Vincent Bouillard, el trabajador de Hoka que ganó la carrera más importante a las estrellas de la marca: "Para ellos quizá es raro"

Vincent Bouillard, el trabajador de Hoka que ganó la carrera más importante a las estrellas de la marca: “Para ellos quizá es raro”

Unos días atrás, Jim Walmsley, estrella de las carreras por montaña, algo así como el Kilian Jornet estadounidense, miraba al lado mientras disputaba la UTMB, la prueba más importante del mundo, y alucinaba: «¿Qué haces tú por aquí?». A mitad del recorrido alrededor del Montblanc, completados unos 80 de los 176 kilómetros totales, se encontraba en el grupo de cabeza junto a él al francés Vincent Bouillard, con el que Walmsley llevaba años trabajando.

Para el diseño de las mejores zapatillas de Hoka, el corredor yankee, imagen de la marca, había dado su opinión sobre varios modelos a los ingenieros y entre ellos estaba Bouillard. Pero en plena carrera, éste no quería ayudar a Walmsley con el calzado, estudiar sus pisadas para próximos prototipos, tampoco animarle: Bouillard realmente quería ganarle. Y lo hizo. Pese a su empleo a jornada completa como diseñador de zapatillas en Hoka, el francés triunfó en la meca del trail running para sorpresa de todos, especialmente de los atletas profesionales patrocinados por la empresa.

«Quizá para ellos era raro, sí, pero yo no pensaba mucho en ello. En una carrera de ultra distancia, que dura unas 20 horas, te debes centrar mucho en ti mismo y en la gestión de tu propio esfuerzo. En los primeros kilómetros recuerdo que estaba feliz como un niño, disfrutando de poder correr con los mejores y hablando con ellos. Muchos de los corredores de Hoka, como Jim, son amigos míos y yo pensaba: 'Wow, soy capaz de correr junto a ellos'. Pero a medida que fue pasando la prueba me concentré mucho en mantener el ritmo y en hacer las cosas bien», explica Bouillard a EL MUNDO.

Probador del calzado que diseña

Con su triunfo cogió el relevo de dos leyendas francesas como François D'Haene y Xavier Thevenard y se quedó a unos minutos del récord de la prueba del propio Walmsley. Sólo le perjudicó un control de material algo accidentado en uno de los últimos avituallamientos y una pequeña caída al final del descenso de La Flégère, a la entrada de Chamonix. «Me hice un poco de daño, pero ya me quedaba muy poco. En ese momento lo más importante era disfrutar de la entrada a meta», comenta el corredor y diseñador de zapatillas o diseñador de zapatillas y corredor. Más o menos una cosa llevó a la otra.

De Annecy, mediofondista desde la infancia, mientras estudiaba Ingeniería en la Universidad de Lyon llegó a competir en los 800 metros de algunos meetings franceses, pero cuando se graduó dejó de soñar en un futuro como profesional. El tartán estaba olvidado; trabaja investigando sobre polímeros. Pero para mantenerse en forma empezó a correr por la montaña, consiguió una beca para trabajar en Hoka, una cosa llevó a la otra y encontró su sitio, su equilibrio, su vida.

Entrenar a cualquier hora

En su trabajo estudia nuevos materiales para la marca, siempre en contacto con los corredores profesionales, y en su tiempo libre prueba por los caminos los prototipos que diseña. Entre 2017 y 2022, sumó algunas victorias en carreras pequeñas y poco conocidas en Francia y el año pasado empezó a sonar el mundillo al ganar la Kodiak Ultra, una prueba modesta de 100 millas en Estados Unidos. Pero nadie esperaba que fuera a ganar la UTMB, una especie de Mundial de la especialidad. La retirada de muchos de los favoritos, entre ellos el mismo Walmsley o el español Pau Capell, y la maestría de Bouillard llevaron a la campanada.

«Muchos se sorprenden porque he ganado pese a tener un trabajo a jornada completa, pero sólo ha sido una carrera. Tengo mucho respeto por los corredores profesionales porque tienen que rendir mucho más, durante muchos años. Yo simplemente disfruto mucho de correr por la montaña y supongo que ése es el secreto. Saco tiempo para entrenar de dónde puedo, por la mañana, por la tarde y por la noche y, de momento, no tengo hijos así que no tengo muchas obligaciones familiares», resume Bouillard que ahora no quiere cambiar de vida.

Las marcas deportivas ansían fichar a nuevos talentos y Hoka lo tiene fácil, puede ofrecerle un contrato de corredor sin salir de la empresa, pero el francés quiere seguir trabajando como diseñador de zapatillas. «Hablaré con la marca y es posible que redefinamos mi posición, pero yo disfruto de mi trabajo, no quiero dejarlo», finaliza.

Kilian Jornet: "Al salir, lo más probable era que no terminara"

Kilian Jornet: “Al salir, lo más probable era que no terminara”

Actualizado Domingo, 8 septiembre 2024 - 23:39

La vida de Kilian Jornet (Sabadell, 36 años) ha estado siempre ligada al deporte y a la montaña, el lugar donde "disfruta". Después de estar el año pasado en los Pirineos, se planteó el reto Alpine Connections: enlazar el mayor número de 'cuatromiles' en Los Alpes (82 posibles), sin ningún vehículo motorizado y donar después todos los datos a la ciencia para estudiar los límites del cuerpo humano. Sólo ha necesitado 19 días para conseguirlo.

Mucha gente se pregunta, después de lo que ha conseguido, si usted es humano ¿Le ha dado tiempo a asimilar lo que ha conseguido?
Al final sí, sin duda. Para conseguirlo es por lo que entrenamos y nos preparamos, para que estos retos sean posibles. Creo que va a tomar tiempo asimilarlo, también la parte más emocional porque son muchos días muy concentrado, con un ritmo de vida muy especial donde la alerta es muy alta. Por ahora estoy disfrutando de volver a casa unos días tranquilo, aunque tampoco puedes relajarte mucho porque tengo dos niñas pequeñas y tienes que estar al 100% con la rutina diaria.
¿Qué le han dicho sus hijas de todo esto?
Bueno, todavía son pequeñas, sólo tienen tres y cinco años. Para ellas es normal que su padre y su madre vayan al monte a correr. Papá sólo estaba escalando durante unos días y ya está. Ese es su día a día, vernos a nosotros subir montes.
¿ Cuándo decide empezar a plantearse este tipo de retos?
Éste en los Alpes lo empecé a pensar el año pasado, cuando conseguí un reto similar en los Pirineos encadenando 'tresmiles' y donde realmente lo sufrí, pero lo disfruté mucho. El hecho de estar varios días haciendo actividades un poco técnicas y encadenadas durante muchas horas hizo que me surgiera un poco la idea. Cuando viví en los Alpes ya hacía travesías de 40 o 50 horas encadenando cimas y después de estar en los Pirineos, esa idea que tuve de enlazar dos o tres picos, derivó en encadenarlos todos juntos y durante este invierno le di un poco de forma a esta idea para poder empezar ahora.
¿Qué sintió cuando llegó a la última cima en Ecrins, Francia?
La verdad es que tampoco es como una carrera, donde sí que hay una explosión de adrenalina. Es más una satisfacción profunda porque han sido muchos días. Después de la etapa del MontBlanc, que era la parte con más riesgo, pude respirar un poco y pensar: "Ahora quedan tres cimas que físicamente son largas, pero donde mentalmente voy a estar más tranquilo porque es más difícil que me quede aquí". Yo creo que fue eso, una sensación de placer al saber que ya se terminaba y que, por la mañana, no tendría que estar 20 horas por el monte. Recordar todos los momentos vividos: las salidas y puestas de sol, las aristas.. y dejar atrás los momentos duros que había pasado.
Al final de la última etapa su equipo le estaba esperando abajo con unas pizzas para celebrarlo ¿Cómo fue ese momento?
Sí, claro, llegas a la cima pero luego hay que bajar. Y allí estaban Mateo y Benjamin, dos compañeros. Pero tampoco hablamos mucho. Un poco de gracia y tal, pero poca cosa. Comimos casi en silencio y nos fuimos a dormir porque estábamos cansados.
Kilian Jornet en la etapa 11 del reto Alpine Connections.

Kilian Jornet en la etapa 11 del reto Alpine Connections.Nick Danielson

Se planteó este desafío para estudiar los límites de tu cuerpo ¿Dónde está el suyo?
Creo que es muy interesante poder estudiar la fisiología sobre cuáles son los límites del cuerpo humano y la mente. Intentamos ver a nivel fisiológico, metabólico o cognitivo qué es lo que sucede durante un esfuerzo de este tipo. Ahora queda ver los resultados, porque se recogen muchos datos durante las etapas pero hay que analizarlos y visualizarlos para sacar conclusiones. Al final, aparte de esa satisfacción personal de ganar carreras o hacer proyectos, es interesante entender cómo funciona el cuerpo humano.
Lleva toda su vida ligado al deporte ¿Cómo encuentra la motivación para seguir?
Primero que es lo que conozco. Es lo que disfruto, donde me encuentro a gusto. Si tengo que pasar un día o dos en la ciudad, ya me encuentro mal, no sé dónde estoy...no es mi lugar. Dónde me siento bien es en la naturaleza. Al final, lo que me hace disfrutar es entrenar e ir al monte. Creo que si te tienes que forzar para conseguir motivarte en algo es que realmente no te aporta. Es muy fácil motivarme para ir al monte porque es lo que quiero hacer cada mañana cuando me levanto, lo que es difícil es hacerlo para ir a la ciudad o para hacer cosas así. Ahí sí que necesito encontrar razones muy muy buenas para encontrarle sentido.
¿Cómo se preparó mentalmente para un proyecto como éste?
Primero, la preparación viene con la experiencia. Poder estar "cómodo" en situaciones que no lo son. No estar estresado. Si te encuentras en lugares en los que puede haber una caída de piedras o un terreno con peligros objetivos; es importante no estresarse, mantener la calma y seguir tomando las pequeñas decisiones de forma correcta. Hay que estar calmado y que el estrés no te haga tomar decisiones precipitadas, porque al final te va la vida en ello. La dificultad del proyecto era que iba a estar muchas horas en ese tipo de estado mental y muy concentrado. La preparación viene de antes: concienciarte de que va a ser así, que no sea una sorpresa y que lo lleves asimilado. También creo que depende un poco de cada uno: yo soy una persona bastante calmada y cuando hay algún problema o situación un poco arriesgada, al pasarla me relajo más fácilmente. Eso también ha sido clave para poder conseguir este reto.
¿Alguna vez pensó que no lo iba a conseguir?
Sí, desde el minuto uno. De hecho cuando salí sabía que lo más probable era que no terminara. Por la amplitud del reto, porque me podían pasar muchas cosas físicamente, por las condiciones... Creo que lo interesante es hacer retos que sabes que van a ser difíciles de conseguir. Si vas a hacer algo que sabes que vas a terminar, tampoco tiene mucho sentido, en mi opinión. Durante todo el reto, no sabía si podría llegar hasta la próxima cima.
¿Cómo afrontaba el día a día? ¿Tenía el objetivo en mente desde primera hora de la mañana?
Básicamente no me lo planteé tanto por días, sino por macizos. Es decir, aquí en los Alpes hay cuatro picos que están separados: el Bernina, Weissmies, Ecrins y Grand Paradiso, a los que quería ir en bici, subir, bajar y volver otra vez en bicicleta. Pero luego hay tres macizos que son el Oberland, Valais y MontBlanc, donde hay muchas cimas y aquí quería llegar, estar un tiempo encadenando picos y bajar de nuevo. Una vez dentro, el plan era ir ascendiendo y, o bien esperar a que se hiciera de noche e ir a un refugio para dormir, o ir hasta un punto donde pudiera esperar más horas porque, por las condiciones, era mejor salir de noche o con luz. Aunque realmente, una vez entraba, debía ir tirando sabiendo que había sitios donde no podía parar y aprovechar los refugios para descansar un poco.
Ha tenido que adaptarse constantemente al clima o a imprevistos como aquella llamada de la policía noruega ¿Cómo gestionó esos momentos? ¿Le generaba más tensión?
Bueno, sí que hay dos situaciones que generan frustración. La primera y algo más frustrante, cuando llegas a un sitio, se pone a llover, no se puede subir y hay que dar una vuelta que te va a llevar 15 horas. No te satisface, pero lo haces. Al final piensas: "Bueno, es que estamos aquí para hacerlo, para probarlo y hay que verlo positivamente". Yo siempre digo para intentar motivarme que a más kilómetros, más diversión. Cuando hay problemas, tratas de responder de forma optimista. Vas a ver cosas nuevas, ¿Qué quieres que te diga? Después, hay otras situaciones que son más de riesgo, donde estás algunos minutos tratando de luchar por sobrevivir. Ahí intentas ser muy ágil para tomar la decisión correcta y decidir si me escondo aquí, salgo por allí o hago esa técnica de cuerdas para evitar el peligro. En ese momento es la adrenalina básicamente lo que te hace salir y tampoco piensas en nada más. Estás en el momento, no hay futuro ni pasado. Una vez superado, toca buscar la mejor opción para que no vuelva a ocurrir.
Uno de los aspectos más complicados habrá sido gestionar el sueño...
Sí, había bastantes días que dormía poco, una hora y media o dos horas entre tiradas. Quería gestionarlo sabiendo lo que me iba a encontrar porque el año pasado en los Pirineos también dormí poco. Básicamente vas a un ritmo autómata, ni rápido ni lento, pero te mantienes sabiendo que a los tres o cuatro días, si las previsiones se mantenían, iba a poder dormir unas cinco horas, y ahí ya puedes recuperar muy bien. Consistía en saber que había días en los que iba a dormir muy poco e iba a estar cansado y adormecido. Un par de veces, que tenía mucho sueño, tuve que pararme a dormir 15 minutos y eso ya te da un un subidón para continuar.
¿Qué importancia ha tenido su familia y su equipo?
El equipo que me siguió era pequeño, pero nos conocemos muy bien. Con mi familia bajamos todos juntos para la carrera en Sierre- Zinal antes de comenzar y se quedaron conmigo una semana. No me fueron siguiendo los primeros días porque yo estaba 20 horas en el monte, pero sí que fue bonito, al bajar a Valais, poder estar unas horas con ellos jugando antes de que se volvieran. Luego mi madre, que estaba con ellas, se quedó hasta el final de la etapa. Fue bonito porque yo empecé desde pequeño a hacer montaña y con ella, íbamos recordando anécdotas: "Aquí cuando tenías 10 o 12 años, subimos hasta esta cima y estaba así y ahora no...". En el equipo también estuvo Aina, que es una chica que ha venido a bastante retos y se aseguraba de que al bajar del monte, tuviera comida, un sitio para dormir y de coordinar un poco a los tres a cámaras que estuvieron conmigo.
Ha sido el proyecto más complicado de su carrera, pero ¿Cuál es el momento que más ha disfrutado?
Muchos. La verdad es que el 90% fue disfrute puro. En tantos días hay momentos increíbles sobre todo en salidas, puestas de sol...etc., pero si me tuviera que quedar con uno, quizá fuera en la subida del Weisshorn que, para mí, es una de las montañas más bonitas de los Alpes. Fue al atardecer, en el último día en Valais, después de cinco días casi sin parar por las montañas...pero me encontraba muy fresco, como que flotaba subiendo esa arista. Había un efecto de espectro de Broken y ves tu sombra con un arco iris durante toda la subida, que es larga. Es un momento que realmente, no sé, te notas flotando. Sientes que existes y que no existes al mismo tiempo y yo creo que por esos momentos ya vale la pena plantear estos proyectos.
Ha comentado que la montaña "enseña paciencia y el valor de esperar el momento" ¿a qué se refiere?
Muchas veces te tienes que dar la vuelta, aunque aquí ha salido todo bastante bien. Sí que ha habido situaciones que me han ayudado para seguir adelante, pero, en general, la mayoría de ocasiones cuando tienes proyectos ambiciosos tienes que volver otra vez a probarlo, aprender, ver lo que no ha salido bien para volver a empezar. Aunque tenga una idea muy clara y esté entrenado, hay muchos factores que pueden salir mal y no por eso es un fracaso. La montaña sigue allí. Lo importante es ser paciente y esperar que todo fluya para que salga bien. Si lo forzamos mucho, lo más probable es que nos quedemos en la montaña. Cuando terminas un proyecto te das cuenta de que aquello que determina que sea un fracaso o un éxito no es conseguirlo, sino vivirlo. Algunos proyectos que no he terminado, siento que han sido como éxitos por lo que he vivido y proyectos que han salido bien, tampoco me han aportado mucho emocionalmente. Entonces, la definición de éxito y fracaso en la montaña muchas veces es distinta al objetivismo que podemos tener como sociedad.
¿Tenía en la cabeza el récord de los 60 días durante el desafío?
No, porque que hablar de récord para mí no tiene ningún tipo de sentido. Las condiciones cambian y la filosofía de cada uno es un poco distinta. Por ejemplo, el primero que lo pensó fue Pierre Beghin y quería hacerlo en 82 días, pero él fue el pionero, el que lo pensó y buscó el recorrido. Cuando lo hizo Nicolinni, que es muy buen amigo, sí que tenían la filosofía de ir de macizo en macizo, subiendo y bajando todas las cimas. En cambio, Ueli Steck iba más con el parapente y encadenando. Para mí consistía en llegar al macizo y enlazar todas las cimas de cada macizo. Es decir, la estética en este tipo de retos es para mí mucho más importante que el tiempo y cada uno de los que hemos hecho este tipo de proyectos, hemos buscado una estética distinta. Ni en el planteamiento ni durante la ejecución, en ningún momento se me pasó por la cabeza.
Ahora se encuentra descansando, pero ¿tiene más planes en mente?
Ideas siempre hay muchas y cuando haces un reto así, lo bueno es que te das cuenta de que algunas cosas son posibles que antes no pensabas. Pero no, no hay nada en concreto. Ahora toca descansar y empezar a mirar qué es lo próximo, porque ideas hay mil, pero hay que buscar la logística. Tratamos de viajar poco por razones medioambientales y cuando lo hacemos, buscamos que sea con la familia y no estar mucho tiempo fuera de casa... Nos planteamos retos que se adecúen un poco a esto. He estado años en el Himalaya, donde puedes vivir muchas aventuras, pero haciendo retos en los Pirineos o en los Alpes puedes encontrar cosas igual de interesantes. A veces no hay que pensar en ir muy lejos para encontrar aventuras atractivas.
El fuego que mató a Cheptegei o las puñaladas contra Tirop: la carrera de las atletas más rápidas del planeta contra sus maridos

El fuego que mató a Cheptegei o las puñaladas contra Tirop: la carrera de las atletas más rápidas del planeta contra sus maridos

Cada mañana en las carreteras que rodean el campamento donde entrena Eliud Kipchoge, en una zona rural del valle del Rift en Kenia, aparecen al alba decenas de mujeres corriendo en grupo. La mayoría no son profesionales -se intuye en sus zapatillas, se supone por su forma física- pero comparten el sueño con estrellas del atletismo como Faith Kipyegon, que también se prepara en la zona. Como tantos kenianos corren por una vida mejor, como tantas kenianas anhelan su libertad. Para las hombres del lugar lograr una medalla en unos Juegos Olímpicos o un Mundiales es una de las pocas vías para prosperar -las otras son la política y algunos negocios en la ciudad de Eldoret-, pero para las mujeres es la única salida. Cuando ganan carreras, viajan, se independizan, pueden vivir sus propias vidas. Aunque igualmente es difícil que escapen del machismo que les rodea.

Este jueves, la maratoniana ugandesa Rebecca Cheptegei, que vivía en la zona, cerca de Eldoret, falleció después de que su marido, el keniano Dickson Marangach, la rociara con gasolina y la quemara viva a su regreso de los Juegos Olímpicos de París. Durante 48 horas estuvo en el Hospital Universitario Moi de Eldoret luchando contra las graves quemaduras que cubrían el 80% de su cuerpo, pero finalmente no pudo sobrevivir. La investigación de los hechos no ha hecho más que empezar, pero los padres de la corredora, Joseph Cheptegei y Agnes Ndiema, ya indicaron a medios kenianos como 'The Daily Nation' que su hija, que había ganado en crosses internacionales como el de Granollers y finalizado entre las mejores en maratones como los de Abu Dhabi o Firenze, estaba construyendo una vida en solitario lejos de Marangach.

Su caso puede parecer un hecho aislado, pero en realidad se asemeja a otros, a muchos otros. Días después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la Policía encontró muerta a la fondista Agnes Tirop en su casa de Iten, muy cerca de Eldoret, donde había recibido varias puñaladas en el abdomen por parte de su esposo, Ibrahim Rotich. Plusmarquista mundial de los 10.000 metros y doble medallista mundial, el asesinato de Tirop sacudió a la sociedad keniana por su relevancia, su violencia y porque al mismo tiempo hubo dos casos más. Dos atletas con menos palmarés, Edith Muthoni y Hosea Mwok, fallecieron a manos de su pareja en circunstancias parecidas pocos días después. El Gobierno de Kenia empezó entonces una campaña de concienciación para combatir la violencia machista en la zona, aunque para erradicarla se requieren años y un profundo cambio cultural.

Desde los años 70, con Keitany como referencia

"Él quería decidir qué hacer con mi dinero, comprar un coche... Así que decidí que lo mejor era quedarme sola con mis hijos", explicaba su divorcio Agnes Kiprop, vencedora de maratones y medias maratones por todo el mundo, en el documental '01:05:12 'The Longest Race' realizado por dos periodistas españoles, Javier Triana y Rubén San Bruno. En la pieza se relata cómo desde la llegada al valle del Rift del irlandés Colm O'Connell, el hombre que en los años 70 impulsó el atletismo keniano, las mujeres fueron incorporándose al tartán hasta llegar a copar todos los podios y romper con las imposiciones en su país. Si en la vecina Etiopía, en un proceso parecido, Derartu Tulu, campeona de los 10.000 metros en los Juegos de Barcelona 1992, fue la primera en construir un hotel y un centro comercial con el dinero obtenido de los premios, en Kenia fue la pionera en los negocios fue Mary Keitany, vencedora de los maratones de Londres y Nueva York y plusmarquista mundial en medio maratón -de ahí el 01:05:12 del titular del documental-.

Hoy retirada, Keitany pasó de vivir en un casa sin agua y electricidad a construir varios de los mejores hoteles del valle del Rift, entre ellos el Hotel Winstar de Eldoret y el Hotel Chamastar de su pueblo natal, Kabarnet. Eso sí, lo hizo a partes iguales con su marido, el ex corredor Charles Koech, en un esquema clásico en la zona. "En Kenia aún hay desigualdades que reparar para las jóvenes. Yo espero ser un modelo para las chicas, para que vean hasta dónde pueden llegar. De eso hablo con mi hija", confesaba Kipyegon, triple campeona olímpica de los 1.500 metros, hace un año en conversación con EL MUNDO. La keniana confesaba que le ayudaba que su marido, Timothy Kitum, también hubiera sido atleta, medallista olímpico, y que varias compañeras suyas vivían realidades complejas. Pese a ser las más rápidas del planeta es difícil que escapen del machismo que les rodea.

Kilian Jornet bate todos los récords y termina su reto en los Alpes en sólo 19 días

Kilian Jornet bate todos los récords y termina su reto en los Alpes en sólo 19 días

Actualizado Domingo, 1 septiembre 2024 - 20:29

Nadie lo había conseguido, pero Kilian Jornet, en un ejercicio de fuerza humana casi inexplicable, ha logrado batir el récord de subir los 82 picos de más de 4.000 metros en los Alpes, que estaba en los 60 días desde el año 2008. Él lo ha hecho en 19. Toda una heroicidad sólo al alcance de deportistas como él. Y lo ha realizado únicamente usando la capacidad física, es decir, escalando, caminando o en bicicleta. Y todo ello con el objetivo de estudiar los límites del cuerpo y donar esos datos a la ciencia.

"Es difícil de procesar todas mis emociones ahora mismo, pero este es un viaje que nunca olvidaré", ha destacado el alpinista tras terminar el reto en Dome y Barre des Escrins (Francia). Y es que han sido necesarios más de 1.200 kilómetros recorridos, 16 etapas y superar las 267 horas de actividad para poder lograr algo que parecía imposible.

El último gran empujón lo dio Kilian Jornet en Montblanc hace unos días, un lugar maravilloso donde pudo ascender 16 nuevas cumbres, recorriendo 41 kilómetros con apenas cuatro horas de sueño. Con esa heroicidad su número subió hasta los 79, cifra con la que podía rozar el objetivo con la punta de los dedos. Sólo quedaba entonces superar el Grand Paradiso y terminar por todo lo alto.

Todo empezó en Piz Bernina

Esta aventura personal, denominada Alpine Connections, comenzó en Piz Bernina, pocos días después de haber participado en la carrera de Sierre-Zinal en Suiza. No había tiempos marcados, sólo pequeños objetivos que había que superar si el tiempo, el cansancio mental y el físico le acompañaban a él y al pequeño equipo que le ha seguido durante todo el recorrido.

Un desafío que, cómo él mismo apunta, ha sido "lo más difícil" que ha hecho en su vida, "mental, física y técnicamente", pero también, el más bonito.

Gran parte de la delegación española de atletismo sub-20, afectada por una intoxicación alimenticia en los mundiales de Perú

Gran parte de la delegación española de atletismo sub-20, afectada por una intoxicación alimenticia en los mundiales de Perú

Actualizado Miércoles, 28 agosto 2024 - 11:06

La delegación española de atletismo sub-20 que se encuentra disputando los mundiales en Lima (Perú), del 27 al 31 de agosto, se ha visto afectada por una intoxicación alimenticia que ha implicado a una parte de la expedición que ha viajado a disputar el campeonato.

Los afectados, que están siendo atendidos por los servicios médicos de la Real Federación de Atletismo (RFEA) y de la organización, quedan pendientes de su evolución en las próximas horas, según informó el organismo federativo, este martes, en su cuenta de la red social 'X'.

El combinado nacional, que acude a los Mundiales con 47 atletas, cerró la primera jornada con dos pases a las finales -en longitud y pértiga- y uno a semifinales en los 800 metros femeninos.

Laura Martínez, saltadora de longitud, consiguió el pase a la gran final con la mejor marca de clasificación de las participantes gracias a los 6,37 metros que consiguió en su segundo salto, y Naiara Pérez, en pértiga, con una marca de 4,10 metros luchará por las medallas con la cuarta mejor marca en la clasificación general.

Por otro lado, Marta Mitjans en los 800 metros, con su segunda posición en la serie 2 y los 2:09.87 le permiten disputar la semifinal de su disciplina.

El 4X400 metros mixto, formado por Asabu Pines, Natalia Rojas, Biel Cirujeda y Ana Gálvez conseguían la mejor marca española de todos los tiempos (3:27.53), aunque no les valió para disputar la final.

El increíble desafío de Kilian Jornet y su gran legado a la ciencia

El increíble desafío de Kilian Jornet y su gran legado a la ciencia

Actualizado Lunes, 26 agosto 2024 - 22:16

Impresionante. Pocos calificativos mejores se pueden llegar a encontrar en el diccionario para calificar la hazaña que se ha propuesto el deportista Kilian Jornet (Sabadell, 36 años) en los Alpes. El catalán ha iniciado el reto Alpine Connections, que consiste en escalar el mayor número posible de montañas de más de 4.000 metros de la cordillera europea (82 posibles) en un tiempo récord. Hace 12 días que comenzó su desafío y ya ha llegado a la cima de 51 picos. Para ello ha empleado 178 horas. Cifras que, de continuar con el mismo ritmo, podrían superar el récord de los italianos Franco Nicolini y Diego Giovannini del año 2008, cuando lograron subir todos los picos alpinos en 60 días.

Todo comenzó el pasado 15 de agosto, cuando el ultramaratoniano español inició esta gran aventura con dos objetivos en mente: enlazar el mayor número de cimas explorando los límites físicos y mentales del cuerpo humano y, al mismo tiempo, donar a la ciencia todos los datos sobre el estrés metabólico, el deterioro del sueño o las cargas de entrenamiento que su equipo de fisiología recopile durante el viaje. De esta forma, pretende dar a conocer cuáles son las reacciones del cuerpo a esos niveles de actividad. Porque la vida de Jornet es eso, una constante búsqueda de desafíos sólo al alcance de deportistas apasionados por superarse a sí mismos.

Así fue como nació la idea del reto el año pasado, mientras subía 177 cimas de 3.000 metrosen 11 días en Los Pirineos. Otra de sus locuras. Nada más terminar su último ascenso a la Pica d'Estats supo que era el momento de dar un paso más.

El mensaje más imprevisto

Pasados varios meses y después de vencer en la carrera de montaña de Sierre-Zinal (Suiza), Jornet aprovechó su gran trabajo de preparación física, logística y su conocimiento en la zona (ha residido allí durante una década) para emprender, desde Piz Bernina, esta nueva aventura personal. Un viaje en el que su cuerpo y las condiciones climáticas que se presenten son sus barreras. Gestionar los periodos de descanso o la fatiga es fundamental para mantenerse alerta y atesorar diferentes alternativas por si algo falla. En la montaña, cualquier cosa puede pasar, hasta recibir el mensaje más imprevisto. "La policía noruega me acaba de llamar porque mi coche necesita ser retirado del parking donde está porque han iniciado unas obras que no fueron anunciadas", contó Jornet en sus redes, rodeado de nieve y en medio de su séptima etapa, en la que logró subir 18 cimas en 17 horas de actividad, durmiendo sólo tres.

Esta impredecibilidad hace que no haya etapas marcadas ni tiempos planificados. Todo se tiene que adaptar a cada momento y a lo que Jornet necesite, lo que hace imposible determinar cuánto tiempo durará la aventura. Cada ruta, diseñada a partir de múltiples factores, es única y sólo tiene como objetivo la próxima montaña que haya que escalar. La cumbre siguiente siempre es su favorita. Si noes posible avanzar, hay que parar y esperar a que las condiciones cambien. No hay ninguna jornada igual. En la primera etapa recorrió 242 kilómetros, ascendió su primer pico y completó gran parte del trayecto en bicicleta. En cambio, en otras ocasiones ni siquiera recurre a los pedales.

"Golpe a golpe y verso a verso", Jornet sigue adelante, pero no lo hace solo. Además de un pequeño equipo de soporte y otro de creación de contenidos, que le acompañan en todo momento, familiares como su madre, su pareja, Emelie Forsberg, y sus hijas le han esperado en algunos finales de etapa para poder seguirle y ser partícipes de cada una de sus proezas.

También varios amigos se han querido sumar al proyecto, como los alpinistas Philipp Bruger, que compartió con él los primeros kilómetros, o Jules Henri, al que se ha encontrado de casualidad después de viajar hasta La Fouly, en la undécima etapa de este viaje. Con él, Jornet ha podido llegar hasta Val Ferret (Italia), lugar donde se encuentra descansando debido a las condiciones del tiempo. "Intenté comer, beber mucho, curar la piel de mis manos y pies y prepararme para el próximo empujón largo", apuntó ayer nada más llegar.

Faustino Oro, de 10 años, logra en Barcelona el título de maestro internacional, un récord de precocidad impresionante

Faustino Oro, de 10 años, logra en Barcelona el título de maestro internacional, un récord de precocidad impresionante

Actualizado Domingo, 30 junio 2024 - 13:33

Faustino Oro, un niño argentino de diez años, acaba de lograr en Barcelona el título de maestro internacional de ajedrez. Es el más joven de la historia. A su edad, Magnus Carlsen ni siquiera aparecía en la clasificación de la Federación Internacional. Nadie sabe si Fausti seguirá sus pasos y se convertirá en campeón del mundo, pero pocos dudan de su descomunal talento. En el último año ha jugado contra once grandes maestros y no ha sido derrotado por ninguno. Tres de ellos mordieron el polvo.

Las últimas semanas han sido de gran tensión por la inminencia de un récord al que todos trataban de restar trascendencia. Alejandro Oro, padre del fenómeno, comentaba justo este sábado: "Estamos muy ansiosos, pero en estos momentos es importante mantener la calma". Esa tranquilidad siempre ha sido una de las mayores virtudes que le han transmitido a Faustino sus padres, que además hicieron el sacrificio de abandonar su casa y sus trabajos para venirse a España en busca de un sueño, el sueño de un niño que quiere ser campeón del mundo. «Le debíamos esa oportunidad», explica sereno Alejandro, que vio clara una jugada que a muchos les pareció descabellada.

Faustino, el niño de 10 años que ha ganado al número 1 del ajedrez Magnus Carlsen

Su última partida no fue nada fácil. El maestro internacional chileno Fernando Valenzuela aspiraba a ganar el torneo en Barcelona y salió dispuesto a aguarle la fiesta. Faustino tuvo que defenderse, con negras, pero encontró el plan correcto, nada sencillo, con una madurez asombrosa. Ahora que es MI, el siguiente paso para Faustino Oro será llegar a GM (gran maestro), el título más alto posible para un ajedrecista. Tiene un año y medio para hacerlo además con otro récord de precocidad.

El pequeño Oro es un niño risueño y locuaz, la antítesis del tópico. Nacido para arrasar en los tableros, se inició en el ajedrez un poco por casualidad, precisamente porque Romina, su madre, estaba harta de que destrozara el apartamento de Buenos Aires con la pelota, en los meses del confinamiento. Todo esto lo contaban hace poco más de un año en una entrevista para EL MUNDO, la primera que daba el chico fuera de Argentina.

Para saber más

Alejandro, su padre, relataba que lo apuntó a Chess.com para tratar de salvar la integridad de la vivienda. Mientras Fausti comprendía los secretos del juego a una velocidad nunca vista, sus padres aún ignoraban que pronto se vendrían a vivir al municipio barcelonés de Badalona. Aunque lo llaman el Messi del ajedrez, a nadie se le escapa que el salto tiene más mérito con un hijo no futbolero y, por tanto, con mucha menos plata a la vista, en el mejor de los casos.

El ajedrez, a cambio, es un campo idóneo para el surgimiento de niños prodigio... y para su posterior abandono. En España tuvimos a Arturito Pomar, protagonista recurrente del NO-DO franquista, que llegó a gran maestro pero no pudo dejar su trabajo como cartero. El ajedrez en español sueña ahora con haber encontrado al nuevo Capablanca, aquel genio cubano que fue campeón del mundo entre 1921 y 1927.

Oro tiene una ventaja sobre el malogrado genio español: cinco empresarios, por el momento anónimos, acaban de ofrecer su apoyo para sufragar los gastos que suponen los viajes y los entrenadores. Se acaba así con la incertidumbre económica. Faustino tiene ahora cinco profesores, cada uno especializado en un área del juego. Es otra jugada sin precedentes que algunos consideran excesiva, aunque nunca se ha probado antes con un ajedrecista tan joven.

Un título en tres asaltos

Para llegar a maestro internacional (y algo parecido ocurre para ser gran maestro) hay que conseguir actuaciones brillantes, tres 'normas', en tres torneos distintos. No sirve cualquier pachanga; deben cumplir unos requisitos mínimos. Faustino Oro hizo la primera muesca en la Patagonia, cuando aún tenía nueve años. En 2024 logró la segunda, en el Campeonato Continental de las Américas, donde impresionó al quedar en octavo, empatado a puntos con el segundo e invicto.

Este mes de junio, jugó en Madrid otro torneo en el que tampoco conoció la derrota, pero le faltó medio punto para la tercera 'norma', que ahora ha amarrado en Barcelona. Si se hubiera demorado, no habría superado el récord del estadounidense Abhimanyu Mishra, MI con 10 años, 9 meses y 3 días. Faustino lo supera por poco: 10 años, 8 meses y 16 días.

El torneo de Barcelona era la última bala para escribir esta página de la historia. El pequeño Oro se lanzó a por ella desde la primera partida. Necesitaba al menos cuatro victorias. Empezó a lo grande, con tres seguidas. Luego se tomó un respiro con dos tablas y entonces consiguió su cuarto triunfo. Ya 'solo' necesitaba tres empates más para convertirse en MI. En ese escenario muchos pierden la calma, pero Fausti está hecho de otra pasta.

Un buen sistema nervioso no es la única virtud que señalan los expertos. Faustino Oro aprende a toda velocidad, algo normal a su edad, pero además tiene un instinto sobrenatural. Los niños prodigio suelen ser monstruos del cálculo. El argentino le añade algo que requiere experiencia, el sentido posicional. Tomás Sosa, uno de sus entrenadores, asegura que sabe dónde colocar las piezas de forma "casi mágica".

El pequeño prestidigitador ya ha hecho desaparecer muchos temores a su alrededor. ¿Soportará la presión mientras sigue creciendo? Sus padres y sus abuelos, que lo acompañaron en Madrid, dan la sensación de que el entorno es el correcto. Él mismo disfruta como el niño que es: "No siento presión con el ajedrez, me gusta". Eso sí, sus metas son tan altas y nada secretas que no quiere perder el tiempo con campeonatos del mundo sub 10, sub 12 ni sub nada: "Ahí solo juegan los críos", dice muy serio. De lo que no se librará a partir de septiembre es de volver al colegio.

Muere a los 93 años Willie Mays, legendario jugador de béisbol de los Giants

Muere a los 93 años Willie Mays, legendario jugador de béisbol de los Giants

Willie Mays, el electrizante jugador de beisbol cuya combinación singular de talento, actitud y expresividad lo convirtió en uno de los deportistas más queridos y destacados en la historia de Estados Unidos, ha fallecido a los 93 años. La familia de Mays y los Gigantes de San Francisco anunciaron conjuntamente que el ex jugador había muerto el martes por la tarde en el área de la Bahía de San Francisco.

"Mi padre ha fallecido en paz y rodeado por sus seres queridos", anunció su hijo Michael Mays, en un comunicado que emitió el club. "Quiero agradecer a todos ustedes, desde el fondo de mi corazón roto, por el amor incondicional que le han mostrado durante años. Ustedes han sido la inspiración de su vida", añadió.

El ex jugador era el miembro más longevo del Salón de la Fama que seguía con vida. Su forma de atrapar la pelota con el guante y sus recorridos por las bases mientras su gorra salía volando simbolizaron su alegría por jugar.

Fue elegido al recinto de los inmortales en 1979, su primer año de elegibilidad. En 1999 quedó sólo detrás de Babe Ruth en la lista de The Sporting News sobre los principales astros en la historia del deporte.

Los Giants retiraron su número 24 y edificaron su AT&T Park en San Francisco sobre la Plaza Willie Mays. Mays murió dos días antes de un partido entre los Giants y los Cardinals de San Luis, en el que se honraría a las Ligas Negras en el Rickwood Field de Birmingham, Alabama.

"Todo el béisbol de las Grandes Ligas está de luto hoy, cuando nos preparamos para reunirnos en el mismo parque donde comenzó una carrera y un legado como ningún otro", expresó el comisionado Rob Manfred. "Willie Mays llevó su brillantez en todos los aspectos desde los Black Barons de la Liga Negra Americana hasta la franquicia histórica de los Gigantes, de costa a costa en Nueva York y San Francisco.

"Willie inspiró a generaciones enteras de jugadores y aficionados a medida que este deporte creció y se ganó de verdad su lugar como nuestro pasatiempo nacional... Sus logros y estadísticas increíbles apenas sirven para comenzar la descripción de la maravilla que era ver a Willie dominar el béisbol en cada forma imaginable. Nunca olvidaremos a este verdadero Gigante, dentro y fuera del terreno".

A lo largo de 22 temporadas, casi todas con los Giants de Nueva York y luego de San Francisco, Mays logró 660 jonrones, completó 3.283 golpes, anotó más de 2.000 carreras y ganó 12 Guantes de Oro.

Por encima de sus números, Mays fue el jugador utilizado como barómetro para medir la grandeza en el diamante. Cuando algún jugador empezaba a despuntar en las décadas de los 50 y 60, se solía decir, "pero no es Willie Mays".

Mays, sin embargo, declaró alguna vez que siempre tuvo ayuda de su compañero, y después su manager Alvin Dark, quien solía darle señales por la espalda. "Mostraba un dedo cuando el lanzamiento era una recta... dos cuando era rompiente", relató Mays. "Así podía adelantarme a la pelota".

Cuando le preguntaron una vez su secreto para ser tan buen bateador, Mays dijo que había copiado todo. "Lo aprendí observando a Joe DiMaggio", señaló. "Siempre lo imité".

Mays fue el Novato del Año de la Liga Nacional en 1951, y su Jugador Más Valioso en 1954 y 1965. Además, es uno de pocos jugadores que conectaron más de 50 cuadrangulares más de una vez, y uno de 16 (hasta 2014) con cuatro bolas sacadas del campo en un mismo partido, una gesta que consiguió el 30 de mayo de 1961 en Milwaukee.

"Honestamente, puedo decir que nunca traté de batear un jonrón a propósito", dijo una vez. "De hecho, sé que si tratara de hacerlo, probablemente saldría un elevado de out".

Mays fue más que sus cifras, y será recordado por la espectacular manera en que jugó. De hecho, su increíble atrapada que ayudó a los Gigantes a ganar el primer partido de la Serie Mundial de 1954 es una de las jugadas defensivas más famosas en la historia del béisbol.

Los Gigantes y los Indians de Cleveland estaban empatados 2-2 en la octava entrada en el estadio Polo Grounds de Nueva York, cuando Vic Wertz conectó un batazo que recorrió unos 400 pies hacia el jardín central, con dos hombres en base. Mays corrió hace el muro, de espaldas al plato, y atrapó la pelota por encima del hombro.

La atrapada ayudó a mantener el empate, y Dusty Rhodes conectó un jonrón por el jardín derecho para ganar el encuentro 5-2 en 10 innings. Los Gigantes barrieron la serie en cuatro duelos, sorprendiendo a unos Indios que habían ganado 111 compromisos en la temporada regular.

Después de siete años en Nueva York, Mays y los Gigantes se mudaron a San Francisco tras la temporada de 1957. Luego regresó a Nueva York para terminar su carrera con los Mets en 1972-73.

Cuando se retiró, Mays estaba entre los líderes históricos en varias categorías. Además de sus cuadrangulares, era quinto en carreras con 2.062, sexto en turnos al bate con 10.881, sexto en partidos jugados con 2.992, séptimo en remolcadas con 1.903, noveno en hits con 3.253 y décimo en slugging con 577.

Mays ganó el título de bateo de la Nacional en 1954 con promedio de .345. Esa fue una de las 21 ocasiones que su nombre apareció en el primer puesto en la categoría importante de bateo.

"Estoy peor que devastado y rebasado por las emociones. No tengo palabras para describir lo que significaste para mí", dijo Barry Bonds, exfigura de los Gigantes y el máximo jonronero de la historia.

Premiado por el presidente Barack Obama con la Medalla de la Libertad en 2015, Mays dejó recuerdos imborrables a sus admiradores.

"Willie Mays no fue sólo un deportista singular, bendecido con una combinación sin paralelo de gracia, talento y poder", escribió Obama el martes en la red social X. "Fue también una persona maravillosamente cálida y generosa, e inspiró a toda una generación".

Conor McGregor se cae de su regreso a la UFC: no peleará ante Michael Chandler por lesión

Conor McGregor se cae de su regreso a la UFC: no peleará ante Michael Chandler por lesión

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 07:35

El regreso de Conor McGregor al octágono de la UFC era uno de los eventos más esperados este mes de junio. Pero no podrá ser. El luchador, quien fue durante años el rostro principal de la competición, está lesionado y no podrá participar en la pelea del 29 de junio en Las Vegas, donde encabezaba la cartelera.

Dana White, el presidente de la UFC, ha anunciado el cambio este jueves mediante un mensaje en la red social X (ante Twitter). Ha indicado que el brasileño Alex Pereira, campeón semipesado, se medirá con Jiri Prochazka, el primer retador, en la función 303 de la organización de artes marciales mixtas.

McGregor tenía previsto luchar con Michael Chandler, sexto retador de los ligeros, pero un primer indicio de problemas surgió el 3 de junio, cuando su conferencia de prensa en Dublín se canceló abruptamente.

No se ha dado una explicación

White no ha dado detalles sobre la índole de la lesión de McGregor.

Perder a McGregor, quien no ha peleado en el octágono en tres años, es un golpe para la UFC. A sus 35 años, el gladiador no está ya en su mejor condición, pero sigue siendo un atractivo en taquilla y en las ventas de transmisiones mediante la modalidad de pago por ver.

La UFC está en una encrucijada. Astros como McGregor, Jon Jones y Amanda Nunes se acercan al final de sus carreras o se han retirado ya.

Hay un grupo de peleadores jóvenes que siguen ganando seguidores. La UFC confía en esa nueva generación para mantener su popularidad.

Jordan Díaz, campeón de Europa en triple salto con el tercer mejor salto de la historia

Jordan Díaz, campeón de Europa en triple salto con el tercer mejor salto de la historia

El Olímpico de Roma, maravillado y exaltado, contempló y paladeó uno de los más grandes hitos del atletismo español, aunque la genética, la técnica, la estética y la mística provengan del Caribe. Un sabor dulce y fuerte, de frutas y especias. Jordan Alejandro Díaz Fortún agarraba, en el triple salto, una marca de 18,18 y ascendía al cielo intemporal de la prueba. Era campeón de Europa en su estreno con la selección española. Quiere ser campeón olímpico y plusmarquista mundial. No hay nadie ahora en este planeta que pueda aspirar con tanto fundamento a todo eso.

Para saber más

Cuba está lejos, pero seguramente sus autoridades deportivas seguían con atención cómo su talento exportado, bueno, fugado, luchaban por el título europeo de triple salto. Un portugués de Santiago y un español de La Habana, las dos grandes ciudades de La Perla de las Antillas, dirimían un duelo en la cumbre europea con extrapolación a la mundial y olímpica.

Desde el primer salto, Pichardo (17,51), que iba unos turnos por delante hasta que luego pasaron a los tres últimos de la mejora, y Díaz (17,56) relegaron a todos los demás a la irrelevancia irremediable y se enfrascaron en lo suyo, ignorándolos. Cuando, en el segundo intento, el portugués se plantó en 18,04, la prueba adquirió una dimensión excepcional. Jordan respondió con 17,82.

Al borde de la frontera

Soberbio, pero insuficiente. Ambos crecían, pero Pichardo había tomado ventaja y Jordan se vio obligado a arriesgar. Hizo un nulo en su tercer intento (el de Pichardo había sido de 17,55). Las espadas estaban en todo lo alto, pero la de Pichardo era más afilada. El portugués, tranquilizado, la envainó de momento, renunciando a un cuarto salto. Jordan lo aprovechó aterrizando en el foso a 17,96. récord de España (el anterior, 17,87) al borde de la frontera sagrada por casi inviolable.

La atravesó, destrozándola, convirtiéndola en escombros, cuando dejó en la arena una huella a 18,18 de la tabla. Se convertía de ese modo en el tercer hombre de la historia, tras el británico Jonathan Edwards (18,29) y el estadounidense Christian Taylor (18,21). Pichardo, al borde de la angustia y la impotencia, tras un quinto salto de 17,47, puso el alma en el último. Fue largo, muy largo, 17,92. Pero estéril. Jordan renunció a su sexto. Nimbado por la gracia, estalló de júbilo.

Pichardo y él han vivido historias similares. Pichardo, en el lenguaje del Régimen, desertó en 2017. Díaz, en junio de 2021, en Castellón y, vía Zaragoza, desembocó en Guadalajara, con la ayuda, casi una película de espías, de Ana Peleteiro y con Iván Pedroso en la retaguardia receptiva y acogedora.

Trayectorias paralelas

Como cubano, Pichardo, cuatro veces P (Pedro Pablo Pichardo Peralta), había sido campeón mundial júnior y doble plata mundialista. No estuvo, a causa de una lesión, en los Juegos de Río. En el tránsito de cubano a portugués, no sufrió deportivamente ningún bache físico, psicológico, de instalación o de adaptación. Fue campeón olímpico en Tokio, mundial en Eugene y europeo en Múnich.

Díaz mató a su hermano mayor. También una estrella juvenil no dejaba ¿inconscientemente? de tenerlo como ejemplo a seguir, modelo a imitar e ¿ídolo? a superar. Dos trayectorias paralelas de esa moderna y globalizadora índole política y sociológica que consiste en abrir Europa a los fugitivos de las dictaduras o el hambre. En los separados pero contemporáneos 31 años (el día 30) de Pichardo y los 23 de Díaz caben una rivalidad y una determinación sucesoria que, quizás, han enturbiado las relaciones entre, después de todo, ex compatriotas con historias similares. Ni se tratan ni se hablan. Pero no pueden ignorarse y Roma ha sido el comienzo de una hermosa enemistad.