El fin de la maldición de Rory, el abrazo a su hija, Poppy, y las lágrimas sobre Augusta: "Fueron 14 años de gestación"

El fin de la maldición de Rory, el abrazo a su hija, Poppy, y las lágrimas sobre Augusta: “Fueron 14 años de gestación”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 16:08

Gene Sarazen, en 1935, fue el primero que completó el Grand Slam tras vencer en el Masters. Ben Hogan, con 40 años, fue el más veterano en lograrlo tras su victoria en el Open Championship de 1953. Gary Player tenía 29 años cuando, en el US Open de 1965, se convirtió en el tercer jugador en conseguir esta gesta. Un año después, Jack Nicklaus lo logró en el Open Championship de 1966 con solo 26 años y Tiger Woods entró en la historia del golf en el año 2000 con su victoria en el Open Championship con apenas 24 años, el más joven en la historia.

La épica de lograr, en un deporte individual, triunfar en los eventos referenciales y más importantes esta reservado a un puñado de privilegiados. Hasta el domingo, en golf solo cinco jugadores en la historia de este deporte lo habían logrado, ninguno de ellos lo hizo en una misma temporada.

Rory cerró el domingo un capítulo más de la historia de este deporte, lo hizo con 35 años, aunque el norirlandés nunca hubiera pensado que el camino iba a ser tan complicado. Un total de 11 tentativas ha tenido desde julio de 2014, cuando logró su tercera victoria en un major. Hasta entonces, todo había ido a velocidad supersónica.

En 2011, gana su primer major, el US Open de Congressional, con 8 golpes de ventaja. Un año después, conquista el PGA Championship con otra cómoda renta de ocho impactos y, dos años más tarde, en 2014, gana el Open por delante de Sergio García y Ricky Fowler. Estas victorias le posicionan, con solo 24 años, como candidato a sumar su nombre a la exclusiva nómina de jugadores que han triunfado en los cuatro majors al menos una vez. Ese mismo año, además, volvería a ganar el PGA Championship, sumando su cuarta gran victoria.

Desde entonces, para Rory solo existía una obsesión: el Masters de Augusta. "Voy a ir a Augusta el año próximo con 25 años y la posibilidad de ganar el Grand Slam, ni siquiera yo pensé que fuera posible", dijo hace algo más de una década en la sala de prensa del Open en Royal Liverpool.

Lo que tampoco podría sospechar entonces Rory es que el camino iba a ser tan largo y tortuoso, y que terminaría obteniendo el objetivo en la undécima tentativa. "Empezaba a preguntarme si alguna vez llegaría mi momento. Creo que llevo los últimos diez años viniendo aquí con la presión del Grand Slam sobre mis hombros y tratando de lograrlo... Sí, ahora me pregunto de qué vamos a hablar todos de cara al Masters del próximo año. Pero me siento absolutamente honrado, emocionado y muy orgulloso de poder llamarme campeón del Masters", eran las palabras del nuevo y emocionado triunfador.

McIlroy junto a su familia con el trofeo.

McIlroy junto a su familia con el trofeo.Getty

Todo parecía perfecto hace 14 años para que Rory, con solo 21 años, desbancara a Woods de la historia como el más rápido en lograrlo. Durante los tres primeros días de Masters, impuso su ley y llegó al domingo con una sólida renta de cuatro golpes de ventaja. Nadie dudaba de que aquel iba a ser un día histórico en Augusta. Su compañero de ronda entonces fue Ángel Cabrera, el mismo que tras pasar casi tres años en prisión, volvía al Masters este año y quiso acordarse de Rory. "Me encontré una nota en mi taquilla de Ángel Cabrera deseándome suerte antes de la ronda", desveló el domingo.

Cabrera fue testigo de excepción del sufrimiento aquel domingo de 2011, un calvario que comenzó con un triple bogey en el 10, bogey en el 11 y un doble más en el 12. Rory terminó su primera tentativa con 80 golpes y la más cruel lección de toda su carrera. El analista de la CBS, Peter Kostis, tuvo el mal trago de hacerle la primera entrevista tras la debacle. "Necesito un abrazo", recordó que Rory le dijo al oído antes de empezar. No era más que un chico de 21 años que admitía tener decorada las paredes de su habitación familiar en Hollywood (Irlanda) con pósters de Tiger Woods en el Masters de 1997.

Redención

Aquella fue la oportunidad más clara que a Rory se le presentó hasta el pasado domingo de ganar el Grand Slam. Desde entonces, desde el PGA Championship, su currículum de frustraciones ha ido creciendo. Se escapó el Open de 2022 en St. Andrews, fue segundo en el US Open de 2023 por detrás de Wyndham Clark, y el desenlace más dramático llegó en el US Open de Pinehurst en 2024, donde falló en los últimos tres hoyos dos putts de poco más de un metro para dejar escapar una nueva victoria.

"Sí, creo... yo diría que fueron catorce años en gestación, desde aquella vez en 2011 que salí con cuatro golpes de ventaja y sentía que podía lograrlo. Sí, había muchas emociones acumuladas que simplemente salieron en ese green del 18", ha explicado McIlroy. Emociones que se desbordaron con el abrazo a su hija Poppy después de haberse derrumbado sobre el green del 18 en el Augusta Nacional. "Un momento así hace que todos los años y todas las ocasiones en las que estuve cerca hayan valido la pena", sentenciaba Rory.

Rory McIlroy sobrevive al dramático desenlace del Masters para ser leyenda del golf

Rory McIlroy sobrevive al dramático desenlace del Masters para ser leyenda del golf

Euforia, gritos, maldiciones, risa nerviosa, llantos, congoja. La última jornada del Masters podría resumirse con una sucesión de sentimientos, un recorrido de onomatopeyas que fueron del "ohhh" al "ahhh", pasando por el aplauso a la decepción o de la tristeza a la euforia. Un cóctel de emociones que haría más justicia a la hora de describir lo sucedido durante algo más de cuatro horas del domingo en Augusta. Ni los periodistas más veteranos de la sala de prensa recuerdan un desenlace así: "Quizás el de 1986", apuraban de memoria en un corrillo, o más cercano en el tiempo, el de 2011, de aciago recuerdo para Rory McIlroy, héroe de esta edición, pese a haber coqueteado con la tragedia durante varios momentos de la jornada. Ya deberían estar haciendo la edición especial del gnomo para el Masters 2026 con la cara de Rory.

El Augusta National, el campo más correcto del planeta, se desquició por completo en lo que ya debería ser un domingo que ocupe un lugar en la cúspide de la historia del golf, a la altura del duelo al sol, el milagro de Medinah o las gestas más heroicas de Tiger Woods.

Muy pronto empezaron las emociones. Ya en el hoyo 1, Rory, que salía con dos golpes de ventaja a los últimos 18 hoyos, falló su salida al bunker y encadenó una serie de errores que lo llevaron al doble bogey. Bryson DeChambeau, solvente, sacó adelante un par que igualaba el torneo. Lo habíamos venido como algo más que un duelo, Europa contra Estados Unidos, LIV Golf frente al PGA Tour, las dos principales personalidades del golf se medían en el último partido del Masters. Rory cargaba con una mochila repleta de fantasmas del pasado. "Voy a dejar el teléfono a un lado y quizás vea el segundo capítulo de la tercera temporada de los Bridgerton, me quedé dormido anoche", apuntillaba el aspirante al Grand Slam.

recuperación imposible

El birdie en el hoyo 2 de Bryson le puso por primera vez por delante en el torneo, aunque reaccionó rápido el norirlandés para restar un golpe en el 3, mientras el norteamericano cometía el primer error del día. McIlroy recuperaba la iniciativa en el marcador. Volvía a afianzar el irlandés su liderato con un doble hoyo (birdie-bogey) en el 4, tres de ventaja para Rory. El primer hoyo donde ambos salvaron el par fue el 5. En el 7, el irlandés falló a los árboles de la izquierda e inventó una recuperación imposible por arriba, aunque no culminó con birdie.

Sin embargo, sí remató en los hoyos 9 y 10 con dos birdies más, especialmente importante fue de este hoyo 10, donde en 2011, siendo líder, cometió un triple bogey que fraguó una de las debacles más crueles de la carrera del norirlandés. No sería la última. Aunque hace 14 años, Rory terminaría perdiendo el Masters con una ronda final de 80 golpes.

Para entonces, DeChambeau ya se había condenado con un doble bogey en el hoyo 11 a ser una pieza decorativa en el desenlace, y el inglés Justin Rose se había reivindicado con seis birdies en los últimos ocho hoyos. El inglés, que ya perdió el playoff del torneo con Sergio García en 2017, había recuperado siete golpes de desventaja. A estas alturas, el torneo parecía cosa de dos jugadores, más bien de McIlroy y sus fantasmas. Lo intentó Patrick Reed, que terminó con -9 después de embocar un eagle desde la calle en el hoyo 17.

El festejo de McIlroy tras imponerse a Rose en el 'playoff'.

El festejo de McIlroy tras imponerse a Rose en el 'playoff'.AP

Scottie Scheffler, número uno, terminó la semana cuarto con -8, y una ronda de 69 golpes, que confirma la mejoría lenta del defensor de la chaqueta verde. El sueco Ludvig Åberg, segundo el año pasado en su primera participación, iba camino de algo más, pero terminó con bogey en el 17 y triple bogey en el 18, para confirmarse con una séptima plaza en -6.

Rose encendía el hoyo 18 con un birdie final desde casi siete metros para firmar con 66 golpes la mejor ronda dominical y presionar a su compañero de Ryder Cup con un -11.

El drama ya se estaba cebando entonces con McIlroy, que inexplicablemente tiró su bola al agua de tercer golpe en el hoyo 13 con un sandwedge. Había pasado de 14 bajo par y un cómodo colchón de cuatro golpes de ventaja a perder tres golpes en tres hoyos y afrontar el Amen Corner en -11. Un nuevo bogey en el 14 le dejaba contra las cuerdas en -10. El murmullo del campo parecía ir fabricando un nuevo relato de la enésima debacle de Rory en los majors, la última tan reciente como el US Open del año pasado en Pinehurst, donde Rory se dejó dos putts de un metro para perder el torneo.

Gesto de incredulidad

Pero el norirlandés se tenía guardado un soberano hierro en el 15 para una oportunidad de eagle de poco más de metros que no pudo convertir. Hizo birdie en el 15 con dos putts y falló otro clamoroso en el 16. Otra vez las manos en la cabeza de incredulidad por otra oportunidad perdida, pero una nueva reacción en el 17, dejando la bola dada de dos con otro explosivo golpe desde la calle. El birdie le daba un golpe de ventaja sobre Rose con el 18 a jugar. La salida fue perfecta en el golpe más complicado del hoyo final, pero de nuevo el drama. Rory tiró su bola al bunker con el wedge en las manos, y otro putt de dos metros para par que se iba al limbo de los fracasos. La sala de prensa, el campo, todos enmudecieron, con un silencio condescendiente que hacía temerse un nuevo y cruel final. Rose le esperaba para un desempate.

Pero tocó la versión del Rory bueno en la continuación y mejoró un buen golpe de Rose. El putt no llegaría a los dos metros, y sí, esta vez terminaría dentro. Un final feliz para un cuento donde las hadas y los monstruos se daban de garrotazos. Rory, caía de rodillas en el green del 18, lloraba como un niño. La victoria más especial y la que lo lleva a la categoría de leyenda. Ya tiene su colección de los cuatro grandes y entra en el olimpo restringido donde solo Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus, Gary Player y Tiger Woods han entrado. El último fue el Tigre en el año 2000.

Por su parte, Jon Rahm logró maquillar el torneo con un buen fin de semana que lo deja en el puesto decimocuarto. Cerró el español con 69 golpes a las puertas del top-10. "Me daría un seis y medio", se puntuaba el de Barrika, que ya espera ansioso al PGA Championship en pocas semanas.

El Masters de Augusta y las restricciones del evento más rígido del mundo

El Masters de Augusta y las restricciones del evento más rígido del mundo

Actualizado Domingo, 13 abril 2025 - 22:26

Cuando hay una delgada línea entre la tradición y lo anacrónico, el Masters de Augusta siempre defiende su política: el que quiera que venga y el que no, que se quede en su casa. Una sentencia tan rotunda como plausible. Dicho en otras palabras, en su torneo y hacen lo que les viene en gana.

Para saber más

La noticia del alivio fisiológico de Josele Ballester en el Rae Creek corrió como la pólvora y muchos medios americanos titulaban sus informaciones con el orín más famoso en la incipiente carrera del amateur de Castellón. Desde su entorno, no dan crédito al revuelo, pero los más veteranos saben cómo le ha podido sentar a Augusta National la confesión de Ballester.

"No te puedo creer, no te creo", comentaba José María Olazábal, cuando se enteraba del incidente del compatriota. "Si hace falta, te metes en mitad de las azaleas. Anécdota de novato, el próximo año que mire bien dónde están los servicios, si quiere se lo voy diciendo", decía entre risas. "Es solo una anécdota, no creo que le vayan a llamar la atención por eso", concluía Olazábal. "No lo vi y no voy a hablar de eso", zanjaba Sergio García sobre 'el alivio de Ballester'.

Ha sido una semana agitada para Josele. El lunes, su coach de Arizona State, Matt Thurmond, fue animado a abandonar el campo por ir en bermudas y volver cuando se pusiera unos pantalones largos. Es una de las normas que compete a actores del Masters que en algún momento vayan a estar entre cuerdas, no así al público, que, sin embargo, tienen prohibido correr por el campo, gritar, exhibir banderas o pancartas, o recostarse en el suelo.

Las normas de cortesía llegan a tal extremo que es habitual ver a los guardias de seguridad obligando a los patronos que llevan la visera de la gorra al revés a ponérsela en su sentido normal. Por supuesto, los teléfonos móviles son radicalmente prohibidos para todos, al igual que las cámaras o cualquier aparato de reproducción.

Tras la victoria del Masters en 2012 de Bubba Watson, Clayton Baker, un fanático que había vivido la experiencia de su vida acudiendo al torneo, quiso dar un paso más allá y decidió que el mejor recuerdo sería llevarse un poco de la famosa arena de cuarzo de uno de los bunkers. La ocurrencia le salió muy cara, ya que fue esposado y detenido con una multa de 20.000 dólares.

Lenguaje de la prensa

La prensa también tiene que medir sus pasos y palabras, hay un lenguaje específico que debemos utilizar, el público no es público, son patronos, y así un glosario de palabras con las que Augusta quiere referirse a su campo y torneo. A lo largo de la historia, varios periodistas fueron vetados e invitados a devolver su acreditación por comentarios que los rectores de Augusta consideraron inapropiados. Nombres como Frank Beard, Jack Whitaker, Bob Costas o Gary McCord, uno de los últimos que se despidió del Masters al comentar que la dureza y rapidez de los greens era tal que parecían segados con crema depilatoria para las ingles. No captaron su sentido del humor.

Para acceder a trabajar en el campo y torneo más importante, tienes que pasar una serie de test psicológicos interminables y firmarás un contrato de confidencialidad que cubrirá los 10 años posteriores a tu salida del campo. A pesar de tanto control, alguna oveja negra ha salido a la luz este año, como el caso de Richard Globensky trabajaba como ayudante de almacén en Augusta National y durante años estuvo desviando material de merchandising para revenderlo en el mercado negro. La avaricia le llevó a dar un paso más y llegó a colocar a un coleccionista de Chicago las chaquetas verdes de Ben Hogan, Gene Sarazen y Arnold Palmer. Cuando el FBI descubrió el delito, Globensky había ganado más de cinco millones de dólares y creado una estructura con almacenes y camiones de reparto. La sentencia le llevará a pasar un año en prisión y restituir al club casi 3,5 millones de dólares.

Augusta no solo te exige disciplina y orden dentro del campo de golf, también fuera de él. Un comportamiento ejemplar, y si no, siempre quedará la opción de no venir al mejor torneo del mundo.

Rory McIlroy, a 18 hoyos de ser leyenda en el Masters de Augusta, el único 'major' que le falta

Rory McIlroy, a 18 hoyos de ser leyenda en el Masters de Augusta, el único ‘major’ que le falta

Actualizado Domingo, 13 abril 2025 - 01:27

Caminaba Jon Rahm cabizbajo tras un mal final con dos bogeys consecutivos cuando Augusta National comenzó a rugir como nunca antes lo había hecho en este Masters. Con todos los jugadores ya en el campo, la primera hora de golf de Rory McIlroy quedará en los libros de récords, cinco bajo el par en cinco hoyos, la primera vez que un jugador consigue arrancar con seis treses consecutivos. Tras un drive gigantesco en el hoyo uno pasando el bunker de la derecha arrancó con birdie, la salida en el dos fue descomunal, de 370 yardas, para rematar en el green con un approach de eagle; el campo estaba ya patas arriba. Bryson DeChambeau respondía con un birdie desde 13 metros.

Seguía Rory en racha: birdie en el 3 y en el 5; el griterío seguía sobrecogiendo hasta a los patrones que transitaban alrededor de la casa club, allí Rahm departía amablemente con Ana Patricia Botín, única socia española vestida con su chaqueta verde. "Te he visto hoyos muy buenos hoy", consolaba la presidenta del Banco Santander al de Barrika, que cerró con 70 golpes (-2), una ronda que empezó muy bien con tres birdies consecutivos y terminó peor, con dos bogeys en el 17 y 18.

Entre medias, un juego sólido desde el tee, muy deficiente con los hierros y estratosférico con el putter, solo necesitó el ganador del Masters en 2023 de 27 putts para completar los 18 hoyos. Su resultado de par le deja entre los 25 mejores, pero sin ni siquiera opciones de intentar una heroica remontada dominical.

"Errores mentales"

"Un poco más cómodo en general, ayuda ver que los dos primeros putts han entrado, aunque la sensación ha sido parecida a la de los dos días anteriores. Los errores han sido mentales míos. Una pena no aprovechar el 13 y el 15", comentaba el español en referencia a los dos últimos pares cinco del recorrido.

Gracias al fulgurante inicio, Rory pasó de estar dos por detrás de Justin Rose a líder destacado con cuatro de ventaja. El show McIlroy había comenzado y se barruntaba una cifra para el escándalo. El juego 'A 'del norirlandés es probablemente el mejor de la historia del golf, el único problema es que muy pocos tienen el privilegio de verlo. Hoy la racha se prolongó durante 7 hoyos. En el hoyo ocho par cinco, tras una salida al bunker, llegó el primer error del día, falló el birdie en el nueve desde tres metros y un nuevo bogey en el 10 devolvía la emoción al torneo.

Con los ojos como platos, disfrutaba del espectáculo la leyenda del baloncesto español Rudy Fernández: "Espectacular. Poder vivir esto ha sido una gran oportunidad. Lo que más me ha sorprendido es cómo mantienen las tradiciones, y es lo que le hace especial al torneo, es mi primer evento y creo que he puesto el listón muy alto". Rudy, que empezó a jugar al golf gracias a la insistencia de su amigo Pau Gasol, también agradecía la desconexión del teléfono en estos días. "Me quedaría hasta el final, pero mi mujer me mata", bromeaba ya rumbo a Madrid donde disfrutará de su nueva afición en el campo de golf de La Finca con amigos como el ex futbolista del Real Madrid, Raúl González Blanco.

Rahm, el sábado, en un bunker del hoyo 17.

Rahm, el sábado, en un bunker del hoyo 17.EFE

A tiempo, Rory volvió a conectarse con el birdie en el 13 y majestuoso hierro en el 15 que convirtió en eagle para llegar a -12 y poner un parcial de seis bajo el par en su ronda y de nuevo recuperar los cuatro golpes de ventaja, que finalmente se quedarían en dos con Dechambeau. Lo intentaron sin acierto el número uno,Scottie Scheffler (par), que en ningún momento consiguió despegar, o el líder tras los dos primeros días, Justin Rose (-6), que no pudo mejorar una tarjeta de +2.

Los únicos capaces de seguir el ritmo de McIlroy fueron Corey Conners (-8) con unos meritorios 70 golpes bajo presión, Ludvig Åberg con -3 en la jornada y seis bajo el par en el acumulado, mismo resultado que Patrick Reed y sobre todo DeChambeau (-10) con una ronda de tres bajo el par, culminada en el 18 con un putt de 14 metros que levantó de nuevo toda una explosión en Augusta National. Salió Bryson del hoyo 18 como una estrella de rock and roll antes de un concierto, inyectado de euforia, arengando a cada paso a las masas que aclamaban al nuevo héroe americano en la antesala de un duelo de tintes épicos.

LIV Golf vs PGA Tour

El domingo compartirán el partido estelar, los dos jugadores más carismáticos del momento, las mayores personalidades que ofrece hoy en día este deporte y que se reparten la mayor porción de fanáticos. El mejor emparejamiento posible enfrentará a dos mundos contrapuestos: el de LIV Golf, representado por DeChambeau, y el PGA Tour, con Rory como máximo exponente.

Solo cinco golfistas en la historia, Gene Sarazen, Ben Hogan, Arnold Palmer, Jack Nicklaus y Tiger Woods, han logrado el hito de triunfar en al menos cada uno de los cuatro majors. Un triunfo incorporaría a Rory a este selecto listado, convirtiéndole en leyenda de este deporte.

El mayor enemigo de Rory ante el Grand Slam son sus propios fantasmas. Hace 14 años, en 2011, salía la última jornada con cuatro golpes de ventaja y terminaría en el puesto 15 tras una histórica debacle.

Rahm no pierde la esperanza de una remontada y Josele se disculpa por carta con Augusta

Rahm no pierde la esperanza de una remontada y Josele se disculpa por carta con Augusta

Actualizado Sábado, 12 abril 2025 - 03:25

A este Masters de Augusta solo le quedaba la guinda de un aliciente español: Scottie Scheffler, Rory McIlroy, Bryson DeChambeau, Ludvig Åberg, Patrick Reed, Xander Schauffele, Shigeki Matsuyama, todos se han posicionado tras las dos primeras rondas y esperan un fin de semana de emociones fuertes. Son 26 jugadores los que han hecho bajo el par, con el inglés Justin Rose, líder en -8. En una jornada mas complicada con vientos racheados, los 71 golpes Le han permitido mantenerse en la cima, perseguido por el jugador del LIV Bryson DeChambeau (-7) y el nombre del día, Rory McIlroy y sus 66 golpes, el registro más bajo del viernes. Rory ha resucitado desde los dramáticos cuatro hoyos finales del jueves, donde acumuló un +4, salió el norirlandés por la puerta de atrás de Augusta National sin atender a los medios, pero el viernes volvió a dar una nueva lección para meterse con todas las opciones de completar su grand slam.

De los cuatro españoles participantes, solo ha sobrevivido Jon Rahm, que cerró la segunda jornada con 71 golpes (-1), para finalizar el inicio del torneo con +2, diez por detrás de Justin Rose. "Hay que luchar. Es una pena, considero que he jugado relativamente bien, quitando un par de golpes desde el tee y simplemente no he podido aprovechar esas opciones, meter un buen putt al principio cambia mucho". Rahm insiste en su discurso optimista, que le lleva a pensar que esa gran ronda donde todo cuadre está cerca e incluso aún no se descarta para la lucha definitiva el domingo. "Tengo la confianza de que puedo, está muy cerca, y tendré que hacer pocas mañana, pero estoy muy cerca de que ese día salga, estoy a nada. Muchas remontadas ha habido aquí, hay que tener unos buenos 27 hoyos que quedan y ojalá me dé una opción de cara a los últimos nueve hoyos. Diez golpes en dos días en un major se pueden remontar", concluía.

La mayor decepción vino del lado de Sergio García. "Un día duro en el que me ha costado pegar golpes con confianza". Concluyó el ganador del Masters 2017 con 76 golpes (+4) y se quedó a dos golpes del corte que incluirá en el fin de semana a los 50 mejores y empatados. Ni siquiera encontró consuelo Sergio en el exjugador del Real Madrid Rudy Fernández, venido desde España para vivir la experiencia de ver en directo su primer torneo de golf. Rudy, que reconocía estar muy enganchado al golf, alucinó con su primera experiencia. "Pau Gasol me animó a que viniera", admitía entusiasmado con la visita.

José María Olazábal lo peleó hasta el hoyo 15, donde una bola en el agua 'hundi 'ósus opciones, terminando finalmente con +7.

Hasta +10 se fue Josele Ballester, en un día difícil en la resaca del incidente de ayer en el hoyo 13, donde el español protagonizó la anécdota del día al orinar en el mítico arroyo de Rae's Creek. La onda expansiva de la acción se amplificó en todos los medios en Estados Unidos y la tarde de ayer fue complicada en el cuartel general de los Ballester, la bola se hizo demasiado grande y Josele reconoce que el número uno del mundo le ayudó a tranquilizarse antes del inicio de la jornada. "La verdad es que ha estado de diez. He llegado al campo un poco nervioso esta mañana, no sabía cómo me iban a recibir después de lo que pasó ayer, para mí en el momento fue una anécdota y se convirtió en lo que se convirtió, ya pedí perdón al club y está todo bien, me dijo que no me preocupara. Cuando un jugador de verdad te estás meando es complicado pegarle a la bola y nos hemos echado unas risas, me ha cogido por el hombro y me ha hecho sentirme mejor". Josele tuvo que escribir una carta de disculpas a Augusta National, que aceptaron las explicaciones del español y el asunto se terminó zanjando. En lo estrictamente deportivo, más de lo mismo: un juego muy sólido de tee a green, pero muy perdido y nervioso en los complicados greens de Augusta. "Tengo calidad de juego para estar aquí muchos años... pero alrededor de green he estado francamente mal", concluía.

Justin Rose se apunta a las tradiciones del Masters y lidera en un complicado día para el golf español

Justin Rose se apunta a las tradiciones del Masters y lidera en un complicado día para el golf español

Actualizado Viernes, 11 abril 2025 - 02:48

Una muchedumbre procesionaba pasados unos minutos de las siete de la mañana por las avenidas de entrada de Augusta National. En la cabecera de la 'manifestación', agentes de seguridad contenían las ansias de los afortunados, algunos de ellos han llegado a pagar casi tres mil dólares diarios por pisar la tierra sagrada del Masters de Augusta. A medida que la gigantesca comitiva avanza, el ritmo se va acelerando. Casi al final, más de la mitad del gentío se queda en la tienda de merchandising, donde las colas durante la mañana llegan a los 80 minutos, el resto se queda esperando a que el campo quede oficialmente abierto para lograr la mejor ubicación posible.

Una de las tradiciones más bonitas del Masters es el golpe honorífico que volvieron a protagonizar este año Jack Nicklaus, Gary Player y Tom Watson, 11 chaquetas verdes entre los tres. Nueve meses después de la última gran cita del golf comenzaba el primer major en unas condiciones propicias para los buenos resultados.

El día D y la hora H llegaron para Josele Ballester, llevaba esperando este momento desde el mes de agosto pasado, la gente abarrotaba el tee del hoyo uno. Llegó Josele concentrado tarareando el tema 'Pa siempre', fetiche para los minutos antes de la competición desde su victoria en el US Open. La salida del uno fue perfecta. "He estado mucho mejor mentalmente que en otros torneos de profesionales que he jugado, he podido dormir fantástico, he disfrutado del camino hasta el hoyo uno, estoy muy contento con la actitud", concretaba el español que finalizó su ronda con +4, 76 golpes, los cuales no reflejan su solidez de tee a green, pero sí dejan a las claras sus carencias en el juego corto este primer día. Solo dos birdies en dos pares 3 y fue incapaz el de Castellón de sacar partido de su enorme potencia en los pares cinco. Muchos putts se escaparon, aunque el español amateur se mostraba optimista con sus sensaciones al lado del número uno del mundo. "Yo creo que no tengo mucho que envidiarle a Scottie Scheffler, no he estado nada acertado en los greens y ahí es donde ha estado la diferencia, de tee a green no me he visto muy lejos", comentaba Josele tras su ronda. "No falla, es muy impresionante de ver", concluía en referencia al jugador que domina el golf.

La anécdota del día llegó en el hoyo 13. La bisoñez y naturalidad del amateur español le llevó a comentar que necesitaba hacer pis, "me olvidé que había un baño en el tee de salida del 13 y no sabía dónde estaba el siguiente, entonces digo me meto aquí que no me van a ver mucho y cuando he salido, me han empezado a aplaudir". El alivio del español en el hoyo 13 del sagrado Augusta National ha acaparado muchos titulares de medios americanos.

Josele asistió a la exhibición de Scheffler, que sin despeinarse terminó con 68 golpes en el que probablemente será el mejor día de putter del tejano en Augusta, casi ganó tres golpes a la media del torneo en una ronda sin bogeys. Scheffler comparte la segunda posición junto al canadiense Corey Conners (-4). Segundo también marchaba el norirlandés Rory McIlroy, en su asalto al Grand Slam, pero de nuevo el recorrido se mofó del número dos del mundo, que sucumbió con dos doblebogeys en el Amen Corner para terminar al par del campo.

José María Olazábal volvió a protagonizar una ronda luchada de 77 golpes (+5). "Las he luchado, el hoyo 10 me ha matado, he pegado dos golpes muy malos y he hecho triple bogey, los hierros es lo que más he fallado", comentaba el ganador de dos chaquetas verdes, que disputa su major número 96 esta semana, aunque se enteraba del dato por la prensa: "Ahora que has dicho eso, cuatro más y nos cortamos la coleta", sentenciaba entre risas.

El mejor español fue precisamente Sergio García, de celebración ante el centenario de majors esta semana, una ronda de par que sabe a poco. El putter privó al español de un resultado que le hubiera dejado mucho más arriba: "Mañana intentaremos jugar bien como hoy y meter algún putt más... mi idea es intentar hacer algunos bajo el par y ponerme en buena situación", comentaba el español empatado en el puesto 27 a siete golpes de la cabeza.

Justin Rose ha igualado con Jack Nicklaus con el récord de lideratos en primera jornada del Masters. El inglés ha tomado inicialmente el mando del torneo hasta en cuatro ocasiones. Hoy completó el recorrido con 65 golpes (-7) y una interesante renta de cuatro impactos de ventaja. Solo 26 jugadores lograron hacer bajo el par en unas condiciones perfectas de juego.

Finalmente, se confirmaron los malos presagios y Jon Rahm concluyó con 75 golpes (+3) y pone en riesgo lo que sería fallar su primer corte en el Masters después de nueve participaciones. "Nada bueno. Todo, ha habido fallos en todo, si no la pones en calle, es imposible hacer pocas, demasiados hoyos donde he tenido que rezar para hacer pocas, todo empieza desde el tee", contestaba lacónico. "Ha habido swings muy buenos, cuando se está trabajando en algo en torneos grandes como este es complicado", ante la pregunta sobre el trabajo que está desarrollando, tampoco concretó el español demasiado. "Es difícil de explicar, son compensaciones que llevo haciendo año y medio y que siguen saliendo en momentos que hacen falta". No decepció el Masters en su inicio, aunque el golf español necesita un giro radical en la segunda jornada para mantener sus ilusiones.

La cruda historia de los 'caddies' negros en Augusta: "Es un torneo de paletos dirigido por personas que discriminan"

La cruda historia de los ‘caddies’ negros en Augusta: “Es un torneo de paletos dirigido por personas que discriminan”

Actualizado Jueves, 10 abril 2025 - 23:19

Es de sobra conocido el gusto del Masters de Augusta por las tradiciones, pero hay una de ellas que se resiste a quedar en el olvido aunque desde Augusta National no hayan hecho demasiado a través de su historia para conmemorarla. «Mientras yo sea presidente en Augusta, los caddies serán negros y los jugadores blancos», se jactaba a menudo Clifford Roberts, durante su presidencia del club hasta 1976.

Para saber más

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Roberts, un hombre de negocios de Wall Street, fundó el club junto a Bobby Jones. Cuando le detectaron un cáncer terminal, decidió dejar la presidencia y, con 83 años, se pegó un tiro en la cabeza. La leyenda cuenta que el revólver apareció en uno de los lagos del campo de pares tres de su querido recorrido. Hord Hardin sustituyó a Roberts en el cargo y una de sus medidas más controvertidas fue eliminar la obligación de que los participantes en el Masters de Augusta tuvieran que competir obligatoriamente con los caddies negros del club. Era el año 1983.

A los dos lados de la decisión, las reacciones fueron muy diferentes: los jugadores celebraron por fin poder llevar a sus caddies habituales a la semana más importante del año, mientras que en el barracón de los caddies de Augusta, que tenían prohibida su entrada a la casa-club, se vio con la preocupación de perder los ingresos de su mejor semana del año. Willie Perteet, Nathaniel Avery, Carl Jackson, Jim Dent, Willie Peterson, Ben Bussey... y así hasta casi 70 nombres que componían el grupo de caddies en Augusta National, todos tenían algo en común: eran negros y la mayoría venía de familias pobres y desestructuradas, pero nadie leía los indescifrables greens de Augusta National como ellos, interpretaba los vientos o calculaba las yardas.

Precisamente, este jueves se cumplieron 30 años de la segunda victoria de Ben Crenshaw en Augusta, la última de un caddie negro de aquella selección, Carl Jackson. Crenshaw y Jackson juntaron sus destinos en Augusta en 1976 y disputaron 39 ediciones juntos del torneo de maestros. Jackson, que participó como caddie en el Masters en 54 torneos desde 1961, es de los pocos que sigue vivo. Hace ahora 10 años Crenshaw se despidió de Augusta y Jackson caminó su ultima y emotiva ronda en el campo donde comenzó a trabajar con 14 años.

Un modesto homenaje a aquellos 'caddies'

Esta semana, en el barrio de West Sands, donde muchos de ellos crecieron y vivieron, se les ha rendido un modesto homenaje con una escultura en forma de tee pintado con algunos de los hitos logrados por estos caddies negros en Augusta. También un mural en una de las deprimidas casas celebra la importancia de su labor durante años. Detrás de cada caddie, una historia, a cada cual mejor. Willie Perteet fue caddie del presidente Dwight Eisenhower, tan habitual de Augusta que tenía su propia casa. Nathaniel Avery ganó cuatro chaquetas verdes llevando la bolsa a Arnold Palmer. Willie Peterson tiene el récord con cinco a las órdenes de Jack Nicklaus. Cuando Peterson murió, el Oso dorado tuvo que pagar los gastos del entierro y mandó construir una lápida que reconocía sus logros en Augusta.

Jim Dent fue el único que pasó de caddie a exitoso jugador profesional, jugó más de 400 torneos del PGA Tour y ganó 12 veces en el Champions Tour, acumulando más de nueve millones en ganancias. Robert Jones compaginaba su trabajo como saxofonista de James Brown con su labor llevando bolsas en Augusta.

A principios de los 90, el Augusta admitió a su primer socio negro y, en el año 1997, Tiger Woods provocó con su victoria una auténtica convulsión, sobre todo en las cocinas y los comedores del club, donde la masa de trabajadores eran de raza negra.

Sin duda, el gesto más importante que Augusta ha tenido para eliminar barreras raciales fue invitar a Lee Elder, el primer golfista negro en jugar el Masters. Precisamente, se cumplen 50 años de ese hito. El club entonces recibió tantas amenazas que el propio Elder tuvo que alquilar dos casas e ir cambiando de itinerario cada día para evitar posibles sustos. Aunque ese reconocimiento debería haber sido mucho antes para Charlie Sifford, que en los años 60 llegó a ganar dos torneos del PGA Tour que, para cualquier otro jugador, hubieran servido para recibir una invitación. Clifford Roberts simplemente se limitó a aclarar que "no cumplía con los requisitos".

"El Masters es el peor torneo de paletos dirigido por personas que discriminan a los negros", llegó a escribir Sifford en su autobiografía. En el año 1983, tras la eliminación de los caddies obligatorios, solo 18 de los 82 caddies negros del club tuvieron trabajo esa semana. La cifra se fue diluyendo hasta desaparecer.

La redención de Ángel Cabrera, de la cárcel por violencia machista al Masters de Augusta: "La vida me ha dado una segunda oportunidad"

La redención de Ángel Cabrera, de la cárcel por violencia machista al Masters de Augusta: “La vida me ha dado una segunda oportunidad”

Actualizado Miércoles, 9 abril 2025 - 22:26

Nunca es tarde para que la vida te conceda segundas oportunidades, aunque tengas 55 años. «Obviamente me arrepiento de haber hecho las cosas mal, de comportarme mal y de muchas cosas que no debería haber hecho», cuenta Ángel Cabrera (Córdoba, Argentina, 1969), quien pasó casi tres años en dos cárceles de Brasil y Argentina. El golfista que se convirtió en 2009 en el primer latinoamericano en ganar el Masters de Augusta fue detenido en Brasil en 2021 tras ser denunciado por dos ex parejas y finalmente condenado por coacción y lesiones leves, amenazas y desobediencia a la autoridad.

Para saber más

Tras el infierno de 32 meses encarcelado, vuelve a cruzar Magnolia Lane esta semana envuelto en cierta polémica. «Condenamos cualquier forma de violencia doméstica. Ángel ha cumplido la sentencia de la justicia argentina, es campeón aquí y por eso está invitado», zanjó Fred Riley, presidente de Augusta National a la pregunta que hacía referencia a las protestas de algunas organizaciones de mujeres. «Respeto a la gente que piense que no merezco estar aquí», respondía sincero Cabrera. «Gané el Masters, ¿por qué no?», se preguntaba el argentino, que en 2007 también ganó en el exigente Oakmont el US Open.

El torrente de emociones de la semana viene amplificado por el triunfo de hace sólo unos días en el Champions Tour, el circuito de leyendas del PGA Tour donde Cabrera logró, gracias a la victoria en Florida, una categoría para medirse cada semana junto a Miguel Ángel Jiménez o José María Olazábal.

Cabrera era el segundo suplente y, a pesar de eso, decidió viajar desde Córdoba (Argentina) el mismo martes, horas antes del comienzo del torneo. En su escala en Panamá se enteró de que podría jugar. Llegó con el título debajo del brazo al Masters y también con su familia. Tras la jornada de pares tres que compartió al lado de Olazábal, no podía el argentino contener todas las emociones, especialmente cuando su nieta Delfina, de sólo 11 años y vestida con el clásico mono blanco de los caddies, se refería al abuelo Pato (así le llaman desde joven por su forma de andar). «Estoy muy emocionada y orgullosa», decía la pequeña, rompiendo a toda la familia, también a su padre Ángel Jr., que hará de caddie al patriarca estos días.

La semana pasada fue el primer torneo al que Delfina acudió y vio ganar al abuelo. Augusta es el segundo. «Me siento muy agradecido, el recibimiento ha sido muy bueno», contestaba Cabrera, que sigue necesitando un traductor ante las preguntas de la prensa americana. «La vida me ha dado otra oportunidad y quiero disfrutarla y tratar de hacer todo bien», concluía arropado por Olazábal, que fue su confidente durante la cena de campeones que se celebró ayer con la gran ausencia de Tiger Woods. No faltó tampoco el sudafricano Gary Player, el único que mantuvo comunicación con Cabrera cuando el argentino estuvo en la cárcel. «Siempre me decía que todo pasa y volvería a la normalidad, y así fue».

Cabrera, junto a su nieta y su hijo, en Augusta.

Cabrera, junto a su nieta y su hijo, en Augusta.HUGO COSTA

En la línea de salida de este Masters estarán cuatro españoles. Aunque el foco de mayor presión será para Josele Ballester. El castellonense saldrá a las 10:15 hora local junto al número uno del mundo, Scottie Scheffler, y el que lo fuera hace algunos años, Justin Thomas. Tras siete rondas de golf en Augusta National, Josele está preparado para hacer historia. No será por falta de padrinos; si el lunes compartió recorrido con Olazábal, Jon Rahm y Sergio García, ayer jugó los segundos nueve hoyos al lado de Joaquín Niemann y Viktor Hovland.

José María Olazábal rezaba para que el sol y el viento secaran un poco más el campo y se le hiciera un 'poco menos largo'. Intentará repetir la épica de pasar el corte, como ya hiciera el año pasado. El vasco saldrá a las 11:10 hora local (17:10 en España) con Thriston Lawrence y Brian Campbell.

Sergio García, por su parte, parece que el español que mejor llega a la primera gran cita del año, sobre todo mentalmente: es el único que ha ganado en esta temporada. Su triunfo en el LIV de Hong Kong siempre ha estado acompañado de la consistencia. Desde las 12:22 (18:22) hará su salida con Lucas Glover y Daniel Berger. Finalmente, Jon Rahm saldrá en el penúltimo partido a las 13:34 (19:34) con Wyndham Clark y Tommy Fleetwood. El de Barrika siempre es favorito, si bien es cierto que su preparación de cara a esta gran cita genera dudas.

Jon Rahm llega al Masters en el mejor momento del golf español: "La inspiración de todos es Seve"

Jon Rahm llega al Masters en el mejor momento del golf español: “La inspiración de todos es Seve”

Actualizado Martes, 8 abril 2025 - 20:19

Desde que existe la fractura en el golf, los grandes son aún más grandes. Han pasado casi nueve meses desde el último y ocho desde el más reciente enfrentamiento entre Jon Rahm y el número uno del mundo, Scottie Scheffler, en aquel aciago domingo olímpico de París. "Hemos tenido grandes momentos, sacamos lo mejor del otro y han sido duelos muy especiales. También echo de menos esos enfrentamientos y ojalá de alguna manera tenga alguna solución y podamos medirnos más veces que en los grandes", comentó el español este martes.

Jon llega al Masters de Augusta muy por debajo del radar, probablemente el momento de menos presión de sus nueve participaciones. "Vengo más relajado y también es por mi familia. El año pasado, desde el mes de mayo, mi familia no pudo viajar conmigo, la semana pasada en Miami fue la primera que pudo acompañarme y estoy muy feliz. Detalles como este hacen que pongas todo en perspectiva y te valores lo que de verdad importa", aseguró. Este jueves, durante el campeonato de los pares 3, la pequeña Alaia, con apenas seis meses, debutará junto a toda la familia. Una alegría para Rahm, más teniendo en cuenta que el complicado embarazo de Kelley fue su principal preocupación el año pasado.

Por segunda vez en su carrera, el español ha llegado con el tiempo justo al Masters después de competir el domingo en Miami. Aunque no haya ganado todavía en esta temporada, se muestra optimista con sus sensaciones: "Me siento muy bien. Siento que jugué mejor de lo que refleja el resultado, pero al final es golf. Me siento muy, muy bien con este año en general".

En sus ocho participaciones anteriores en el Masters, solo hubo una edición donde también llegó al torneo el lunes, fue en 2023, cuando se despidió de Augusta con la chaqueta verde. Además el campo no presenta demasiados cambios, mas allá de una visión más limpia debido a algunos arboles que se perdieron tras el paso del huracán Helene hace algunos meses.

El éxito español

Con estos precedentes, el ambiente en Augusta es inmejorable. El campo aparecía abarrotado el martes, el primer día de prácticas, ya que las lluvias del lunes obligaron a cerrar el recorrido. Además hay cuatro españoles representando a cuatro generaciones. José María Olazábal en los 50, Sergio García en los 40, Jon Rahm en los 30 y Josele Ballesteros en los 20, jugaron por primera vez juntos. Todo con la resaca del histórico triunfo de Carla Bernat en la versión femenina del torneo.

RICHARD HEATHCOTEGetty Images via AFP

"¿Cuál es el secreto del éxito del golf español en Augusta?", fue la primera pregunta de un periodista americano para abrir el turno de preguntas. "Es una respuesta muy difícil. Creo que la principal inspiración para todos nosotros es un solo hombre: Seve. Creo que lo que hizo al principio, ganando aquí con 23 años, siendo el primer europeo en vencer y pudiendo repetirlo varias veces, marcó un antes y un después para los jugadores españoles. Todo empezó con Seve. Al mismo tiempo, los jugadores españoles, en su mayoría, son conocidos por ser bastante creativos con buenos juegos cortos, creo que esa suele ser una receta que funciona muy bien en Augusta National, y no es de sorprender que ahora haya cinco campeones aquí", reflexionaba Rahmbo.

Jon Rahm llega al primer major con el peor ranking mundial de toda su carrera. "¿Dónde estoy en el ranking mundial ahora mismo? ¿Ya estoy fuera del top 100?", se preguntaba el español entre ironía y risas. Con los torneos del LIV sin puntos, Jon ha caído hasta el puesto 80, aunque tiene claro que los números no representan la realidad. "No voy a decir una cifra exacta, pero sin duda me consideraría uno de los 10 mejores jugadores del mundo. Aunque hoy en día es difícil saberlo", concluía el golfista de Barrika apresurado. En el tee del hoyo 10 le esperaban el resto de españoles en este Masters, con la esperanza de que alguno de ellos escriba el siguiente capítulo de la exitosa historia de nuestro golf.

Las alentadoras noticias del golf español: un repóker de sucesores para John Rahm

Las alentadoras noticias del golf español: un repóker de sucesores para John Rahm

Actualizado Sábado, 18 enero 2025 - 19:53

En la década de los 80, España destacó en el mapa del golf mundial gracias a las gestas del prodigioso Severiano Ballesteros. Entonces, los aficionados a este deporte no superaban los 20.000. Mientras se apagaba la figura del genio de Pedreña, conquistador de cinco majors, emergió José María Olazábal, ganador de dos chaquetas verdes y que se convirtió en referente durante los 90. Con la llegada del nuevo siglo, Sergio García tomó el relevo, alzando de nuevo la bandera rojigualda en el Augusta National. En la década pasada, Jon Rahm se consolidó como la nueva estrella, popularizando el término Spanish hands, utilizado por periodistas ingleses para describir el inigualable talento ibérico. Ahora, con Rahm en el LIV Golf y con más de 300.000 jugadores en España, es el momento de mirar hacia abajo pensando en el futuro. Las noticias son alentadoras. Estos son los integrantes del repóquer de herederos del vasco.

DAVID PUIG

Este barcelonés de 23 años es una joya que Sergio García tiene amarrada en su equipo Fireballs. Resulta paradójico y hasta misterioso que el rendimiento de Puig ha sido mejor fuera de su circuito base, el LIV, que dentro de la multimillonaria gira. Actualmente ocupa el puesto 107 del ranking mundial y tiene dos victorias (Malasia y Singapur) en el Circuito Asiático. Una de las gestas del año, no suficientemente reconocida, fue suya: clasificarse para los Juegos Olímpicos, tras la estela de Rahm, tras disputar sólo siete torneos.

Puig, durante un torneo del LIV Golf.

Puig, durante un torneo del LIV Golf.LIV

Ya ha jugado tres de los cuatro majors y quiere estrenarse en el Masters de Augusta. Sus planes para 2025 pasan con compaginar sus presencias en el LIV Golf con invitaciones en el DP World Tour, donde pasará a ser miembro afiliado. El primero de los torneos que disputará será el Ras Al Khaimah Championship de la próxima semana.

ÁNGEL AYORA

Este malagueño tiene 20 años y es el 187º del mundo. Se ha estrenado como miembro en el DP World Tour en los torneos de final de año y comenzará su temporada también en Ras Al Khaimah. Hace un año, el panorama de Ayora era muy diferente, tras su paso al profesionalismo, no tenía un circuito donde competir. El jugador formado en La Cañada sólo contaba con la posibilidad de invitaciones del Challenge Tour (segunda división del Circuito Europeo). Pero le bastaron. Ayora ganó y firmó una sólida temporada que le proporcionó la tarjeta del DP World Tour. Creció y los saudíes se fijaron en él.

Martin Kaymer, ex número uno del mundo, le hizo una oferta formal para competir en su equipo, los Cleeks, con dos años de contrato, con un fijo y la posibilidad de pelear en 14 torneos sin corte y con suculentos premios. El último clasificado se asegura 50.000 dólares, más dinero del que se embolsó por su victoria en el Challenge y un poco menos de lo que ingresó hace unas semanas por ser quinto en Sudáfrica, su mejor resultado en el DP World Tour. «Cada uno tiene sus principios, pero mi principal motivación no es el dinero, si no me hubiera ido al LIV», ha recalcado. Su gran objetivo es llegar a Estados Unidos, conseguir la tarjeta del PGA Tour y estrenarse en la Ryder. «Por mi cabeza pasa poder jugar la Ryder este año, creo que lo puedo conseguir pero soy consciente de que es muy difícil», subraya el andaluz, que destaca por su consistencia y swing (para muchos el mejor y más estético del golf profesional en Europa).

JOSELE BALLESTER

El jugador de Castellón protagonizó la gran hazaña del golf español en 2024: ganar el US Amateur. A los 21 años, fue el primer español en la historia en imponerse en una de las competiciones más duras. Este triunfo le permite disputar en 2025 tres majors: Masters de Augusta, US Open y Open Championship. «Me ha aportado mucha confianza, la victoria me hace pensar que puedo conseguir grandes cosas, incluso como profesional», señala. Josele deslumbra en el equipo Arizona State, que compite en el recién creado PGA Tour University, un campeonato de torneos universitarios, en el que el ganador es premiado con la tarjeta del PGA Tour. De momento Ballester marcha segundo, con seis meses por delante con estatus amateur.

Ballester, con el trofeo del US Amateur.

Ballester, con el trofeo del US Amateur.AFP

Pese a los cantos de sirena del LIV que ya le han llegado, su gran objetivo es el Circuito Americano, pero él prefiere vivir el día a día, y ahora se centra en su debut en el PGA Tour. Ha recibido una invitación para participar en el Phoenix Open, que levantará el telón la primera semana de febrero. «Es un honor debutar en el PGA Tour y más en casa. Es cierto que al final de año pedí un par de invitaciones que no me dieron. El pasaporte manda y el hecho de que no sea americano puede influir», comenta Josele, que no tiene aún claro su futuro. «No he pensado qué camino voy a escoger, lo decidiré cuando termine la temporada, mi objetivo es lograr la tarjeta del PGA Tour». Josele destaca por su carisma y potencia de golpeo.

EUGENIO LÓPEZ-CHACARRA

Tiene 24 años y con 22 ganó el premio económico más elevado en un evento del LIV (cerca de cinco millones de dólares). Sin embargo, su historia ha tomado un camino inverso. Y es que el madrileño no renovó con los Fireballs de Sergio García y ha decidido no seguir compitiendo en el LIV. Eugenio López-Chacarra buscará en el Circuito Asiático y en las oportunidades que vaya teniendo en otros circuitos los ansiados puntos del ranking mundial. Quiere codearse con los mejores jugadores en los torneos del grand slam y en su planificación figuran las previas del US Open y Open Championship.

López-Chacarra, tras su triunfo en Bangkok en 2022.

López-Chacarra, tras su triunfo en Bangkok en 2022.AP

«He estado muy bien en el LIV y estoy muy agradecido. El LIV me ha dado el dinero que jamás pensé que pudiera ganar, me ha resuelto mi vida y la de mis futuras generaciones, pero ahora quiero hacer historia», sostiene el español, que también ganó un torneo del Asian Tour y que ahora mira al PGA Tour. «Tengo una sanción y hasta el 23 de septiembre de 2025 no podré competir en ningún evento bajo el paraguas del PGA Tour ni en ninguna previa», advierte.

LUIS MASAVEU

A sus 22 años ha sido el sustituido de López-Chacarra en los Fireballs de García y en unas semanas comenzará su etapa en el LIV. «Estoy muy contento de dar este paso, es una oportunidad y estar en el equipo de Sergio es gratificante», apunta un jugador que ya se ha estrenado como profesional y que todavía quiere seguir formándose: «Voy a jugar todos los tour que pueda. El LIV, International Series del Asian Tour y Challenge Tour, puedo aprender mucho». Masaveu cayó ante Ballester en las semifinales del US Amateur en su primera experiencia compitiendo en Estados Unidos.

Masaveu, en una imagen de 2022.

Masaveu, en una imagen de 2022.LUIS TEJIDO

El madrileño es un rara avis que no quiso saber nada de suculentas becas de las prestigiosas universidades americanas. Él se formó por su cuenta en España y ya el año pasado se clasificó para The Open Championship pasando el corte junto a los mejores profesionales del mundo. «No me voy a poner objetivos, quiero ir hoyo a hoyo y olvidarme incluso de donde estoy jugando», concluye Masaveu, que acaba de terminar los últimos exámenes de su carrera para centrarse en su nueva etapa profesional.