Un casco sin visera, la profecía cumplida de Pogacar y la contrarreloj más decepcionante de Vingegaard: "Me sorprendió, no voy a mentir"

Un casco sin visera, la profecía cumplida de Pogacar y la contrarreloj más decepcionante de Vingegaard: “Me sorprendió, no voy a mentir”

Hace un mes, en ese simulacro del Tour que fue el Criterium Dauphiné tan contundentemente ganado por Tadej Pogacar, el esloveno se dejó un resquicio, una tarea pendiente, una pequeña y aparente debilidad. En la contrarreloj entre Charmes sur Rhone y Saint Péray, poco más de 17 kilómetros, perdió 28 segundos con Jonas Vingegaard (y 48 con el ganador Remco Evenepoel). «No es algo que me estrese nada. Estoy seguro de que cuando llegue el Tour de Francia no voy a perder tanto tiempo», despejó, son su suficiencia habitual. Profecía cumplida.

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En tierra de calvados, en la normanda Caen donde Óscar Freire ganara a Tom Boonen al sprint en 2006, todo el ímpetu inicial de Vingegaard sufrió un zarpazo. Pogacar, casi al nivel de ese dios de la aerodinámica llamado Evenepoel, no sólo se acercó al danés, le golpeó con una desmesurada ventaja de 1:05 en los 33 kilómetros planos y soleados, sin dificultades técnicas y sin viento que influyera. Le vino a revivir los fantasmas del pasado Tour, donde también le tumbó en las dos ocasiones en que se las vieron contra el crono.

Tadej tortura sin compasión a su rival. En cualquier muro final de estos días, a la mínima ocasión de rascar una bonificación o, más duro, en el terreno donde menos se le espera. Pero el esloveno no es sólo genialidad y talento. Es también trabajo. Su mejora individual contra el reloj se explica en el pasado invierno, en su obsesión por el túnel del viento, en los detalles de su Colnago, en sus días en el velódromo valenciano Luis Puig, con la afrenta de Combloux 2023 clavada con chinchetas en su amor propio. El pasado mes de mayo, a pesar de la lluvia y el tráfico abierto, ya viajó a Normandía a inspeccionar el trazado de esta quinta etapa. Nada al azar. «En el Dauphiné acabé muy decepcionado. Miré todos los detalles que hice mal, probé material y creí en mí mismo. Tal vez Vingegaard no haya tenido su mejor día. Me sorprendió, no voy a mentir», confesó. En unas semanas, más de un minuto y medio de mejora.

Antes de imaginar el porvenir. El año pasado agarró el liderato en la cuarta etapa y ya no lo saltó. Quizá, por sus palabras, esta vez pretenda otro escenario. Porque este jueves, camino de Vire Normandie, otra 'clásica', «puede que sea un día para la escapada, que alguien se meta en ella y se haga el maillot amarillo...». El viernes, el Muro de Bretaña. Él decidirá si quiere calma o no. «Llevamos cinco etapas y todas han sido rapidísimas. El recorrido de este año es muy nervioso, y te obliga a estar atento todos los días. Estoy muy contento de haber cogido el amarillo, pero también sabemos que la carrera puede hacerse muy larga de aquí a París. A partir de ahora, nuestra prioridad será mantener la ventaja que tenemos respecto a los rivales de la general, y no necesariamente el maillot. Vamos a mantenernos lo más tranquilos posible», deslizaba el líder del UAE, que actualmente es primero en la general, en la montaña y en la regularidad.

Pogacar, con el maillot de líder del Tour.

Pogacar, con el maillot de líder del Tour.LOIC VENANCEAFP

Pero también hay detalles en sus rivales. Remco ha acreditado desde hace tiempo que no hay nadie como él en la especialidad. Pero el belga honra su maillot arcoíris y su oro olímpico. La temporada pasada, tras sus éxitos, quiso ir más allá y pidió a la marca que fabrica los cascos para Soudal Quick Step (Specialized) una mejora, concretamente en la visera. Junto con los técnicos, la ahuecó en la parte frontal y le dio mayor altura en los laterales, para que el flujo de aire penetrara por ahí. Una evolución mínima pero efectiva. «En EEUU, en Morgan Hill (California), donde los ciclistas vienen a realizar pruebas en el túnel de viento, contamos con un maniquí Remco, lo que nos permitió trabajar en esta visera durante 2024 y ofrecerle algunos prototipos cuando vino en noviembre», confesaba en L'Equipe, el ex ciclista Léo Menville, ahora técnico de Specialized.

«Necesitaba que las piernas respondieran. Creo que no podría haber ido más rápido de lo que he ido, así que nuestros planes han dado su fruto. He procurado ser muy regular en el esfuerzo, yendo un poco más fuerte en las subidas que en las bajadas. La estrategia ha sido perfecta y todo ha salido bien», explicaba Evenepoel, segundo ya de la general -tras la victoria número 21 en contrarreloj en su carrera-, en un panorama similar al de estas alturas en el pasado Tour, aunque hasta él mismo es consciente de que aún no es su tiempo en la Grande Boucle: «Algún año vendré a por la victoria en la general... pero todavía es un poco pronto».

Evenepoel y su esposa Oumi Rayane, tras la victoria en Caen.

Evenepoel y su esposa Oumi Rayane, tras la victoria en Caen.EFE

En el otro lado... Ni su director se explicaba la decepcionante tarde de Vingegaard, que un rato de antes de partir había seguido desde el coche del Visma Lease a Bike la (gran) actuación de su compañero Edoardo Affini (tercero). «Esperábamos más. Aunque esto no cambia nada, la lucha sigue mañana», pronunciaba Grischa Niermann, a la espera de poder hablar con Jonas, de intentar conocer las razones de su mala tarde, peor incluso que la de Primoz Roglic.

Aunque para penurias, las de Enric Mas. Todas las buenas señales mostradas por el balear en los primeros días fueron echadas por tierra en Caen, donde se dejó más que ninguno de los que optan al Top 10, casi tres minutos. «Tengo que analizar lo que ha fallado. He dado todo», admitía, tan lejos de sus compañeros, séptimo Iván Romeo en la primera contrarreloj de su vida en el Tour, décimo Pablo Castrillo.

El Movistar levanta el telón con Pablo Castrillo como nuevo encargado de lustre al equipo más veterano

El Movistar levanta el telón con Pablo Castrillo como nuevo encargado de lustre al equipo más veterano

Listos para despegar. El Movistar levanta el telón para afrontar una nueva temporada en la que espera recuperar el lustre de añorados cursos en los que pugnaba por los podios de las grandes rondas. El grupo de Eusebio Unzué presentó este miércoles, en el edificio Telefónica de la Gran Vía de Madrid, los planes y novedades para un nuevo año en el que cambiará de piel: del azul al blanco. Sin desvelar si Alejandro Valverde, al que le han ofrecido el puesto de seleccionador nacional, continuará en el grupo como embajador, el técnico se mostró ilusionado con su renovada plantilla.

Entre sus fichajes sobresale Pablo Castrillo, el polivalente corredor nacido en Jaca hace 23 años, que se consagró en la última Vuelta a España con sus victorias en Cuitu Negru y Manzaneda. Desde principios de diciembre y hasta ayer ha estado preparándose en un training camp en la comarca de la Ribera Alta (Valencia) junto a sus 27 compañeros del Movistar. Unzué aún no tiene perfilado el calendario del oscense, que ha firmado contrato hasta 2027. Al ciclista le encantaría ir al Tour de Francia pero, de momento, sólo sabe que estará en la rondas de la Comunidad Valenciana, Tour de UAE y París-Niza.

La nómina de novedades la completan cuatro corredores de segundo escalón, como el venezolano Orluis Aular (Nirgua, 1996), seis veces campeón de su país (dos en línea y cuatro en contrarreloj); el ecuatoriano Jefferson Cepeda (Quito, 1996), cuarto en la general de O Gran Camiño de 2024 y quinto en la Flecha de Brabante; el colombiano Diego Pescador (Quindio, 2004), séptimo en el Tour del Porvenir, y el eritreo Natnael Tesfatsion (Amara, 1999), tercero el año pasado -tras Julian Alaphilippe y Richard Carapaz- en una etapa del Critérium Dauphiné.

El peso de la escuadra de Unzué, que afronta su 46ª temporada en la máxima categoría (el más veterano), volverá a recaer en Enric Mas (29 años). El balear se siente más ligero tras desprenderse de la presión de ganar una grande. Este año fue tercero en la Vuelta a España, prueba en la que ofrece sus mejores prestaciones, con tres segundos puestos.

Los técnicos del Movistar consideran que 2024 debería ser el año del despegue de Iván Romeo (21 años), ganador de la medalla de oro en el Campeonato Mundial de contrarreloj de 2024 en categoría sub-23 y de una plata en el Campeonato Europeo en ruta de 2023.

En el equipo femenino destacan las llegadas de la suiza Marlen Reusser (tres veces campeona de Europa contrarreloj), de la británica Cat Ferguson (cuatro veces campeona mundial juvenil) y de la española Paula Ostiz (subcampeona de ruta de Mundial Júnior en 2024 y medalla de oro en el Europeo de contrarreloj).

El joven talento del ciclismo español, Pablo Castrillo, firma tres temporadas por Movistar

El joven talento del ciclismo español, Pablo Castrillo, firma tres temporadas por Movistar

Actualizado Miércoles, 9 octubre 2024 - 11:36

El Movistar Team ha confirmado el fichaje de Pablo Castrillo para las tres próximas temporadas a través de un comunicado. El equipo español mantiene así su apuesta por el talento joven de origen español. "Estas últimas semanas han sido un salto grande para mí como persona y para mi carrera deportiva", declaraba el ciclista en la nota hecha pública por el equipo y añadía sobre el Movistar Team: "Son la referencia del ciclismo español y siempre hace especial ilusión correr en este equipo".

Castrillo deja Kern Pharma, equipo en el que milita desde 2022 y con el que destacó especialmente en La Vuelta de este año donde llegó a ganar dos etapas, en Manzaneda y Cuitu Negro, para firmar por el combinado español del World Tour hasta 2027.

El corredor altoaragonés de 23 años criado en las filas de la AD Galibier compartirá equipo con grandes corredores como Enric Mas y Nairo Quintana. "La gente que está cerca de mí, me ha transmitido cómo es el equipo y me ha dado mucha seguridad de cara a este fichaje. Con Jorge (Arcas) comparto entrenamientos y me ha explicado cómo es el equipo por dentro, cómo me iban a cuidar y las cosas que se estaban haciendo bien. También mi hermano Jaime me hablaba de lo bien que había estado", apuntaba el ciclista.

Precisamente, Pablo es hermano menor de Jaime Castrillo, ex del Movistar, que hoy milita en las filas del equipo luso Sabgal Anicolor tras dejar un tiempo el ciclismo por una depresión.

Por su parte, el pequeño de los Castrillo es uno de los corredores más regulares y versátiles del panorama nacional. Así, consiguió el tercer puesto en la CRI de Coruña, último en aguantar junto a Vingegaard en tierras ourensanas. Fue quinto en Eslovenia, séptimo en la Vuelta a Burgos y en Croacia y top-20 en San Sebastián. Su última carrera fue hace apenas 10 días como miembro del equipo español en el Mundial de Zurich.

"Vienen unas semanas de asimilar lo conseguido en La Vuelta y en esta temporada 2024, que considero ha sido muy regular por mi parte. Esas dos victorias; acabar también en la casa de mi nuevo equipo, con esa impresionante sede de Telefónica... Ha sido todo muy intenso y no lo voy a olvidar", valoraba Castrillo.

El corredor, que estuvo tentado por otros equipos antes de cerrar el acuerdo con el equipo español, se mostraba impaciente por comenzar esta nueva etapa como uno de los pilares de este Movistar Team.

"Accedo al equipo con mucha confianza y con ganas de empezar. Es un salto grande y quiero aportar lo máximo, poner mi granito de arena para que el equipo siga creciendo y hacerlo yo con él. Deseando estoy que llegue 2025 y poder vestirme con ese maillot", apuntaba.

Pablo Castrillo, el ciclista de moda: "Mi hermano lo dejó por una depresión, ha sido una gran enseñanza para mí"

Pablo Castrillo, el ciclista de moda: “Mi hermano lo dejó por una depresión, ha sido una gran enseñanza para mí”

Hacía seis años que un español no ganaba dos etapas en la misma grande. Entonces, 2018, fue, nada menos, Alejandro Valverde en La Vuelta. Ni los más osados hubieran situado en semejante plano a Pablo Castrillo (Jaca, 2001), bajo el radar hasta hace un mes, revolución total del ciclismo nacional ahora. No sólo por sus dos triunfos de etapa, especialmente por cómo se impuso tanto en Manzaneda como en Cuitu Negro. Osadía, perseverancia, agonía y colmillo. Ciclismo del de antes. «A mí es el que me gusta, el de atacar sin mirar los números», cuenta a EL MUNDO el corredor del Kern Pharma (otra revolución), integrante de pleno derecho de la selección que este domingo afronta el Mundial de Zúrich.

¿Le ha dado tiempo en estas casi tres semanas a procesar todo lo que le sucedió en La Vuelta a España?
Tras la Vuelta estaba bastante fatigado, tanto mental como físicamente. La primera semana fue descanso total y la segunda empecé a creerme y a asimilar lo que me había pasado, las dos victorias y todo lo que había conseguido el equipo. Me ha cambiado la vida, bastante. Esos tres días...
Si le cuentan antes lo que iba a pasar...
No me lo hubiera creído. Veníamos bastante bien preparados y con la intención de ganar al menos una etapa, aunque sabíamos que era muy complicado. Con eso nos hubiéramos ido satisfechos como equipo... ¡Ganamos tres etapas, dos mías! Y sobre todo la del Cuitu Negro. Sabía que estaba en buena forma, pero no me lo esperaba para nada.
¿Siente que fue una reivindicación del ciclismo valiente en plena era de los pinganillos y los vatios?
Es que a mí el ciclismo que siempre me ha gustado es ese, el de antes. Desde que empecé a competir he sido valiente. Siempre me ha dado igual si reventaba o no. Es lo que me gusta. Nunca he tenido miedo a atacar en cualquier sitio, aunque muchas veces me ha salido mal. Estas dos victorias son una recompensa a todas esas veces que no salió bien. Es reivindicar el ciclismo de atacar, de ser valiente y de no mirar tanto los números. Aunque sabemos que también son importantes, claro.
¿De dónde sale ese carácter, esa capacidad de agonía?
No lo sé. Desde que empecé en la bici he tenido esa capacidad de sufrimiento, siempre me he exprimido al máximo, es lo que me ha caracterizado. En esta Vuelta lo he sacado al máximo. Las dos victorias de etapa fueron de mucha agonía. Siempre me ha gustado sufrir... y hasta donde pueda llegar. En Manzaneda ataqué a falta de 10 kilómetros para la meta, iba pensando en Manolo Azkona [fundador del Kern Pharma, fallecido ese mismo día], en la familia... eso me da la fuerza para pasar mi límite. En el Cuitu Negro tenía mejores piernas.
Castrillo celebra una de sus victorias en La Vuelta.

Castrillo celebra una de sus victorias en La Vuelta.KERN PHARMA

Indurain decía eso de «sufrir a gusto».
Cuando vas mal y te vas quedando todo el rato, es un sufrimiento que es muy malo, no se disfruta nada. Pero cuando vas bien de piernas, te ves adelante y disputas la etapa, es un sufrimiento que disfrutas, que te impulsa más a seguir.
Explíqueme esa victoria en el infierno del Cuitu Negro, esa rampa final...
Son paredes. He visto bastantes veces repetida la etapa, los últimos tres kilómetros fueron épicos para mí. El ataque a Vlasov y Sivakov... En mi mente tengo el recuerdo de cuando llegó Vlasov hasta mí y en ese descansillo tuve la calma y la sangre fría de tomarme un respiro y mirar cómo iba mi rival. Ahí tuve la decisión de arrancar, de ver hasta dónde podía ir él. Y, efectivamente, Vlasov iba mal y pude llevarme la victoria.
Tan corpulento, no tiene pinta de escalador... ¿Sorprendió a quién no le conocía?
Desde que empecé lo que más me gustó fueron los puertos de montaña. He podido mejorar en el llano, pero la capacidad de subir bien no la he perdido a pesar de que mi cuerpo cambió, de ser un ciclista corpulento. Espero no perderlo.
¿Cómo te miran en el pelotón al día siguiente?
Fue un honor que me felicitaran tantos ciclistas, sobre todo gente como Van Aert. El pelotón te va tratando diferente, con más respeto. Lo malo de eso es que en las siguientes fugas estás más vigilado. Y ya todo es más complicado, en la escapada te dejan la responsabilidad de cerrar los huecos... Así que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.
Empezó jugando al hockey hielo en Jaca, su pueblo.
Sí, estuve siete años, disfrutando bastante, como un hobbie de chaval. No se me daba mal, era medio buenillo, pero no es que fuera a llegar a ligas profesionales ni nada. Luego influyeron las salidas en bici con mi madre y, sobre todo, cuando estaba mi hermano en el Lizarte e íbamos a todas las carreras. Eso me enganchó a la bici y decidí probarlo en cadetes. Desde el primer momento disfruté muchísimo tanto de entrenar como de la competición, pero nunca pensaba que iba a ser ciclista profesional. Poco a poco te vas centrando, vas viendo que tus capacidades pueden ser válidas para el ciclismo.
¿En quién se fijaba, quiénes eran sus ídolos?
Me enganché al ciclismo tarde. Pero Valverde me inspiró bastante con sus ataques y victorias, enganchaba. Es uno de mis referentes, como Contador y Purito.
Pablo Castrillo, durante la Vuelta a España.

Pablo Castrillo, durante la Vuelta a España.KERN PHARMA

La primera ciclista de la familia fue su madre.
Los veranos en los que íbamos a Cambrils salía con ella con la bicicleta. De ahí me viene el ciclismo, mi madre fue una inspiración. Siempre le ha gustado la bicicleta y ahora el ciclismo femenino va aumentando, ganando popularidad y su nivel va subiendo. Es la presidenta del club del pueblo.
Y su padre corre maratones.
Los dos son militares. Mi padre se jubiló hace años y mi madre hace un mes. Mi padre empezó tarde, con más de 40, pero se hizo unos cuantos maratones. Somos una familia de deportistas y eso es de agradecer para que un niño como yo se enganchara al deporte.
Su hermano Jaime, cinco años mayor, ex ciclista del Movistar y el Kern Pharma entre otros, tuvo que parar. ¿Cómo viviste el proceso?
Mi hermano siempre ha sido un ejemplo, un pilar fundamental. Siempre lo he visto con un motor increíble, capaz de hacer grandes cosas encima de la bici. Pero siempre le ha costado, se ponía mucha presión y acabó desembocando en una depresión. Decidió dejarlo, porque para su salud era lo mejor. Fue una decisión valiente que le ayudó bastante. Estos dos años que ha estado sin bici notaba que le faltaba algo y ha decidido volver [con el equipo portugúes de categoría Continental Sabgal / Anicolor]. Para mí es una decisión muy importante y complicada; después de estar dos años parado meterte en un pelotón profesional, con lo duro que es y con el estrés que hay. Con todo lo que ha pasado han sido unas enseñanzas para mí muy grandes. De que lo primero es intentar disfrutar de la bici, no meterte tanta presión y luego viene lo demás. La bici es importante, pero primero eres una persona que tiene su vida. No todo es la bici.
¿Qué le dijo tras sus victorias?
Estaba feliz y emocionado. Lloró bastante. Me dijo que me mantuviera con los pies en la tierra. Que los éxitos no se me suban a la cabeza. Que siga trabajando como hasta ahora, apoyándome en las personas cercanas que tengo al lado.
¿Nos va a sorprender a todos también en el Mundial?
Esto es un premio para mí, con lo duro que es y el cartel que hay... Tenemos un equipo muy bueno para poder ganar, con Enric [Mas], Peio [Bilbao] y [Juan] Ayuso. Me tocará aportar al máximo a la selección, ayudar lo que se pueda y volver a ir de tapado.
El tema de moda: ¿dónde correrá el año que viene?
Es normal que se hable y que haya rumores después de las dos victorias etapas y de que aún no haya firmado. Ahora tengo que elegir. Me lo estoy pensando, en negociaciones [estaba con Ineos, pero han surgido más pretendientes]. Pensando en lo mejor para mi futuro, para seguir progresando y ver donde está mi techo. Valoro lo económico y lo deportivo, el proyecto, las personas que hay detrás, el grupo de rendimiento... Es una decisión importante.
¿Cómo es Pablo Castrillo cuando se baja de la bici?
Me gusta ir a caminar al monte y mucho jugar al pádel. Me gusta mi pueblo, me ayuda a desconectar.
Pablo Castrillo, héroe español en la Vuelta, valiente apuesta para el Mundial de Zúrich

Pablo Castrillo, héroe español en la Vuelta, valiente apuesta para el Mundial de Zúrich

El aragonés Pablo Castrillo (Kern Pharma), uno de los grandes protagonistas de la última Vuelta a España con sus dos victorias de etapa, es una de las principales apuestas del seleccionador Pascual Momparler para el Mundial de ruta de Zúrich. La prueba, que se disputará el 29 de septiembre y que presenta un perfil montañoso, se acomoda a las característica del joven corredor de 23 años, que en la ronda española se impuso en las cimas de Cuitu Negru y Manzaneda.

El chaval nacido en Jaca, que destaca por su facilidad para la escalada y para elegir las escapadas buenas, forma parte de una expedición con corredores jóvenes ambiciosos y veteranos que atraviesan por un excelente momento de forma. En esa lista también figuran Enric Mas, Álex Aramburu (Movistar), Juan Ayuso (UAE), Mikel Landa (Soudal Quick-Step), Pello Bilbao (Bahrain), Carlos Rodríguez (Ineos) y Roger Adriá (Red Bull-Bora-Hansgrohe).

El esloveno Tadej Pogacar y el neerlandés Mathieu van der Poel parten como principales candidatos a conseguir la medalla de oro del campeonato

La prueba contrarreloj la disputarán David de la Cruz (Q36.5) y Raúl García Pierna (Arkea), que fue la semana pasada decimotercero en la lucha contra el crono de los Europeos de Limburgo.

La carrera élite masculina se disputará el domingo 29 desde las 10.30 horas sobre un recorrido de 274 kilómetros en los que los corredores tendrán que superar varias duras subidas, aunque no demasiado largas (Kyburg, 1,2 km-12%; Binz, 4,6 km-4,5%; Zurichbergstrasse, 1,1 km-8%; y Witikon, 2,3 km-5,7%).

La contrarreloj tendrá lugar el domingo 22 desde las 14.45 horas. Los ciclistas recorrerán 46,1 kilómetros con salida y llegada en Zúrich.