comenzará el 1 de julio próximo en Londres, pero le da opciones de estar listo para la competición el 27 de julio, día en el que comienza el torneo de tenis de los Juegos de París, que tendrá lugar en las instalaciones de Roland Garros.

Djokovic, de 37 años, ha logrado todo en el tenis, pero le falta el oro olímpico, una de las pocas cosas que no están en su palmarés. Optar a lograrlo en París parece haber convencido al tenista de pasar tan rápido por el quirófano, pese a que él no es favorable a este tipo de intervenciones.

En 2018 acabó por operarse en un codo tras años de dudas, lo que muestra que no es partidario de pasar por el quirófano.

El jugador se lesionó en la rodilla derecha durante el partido de octavos de final de Roland Garros contra el argentino Francisco Cerúndolo.

En el segundo set, tuvo ese problema físico y durante casi dos mangas apenas pudo correr, pero aguantó en el campo para que los analgésicos que ingirió le hicieran efecto y pudo regresar al final del cuarto set para dar la vuelta al partido y lograr su victoria 370 en Grand Slam, una más que el suizo Roger Federer, con quien compartía ese récord.

Pero al día siguiente se sometió a una resonancia magnética que desveló que sufre un desgarro en el menisco, por lo que anunció su retirada antes de que este miércoles tuviera que disputar los cuartos contra el noruego Casper Ruud, que logró así su clasificación para semifinales por tercer año consecutivo.