Los siete días que endulzaron a Peter Lim una futura (y ventajosa) venta del Valencia

Los siete días que endulzaron a Peter Lim una futura (y ventajosa) venta del Valencia

Hay una luz que el valencianismo ve al final del túnel con más intensidad que hace sólo siete días. La era post Peter Lim se empieza a vislumbrar después de tres movimientos estratégicos que confirman que el empresario, ahora sí, está en disposición de atender a ofertas que puedan serle ventajosas para salir del avispero de Mestalla que él mismo se ha dedicado a agitar desde 2019.

Aunque la atención esté focalizada en tirar del equipo de Rubén Baraja para que salga de la delicada situación deportiva en la que lleva inmerso desde el inicio de la temporada, al fondo de la tabla con seis puntos y sólo una victoria, el origen de los males se sigue viendo en el abandono del máximo accionista y su marcha se sigue coreando en Mestalla a voz en grito en cada partido, con la bandera amarilla de 'Lim Go Home' que ha llegado hasta las puertas de la mismísima casa del magnate en Singapur.

Pero Lim no iba a dejar al Valencia sin exprimir el rendimiento que da el lujo de ser propietario de un club histórico de LaLiga, con la vitrina cuajada de títulos y una masa social que lleva al estadio a 40.000 personas en cada partido, aun con el equipo sufriendo por la permanencia.

En los últimos siete días se han dado los pasos que esperaba para endulzar el valor del club y hacerlo más atractivo a nuevos inversiones. No significa esto que Peter Lim se lance a una venta inmediata, pero sí que le va a ganar dinero.

Para eso era imprescindible el trabajo en busca de la sostenibilidad financiera que llevan persiguiendo sus ejecutivos desde 2021. El máximo accionista empezó por hacer los deberes que estaban en su mano. Tomó las riendas del Valencia en 2014 comprando por 100 millones la deuda de la Fundación, propietaria entonces del 80% del capital social, y renegociando con Bankia, aún no convertida en Caixabank, la deuda con una quita de 60 millones de euros si mantenía el 51% de la propiedad al menos hasta 2026. Además, ha ido prestando asistencia financiera a través de Meriton por un valor que suma alrededor de otros 100 millones.

Han sido préstamos que ha capitalizado para aumentar su control del capital social al 91,55% y de los que el Valencia sólo va a tener que devolver los últimos 35 millones. De hecho, empezará a tener que hacerlo el próximo 15 de diciembre. El 70% lo afrontará en pagos hasta 2028 y el 30% lo tendrá que liquidar el 30 de julio de 2029. No parece que se vayan a agotar esos plazos.

El club ha ido ajustando su gasto y empequeñeciendo su plantilla hasta reducirla a los ingresos por televisión, de manera que incluso en el ejercicio 2023 va a dar beneficios. Y es que las ventas de futbolistas que se han realizado en los últimos dos años no se han reinvertido en jugadores sino que se han destinado a reducir una deuda que supera los 320 millones de euros. O al menos a no engordarla más.

La conocida pancarta de 'Lim go home' en una de las protestas de la afición.

La conocida pancarta de 'Lim go home' en una de las protestas de la afición.EFE

Una deuda contenida y unos gastos operativos equilibrados es lo que Lim exigía para hacer el club más atractivo y, de paso, dejar de prestarle dinero a fondo perdido. Eso ya lo ha conseguido. Además, tiene una plantilla joven, con valores en crecimiento, barata y con contratos cortos.

Nuevo Mestalla

Otros escollos no estaban en su mano. El primero, el embrollo urbanístico del cambio de estadio. Lim compró el Valencia sabiendo que estaba comprometido a cambiar Mestalla por el campo de la Avenida de las Cortes cuyas obras estaban paradas. Sin embargo, nunca le interesó retomarlas hasta que las instituciones le forzaron.

La Generalitat decretó la nulidad por incumplimiento de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) que garantizaba al Valencia un mayor, y mejor, aprovechamiento urbanístico del suelo del actual Mestalla y, con ello, un aumento de su valor. También de una parcela anexa al nuevo campo que se puede explotar comercialmente.

Pese a que el Valencia tensó sus relaciones con el Ayuntamiento e incluso llevó a la Generalitat a los juzgados, finalmente alcanzó un acuerdo para mantener esos privilegios y lograr las licencias urbanísticas a cambio de activar las obras de nuevo campo antes del 15 de enero de 2025 y tenerlas finalizadas en el verano de 2027. Ese proyecto de estadio, el enésimo desde 2005, se presentó el pasado 11 de octubre al Ayuntamiento para ser sometido a la valoración de los técnicos y a una auditoría de costes que ya ha encargado el consistorio.

Se trata de un estadio de 70.044 localidades, con cubierta de cables tensados y membrana textil y una fachada ondulada simulando las balconadas del actual Mestalla. Todo con un coste total de 241millones de euros, de los cuales 63 ya estaban invertidos en la estructura actual de hormigón y a los que habría que sumar los 35 del coste del suelo. En total, una obra por encima de los 300 millones.

El Valencia sólo contaba con la financiación de 80 millones de CVC y la venta del terciario y algún inmueble más por valor de 35 para hacer frente a esta inversión. Necesitaba financiación por eso se lanzó a los mercados internaciones y lo hizo con el desbloqueo municipal bajo el brazo.

Los contactos se establecieron hace un año con Goldman Sachs para tantear las posibilidades de financiación y se han acelerado después del verano, con la hoja de ruta urbanística aclarada desde el pasado mes de julio. El Valencia busca los casi 100 millones para hacer frente a las obras y, además, otros 120 para refinanciar su deuda de corto a largo plazo. Esto le permitiría saldar la deuda con Caixabank, principal accionista y ponerse en manos de la firma norteamericana. Quedaría por saber si en esa negociación se incluiría la quita de 60 millones con que penalizarían a Lim si vende su mayoría. De hacerlo, tendría las manos libres.

El acuerdo entre el Valencia y Goldman Sach, con el nuevo estadio como principal garantía, está muy cercano y podría anunciarse en la próxima junta de accionistas, lo que supone dar una patada al balón hacia adelante. Con las finanzas a corto plazo ordenadas y el nuevo estadio desbloqueado, el valor del club en el mercado permite a Lim vender con beneficio.

El cuaderno de venta está ya en manos de las principales consultoras europeas, según desveló el diario AS, y el precio podría rondar entre los 350 y los 400 millones de euros. Es la cifra que también conoce LaLiga. Javier Tebas se ha esforzado en los últimos tiempos en ofrecerse para ayudar al magnate a buscar un comprador.

En ese precio influirá también el tiempo, porque en el momento en que Lim se decida será importante la situación deportiva del equipo. No vale lo mismo un club salvado que en riesgo de descenso o en Segunda.

¿Es la salida de Lim la salvación del Valencia? Depende de quién sea el comprador y de los planes que tenga. Si el interés es deportivo, su inversión tendrá que ser progresiva por las normas de fairplay de LaLiga pero el margen es muy amplio. Si es inmobiliario, todo será mucho más complicado, pero este interés es imprescindible tanto por el compromiso, ahora sí con penalizaciones, de acabar el estadio como por la necesidad de rentabilizar el viejo Mestalla.

Esta vez, a diferencia de en 2014, ni siquiera existirá una figura que pretenda velar por los intereses del valencianismo, aunque entonces se olvidaran de ejercer esa labor. Ahora será Lim y sólo Lim, o sus bancos, quienes decidan.

Los valencianistas retenidos en Singapur recuperan los pasaportes y regresan a España con una amonestación

Actualizado Jueves, 10 octubre 2024 - 15:11

Daniel Cuesta y su mujer Mireia, los dos valencianistas en luna de miel retenidos en Singapur, ya han recuperado sus pasaportes y están de regreso a casa. Así lo ha confirmado su familia en un comunicado después de siete días de angustia ante la incertidumbre del castigo que podrían recibir por haber mostrado una pancarta contra el máximo accionista del Valencia, Peter Lim, y haber pegado una pegatina en la valla del edificio en el que se reside.

El joven aficionado del Valencia colgó en redes sociales su 'protesta' y eso provocó que, al tratar de continuar su viaje hacia Bali, fueran retenidos y a Dani se le retirara el pasaporte y el teléfono móvil. Sin poder abandonar el país, tuvieron que prestar declaración dos veces y recibieron en todo momento la asistencia consular de la Embajada de España en Singapur. Con su familia en España se mantuvo en contacto permanente la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana.

Según han confirmado los familiares en un comunicado, Dani y Mireia regresaran a Valencia "en el primer vuelo disponible" porque "finalmente todo ha quedado en una amonestación".

Una de las primeras medidas que ha tomado la pareja tras confirmar que pueden abandonar el país ha sido borrar de las redes sociales todas las publicaciones que hicieron sobre su visita a Singapur, tanto las previas como las que publicaron ya en el país y que desataron todo el problema.

"Queremos agradecer a todas aquellas personas e instituciones (Embajada de España en Singapur y Delegación del Gobierno en Valencia) que se han preocupado realmente por ellos", aseguran. Pero añaden algo más: "lamentar el ruido generado por otras [personas] que han retrasado, por intereses personales, la resolución de esta pesadilla".

La familia pide ahora "intimidad" para que la pareja pueda "volver a la tranquilidad y recuperar la normalidad del día a día".

Dani y Mireia no continuarán la luna de miel en Bali y, además, del susto que han vivido todos estos días tendrán que hacer frente a los gastos imprevistos que les ha generado estancia en Singapur, más larga de lo previsto.

La disparatada luna de miel de los valencianistas Dani y Mireia: sin pasaporte, sin móvil y con una posible multa de 700 euros por una pegatina contra Peter Lim

La disparatada luna de miel de los valencianistas Dani y Mireia: sin pasaporte, sin móvil y con una posible multa de 700 euros por una pegatina contra Peter Lim

"Bon dia desde Singapur gente! 6 horas de diferencia horaria, voy a hacerme fotos con mi banderita tan bonita, si queréis algún recado y puedo hacerlo, no dudéis en pedírmelo, pero que no sea acabar en la cárcel de Singapur que ese plan en luna de miel no lo acabo de ver". Este mensaje publicado en redes sociales es del jueves 3 de octubre. Fue el último día que Dani Cuesta tuvo móvil.

Él, muy valencianista y activista contra Peter Lim, convenció primero a su mujer para que la mesa en su boda se llamara Mestalla, para que sonaran los himnos del club y hubiera protestas contra el máximo accionista del Valencia. A su despedida, hace unas semanas, acudió con una camiseta hecha con sorna por sus amigos en la que aparecía abrazado con Peter Lim bajo el lema 'Nos casamos'. Por eso a Mireia, su mujer, no le extrañó que quisiera aprovechar la escala en el país del dueño del Valencia camino de su luna de miel en Bali para exhibir la bandera amarilla con el lema 'Lim Go home' que cada semana puebla la grada de Mestalla popularizado por el colectivo Libertad VCF. Ni imaginaba que aquel gesto iba a dar origen a un mal sueño.

Dani publicó fotos en X con su bandera en la bahía de Singapur, en el Merlion Park, uno de los principales centros turísticos, pero también en un edificio que creían era un hotel propiedad de Peter Lim. Además, en una de las puertas exteriores colocaron una pegatina con el mismo lema. Fue publicarlo y llegarle la confirmación de que era la casa del magnate, lo cual provocó una oleada de felicitaciones de las que Dani se mostró orgulloso. De hecho, y aunque el joven no lo reconoce así, otro conocido activista ratifica en sus redes sociales que él mismo le facilitó la dirección de la casa de Lim antes del viaje.

Ese mismo jueves, según han relatado a EL MUNDO fuentes de Libertad VCF, el grupo quiso ponerse en contacto con él para entrevistarle en un programa de radio online, pero no pudieron localizarle. Horas después, cuando lo hicieron, aseguró haber tenido el móvil activo pero no haber recibido ninguna llamada.

Su iniciativa se hizo viral en redes, con mensajes alabando su valentía de trasladar a la mismísima casa de Lim el malestar de los aficionados del Valencia, pero también otros alertando a la policía de lo ocurrido. En un país donde comer lanzar un chicle al suelo está castigado, colocar una pegatina en una propiedad privada se concibe casi como un acto de vandalismo.

Dani y Mieira apenas pasaron unas horas en el país, y la sorpresa vino cuando quisieron retomar su viaje hacia Bail y llegaron al control de aduanas del aeropuerto. Primero, según la versión que el joven ha trasladado a las autoridades españolas, dos hombres de paisano que no se identificaron como agentes de policía se les acercaron para, en inglés, recriminarles la protesta y advertir, siempre según su versión, de que Lim no vendería el Valencia. Sabían perfectamente qué significado tenía aquella pancarta y aquella pegatina.

Después apareció la policía para llevarse a Dani y, como no hablaba inglés, dejaron que su mujer le acompañara. Al joven le retiraron el pasaporte y el móvil y su mujer decidió quedarse con él. Fueron conducidos al hotel donde habían estado alojados y quedaron retenidos. "Les dicen que no pueden salir del país porque están siendo investigados", relata el presidente de Libertad VCF, José Antonio Pérez.

La asistencia de la Embajada de España fue inmediata, interesándose por su situación. El trato de la policía de Singapur ha sido calificado de "educado y excelente" por la pareja, que fue asistida por un traductor pero que, hasta el mediodía del martes, cuatro días después de perder el pasaporte, no conocían de qué se les acusaba.

La Embajada de España, como confirmó la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, está pendiente de esta pareja, que tiene desde el primer momento apoyo consular. "Estamos en contacto con la Embajada y con los familiares. Ellos tienen todo el apoyo y están centrados en dilucidar su situación procesal, que se conocerá en los próximos días", aseguró la Delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.

El Valencia, por su parte, hizo un comunicado en el que mostró su deseo de que este hecho "tenga el mejor y más rápido desenlace". "El Valencia CF y la Oficina de LaLiga están en contacto con la Embajada de España en Singapur, que ha asegurado que ambos están siendo asesorados y asistidos en todo aquello que pudiera ser necesario con el objetivo de que estos hechos se solucionen a la mayor brevedad posible", sentenció.

Multa de 700 euros

Dani y Mireia han tenido la asistencia de la Embajada, pero no de un abogado. Desde Libertad VCF han intentado contactar con penalistas en Singapur por si fuera necesario, aunque consultada la legislación creen que se podrían enfrentar al más leve de los delitos previstos en la Ley de Vandalismo de Singapur, que castiga actos diferentes que van desde robar, destruir o dañar propiedad pública hasta escribir, exhibir o colgar objetos en cualquier propiedad pública o privada sin consentimiento.

La pegatina que colocaron en casa de Lim podría entenderse como una Nuisance (Nuisance) que consiste en fijar "cualquier anuncio, factura o aviso, o cualquier papel contra o sobre cualquier edificio, pared o valla o escribir, desfigurar o marcar dicha pared o valla del edificio con tiza o pintura, o de cualquier otra manera". Esto está castigado con una multa de hasta 1.000 dólares singapurenses, el equivalente a 700 euros.

Libertad VCF ya ha movilizado para apoyar a Dani y que pueda hacer frente a esta sanción, teniendo en cuenta que deberá costearse los cuatro días extra el hotel de Singapur y que ha perdido su estancia en Bali.

La década de Peter Lim en Valencia: radiografía de un fracaso y de las inversiones extranjeras en LaLiga

Actualizado Jueves, 16 mayo 2024 - 23:25

El fútbol español ha tenido nueve campeones de Liga en su historia y sólo uno de ellos está en manos extranjeras. El 17 de mayo de 2014, el patronato de la Fundación del Valencia CF eligió por unanimidad vender su paquete accionarial de control del club ( 70,6%) al empresario de Singapur Peter Lim. Su oferta se había impuesto a la de un grupo ruso, Zolotaya, la del fondo americano Cerberus y la china de Wanda. El compromiso pasaba por abonar los

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