Una ciudad, Valladolid, y un rival, Bulgaria, para colocar a esta España a la altura de la de 2012

Una ciudad, Valladolid, y un rival, Bulgaria, para colocar a esta España a la altura de la de 2012

La selección búlgara se aloja en un hotel algo alejado del centro de Valladolid, pero incluso de haber estado en la mismísima calle de Santiago nadie hubiera reparado en ellos. Es el rival de España esta noche, y se llenará el José Zorrilla para ver al equipo de Luis de la Fuente, que en realidad no juega contra Bulgaria, a la que, se sobreentiende, va a ganar sin apenas esfuerzo, sino contra sí misma. ¿Por qué? Sencillo. Si hoy gana (o al menos no pierde, y no perder sería un cataclismo), igualará una cifra que pone sobre el tablero de nuevo una pregunta recurrente: ¿Se puede comparar a esta selección con la del periodo 2008-2012?

Si España no cae esta noche, sumará 29 partidos oficiales consecutivos sin hacerlo. Igualará la mejor racha de la historia de la selección, firmada entre 2010 y 2013 por el equipo dirigido entonces por Vicente del Bosque. Aquel equipo cedió en el primer partido del Mundial (que terminaría ganando) contra Suiza, y estuvo esas 29 citas hasta que hincó la rodilla contra la Brasil de Neymar en la final de la Copa Confederaciones de 2013. Entonces, fueron 24 victorias y cinco derrotas.

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Este equipo, es sabido, perdió contra Escocia en la fase de clasificación para la Eurocopa, era marzo de 2023, y de momento ahí sigue. Por matizar, que siempre hay tiquismiquis, FIFA y UEFA cuentan los partidos que van a los penaltis como empates.

28 de marzo en Doha

Por eso, a esta España no le cuentan como victorias la final de la Liga de Naciones de 2023 contra Croacia ni los cuartos de final de esa misma competición este año, en marzo ante Países Bajos. Como tampoco le cuenta como derrota la final de junio contra Portugal, resuelta en una tanda. En el caso del presente, España suma 23 victorias y cinco empates, exactamente igual que la gran España de Del Bosque.

Mirando un poco más allá de esta noche, el equipo tiene en noviembre la posibilidad de igualar esta racha a nivel mundial. De momento, es Italia la selección que en toda la historia del fútbol más partidos ha permanecido invicta. Son 31. Si España no pierde en noviembre en Georgia (día 15) y en Sevilla con Turquía (día 18), estará a esa altura, y entonces se multiplicaría el morbo de la siguiente cita. Sería ya en marzo, sería probablemente en Doha, sería probablemente el sábado 28, y sería ante Argentina, ante Leo Messi, cuando España podría convertirse en el equipo con la racha de partidos sin perder más larga de la historia del fútbol. Casi nada.

«Primero vamos a clasificarnos para el Mundial», insiste De la Fuente, aunque él, como todos, tiene en la cabeza estas cosas. Porque la comparación con la mejor época de la selección española la tienen presente todos los miembros de la Federación, conscientes de estar ante un equipo que ya ha ganado una Eurocopa (también una Liga de Naciones, pero sobre todo una Eurocopa), que ha llegado a las finales de las tres últimas competiciones que ha disputado y que mira al Mundial sabiendo que es una de las dos-tres grandes favoritas, sino la gran favorita.

Pedro Porro, ante Dvali, el sábado en el Martínez Valero.

Pedro Porro, ante Dvali, el sábado en el Martínez Valero.AFP

Si a todo eso se le une la edad media del grueso de los internacionales, especialmente de sus estrellas (Nico, Lamine, Huijsen, Zubimendi, Fabián, Merino, Cubarsí, Pedri, Cucurella, etc...) no es una locura pensar en marcar una época, que siempre luce mucho en el currículum.

De momento esta noche se intuye un equipo de Luis de la Fuente que certifique todavía más la idea de de aquí puede jugar (casi) cualquiera. Sin apagarse los ecos del lío con Lamine Yamal, con Dani Olmo ya en Barcelona y con Ferran siguiéndole desde ayer, parece claro que va a dar descanso a muchos jugadores, especialmente a Pedri y a Cubarsí, en una noche que se presenta plácida. Tanto que casi ya no se juega contra el rival sino contra sí mismo.

Luis de la Fuente: "Aquí no hay regalos, esto es la selección"

Luis de la Fuente: “Aquí no hay regalos, esto es la selección”

Luis de la Fuente llegó a la sala de prensa del José Zorrilla casi a la hora de cenar. El técnico decidió entrenar en Las Rozas por la mañana, comer, echarse la siesta en Madrid y coger el autobús para llegar a Valladolid a cenar y descansar para el partido del martes. El seleccionador es consciente de que todo el mundo da por hecha la victoria contra Bulgaria. Y él, por mucho que diga que no, también dejó caer algo así cuando dijo que ganando "cerraremos prácticamente la clasificación".

Así las cosas, el debate es cuántos cambios hará en el once. Se intuyen muchos, las cosas como son, por la debilidad del rival y porque ya van cinco jugadores que han dejado esta concentración lesionados, y alguno más sería un lío. "Lo primero que tengo que decir es que salgan los que salgan, me dan confianza plena. Veremos la evolución de la gente que jugó el sábado y mañana por la mañana decidiremos", explicó De la Fuente.

"Siempre sacaremos el equipo más competitivo. Esto es la selección española y aquí no se hacen regalos, aquí no se saca una selección de compromiso. Nuestra responsabilidad es mayúscula y actuamos en consecuencia", insistió el seleccionador, al que le recordaron que ante Bulgaria puede igualar la mejor racha de partidos sin perder de la selección (29). "Somos selecciones diferentes en tiempos diferentes, pero no pensamos en ningún caso en eso, pensamos en cerrar la clasificación lo antes posible y eso pasa por ganar".

Un talismán en la defensa

Luego vino Robin Le Normand. El central es un talismán para este equipo. Ha jugado 26 partidos y no ha perdido ninguno. Desde que se nacionalizó, en mayo de 2023, España sólo ha perdido un partido, el amistoso contra Colombia. En su zona, cada vez hay más competencia. De hecho, habría como cinco nombres para cuatro puestos. Laporte, Vivian, Le Normand, Huijsen y Cubarsí... "Con Laporte he jugado mucho, y con Dean o Pau también me entiendo bien. Yo intento dar mi mejor versión y luego tendrá que decidir el míster", despejó él.

Le Normand, por cierto, lloró aquí hace dos años con la lesión de Gavi. "Siempre es una lástima que un compañero se lesione, y además tan grave. Por suerte ha sido capaz de volver, rendir, y estoy seguro de que ahora, con esta nueva lesión, hará lo mismo".

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Por el pasillo que hacía las veces de zona mixta en el Martínez Valero salían los jugadores españoles camino de la medianoche. Esperaba el autobús y luego el avión hasta Madrid. Cada uno de ellos llevaba en la mano una caja de cartón. En una etiqueta, su nombre. Y una pegatina. Si era verde, pertenecía a un jugador. Si no era verde, pertenecía al staff o a los empleados que viajan con el equipo. La nutricionista, Toscana Viar, llevaba varias. ¿Qué había en esas cajas? La cena. Pero una cena personalizada. No valía coger cualquier caja. Dani Vivian, por ejemplo, había dejado la suya en el vestuario porque sólo llevaba un yogur con frutos rojos y un zumo, pero la de Oyarzabal tenía pinta de pesar. Y la de Merino. El objetivo es que los jugadores cenen en el mismo autobús y repongan lo perdido lo antes posible.

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Poco antes de esa imagen, en la sala de prensa, el seleccionador georgiano, Willy Sagnol, había soltado una parrafada abrumadora sobre España. Resumida, dijo esto: "España juega en otro planeta. En los 80 y en los 90 tenían buenos equipos, pero no eran ganadores. Ahora lo son. Llevan 25 años fabricando jugadores inteligentes, que siempre eligen en función de lo que ocurre a su alrededor. Por ejemplo, Pedri. Es tan poca cosa que parece que saldrá volando si hay viento, pero es uno de los mejores centrocampistas del mundo".

De la Fuente, claro, lo agradecía, pero con cautela. Y no cree que toda la sarta de elogios que le llueven a su equipo estos días tengan repercusión en el vestuario. "Cuando hablas con personas tan inteligentes y maduras como nuestros jugadores, no hay peligro. Ellos aceptan los elogios sin ir más allá, porque saben que el próximo reto será más difícil. El halago no les va a debilitar. Son muy buenos futbolistas, para mí los mejores del mundo, pero son mejores personas".

Ranking

Buenas personas o no, que de todo habrá, el caso es que la selección española camina por encima del suelo desde hace tiempo. Encumbrada hace apenas unas semanas al número 1 del ranking FIFA muchos años después (no lo era desde 2014), es hoy el rival a batir, dicho esto por tipos tan poco sospechosos como Lionel Scaloni o Didier Deschamps, seleccionadores de Argentina y de Francia. Y detrás de ese éxito, que lo es sin duda, está una política de democratización de la selección que Luis de la Fuente implementó desde su llegada a finales de 2022 (su primera convocatoria fue en marzo de 2023).

El seleccionador, desde entonces, ha llamado a 72 futbolistas. Casi todos han disputado algún minuto (de hecho, todos menos siete). Suma 25 debutantes en 34 partidos. Desde Joselu, que fue el primero, hasta Jorge de Frutos, de momento el último, es un número apreciable, una lista donde están tipos como Lamine Yamal, Le Normand o Huijsen.

En este tiempo, el técnico ha tenido que afrontar muchísimas bajas. Algunas largas como la de Gavi, que era esencial cuando llegó, y otras intermitentes como las presentes de Lamine Yamal o Nico Williams. En el once que se midió a Georgia el sábado faltaban seis titulares indiscutibles. No hay problema al parecer. El autor del primer gol, por ejemplo, fue Yeremy Pino, un tipo del Crystal Palace. De la Fuente ha instaurado el concepto de equipo en una selección, con lo difícil que es eso. Da la impresión de que, juegue quien juegue, el equipo funciona. "Hoy tenían seis o siete bajas y no se ha notado", insistía Sagnol, que usaba un tono real de admiración.

Esa democratización del equipo lleva irremediablemente a evadirse de la importancia del Real Madrid y del Barcelona. En el once del sábado no había ni un jugador blanco. Sí del Barça (Cubarsí, Pedri y Ferran), pero el resto estaba repartidísimo. Estaban representados 13 equipos: Arsenal, Athletic, Real Sociedad, Barcelona, Tottenham, Chelsea, Leverkusen, Atlético de Madrid, Celta, Rayo Vallecano, Como, Crystal Palace y Oporto. "Tengo la suerte de poder elegir entre 40 o 50 jugadores que para mí son los mejores del mundo", suele insistir el técnico. Y no le falta razón. En la época de barbecho que el equipo pasó entre 2014 y 2023, uno de las críticas más frecuentes era que no tenía jugadores diferenciales. Hoy sí los tiene, hoy tiene futbolistas que son top-5 en sus posiciones (Lamine, Nico, Pedri, Zubimendi, Cucurella...), pero es que no le hace falta. Para sujetar la racha de partidos sin perder (28), no vale con la primera fila. Hay que democratizar, por elevación, el equipo, y eso España lo ha conseguido.

Mañana espera Bulgaria, el rival más débil del grupo, y una victoria dejaría a tiro de otra, en noviembre, la clasificación para el Mundial, verdadero objetivo de un grupo ya campeón de Europa.

La chispa de Yeremy Pino, el seguro de gol de Oyarzabal y el mal del penalti: "Estamos en mejora constante con un equipo insaciable"

La chispa de Yeremy Pino, el seguro de gol de Oyarzabal y el mal del penalti: “Estamos en mejora constante con un equipo insaciable”

España no tiene rival y encuentra soluciones siempre. Ante Georgia, en Yeremy Pino y el omnipresente Oyarzabal, que hicieron olvidar las bajas y doblegaron a un rival que ni tuvo balón ni capacidad para recuperarlo y hacer daño. "Estamos en mejora constante con un equipo insaciable", resumió Luis de la Fuente.

La sonrisa de Yeremy Pino iluminó pronto el camino y desveló cuánto necesitaba el gol que logró culebreando a la espalda de los defensas de Georgia para empujar a bocajarro la asistencia de Le Normand. Abría el marcador de España y se sacaba un peso de encima que arrastra desde hace demasiado tiempo. La intermitencia de las lesiones que ha sufrido hace que para encontrar su último gol con la selección haya que mirar a noviembre de 2024. Fue el primero ante Suiza en el último partido de clasificación de la Nations League, el último que el canario jugó como titular. Luis de la Fuente volvió a contar con él para la fase final, pero solo jugó 15 minutos ante Portugal.

En Elche llegó su cuarto gol en los 15 partidos que se ha puesto la camiseta roja. Suficiente o no, es en esta clasificación cuando los futbolistas se empiezan a jugarse un hueco entre los 26 que puedan estar en el Mundial. De momento, en el Crystal Palace no ha visto portería, aunque sí ha repartido asistencias, y abrir la temporada con la selección es una buena carta de presentación. Se la puede agradecer a Le Normand, que le asistió para cerrar un arranque dulce en el que, además de regalar goles, suma dos con el Atlético ante el Real Madrid y el Eintrach.

"Cuando Pedri tiene la pelota pasan cosas. Ya había metido dos pases a la espalda de los defensas, que se la estábamos encontrando bien. Yo seguí la jugada para empujarla porque vi que Robin llegaba", describió el canario.

Menos afortunado estuvo Ferran Torres. Primero, porque el colegiado lituano no quiso ver penalti en el minuto 6 en el derribo de Kochorashvili. Señaló falta fuera del área, lo llamó el VAR y se rectificó: determinó que no había nada punible. No pudo ponerse Ferran ante Mamardashvili en esa ocasión, pero tuvo otra en el minuto 29, cuando el ex cancerbero del Valencia le derribó. Entonces quedó claro que a España le pasa algo con los lanzamientos de penalti.

Tres fallos de seis penaltis

Mientras el Martínez Valero pedía que lo tirara Pedri -no Ilia Topuria, que se mantuvo neutral con el corazón partido-, el valenciano miró a Oyarzabal para contar su bendición antes de encarar el punto de penalti. No jugueteó con él Mamardashvili, cuya mejoría en esta suerte es tan evidente que el último lanzamiento se lo atajó a Vinicius en el Bernabéu el pasado mes de mayo. No fue diferente. Adivinó dónde iba el balón y dejó a Ferran sin gol con que engordar el marcador.

España volvió a desaprovechar un penalti y van tres de los seis que le han señalado desde la pasada temporada. Además de Ferran, falló Morata -también en el último de la tanda ante Portugal en la final de la Nations- y Pedri. Es el periodo que más penas máximas le han pitado a la selección en los últimos años, pero si hasta entonces la afectividad había sido del 100% (no fallaron ninguno en la temporada 23/24 ni la 21/22), ahora cayó a la mitad.

Además del debate del acierto, está el de los lanzadores. Ferran y Morata eran los habituales con Luis Enrique y sumó De la Fuente a Rodri. Pero en el último año, aparecen también entre los lanzadores Lamine Yamal, Bryan Zaragoza, Pedri y, sobre todo, un especialista como Mikel Oyarzabal. Y es que el seleccionador les deja decidir.

"No me ha parecido mal [que lanzara], porque Ferran es otro especialista. Para fallar, hay que tirarlo, y estamos muy seguros con todos", dijo De la Fuente.

La efectividad de Oyarzabal

A Oyarzabal tampoco le importó no lanzar el penalti porque siempre acaba marcando. Desde su posición de 9, reconvertido por el seleccionador riojano, se ha convertido en el máximo goleador de la era De la Fuente. Para asentar la victoria de España, puso una falta directa desde la frontal de la medialuna del área a la escuadra de Mamardashvili. Y lo hizo en el minuto 64, uno antes de que le mandaran al banquillo. "He tenido la suerte de que ha ido dentro", dijo sacudiéndose cualquier ápice de vanidad porque, como siempre repite, la clave es que no haya protagonismos en esta selección. Por eso no nota las bajas: "La fuerza de este equipo es el grupo".

Son ya 18 goles los que el capitán de la Real lleva anotados en sus 48 partidos con la absoluta, 12 desde que llegó el seleccionador riojano. Su gol sirve para que España tenga pie y medio en el Mundial del próximo verano y sume 28 partidos oficiales sin perder, a uno del récord de Vicente Del Bosque en el periodo 2010-2013.

Eso es algo en lo que dice el vestuario que no piensa. "Estemos o no clasificados, tenemos que ganar porque eso da confianza", aseguraba Yeremy Pino. Se sumaba a esa prudencia otro de los jugadores destacados en el Martínez Valero, Pedro Porro. Apareció con mucho peligro en ataque y solventó las contras que buscaba, y no encontró, Georgia. "Va saliendo el desparpajo que tengo en el campo", bromeó el extremeño. "Hemos hecho un trabajo enorme en defensa. Había que parar sus transiciones y tener la portería a cero es muy importante para coger confianza", insistió un jugador que empieza a conquistar la banda derecha.

Que pase el siguiente: España, sin sus estrellas, despacha con solvencia a Georgia y se acerca al Mundial

Que pase el siguiente: España, sin sus estrellas, despacha con solvencia a Georgia y se acerca al Mundial

Camina España tranquila por el sendero que conduce al Mundial, sumando victorias, unas con ínfulas como el 0-6 contra Turquía en septiembre, y otras funcionariales como la de ayer contra Georgia. Inmensamente superior a sus rivales, el resultado depende casi única y exclusivamente de su porcentaje de acierto. Si el acierto es elevado, golea. Si no, simplemente, gana. Que no es poco, y más consignando que le faltan sus dos hombres más desequilibrantes, esos extremos que son el sello de un equipo completísimo, pero que tiene en Lamine y en Nico dos elementos realmente diferenciales. Ellos son capaces de desmontar defensas por sí mismos, pero incluso en el peor de los casos, facilitan la vida de sus compañeros generándoles espacios por la atracción que ejercen sobre los rivales. Sin ellos la cosa cuesta un poco más. [2-0. Narración y estadísticas]

Un poco más, pero en noches como la de Elche no mucho más. El equipo que ha creado Luis de la Fuente, y suyo es todo el mérito, aquí no hay éxitos compartidos, es hoy el número 1 del ranking FIFA, y será por algo. Porque lleva 28 partidos oficiales sin perder, más de dos años (vale que perdió una tanda de penaltis por el camino, pero eso no cuenta), porque es el equipo que mejor juega, de lejos, y porque maneja tantos registros que hoy es muy difícil intuir por dónde se le puede meter mano. Habrá maneras, sólo faltaba, y rivales que lo logren, pero no parece tarea sencilla.

De un equipo teóricamente titular, sin ir más lejos el que jugó la final de la Eurocopa, ayer faltaban el lateral derecho, uno de los centrales, dos de los tres fijos en el centro del campo y dos de los tres de arriba. Es decir, faltaban Carvajal, Laporte, Rodri, Fabián, Nico y Lamine Yamal. Faltaban también otros que también se pueden considerar titulares (Huijsen, Dani Olmo). Faltaba, pues, un montón de gente, y así y todo la alineación de Luis de la Fuente no sonaba extraña. Pedro Porro es el lateral derecho si no está Carvajal, y salvo en septiembre Carvajal lleva un año sin estar. Cubarsí ya no le soprende a nadie, como tampoco Zubimendi, hoy mediocentro incontestable, qué decir de Merino, un futbolista al que sólo una versión inmejorable de Fabián puede descolgar... Hasta Ferran Torres suena razonablemente normal.

Porque esta selección, estando claros los titulares, tiene muchos y buenos jugadores por detrás, así que los que estaban se dispusieron a hacer otro de esos ejercicios de posesión más bien aburridos. Este equipo es más vertical que sus predecesores, cierto, pero por muy vertical que uno quiera ser, si se enfrenta a un equipo como Georgia, metidos todos el trasero contra su portero, es difícil. Y más sin Nico ni, sobre todo, Lamine. El desborde de esos dos facilita mucho la vida a los demás, y cuando no están, se nota. Aún así, y con más dificultades que cuando están, fue encontrando España los caminos, especialmente por la banda de Pedro Porro, que fue más un interior que un lateral, y eso que tenía que vérselas, teóricamente, con el mejor futbolista georgiano, Kvaratskhelia, que después de un mes sin jugar salió al campo.

Mamardashvili no puede evitar el gol de Oyarzabal.

Mamardashvili no puede evitar el gol de Oyarzabal.JOSE JORDANAFP

Él y Mikautadze, el delantero del Villarreal, son los dos argumentos que tenía Georgia para discutir mínimamente el partido, pero no hubo opción. España, como no podía ser de otro modo, se apoderó de la pelota y no se la dejó al rival. Hugo algún susto antes del gol, que llegó mediada la primera parte en un fenomenal pase de Pedri que Le Normand bajó para que Yeremi Pino la empujase. Como siempre, lo más difícil era hacer el primero, pero la noche ya estaba cuesta abajo. Pudo estarlo todavía más si Ferran Torres no le hubiese entregado en las manos el balón a Mamardashvili cuando tiró el penalti del que había sido objeto.

En una decisión extraña, no lo lanzó Oyarzabal, que había mantenido la pelota en el regazo mientras se revisaba la jugada, y sí el futbolista del Barça, que lo tiró rematadamente mal. No parecía la cosa muy trascendente pues España estaba jugando bien. Acompasada al son de Zubimendi y Pedri, el equipo movía la pelota con bastante sentido, procuraba, en la medida de lo posible, utilizar ese juego vertical y, sobre todo, no pasaba apuro alguno. Unai Simón bien podría haberse tomado una Coca-cola sentado junto al palo, que nadie le hubiera echado de menos.

En los tres primeros minutos de la segunda parte, Oyarzabal y Ferran tuvieron dos mano a mano con el portero. Fue el anuncio de que España había decidido subir un nivel y hacer las cosas un pelín más rápido. Justo después, llegaron dos postes, uno de Porro (que hubiera sido un golazo) y otro de Oyarzabal, que sería quien haría el segundo, ya a los 20 minutos de juego, de falta. Y de una falta como Dios manda. En la frontal del área, un zapatazo al lado del portero, sin miramientos, y para dentro.

El resto de la noche quedó a título de inventario, una victoria de la que nadie se acordará cuando el próximo verano la selección esté en México, en Estados Unidos o en Canadá, que eso está por ver. Porque España va a ir al Mundial. Con más o menos brillo, pero va a ir al Mundial.

Robin Le Normand, el tipo duro de España: "Hace lo que tiene que hacer"

Robin Le Normand, el tipo duro de España: “Hace lo que tiene que hacer”

Después del inconveniente que siempre supone cambiar los planes de viaje de un equipo profesional, y como al parecer la meteorología hoy será más benévola, llegará España hoy a Elche para disputar el partido contra Georgia, que no ha sufrido tantos sobresaltos porque lleva concentrada en Alicante desde el pasado lunes. El equipo de Luis de la Fuente logró a última hora del jueves el permiso de UEFA para viajar hoy y así lo hará. Un contratiempo, pero nada que sirva de excusa si la cosa no va bien.

En ese escenario busca España esta tarde dar otro pasito hacia el Mundial del próximo verano, y en ese camino, y en el destino, estará, salvo lesión, Robin Le Normand (Pabu, Francia, 28 años). El central, nacionalizado español el 23 de mayo de 2023, es la 'cara B' de esta España luminosa de la que todo el mundo ensalza su fútbol, su brillo, sus pases, sus goles y sus jugadas con la pelota en el pie.

Pero todo eso lo sujeta un tipo duro. Un futbolista al que el balón le importa lo justo si no es para despejarlo. Pero los números, y las palabras, cantan. Primero los números. Le Normand es el jugador de campo más utilizado en la era Luis de la Fuente. Ha jugado, en 25 partidos, 1.932 minutos. Y eso que no pudo estar en la primera citación (marzo de 2023) y el año pasado se perdió cuatro partidos, dos ventanas, por un golpe en la cabeza con el Atlético. Sólo le supera Unai Simón, con más de 2.000, y su más inmediato perseguidor, dentro de los 10 que no son el portero, es otro central, otro nacionalizado francés. Laporte ha jugado con el actual técnico 1.845.

Eso en cuanto a los números. Pero es que las palabras también cantan. Fueron muy llamativas las de De la Fuente en la previa del partido contra Turquía en septiembre. En la sala de prensa de Konya, le preguntaron por el chico y dijo esto: "Estamos encantados con él. Hace exactamente lo que le pido. Sabe lo que esperamos de él y lo hace".

¿Qué significa eso? Pues que un equipo donde juegan Lamine, Nico, Rodri, Pedri, etc... necesita alguien que ponga a los rivales en su sitio si es preciso. Eso llamado 'el otro fútbol' que consigue en imponerse, en intimidar, en decir 'aquí estoy yo'. Claro que a Le Normad a veces se le va la mano, siendo como es un tipo que hace un par de penaltis por partido (otra cosa es que los piten). De hecho, en su debut, en la semifinal de la Liga de Naciones de 2023 contra Italia, le señalaron uno que fue el empate.

Tarjetas

España no pierde con Le Normand en el campo. Son 25 partidos, todos los que ha jugado. Sólo cayó ante Portugal, pero fue en los penaltis y para las estadísticas no cuenta. En marzo de 2023 no estuvo en el amistoso contra Colombia en Londres (estuvo, pero en el banquillo). En este tiempo, ha visto nueve tarjetas, lo que le da un promedio de 0,36 por partido. Ni Busquets ni Ramos, los dos más amonestados de la historia de la selección, llegan a tanto (los dos se retiraron con una media de 0,17). Maneja, pues, ese fútbol 'perro', como dicen los viejos, imprescindible en el fútbol y más en una defensa como la que viene por detrás, Cubarsí y Huijsen, centrales de pasarela, tan jóvenes, tan guapos, tan impecables en la salida del balón y sin una mancha en el pantalón que, como decía Clemente, "no parecen ni defensas".

Es posible que esta noche recupere el técnico su pareja fetiche. La baja, el miércoles, de Huijsen, la cubrió Laporte, ya cogiendo ritmo en el Athletic de Bilbao después de unos meses casi parado. Y no es descartable que De la Fuente recurra a la pareja de centrales con la que ganó la Liga de Naciones y la Eurocopa, y que tiene pinta de ser la que juegue en el Mundial con permiso de Huijsen.

Martín Zubimendi: "Algunas entrevistas me han provocado momentos incómodos, por eso a veces prefiero evitarlas"

Martín Zubimendi: “Algunas entrevistas me han provocado momentos incómodos, por eso a veces prefiero evitarlas”

Martín Zubimendi (San Sebastián, 26 años) no tiene a nadie que le asesore en los temas de comunicación, y tampoco nadie que le gestione las redes sociales. «Tengo Instagram, pero lo que pongo, lo pongo yo», explica, y pone cara de sorpresa cuando en la conversación sale este tema. La mayoría de los compañeros sí tiran de ese tipo de empresas. Pero él no. Él, que dice poder tomarse algo en una terraza de Donosti sin que nadie le moleste, y que ahora baja en tren al centro de Londres sin que tampoco nadie repare en él, él, Martín, Zubi en el vestuario, es el faro de una selección española que puede amarrar de aquí al martes el billete para el Mundial. Un Mundial donde son favoritos, pero... «¿en qué nos beneficia decirnos todo el rato lo buenos que somos?», se pregunta él, una de las estrellas indiscutibles de la Premier. Y eso que lleva en el Arsenal dos meses.

PREGUNTA.La primera es muy fácil. ¿Qué echa de menos de Donosti?

RESPUESTA. A mi círculo más cercano.

P. ¿Quién lo compone?

R. Familia, amigos y mi perrita.

P. ¿Su perrita? ¿No se la ha llevado a Londres?

R. Estoy en ello, pero bueno, como de momento estoy ahí solo, creo que no le va a venir bien a ella.

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P. ¿Cómo se llama?

R. Lea. Va a hacer cuatro años y medio que la tengo.

P. Eso es una relación consolidada.

R. Sí, sí, sí. Y la echo mucho de menos, no te creas.

P. A los que no tenemos perro nos cuesta un poco entender ese amor.

R. Es un amor incondicional, a ellos, a los perros, les da igual si has ganado o si has perdido, les da igual quién eres, si eres futbolista o no, y bueno, ese llegar a casa y que te reciba como si no te hubiera visto en meses...

P. Y al margen de Lea, ¿qué tal le va por Londres?

R. Bien, bien, la verdad que la adaptación ha sido fácil, creo que la vida del futbolista es más o menos parecida en todos lados, así que el día a día es bastante parecido.

P. ¿Dónde está viviendo?

R. Cerca de la Ciudad Deportiva, lejos del centro.

P. ¿Ha ido al centro de Londres ya?

R. Sí, sí, alguna vez.

P. ¿Y qué tal? Lo digo porque en Donosti le sería difícil pasar desapercibido, pasear, tomar algo...

R. No, ¡qué va! Yo podía hacer vida normal, tomarme un café, pasear...

P. ¿En serio? ¿En Donosti Martín Zubimendi podía tomarse un café en una terraza? Autógrafos, fotos...

R. Sí sí, y tan en serio. No tenía problema ninguno.

P. Bueno bueno... ¿y en Londres?

R. Pues igual. Yo cuando bajo, bajo en tren y no tengo problema. Alguno me reconoce, pero muy pocos, y que siga así. Es una ciudad enorme y cada uno va a su bola. Eres uno más.

P. ¿Y el inglés qué tal?

R. Yo pensaba que llevaba una buena base, pero claro, hasta que no llegas ahí no te das cuenta de que es más difícil de lo que parece. Pero bueno, lo entiendo bien. Y eso que dicen de que el inglés se le entiende mejor a los que no son ingleses es cierto.

El jugador de la selección y del Arsenal, en Las Rozas.

El jugador de la selección y del Arsenal, en Las Rozas.ANTONIO HEREDIA

P. ¿Con quién se junta más?

R. Con Mikel, claro, y con el resto de españoles, que por el idioma es más fácil. Pero también intento salirme de mi zona de confort y hablar con todos.

P. Cuando no entrena, ¿qué hace allí?

R. De momento estoy teniendo visitas todas las semanas. Familia, amigos... Así que no me aburro.

P. ¿Qué diferencias ha encontrado entre el fútbol español y el fútbol inglés?

R. En Inglaterra todo es mucho más directo. Aquí en la Liga, tras recuperar el balón, quizás la mentalidad es mucho más de mantenerla y coger aire, pero allí, cada vez que hay una pérdida, el que recupera solo está pensando en atacar y tiene la capacidad física de, con una conducción, ponerse en área de rival.

P. Eso, ¿a usted le está costando?

R. Puede ser, pero también creo que elegí el equipo en función a mis características, a lo que proponían, y creo que el Arsenal es un equipo que tiene todas las características. Es capaz de llevar el peso del partido con balón, es capaz de correr a la espalda, de jugar rápido. Así que bueno, estoy teniendo que adaptar un poco a mi juego también. Me va a venir bien para crecer.

"En la Premier se corre más rápido, se choca más, son bestias físicamente y te empujan más, te agarran más..."

P. ¿Se corre más o se corre distinto?

R. Sobre todo, se corre a más velocidad. Las transiciones a veces son inevitables y sí que te hacen correr con nada. Corren para adelante y para atrás, claro, porque cuando pierdes la pelota... Hay veces que el fútbol se vuelve un poco incontrolable y te lleva ahí.

P. ¿Se choca más también? ¿Hay más disputas, más saltos?

R. Sí, el contacto está más normalizado. Al final también son bestias físicamente, así que bueno, sí que notas un poco al conducir el balón que te vienen, que te agarran, que te dificultan más la conducción, por ejemplo, y sí, en ese aspecto he notado más cambio.

P. Hablemos de la selección. ¿Qué le parece que se tenga por hecho que España es una de las grandes favoritas para ganar el Mundial?

R. Entiendo que puedan poner a España ahí en lo alto por lo que venimos haciendo, pero no sé, es que el hecho de hablar de ello aquí en el vestuario no sé a qué nos puede llevar, no entiendo los beneficios que nos pueda dar decir que somos buenos, o que podemos ganar el Mundial, así que bueno, aquí dentro lo llevamos con mucha naturalidad y creo que ese es el camino.

P. ¿Ustedes son conscientes de lo buenos que son? ¿O sí lo son y no le dan importancia?

R. Yo creo que sí, sí que somos conscientes, pero no sé, es que... Se me hace raro hablar todo el rato de lo buenos que somos, no sé, no es algo que ocurra en los vestuarios. En el vestuario no se habla de lo buenos que somos. Es que es impensable. No forma parte de las conversaciones, la verdad.

Martín Zubimendi.

Martín Zubimendi.ANTONIO HEREDIA

P. Le definen como muy tímido.

R. Sí, con la edad creo que se va quitando un poco. De todas formas no diría tímido, yo creo que soy más, no sé, más reservado de primeras, pero luego ya...

P. Y que no le gustan las entrevistas.

R. Sí, eso sí es verdad.

P. ¿Pero no le gustan las entrevistas o los periodistas?

R. Pues no sé, al final por experiencias que he tenido... no me han aportado muchas cosas positivas. A veces han sido incluso negativas, me han metido en algún lío que otro... Ha habido algunas que me han causado momentos incómodos, entonces prefiero evitarlas a veces.

P. ¿Tiene gente que le ayuda con la comunicación?

R. No. Tengo mis redes sociales, pero las manejo yo.

P. El hecho de que sus padres sean profesores, ¿es mejor o es peor cuando uno es estudiante?

R. A la larga mejor, seguro. Obviamente la exigencia ahí ha estado, pero creo que he llevado bien esa exigencia.

P. ¿Sigue estudiando?

R. No. Estaba estudiando Ciencias de la Actividad Física y Deporte, pero lo tengo aparcado y no sé si lo retomaré.

"Mantengo la misma cuadrilla desde los tres años"

P. El hecho de ser hijo único, ¿qué le ha aportado y qué le ha hurtado, por decirlo así?

R. Es que como no he vivido lo otro, como no sé lo que es tener hermanos, pues tampoco sé lo que me ha faltado.

P. Pues lo típico, las peleas con el hermano por los juguetes, por la tele...

R. Pues es que no puedo comparar. Obviamente que con algún hermano tienes más compañía a nivel de ocio, pero bueno, en mi caso la verdad que he tenido dos padres súper implicados, muy activos también, muy involucrados con el deporte, así que en todo lo que ha sido el fútbol ha sido increíble cómo se han portado.

P. ¿Y la cuadrilla?

R. Sí, ahí en San Sebastián, en el País Vasco, es muy común buscarte ya tu cuadrilla y en ese aspecto he tenido mucha suerte, que la sigo manteniendo y desde los tres años que los conozco, pues está muy bien...

P. ¿Mantiene su cuadrilla desde los tres años?

R. Sí. Bueno, desde que empiezas el cole, que es con dos o tres, ¿no? Pues desde ahí.

P. La última. Ahora que ya prescrito, ¿hubo algo con el Madrid o no?

R. [Risas] ¿Ves lo que te decía de las entrevistas?

Los curiosos (e incómodos) inicios de la selección en los Mundiales: el recuerdo del Titanic, 15 días en barco y un patriotismo barato

Los curiosos (e incómodos) inicios de la selección en los Mundiales: el recuerdo del Titanic, 15 días en barco y un patriotismo barato

España ha acudido a 16 de los 22 Mundiales disputados, y ya casi podemos dar por seguro que se clasificará para el siguiente. De los que faltó, uno fue el primero de todos y lo hizo por voluntad propia. Una lástima, porque teníamos un gran equipo.

Ya conté la semana pasada en este espacio que Jules Rimet, con justicia deportiva y buena visión de futuro, decidió que el primer Mundial se jugara en Uruguay, doble campeona olímpica en París'24 y Amsterdam'28. Aquello se votó en el XVII Congreso de la FIFA, celebrado en 1929 en el imponente Salón del Consejo de Ciento de Barcelona. Junto a Uruguay llegaron como aspirantes Hungría, España e Italia, tras ceder Holanda y Suecia sus pretensiones previas en favor de la tercera. Curiosamente fue el conmovedor discurso del representante argentino lo que provocó un voto final unánime a favor de Uruguay. Pero pasado el calor de aquel emotivo alegato, los europeos empezaron a repasar inconvenientes. El principal, claro, la distancia.

Para saber más

Para España Uruguay era, sí, un país hermano, pero un hermano lejano y desconocido. Jugar allí suponía cruzar el océano, y aún rebullía en las cabezas la tragedia del Titanic (1912). Uruguay era visto como un país en el que una clase criolla minoritaria trataba con dificultad de instalar el modo de vida europeo en un mundo de epidemias, indios, bandidos, descendientes de esclavos y aventureros. Como hemisferio sur que era, se jugaría en invierno, con un tránsito desde el verano español (en realidad sería gradual, pues la travesía tomaba 15 días) que podría producir efectos desconocidos en los jugadores. El Mundial exigiría dos meses: medio para ir, uno para disputarlo y medio para volver. Para los pocos amateurs que aún quedaban, suponía solicitar un permiso extra en sus trabajos, o perderse unos exámenes. En el caso de los profesionales, y esto fue decisivo, sus clubes solían aprovechar el verano para jugar amistosos y recaudar ingresos extra con que pagarles.

Uruguay, feliz con sus dos títulos olímpicos y teniendo el campeonato como elemento central de las celebraciones por el centenario de su fundación, en 1830, hizo una oferta muy generosa: pasaje en barco gratis en primera clase para 20 miembros por delegación (entonces no hacía falta más) y alojamiento y comida en Montevideo durante todos los días que durase la competición y ocho más. También una dieta de dos pesos por persona durante la travesía y cuatro durante los días en tierra. El propio hijo del presidente, Juan Campisteguy, encabezaba el operativo.

España dijo no, por todos esos argumentos más uno de tono patriotero: a los añorantes del Imperio les parecía inapropiado sumarse a los festejos por la independencia de un territorio que había sido nuestro. Tampoco faltaron razonamientos temerosos: podíamos exponer nuestro futbol al ridículo. Uruguay y Argentina habían sido las finalistas de Amsterdam'28. El fútbol del Río de la Plata era temible y así se había comprobado en la gira de una selección vasca en 1922, con un fracaso que aún escocía.

Pero España era una selección muy buena, la mejor que habíamos tenido hasta la del periodo 2008-2012. Precisamente acababa de soltar un trueno en todo el mundo futbolístico, el 15 de mayo de 1929, al vencer en el viejo Metropolitano a la selección profesional de Inglaterra, que nunca antes había perdido en el continente. Los ingleses inventaron el fútbol, llevaban 40 años practicándolo cuando empezó a calar fuera y sacaban esa ventaja a todos. Los pross, como se les conocía, sólo tenían rival en su propia isla, Escocia. Por el continente se asomaban poco, displicentemente, goleaban y se volvían.

Aquí vinieron para cerrar una gira en la que apabullaron a Francia (1-4) y a Bélgica (1-5). España les enfrentó un equipo con varios nombres que han atravesado el tiempo: Zamora, Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Padrón y Yurrita. Puedo recitarlos de memoria por tantas veces como se los escuché a mi padre, que presenció aquello con 16 años y lo tenía como la fecha más feliz de su adolescencia. España ganó 4-3 y los ingleses arguyeron luego en la prensa que les perjudicó el calor (se jugó a las 17.00 horas), la dureza del campo, la ausencia de Dixie Dean, al que no dejó viajar su club, el Everton, y los consejos que Míster Pentland, acreditado entrenador inglés que trabajaba en España, le había dado a José María Mateos, nuestro seleccionador. Así colocaban parte de nuestra victoria bajo patente inglesa. España dio una campanada similar a la que en 1953 daría Hungría con su 3-6 en Wembley, en el Partido del Siglo.

La selección inglesa, aquel 15 de mayo de 1929.

La selección inglesa, aquel 15 de mayo de 1929.ARCHIVO MARCA

Otro ejemplo de nuestra valía: un mes antes, los mismos que luego ganarían a Inglaterra, salvo Bienzobas en lugar de Padrón, batieron por 8-1 a Francia, que sí acudiría al Mundial, donde hizo un papel aceptable: ganó 4-1 a México y perdió por 1-0 ante Argentina y ante Chile. Sirva como referente para lo que pudiera haber hecho España en aquel campeonato.

Aquel partido de Zaragoza produjo una anécdota simpática. Poco antes España había ganado 5-0 a Portugal en Sevilla, los cinco antes del descanso, y el público se enfadó por la pasividad del equipo en el segundo tiempo. Entonces José María Mateos planteó un desafío al grupo: 100 pesetas por cabeza por la victoria y 50 más por cada gol de diferencia. A todos les pareció de perlas y salieron a golear con ahínco. Ya estaban 8-0 cerca del final del partido cuando Mateos se situó tras la portería de Zamora, que se puso a charlar con él, y entre bromas y veras le dijo: «Si me da cincuenta duros [250 pesetas] me dejo meter un gol. Salen ustedes ganando, porque así se ahorran sesenta duros [300 pesetas]». Estaban en esas cuando llegó un contraataque y mientras Zamora recuperaba la posición le cayó el 8-1. Luego hubo bronca en el vestuario, con todos reclamándole las 50 pesetas perdidas por cabeza.

En fin, que, anécdota aparte, España tenía equipo para haber pisado en Uruguay, pero nos quedamos. Al siguiente, Italia'34, sí nos apuntamos. Al ser el segundo y además en Europa, se inscribieron más de los 16 fijados para la competición, que se habría de desarrollar en octavos, cuartos, semifinal y final. Quisieron acudir justamente el doble, 32, así que hubo que hacer una eliminatoria previa. Se escogió, con buen sentido en aquellos tiempos de viajes todavía penosos, un criterio geográfico. Así que nos tocó enfrentarnos con Portugal.

Aquel doble choque fue la consagración de un grandioso delantero, el guipuzcoano Isidro Lángara, de carrera desdichadamente leve en España. El partido de ida fue en el viejo Chamartín, cuyo solar ocupaba parte de lo que hoy es el Bernabéu. Estuvo precedido por una concentración en El Escorial, algo inédito, prueba de la importancia que se dio al asunto. Hubo lleno de gala (24.000 espectadores), recaudación récord (150.000 pesetas) y presencia del mismísimo presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. Se disputó el 11 de marzo, con llovizna, y el césped resbaladizo perjudicó a los portugueses, que aún jugaban mayoritariamente sobre tierra en su país. Aquello acabó en un espectacular 9-0, con cinco tantos de Lángara. La vuelta fue una semana más tarde, en el seco y pelado Lumiar de Lisboa.

Isidro Lángara, durante un calentamiento.

Isidro Lángara, durante un calentamiento.ARCHIVO MARCA

No contaban los goles, cada victoria valía dos puntos, de modo que en caso de ganar Portugal habría desempate. Empezaron adelantándose los lusitanos en el minuto 8, pero Lángara replicó en el 13 y en el 25, dando una nueva victoria a España. Una vez en el Mundial, marcó el primer día dos a Brasil, eliminándola, y en cuartos cayó lesionado en el durísimo partido contra el anfitrión. Fue el gran archigoleador de nuestro fútbol. Por desgracia, sólo jugó en la selección de 1932 a 1936, dejando un imponente saldo de 17 goles en 12 partidos.

Nació en Pasajes, Guipúzcoa, aunque se crio en Andoain y jugó en el Tolosa, donde le descubrió el Oviedo, que le incorporó en Segunda en la 1930-1931. Al tercer año subió a Primera, con 59 goles suyos en 54 partidos. En sus tres temporadas en Primera hasta la guerra marcó 82 en 63 partidos. Obviamente, fue máximo goleador del campeonato las tres. La guerra le encontró de vacaciones en Andoain y tuvo un apretón tremendo. La Revolución de Asturias de 1934 le había pillado en la mili, como soldado tuvo que acudir a los disturbios y hasta se publicaron fotos suyas, de uniforme y con su casco, disparando a los mineros con el máuser tras un parapeto. Al producirse el golpe de Estado fue detenido e internado en el Bizcargui-Mendi, un barco prisión del que le rescató Eduardo Iturralde, abuelo del conocido ex árbitro. Le tuvo refugiado en el hostal-restaurante de una prima hasta que pudo enrolarse en la selección vasca que emprendió una gira por Europa y América a fin de recaudar fondos para la República.

En América, el grupo, cuyos resultados fueron espectaculares, se dispersó entre varios equipos. Él fue al San Lorenzo, donde tuvo un debut estrepitoso con cuatro goles al River Plate nada más bajarse del barco. Alfredo di Stéfano me contó que estuvo en aquel debut de la mano de su padre y que era capaz de identificarse entre la masa del graderío en una de las fotos lejanas que muestran al jugador celebrando uno de sus tantos. Jugó allí cuatro temporadas derrochando goles hasta que tras una gira del equipo por México le fichó el España para el estreno de la liga profesional mexicana.

En 1946 le pudo la nostalgia y atendió una llamada del Oviedo, que le ofreció 100.000 pesetas de ficha más 1.250 de sueldo, un gran contrato. Viajó en barco hasta Bilbao, y de allí en tren hacia Oviedo, pero se concentró tal multitud en la estación que le apearon en Colloto, a 10 kilómetros. Su regreso fue un trueno en la ciudad, que se colmó de hablillas sobre él y su novia abandonada, sobre si le había o no guardado ausencia. En su reaparición el Oviedo ganó 6-1 al Racing y él marcó cuatro, negando las primeras impresiones de los que le habían visto fondón, con grandes entradas y aire de señor mayor. En la primera Liga marcó 18 goles en 20 partidos e incluso fue convocado a la selección, aunque de suplente de Zarra. En la segunda, 35 años, se quedó en nueve partidos y cinco goles. Regresó a México y allí se quedó, con frecuentes viajes España, siempre con el mismo recorrido: Madrid-Oviedo-Andoain y vuelta. Cuando le atrapó el Alzheimer, en 1990, se asentó en casa de una sobrina, en Andoain. Murió en 1992.

La intrahistoria de la polémica con Lamine Yamal: una inyección, un baile de fechas, una llamada y una 'molestia' inesperada

La intrahistoria de la polémica con Lamine Yamal: una inyección, un baile de fechas, una llamada y una ‘molestia’ inesperada

Primero, lo que se sabe. Lamine Yamal, el segundo mejor jugador del mundo según el Balón de Oro, estuvo con la selección española entre el 1 y el 7 de septiembre. En esa semana, el jueves 4 jugó contra Bulgaria (73 minutos) y el domingo 7 contra Turquía (79). Regresó a Barcelona el lunes 8. El sábado 13, el técnico del Barça, Hansi Flick, sale muy enfadado a rueda de prensa y acusa a Luis de la Fuente de no cuidar a los jugadores, pues dice que Lamine se fue con molestias y que le hicieron jugar igual. Se anuncia la baja del chico por molestias en el pubis. Reaparece el día 28 contra la Real Sociedad y es titular el miércoles contra el PSG. Ayer, De la Fuente le convoca. Tres horas después, el Barça dice que ha recaído de su lesión y que es baja para dos o tres semanas. Ahora, lo que no se sabe. O lo que se sabe a medias.

En septiembre, después del primer partido contra Bulgaria, Lamine le dice a los doctores de la selección que le duele un poco la espalda. Como no parece nada serio, le pinchan en el culo un analgésico para el partido contra Turquía, donde el 19, por cierto, ofrece un recital de velocidad, regates y conducciones. Sin decirle nada más a nadie, regresa a Barcelona el lunes 8. El equipo azulgrana tiene entrenamientos miércoles, jueves, viernes y sábado de esa semana. Lamine se ejercita con normalidad o, al menos, no hay ninguna comunicación, ni oficial ni oficiosa, en todos esos días sobre que Lamine sufra problemas físicos. Ni en el pubis ni en ningún sitio.

Es más, el viernes 12, por la tarde, Adidas presenta las primeras botas personalizadas del chico, y en la nota de prensa se lee que las estrenará «en el partido contra el Valencia del próximo domingo», es decir, el día 14. Antes, el sábado 13, es la explosión de quejas de Flick. El baile de fechas extraña en la Federación. Si volvió el lunes 8 a Barcelona y, teóricamente, pudo entrenar tres días antes de conocerse la lesión... Si además Adidas, 12 horas antes de la rueda de prensa de Flick, mantiene la presentación de sus botas... Una lesión, además, que es en el pubis, y no en la espalda, que era de lo que se tenía noticia en la selección. «Las fechas no cuadran», deslizan en Las Rozas.

Lamine, en Montjuïc.

Lamine, en Montjuïc.Alejandro GarciaEFE

Total, que el chico está tres semanas sin jugar y reaparece el pasado domingo contra la Real, jugando el segundo tiempo. El miércoles, contra el PSG, completa todo el partido. Así que el jueves, los doctores de la selección, Claudio Vázquez y Óscar Celada, hacen la ronda telefónica con sus colegas de los equipos para preguntar verbalmente por todos los que están en la pre-lista. En la ronda de antes de ayer, por ejemplo, en la conversación con el médico del PSG les cuenta que Fabián Ruiz no está para jugar por sus problemas musculares en la pierna izquierda. Con esa información, De la Fuente no le llama. El médico del Barça, Lucas Gómez, transmite a los médicos de España que Lamine está fatigado, pero en ningún caso lesionado, y que si todo iba normal, podría estar en Sevilla mañana. Con esa información, De la Fuente sí le llama.

Y ayer, en cuatro horas, se arma la marimorena. De la Fuente respondiendo a Flick, no queriendo explicar en público los detalles de la concentración de septiembre, y el Barça, cuatro horas después, dejando al personal boquiabierto anunciando que Lamine había recaído de su lesión, que no jugaría en Sevilla y que no podría ir con España. ¿Tiempo de baja? Impreciso. «Entre dos y tres semanas». Dos semanas es justo lo que falta para que se reanude la Liga.

En Las Rozas, donde estaba todo el staff del equipo nacional, los ojos se abrieron como platos. «Ahora tendrán que hablar los doctores», explicaban fuentes cercanas al equipo, aludiendo a que, según los protocolos habituales, no basta con un comunicado para dar por lesionado a un futbolista. La Federación podría optar por hacer venir a Lamine el lunes, pero no parece que vaya a hacerlo. Sería aumentar un lío ya de por sí bastante gordo que podría tener próximos capítulos. Y el Mundial está, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Bueno, casi.

Monumental lío con Lamine: De la Fuente le convoca y tres horas después el Barça comunica que el jugador está lesionado para dos semanas

Monumental lío con Lamine: De la Fuente le convoca y tres horas después el Barça comunica que el jugador está lesionado para dos semanas

Este viernes el nombre del día es Lamine Yamal.

Primero, un breve recordatorio: el jugador del Barça, en los partidos de septiembre con la selección, terminó lesionado en el pubis. En la Federación dicen que ellos de ese pubis no saben nada, y que lo único que hicieron fue infiltrarle de cara al segundo partido para evitar unas molestias que tenía en la espalda. Total, que luego Hansi Flick criticó a De la Fuente ("no cuida a los jugadores", dijo) y este viernes, De la Fuente había vuelto a convocar a Lamine, ya recuperado, para los partidos de la próxima semana. Pero, de repente, el Barça ha comunicado que el chico ha recaído de su lesión y que estará dos semanas de baja (entre dos y tres). Justo el tiempo que dura el parón de selecciones.

Según el comunicado del club azulgrana, Lamine volvió a resentirse de sus molestias en el pubis después del partido contra el PSG, que se disputó el pasado miércoles. Entre el miércoles y las cuatro y media de la tarde de este viernes nada se sabía de esas molestias. Pero el día ya venía marcado por Lamine.

Sobre él había girado casi toda la rueda de prensa, donde hubo momentos de alta tensión. Fueron media docena las preguntas que tenían como protagonista al futbolista del Barça. En su momento, Flick dijo que el técnico español no cuidaba a los jugadores. "Me sorprendieron esas declaraciones porque él ha sido seleccionador, pensé que tendría más empatía, pero ya está. No hay caso", quiso zanjar De la Fuente, que no lo consiguió.

"Siempre cuento la verdad"

Sigue habiendo cruce de acusaciones entre las partes. El Barça dice que Lamine viajó en septiembre con molestias y que le hicieron jugar infiltrado los dos partidos. La Federación no da detalles en público, pero niega que no cuidase al jugador. "Aquí siempre riesgo cero", insiste el técnico. "Yo siempre cuento la verdad", cerró el técnico, que tuvo un rifirrafe con un periodista por este asunto.

Antes de todo el lío, cuatro rostros conocidísimos (Carolina Marín, Pablo Alborán, Ibai Llanos y Ricky Rubio) han sido los encargados este viernes de dar a conocer la lista de convocados de la selección española para sus próximos partidos. ¿El motivo? Son cuatro personas que han hablado abiertamente acerca de la salud mental, y como el próximo día 10 se celebra el día internacional de eso, de la salud mental, la Federación ha querido que fueran ellos los que ofreciesen una lista con dos novedades y una ausencia llamativa: Marcos Llorente y Pablo Barrios traen a España el bueno momento del Atlético de Madrid y Álvaro Morata, del que no consta lesión, no aparece.

Por matizar: España juega el sábado 11 en Elche contra Georgia y el martes 14 contra Bulgaria en Valladolid. Si gana, tendrá casi en la mano el billete para el Mundial del próximo verano. Lo más llamativo, sin duda, es la ausencia del capitán. Morata, que venía jugando más o menos con regularidad en el Como (en el último duelo, eso sí, apenas estuvo un minuto en el campo), no está en la citación.

Tampoco Laporte

Por lo demás De la Fuente, que es quien decide la citación, no ha improvisado mucho. Ante la ausencia de Dani Carvajal vuelve Llorente y ante las bajas en el centro del campo (Fermín, Gavi, Fabián Ruiz) entra Barrios. También estaba Lamine Yamal, que se lesionó en septiembre y hubo bastante lío con el Barça por ello. Y es correcto el pasado en el tiempo verbal porque pocas horas después se supo que el extremo estará otras dos semanas de baja por haber recaído de su lesión de pubis, la que teóricamente se produjo con España.

Tampoco está Aymeric Laporte pese a que ya ha comenzado a jugar en el Athletic. Era una de las dudas del seleccionador, que confía mucho en el central. Y ya se sabía la ausencia de Nico Williams, el otro que se lesionó en la ventana de septiembre y que, él no, todavía no ha pisado de nuevo la hierba.

LISTA DE CONVOCADOS

Porteros. Unai Simón, David Raya y Álex Remiro.

Defensas: Cucurella, Porro, Huijsen, Vivian, Cubarsí, Grimaldo, Marcos Llorente y Le Normand.

Centrocampistas: Pedri, Rodri, MIkel Merino, Dani Olmo, Alex Baena, Pablo Barrios, Aleix García y Zubimendi.

Delanteros. Ferran Torres, De Frutos, Jesús Rodríguez, Samu, Yeremi Pino, Lamine Yamal y Mikel Oyarzabal.