Los móviles en Augusta y una filosofía única: "Ojalá hubieran más torneos así"

Los móviles en Augusta y una filosofía única: “Ojalá hubieran más torneos así”

Actualizado Lunes, 15 abril 2024 - 09:44

Eso que se suele decir de que el tiempo se detiene, es algo literal en el Masters de Augusta. Ya son 88 ediciones y todos los rectores del campo de golf más exclusivo siguen teniendo una máxima: En su torneo no entra un teléfono móvil.

Ya sea Tiger Woods, el presidente de la cadena CBS o un jardinero, ningún móvil es bienvenido en Augusta National en pleno siglo XXI. Época en la que no existe un solo espectáculo deportivo de masas en el mundo que siga este modelo de austeridad tecnológica.

Para muchos esto es un sinsentido y más, si se tiene en cuenta que la empresa de telefonía AT&T, líder en Estados Unidos, es uno de los patrocinadores del torneo. Las cabinas de teléfono, esas que están en extinción en todo el mundo civilizado, se prodigan en Augusta entre azaleas y magnolios. Alrededor de una treintena se pueden encontrar repartidas en diferentes puntos estratégicos del campo de golf.

WYDHAM CLARK Y JON RAHM

En el Masters se puede pasar la tarde enganchado a una conferencia con Tegucigalpa desde el mismísimo Amen Corner y todo, con cortesía de los socios de chaqueta verde.

El ganador del US Open, Wydham Clark respeta las reglas del Masters pero no entiende muy bien la medida en los tiempos actuales: "A mí me parece muy positivo el uso del teléfono, sobre todo cuando la gente los utiliza como cámaras. De esta forma pueden captar la esencia del torneo y llevarse el recuerdo para siempre. No es lo mismo tener una imagen recogida por tu propia mano que verlo por televisión. Hoy en día estos apartados son más que un teléfono, son un recurso muy bueno para que la gente disfrute de nuestro deporte".

Para otros, como Jon Rahm, es justo lo contrario: "Creo que debería haber más torneos que deberían hacer lo mismo", ha afirmado el vigente campeón sobre esta restricción. "Creo que si el ambiente aquí es tan especial es precisamente por eso. No tienes distracciones, es puro amor al deporte. Ojalá hubiera más torneos así".

Rahm también reconoce que, en los últimos años, se ha flexibilizado un poco la norma con los jugadores y que Augusta hace 'la vista gorda' en días de prácticas y sobre todo en los pares tres: "Saben que los jugadores llevamos el teléfono, pero ni lo sacamos. Quizás con alguna foto o un vídeo corto, pero apenas nada y solo hoy", ha señalado el de Barrika tras el concurso de pares tres.

Un asistente se fotografía con Jon Rahm

Un asistente se fotografía con Jon RahmHugo Costa

LA CLAVE ES SER DISCRETO

Todos coinciden que la política del campo con los participantes es mucho más laxa. No hay nada oficial, pero se consienten determinados usos siempre fuera de la rondas oficiales del torneo. La clave para el norteamericano, Billy Horchel es "ser discreto y no hace alarde de su uso".

Estas restricciones pueden ocasionar algún contratiempo para algunos jugadores que han adaptado la nueva tecnología como parte de su trabajo diario. Un ejemplo es grabarse el swing en el campo de prácticas: "Con el tiempo aprendí que no puedo esconder el teléfono en algunos sitios. Estoy acostumbrado a golpear algunas bolas y luego mirarlo", ha apuntado Colin Morikawa.

Para el ganador del Open Championship, Brian Harman el teléfono no tiene tanta importancia en la semana: "No te sirve de nada tener uno porque cualquiera con quien necesite hablar, como mi entrenador, mi manager o mi esposa, ya está en el campo y no tienen sus móviles".

"Tratamos de ser fieles a nuestra misión, a quienes somos y a lo que Bobby Jones y Clifford Roberts tenían mente cuando crearon el club", ha comentado Fred Riley, CEO del Augusta National, quien también ha recordado que, en sus planes, no está la idea de cambiar sus políticas con la telefonía.

CUALQUIERA SE EXPONE A NO VOLVER

Al Master le da absolutamente igual las redes sociales y el espectador, periodista o jugador que desafíe sus normas, se expone a no volver nunca.

Para el público o los patronos, así se denominan, tener un teléfono es materialmente imposible ya que los férreos controles de acceso se aseguran que no haya elemento tecnológico alguno. Muchos que lo saben, lo dejan en casa, otros pícaros y despistados, lo intentan, pero sus terminales quedan requisados en consigna.

Los periodistas, que pueden acceder al club con ellos, sólo pueden usarlos en el espectacular centro de prensa, que ya quisiera para sí unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol. Al principio, no disponer de un teléfono a mano y tener que coordinar cierres, envío de material o mil gestiones varias que requiere la vida de un enviado especial, parece un disparate, pero se terminan adaptando.

Eso sí, la acreditación que permanentemente tienen que llevar, y que incluye un microchip, permite a Augusta controlar donde están en cada momento de la semana. A pesar de ello, pueden escribir reportajes desde el ordenador portátil, aunque Augusta bien podría obligarles a teclear una Olivetti, tal y como a Bobby Jones le hubiera gustado.

Las cabinas telefónicas de Augusta

Las cabinas telefónicas de AugustaHugo Costa

Scottie Scheffler impone su ley para vestir su segunda chaqueta verde

Scottie Scheffler impone su ley para vestir su segunda chaqueta verde

Actualizado Lunes, 15 abril 2024 - 01:44

Scottie Scheffler podrá dormir hoy tranquilo, al lado de su chaqueta verde y su mujer Meredith, en los últimos días de su embarazo. Lo único que podría haber cambiado el curso del segundo Masters en las vitrinas del americano, hubiera sido una venida adelantada del primer hijo de la pareja, cuyo nacimiento estaba previsto para finales de mes. Scheffler ya advirtió que fuera como fuera en el torneo, si está circunstancia sucedía, abandonaría de inmediato el Masters.

Afortunadamente no fue así y el tejano ganó con apabullante facilidad en una jornada final que controló de principio a fin, sin encontrarse ni un solo momento de zozobra. Cuatro golpes bajo el par (68) fueron suficientes para cerrar con -11, y disfrutar de todo el reconocimiento de camino a la bandera del último hoyo. Desde el PGA Tour respiran tranquilos, el máximo exponente actual del Circuito Americano, defendió el honor frente a la amenaza de los 13 jugadores del LIV golf. Su triunfo supone el tercero de la temporada tras Bay Hill y The Players para el indiscutible número uno del mundo.

Scheffler arrancó con birdie en el hoyo 3, marcó dos tropiezos en el cuatro y hoyo siete, que no tardó en recuperar con tres hoyos de aciertos consecutivos del ocho al 10. A estas alturas el único que parecía con suficiente empuje como para pelear la victoria, era el sueco Ludving Aberg, un inexplicable caso de un jugador novato que esta semana competía en el primer torneo del grand slam de su vida, aunque su templanza parecía a la de todo un veterano con miles de tiros pegados en Augusta National. Aberg cerró los primeros nueve hoyos con -3, pero en el hoyo 11 sufrió los rigores del Amen Corner, con una bola al agua y un caro doble bogey. Game over. Fue el momento que Scheffler necesitaba para despegarse y sentenciar el Masters con birdies en el 13, 14 y 16. A Aberg (-7) le queda el consuelo de convertirse en el mejor debutante en la historia del Masters, ninguno había terminado entre los cinco mejores del torneo.

Jon Rahm, con +9 cuajó su peor Masters de Augusta de los siete que lleva disputados, tuvo que esperar en el club un par de horas antes de colocar a Scheffler la chaqueta verde, que hace un año le impuso el norteamericano al español. Rahm extiende su racha de sequía precisamente al Masters de 2023, aunque el de Barika quita hierro al asunto: "a ver, no nos volvamos locos, que tampoco era yo Tiger en el 2000. En este deporte, algo pequeño puede hacer que ganes o que no, no estoy preocupado... ya llegará", comentaba.

A quién deberían sacar a hombros si los rectores de Augusta National lo permitieran es a José María Olazábal, el jugador de 58 años no solo pasó el corte, una ronda de par hoy le dejó empatado con Jon Rahm en el puesto 45º de la clasificación y con unas sensaciones de juego olvidadas ya en la carrera del dos veces ganador del Masters. "Esta semana de drive ha sido de las mejores en mucho tiempo... en años y no te estoy diciendo uno y dos. Yo tenía mis sospechas de lo que estaba haciendo mal y me las han confirmado el trabajo con Butch Harmon, así que he salido de dudas. Ahora, lo que me está costando es la bajada del swing, pero después de tantos años es normal".

En este Masters extraño, atípico, Tiger Woods terminó en última posición de los que habían pasado el corte, y la peor actuación de su carrera en el torneo que ha logrado ganar hasta en cinco ocasiones. Scheffler pareció el único en imponer cordura en el primer major del año, todavía sin noticias de una posible unificación y paz en el golf mundial.

Rahm se resigna en Augusta y piensa ya en su sucesor: "Ganar, complicado..."

Rahm se resigna en Augusta y piensa ya en su sucesor: “Ganar, complicado…”

Actualizado Sábado, 13 abril 2024 - 23:21

No hubo ninguna opción para una heroica, que en el fondo todos esperábamos. Jon Rahm terminó la tercera jornada con una vuelta del par, 72 golpes no han sido suficientes para que el español llegara al domingo de Masters de Augusta con opciones de formar un lío. El +5 durante las tres primeras rondas le deja en el puesto 34º y el de Barrika tendrá que buscar nuevos alicientes. «Mañana es otro día; si empiezo bien y me acerco al par total... Yo creo que me puedo meter en el top 10. Ganar ya, complicado, pero al menos terminar el torneo con buen sabor de boca», comentaba el campeón defensor que se tomó el varapalo con bastante filosofía.

Rahm salvó el honor con un único birdie en el hoyo 17 y un solitario tropiezo en el 7 y se dejó por el camino innumerables opciones de birdie, porque el swing no está acompañando al golfista de Barrika en este Masters de Augusta. «He estado mejor que ayer, pero tampoco es que me haya sentido muy cómodo. Estoy buscando algún gesto en el swing que me ayude, entre comillas a tirarla pa'lante... y al final he cogido un poco de confianza», admitía.

Jon Rahm parece resignado a tener un papel secundario en la ceremonia de imposición de la chaqueta verde el domingo. «Me ponéis en un compromiso», respondía ante la pregunta de a quién le gustaría coronar de verde, y tras unos segundos repasando la clasificación se moja, «A Nicolai (Hojgaard), por el buen rato que pasé con él en la Ryder y por la amistad que hemos creado... Pero le queda mucho para ganar». Al ser el campeón de 2023, le corresponde vestir de verde a su sucesor.

Sopló el viento con mucha menos intensidad que en el día de ayer, pero lo suficiente como para seguir complicando las vueltas de los jugadores y sobre todo llevar a un extremo de dureza los greenes de Augusta National: «El campo está muy duro y rápido y cualquier ronda bajo par será un buen resultado».

No fue un día propicio para los más románticos del golf, Txema Olazábal terminó con +3 y 9 sobre par en el total empatado provisionalmente en el puesto 53, mientras que Tiger Woods volvió a sufrir con su maltrecho físico y perdió todas las posibilidades de acercarse al grupo de cabeza.

El viento revoluciona el Masters de Augusta; engrandece a Tiger y hunde a los españoles

El viento revoluciona el Masters de Augusta; engrandece a Tiger y hunde a los españoles

Actualizado Sábado, 13 abril 2024 - 02:48

Hay pocas cosas que no puede controlar Augusta National y una de ellas es el viento; racheado, molesto, a ratos insoportable, así amaneció desde bien temprano la segunda jornada del Masters de Augusta. Las consecuencias del temporal: solo ocho rondas por debajo del par del campo y vueltas de más de seis horas. Una tortura disfrazada de verde.

"Llevo viniendo aquí más de 30 años y no recuerdo haber jugado en estas condiciones", explicaba José María Olazábal tras finalizar con +6 un par de horas antes de la finalización de la jornada, pensando que estaba claramente fuera del corte. "Es de largo la jornada más dura del Masters que he jugado", apuntillaba Jon Rahm.

Quizás no se ha dado la importancia que merece la ronda de par de Tiger Woods. Quien piense que la gesta del cinco veces ganador del Masters es pasar su 24º corte consecutivo y establecer un nuevo récord en la historia del torneo, se equivoca. Woods ve más allá, una vuelta de par, un resultado global de +1, siete golpes de desventaja y 36 hoyos por jugar. Cuando un periodista americano le preguntaba por el significado de establecer un nuevo registro de racha de cortes pasados, la respuesta de Woods sonrojó a la zona mixta. "Significa que tengo una oportunidad de ganar el fin de semana". Así de claro lo tiene Woods. Hoy fue una prueba de fuego, 23 hoyos en este campo exigente y con condiciones duras, y el resultado lo dice todo. Woods es consciente de que hace mucho que se acabó esa era de victorias apabullantes, y a sus 48 años y un cuerpo con más costuras que un torero, tiene claro que sus armas son otras. De momento lleva (literal) media vida pasando cortes en este torneo. "La capacidad que tiene Tiger de no competir en meses y luego venir aquí y pasar el corte... lo dice todo", admiraba Rahm.

A Jon Rahm (+5) su juego errático, con 76 golpes hoy, le ha castigado a prácticamente ser un convidado de piedra del fin de semana. Rahm está a 9 golpes de los líderes y en ningún momento ha tenido una opción de engancharse al torneo, bastante ha tenido el de Barrika con salir vivo de la ventolera. "Había momentos que pensé que podría suspenderse", decía. No hay ninguna explicación de que la defensa no esté a la altura de lo esperado, simplemente Rahm no está jugando bien y Augusta National no da respiros ni siquiera a los que cada año se visten de verde. Cuando vienen mal dadas 'Rahmbo' siempre tira de coraje. Saltaron las alarmas cuando el doblebogey del hoyo 14 le dejaba en la cuerda floja del corte, pero la reacción con birdie en los hoyos 15 y 16, serenaron el mal momento.

"¿Las sensaciones con el swing? Peores que las de ayer. Ahora solo queda pensar en una buena cena, en pasar bien la noche y mañana quién sabe lo que puede pasar... no tengo nada que perder", Rahm siempre ve el vaso medio lleno.

En el caso de Sergio García, el problema es que no ve ni el vaso, el batacazo fue sideral con una secuencia final de tres bogeis y un doble para firmar 79 golpes y fallar el corte. En 24 ediciones del torneo disputadas, es el décimo corte que falla Sergio. Tanto desquicia este campo el de Borriol, que volvió a dejar a la prensa plantada sin pasar por la zona mixta.

No fue el único chaqueta verde que ha tenido que abandonar el torneo, Dustin Johnson hizo 79 golpes, Bubba Watson 80, los mismos que Carl Schwartzel. Gary Woodland o Brian Harman también descarrilaron, solo son ejemplos de algunos ganadores de grandes con el fin de semana libre.

Entre tanto batacazo brilla la gesta de José María Olazábal, que a última hora entró en el corte del torneo junto a todos los +6. A sus 58 años dejó una gran ronda de +1, solo emborronada por el triple-bogey del hoyo 12.

"Hoy he disfrutado en el campo; hacía mucho que no pegaba a la bola así de bien... he pegado muchos golpes como quería, en general he pateado bien y, quitando esos veinte minutos del hoyo 12, lo demás ha sido bonito". Rahm se enteraba en zona mixta del +1 de Olazábal. "Aquí se demuestra que es un maestro y la experiencia que tiene José Mari, hacer un +1 con un triple bogey es propio de un artista. Qué pena que no me hubieran puesto con él para haberlo visto en directo".

El tridente de líderes en -6, queda repartido con el jugador del LIV Golf Bryson DeChambeau con 73 golpes hoy, para cerrar con -6. El número uno del mundo Scottie Scheffler (72 golpes, -6), que parece estar regulando esfuerzos para lograr su segunda chaqueta verde y Max Homa, uno de los ochos magníficos que ganaron al campo (-1), lo que le permite ser uno de los colíderes.

El danés Nicolai Hojgaard es la sorpresa y se sitúa cuarto en solitario con -4 en su primera participación en el Masters. Malos tiempos se avecinan para los norteamericanos en futuras Ryders Cup, porque la vuelta más baja del día fue para el sueco Ludving Aberg, el jugador capaz de hacer las gestas más sobresalientes sin darse importancia. Aberg fue el único en bajar de 70 golpes hoy, es séptimo a seis golpes de la cabeza, pero lo más alucinante de todo no es solo que está jugando en su primer Masters, es que el sueco debuta esta semana en torneos majors. Solo existen dos referentes en la historia del golf moderno que ganaron un major en su primera participación, Ben Curtis (Open Championship 2003) y Kegan Bradley (PGA Championship 2011).

Augusta, el escenario ideal para la reivindicación de Rahm: "Vaya misil he pegado"

Augusta, el escenario ideal para la reivindicación de Rahm: “Vaya misil he pegado”

Actualizado Miércoles, 10 abril 2024 - 18:51

El Masters es un evento de tradiciones y por eso, para no perder las buenas costumbres, los tres españoles participantes en el torneo, José María Olazábal, Sergio García y Jon Rahm, se citaron en la víspera del comienzo del torneo en tee del hoyo 1 a las 10 de la mañana.

Los tres tienen sitio reservado en el parking de ganadores, disfrutan de una taquilla en el vestuario de campeones y por su puesto pueden vestir sus chaquetas verdes en las instalaciones del club más exclusivo del mundo.

La secuencia recordó a 2023, cuando Olazábal abrazó a un Jon Rahm ya ganador, aunque en estos 365 días han sucedido demasiadas cosas. Las turbulencias en el panorama golfístico mundial han dado paso a un silencio desalentador. Todos los actores promulgan a los cuatro vientos que el acuerdo entre el PGA Tour y el LIV Golf es crucial -las audiencias de televisión están cayendo en torno a un 20%-, pero la paz se hace esperar.

La previa de Rahm

"Vaya cenita te marcaste", decía socarrón Sergio al campeón defensor. El de Barrika aguantaba, estoico, las bromas del capitán de los Fireballs, antes de pegar un espectacular madera 3 en la primera salida de Augusta. "Vaya misil he pegado", le confesaba a Olazábal mientras guardaba cuidadosamente su palo. Jon Rahm apareció mucho más relajado tras la cena de anoche, un auténtico festín de cocina vasca que diseñó concienzudamente el chef José Andrés. La palabra que mejor definiría el encuentro de los campeones vivos del Masters (solo faltaron Sandy Lyle y Ángel Cabrera) fue camaradería.

Rahm llega al Masters con una preparación justa, probablemente lejos de la ideal. Ha competido en solo cinco torneos del LIV Golf llegando a todas las finales, aunque sin concretar ninguna victoria. No es un problema de las tres rondas del LIV, aunque Rahmbo reconoce que jugar cuatro rondas le beneficia. Y tampoco es un tema de ambición competitiva. "Quiero ganar tanto como quería ganar antes de pasar a LIV. Eso realmente no cambia", dijo en su encuentro con los medios donde volvió a admitir echar de menos el PGA Tour. "Todavía amo el PGA Tour y le deseo todo lo mejor. Todavía espero que en algún momento pueda competir allí nuevamente", respondió contundente antes de matizar que no se arrepiente de su salto al LIV Golf donde ve muchas cosas positivas

Rahm saldrá el jueves a las 10:30 hora local (16:30 hora en España) junto a Matt Fitzpatrick, el inglés ganador del US Open el año pasado y a Scott Dunlap.

El buen momento de García

Sergio García, ganador del Masters en 2017, llega a Augusta con su segundo puesto hace unos días en el LIV Golf de Miami, donde el jugador dio su mejor versión en años. A pesar de caer en el desempate, el juego largo de García recordó al que le llevó a conquistar aquí su primer major. Además, gracias al reciclaje de un putter antiguo de hace ya 25 años está cimentando una esperanzadora regularidad en los greenes. Se trata de un modelo de Scotty Cameron que Sergio usó en su famoso segundo puesto en Medinah en 1999 donde plantó cara al mismísimo Tiger Woods.

García debutará el jueves acompañado de Chris Kirk y Ryan Fox desde las 15:12 hora española.

El trio de españoles lo cerraba José María Olazábal, ganador en 1994 y 1999. En el entrenamiento con sus compatriotas pegó con el alma el drive del hoyo uno y aun así se quedó 20 metros por detrás de las maderas tres de García y Rahm. Juega otro torneo, pero la sensación es que la sola presencia durante nueve hoyos es mucho más beneficiosa de lo que incluso Olazábal podría llegar a imaginar.

La lucha de Woods

En el plano internacional Tiger Woods volvió a acaparar de nuevo las principales miradas. "Se le ve muy bien de golf", afirman desde su entorno, pero la lucha será otra. Contra su físico, las exigentes cuestas de Augusta National y la previsión de lluvia del jueves. "¿Cuál es tu sensación acerca de lo que eres capaz de hacer esta semana?", le preguntaba el martes uno de los periodistas. "Si todo sale bien, creo que puedo conseguir un major más. ¿Necesito extenderme más en la cuestión o estamos bien así?", contestaba rotundo Woods.

Pimientos del piquillo, jamón, chistorra, trufa, chuletón y las lentejas de su madre, el menú de Jon Rahm en Augusta

Pimientos del piquillo, jamón, chistorra, trufa, chuletón y las lentejas de su madre, el menú de Jon Rahm en Augusta

Actualizado Martes, 19 marzo 2024 - 19:20

Pimientos del piquillo, jamón, chistorra, pinchos con trufa, ensalada de 'Txangurro' y chuletón son algunas de las especialidades españolas que incluye el menú preparado por Jon Rahm junto al chef José Andrés para la cena que ofrecerá antes de la defensa de su corona en el Masters de Augusta.

El golfista de Barrika, que hizo historia en 2023 al hacerse con la icónica chaqueta verde del Masters, repasó en una rueda de prensa virtual el menú que preparó para la cena previa a la competición en el Augusta National Golf Course, con algunos de los platos que comería si estuviera "en casa".

La carta incluye anchoas, pimientos del piquillo, lentejas ("guiso de lentejas de la madre de Rahm", se lee en la carta), pinchos con trufa, huevos revueltos, ensalada de Txangurro, aceitunas, jamón, chorizo, lomo, chistorra, croquetas, chuletón, pescado blanco, así como milhojas de postre, todo acompañado por una selección especial de vino blanco y tinto de su zona.

"Llamé a José Andrés y en diez segundos me hizo el menú. Yo le dije 'mete esto', fue una llamada muy rápida y me dio el mejor consejo, 'haz el menú, haz la cena que tú quieras para ti mismo como si estuvieras en casa'", contó Rahm.

"Y es lo que hice. Son cosas tradicionales. Son cosas que a mí me gustan. José tomó las riendas, no le voy a limitar en nada, pero sí que me dio ese consejo. Que no pensase en lo que va a gustar más, sino en lo que me gustaría a mí", agregó.

Con tono de broma, Rahm avisó a los invitados de que el chuletón se debe comer "poco hecho" y que quienes lo pidan más cocinado recibirán "unas miradas raras".

"Normalmente no tengo problemas hablando en público, pero la idea de levantarme y tener a todos mirándome y hablar a estos campeones, es un poco preocupante. No voy a preparar una charla, voy a ir con lo que me salga. Hablaré desde el corazón, y normalmente es lo que hace los mejores discursos. Un par de vasos de vino me ayudarán con esa charla", dijo al enfocarse en el discurso que dará en la cena.