Contra Llull no hay nada que hacer: el Real Madrid, a un paso de la final y el Barça, del abismo

Contra Llull no hay nada que hacer: el Real Madrid, a un paso de la final y el Barça, del abismo

Si ya de por sí el Real Madrid parece un punto competitivamente (lo ha parecido todo el curso) por encima del Barça, luego está Sergi Llull. Y su genialidad desatada. Sus triples fuera de guion que son puñaladas a la mente del rival. El segundo round dejó a los blancos a un paso de la final de la ACB y al Barça completamente sobre el abismo de una temporada aciaga. Viaja la semifinal al Palau con un 2-0 rotundo, un equipo lanzado y que ha logrado olvidar en cinco días la final de la Euroliga perdida, y otro completamente desquiciado sobre el diván de sus dudas. [Narración y estadísticas: 104-98]

Pero el hombre es Llull, en esta madurez estupenda en la que habita. Lejos del declive, luce su temporada más pulcra que las anteriores, pero llegada la hora de la verdad, siempre está ahí. En el primer partido asestó cuatro triples de carrerilla en menos de dos minutos, puro éxtasis para dar la puntilla a los azulgrana. Este viernes fue de principio a fin, eléctrico, contagiando al resto, una segunda parte poderosa para dejar al Barça tiritando.

Y eso que, como no podía ser de otra forma, fue otro Barça. O lo intentó. 48 horas atrás hubo síntomas de hasta desidia, de poca bravura, de conformismo ante el vendaval del rival. Ahora, conscientes del abismo, con un quinteto bien diferente, las cosas estaban más claras. Más ritmo, más valentía y, sobre todo, más inteligencia táctica. Eso se tradujo en el 3-9 de salida, con un Willy menos miedoso ante Tavares y un Madrid fallón.

Tavares tapona a Willy.

Tavares tapona a Willy.JUANJO MARTINEFE

La rápida reacción fue un 11-0, en una noche de ritmo algo alocado, aún sin dueño. Da Silva era el termómetro azulgrana y Vesely (24 puntos, su tope en ACB) y Jabari, sus mejores hombres. Pero el que no entra en ningún plan es Llull. Se maneja en plena efervescencia, lleno de confianza y disfrutón. Cuando anotó su segundo triple le dijo al banquillo que aguardara su cambio. Se fue al descanso con 13 puntos cuando el Madrid, que siempre tiene la buena costumbre de meter la última antes de ir al vestuario, volvía a mandar.

El Barça se fue diluyendo como un paracetamol en agua. Punto a punto, golpe a golpe. Hezonja, que en la primera mitad se había cogido un cabreo de los suyos, hacía de todo en la pista y Musa le acompañaba con sus puntos fáciles. Un mate de Tavares puso la máxima (67-53) y, aunque con el empuje de Joel Parra pareció el Barça rehacerse algo, ahí estaba Llull para clavar sobre la bocina una mandarina desde 10 metros. Otro mazazo psicológico.

En la recta de meta, el Madrid estaba ya lanzado como un sprinter. Con sus veteranos en pista, con Rudy peleón como si fuera un rookie y el Chacho rompiendo tobillos... Avanzaban los blancos con tres marchas más (llegaron a mandar por 17) y el Barça sin perímetro, sin rebote y sin defensa. Y desquiciado. A su temporada le pueden quedar dos días, un año para olvidar.

Un histórico UCAM Murcia revienta la semifinal y deja a Unicaja al borde del abismo

Un histórico UCAM Murcia revienta la semifinal y deja a Unicaja al borde del abismo

Actualizado Viernes, 31 mayo 2024 - 09:03

El UCAM Murcia volvió a ganar en el Martín Carpena al Unicaja (83-101), esta vez un dominio arrollador y con Rodion Kurucs en versión estelar (21 puntos y 27 de valoración), por lo que tendrá la opción de sentenciar la eliminatoria de semifinales de Liga Endesa en su pabellón el sábado.

Con el 79-88 del primer partido, disputado el pasado martes también en el palacio malagueño, el UCAM se coloca 2-0 y dispone ahora de dos oportunidades en casa para avanzar a la final del campeonato: primero, el sábado (18.00 horas) y, en caso de perder, el lunes (20.30 horas).

Difícil situación para Unicaja, que tendrá que ganar tres partidos consecutivos si quiere optar al título. Precisamente, el equipo malagueño fue el primero de la historia de la Liga ACB que remontó un 2-0. Fue en 2005, en cuartos de final contra Etosa Alicante.

En cuanto al partido, el cuadro entrenado por Sito Alonso ya empezó muy entonado tanto en ritmo y ejecución, poniendo el 4-9 con triple de Rodion Kurucs transcurridos tres minutos de juego.

Un tapón de Yannis Morin a Will Thomas demostró la confianza de los murcianos y la tensión defensiva que impartió desde el inicio, provocando cinco pérdidas al rival y finalizando muy bien en transición para poner el +9.

En un ejercicio de orgullo, pasión y máxima intensidad, el Unicaja logró ver el aro más ancho en sus tiros y recortó hasta el 21-25 con el que terminó un primer cuarto de ritmo espectacular.

Las pulsaciones no bajaron en el segundo, con Unicaja tratando de acercarse en el marcador percutiendo bajo canasta, sin obsesionarse con el triple, buscando el juego físico, aunque fue con un tiros exterior de Kendrick Perry cuando llegó el empate a 3:33 del descanso (35-35).

A poco del descanso se dio el momento polémico del partido, en una acción de rebote con falta a favor de Dylan Osetkowski, quien golpeó con el codo en la cara a Morin.

El pívot de UCAM se fue a vestuarios para frenar la hemorragia de una herida en su rostro, haciendo gestos de provocación a la grada del Carpena, que le recriminó su actitud con una pitada al unísono.

En un intento de ponerse seis arriba, el equipo de la región murciana aguantó con entereza el intento de escapada, pero el Unicaja se fue a vestuarios con un punto de ventaja (45-44).

De un 2+1 de Alberto Díaz a otro de Kurucs, de un gran contraataque local a otro buen balance ofensivo visitante. Canastas difíciles de un lado y de otro. La alternancia fue la constante en el tercer cuarto.

UCAM seguía manteniendo intacta su energía y minando la moral de los de Ibon con buenos tiros abiertos en ataques rápidos que le dieron un gran impulso de ventaja (56-65, min. 25).

Otra vez el Unicaja estaba contra las cuerdas, ahora más que nunca, llegando a perder de trece puntos (61-74). Necesitaba un punto de inflexión para el último asalto, pero no lo hubo, para desgracia de los hinchas cajistas que llenaron las gradas.

El tercer cuarto de UCAM Murcia fue la consagración de un equipo que está a un nivel excelso de confianza: hicieron siete de siete en tiros de dos, cuatro de ocho en triples y cuatro de cinco en tiros libres para 30 puntos.

Le costó hacerlo, pero el Unicaja se puso a diez puntos a falta de cinco minutos y el pabellón cantó el "¡Sí se puede!", pero la realidad fue un golpe tan pronto como un mate de Sant-Roos elevó la distancia a quince puntos.

Hacia el final de partido, con todo sentenciado, un sector de aficionados de UCAM cantaron el "Ibon tiene un plan" como mofa, gesto que condenó el público malagueño, que ahora se tendrá que aferrar a una doble victoria de su equipo a domicilio para forzar un quinto partido.

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la ACB por la vía rápida

El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la ACB por la vía rápida

Actualizado Viernes, 17 mayo 2024 - 23:05

El Real Madrid se convirtió este viernes en el primer semifinalista de la Liga Endesa tras desactivar el orgullo de un correoso Gran Canaria que, pese a que se lo puso más que difícil hasta los últimos compases del choque, al final tuvo que capitular ante la profundidad de armario y la amplitud de recursos sobre el parqué del conjunto blanco.

Walter Tavares fue el más destacado del encuentro merced a sus 13 puntos, 8 rebotes, 2 tapones y 20 de valoración, y diluyó el aporte anotador del norteamericano John Shurna en el equipo isleño.

Ventaja blanca de inicio

En un arranque frenético, con un intercambio de canastas continuo, Abalde y Musa comenzaban a carburar en las filas visitantes, al mismo tiempo que Kljajic y Lammers -titular en esta ocasión por Happ- se entonaban poco a poco en un periodo inicial que terminó anotándose el conjunto blanco apurando su amplio abanico de rotaciones (18-25).

En el segundo asalto, Llull trató de romper el partido desde el perímetro y firmó 10 puntos en apenas tres minutos (26-33). El Gran Canaria reaccionó con una dosis extra de Happ, pero cuando el acierto exterior local se resintió, el Madrid aprovechó para pasar el rodillo y enfilar el túnel de vestuarios con diez puntos de ventaja (33-43).

En la reanudación, Shurna y Albicy frenaron parte de la derrama y revivieron al Gran Canaria. Por su parte, los pupilos de Chus Mateo empezaron a acumular errores y faltas, y aunque reaccionaron con dos triples de Musa y Abalde, de nuevo Brussino y Shurna comprimían la diferencia desde la línea exterior .

Incluso Salvó, con un espectacular palmeo que acabó en mate, igualaba la contienda hasta que un lanzamiento de Hezonja a media distancia permitió a los blancos tomar aire (58-60), antes de afrontar el último cuarto.

Oportunidad amarilla perdida

A partir de ahí, el Gran Canaria lanzó el órdago y siguió poniendo contra las cuerdas al Real Madrid (62-63). Una papeleta más que complicada que llevó a Mateo a dar descanso a un desquiciado Poirier, mientras Hezonja tomaba protagonismo al igual que Rudy Fernández.

Parecía el último arreón de pólvora de los amarillos. A partir de ahí, Tavares volvió a imponerse en la zona, mientras Llull y Rodríguez ponían orden en la dirección de juego y el electrónico volvía a sonreír de manera clara a la escuadra madrileña (66-73 a 3:10 para la conclusión).

Un triple de Shurna desde la esquina derecha avivó las esperanzas locales. Incluso con el campo atrás de Musa y Tavares, a poco más de un minuto de la conclusión, el Granca apelaba a su más preciado bálsamo en el interior, personalizado en Happ con un ajustado gancho a tablero (71-73) que forzaba el último tiempo muerto de Chus Mateo.

Pero al final, el tiro de Slaughter en la última posesión amarillo acabó rebotando en el aro, permitiendo al Madrid sumar el segundo triunfo de la serie y el pase a semifinales después de un agónico desenlace.

El Real Madrid se deja algo más que el liderato en La Fonteta

El Real Madrid se deja algo más que el liderato en La Fonteta

Había ganado Unicaja en el Palau para ahondar más en la tristeza del Barça, fuera de la Final Four. Para meter presión a su rival, quien lo diría, por el liderato de la Liga Endesa. Y el Real Madrid sucumbió después en La Fonteta y perdió la cabeza de la ACB a falta de una jornada. Los malagueños, que reciben el domingo al descendido Palencia, dependen ahora de sí mismos. Aunque seguramente no fue la pena más grande para Chus Mateo. "Lo peor de todo", en palabras del técnico blanco, fue la lesión de Gaby Deck a falta de cinco minutos. [99-93: Narración y estadísticas]

Se fue el argentino con las manos en el rostro, paralizado desde el mismísimo instante en que su compañero Yabusele le cayó encima y su rodilla derecha hizo un extraño. Quizá fue el dolor y seguramente fue el recuerdo. Hace un año, en Belgrado, fue Zach Leday el que, también involuntariamente, arruinó su temporada, esta vez en la otra rodilla. Se perdió la Final Four. Ahora aguarda veredicto médico.

El estupendo duelo por el liderato dio un vuelco en la penúltima jornada. Pocas veces fue tan honrado ese primer puesto que no garantiza nada, apenas el factor cancha en todos los playoffs. Pero Madrid y Unicaja están empeñados en llevarlo hasta el último suspiro y así será, pues este domingo se resolverá todo. Los malagueños, en su ola particular, vencieron en el Palau con una canasta final de Kendrick Perry. Los blancos, ausentes en defensa, no pudieron hacer lo mismo ante un Valencia con un acierto insólito: acabó con 15 triples de 20 intentos.

Campazzo, ante Justin Anderson.

Campazzo, ante Justin Anderson.Miguel Ángel PoloEFE

Algunos de ellos en el mismísimo desenlace, donde contrastaban las canastas naranjas y los fallos blancos. Ahí, con Justin Anderson pletórico, tuvieron los locales la máxima y no soltaron presa. Pradilla se sumó al carro del acierto y Chris Jones, el mejor de la noche, sentenció. El Valencia Basket no ganaba al Madrid en la Fuente de San Luis en partido liguero desde abril de 2013. Los de Xavi Albert pelearán el domingo por acabar terceros.

El duelo había sido un intercambio constante, ritmo agotador, con los ataques imponiéndose claramente a las defensas y una estupenda intensidad en la que ninguno de los dos era capaz de distanciarse demasiado. A ambos les ha dado un respiro la Euroliga, los taronjas sin playoffs y los blancos, que han disputado un partido en los últimos nueve días, resolviendo por la vía rápida ante el Baskonia su billete a Berlín. Y esa frescura se reflejó en el juego.

El Madrid ajustó algo su defensa en el segundo cuarto, pero le seguían penalizando las pérdidas ante un Valencia sin Brandon Davies pero con el mando de Chris Jones y la confianza recuperada de un colectivo que, desde la llegada al banquillo de Xavi Albert en lugar de Alex Mumbrú, ha ganado cuatro de los cinco últimos partidos. Eso se reflejaba en el acierto exterior, en los triples de Ojeleye, Jovic e incluso Inglis, que siguieron tras el descanso y por momentos desesperaron al Madrid.

"No hemos defendido nada. Hemos permitido demasiadas licencias", concluyó Chus Mateo, quien tras la alegría del pase a la Final Four ve cómo se le aleja el objetivo del liderato ACB. El domingo recibe al Baskonia sin depender de sí mismo.

Cinco últimas jornadas:

es tiempo de taquicardia

Cinco últimas jornadas: es tiempo de taquicardia

Actualizado Domingo, 21 abril 2024 - 20:59

Se van agotando las fechas y crece el sentido de urgencia y necesidad en muchos de los partidos de la ACB, llegando la tensión a su máximo, en la jornada de ayer, con el último partido, el de Málaga: tras haber vencido el Real Madrid en Zaragoza por la mañana, el Unicaja debía ganar para recuperar el primer puesto de la clasificación, pero aún llegaba con mayor presión el Baskonia, noveno y amenazado de exclusión de los 'playoffs', algo inusitado

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Un guion insólito: Deck, por segundo partido consecutivo, da sobre la bocina el triunfo al Real Madrid

Un guion insólito: Deck, por segundo partido consecutivo, da sobre la bocina el triunfo al Real Madrid

Actualizado Domingo, 14 abril 2024 - 21:00

El Real Madrid de las "dudas", reconocidas hasta por Chus Mateo, de las derrotas inesperadas, del juego sin demasiada consistencia y de los apuros. También el Real Madrid de los increíbles, porque en eso no hay nadie como él, ese ADN para las remontadas o para las canastas imposibles. Gaby Deck firmó dos triples tan parecidos como insólitos, de jueves a domingo, de Kaunas al WiZink, de Llull a Llull y de triunfo en triunfo. Sobre la bocina, el argentino finiquitó a un Joventut de mérito, que plantó cara pero no pudo escapar de su crisis. [98-95: Narración y estadísticas]

Para saber más

Hubiera sido otro disparo en el pie, otra derrota en ACB para estropear todo lo anterior e impulsar más el liderato que todavía conserva Unicaja. Deck (y antes los triples de Hezonja), evitó el mal mayor desde la esquina, escondido cuando todos miraban a Llull para jugarse la última. Finiquitó al Zalgiris en Euroliga y finiquitó al Joventut -que estrenaba a Dani Miret en el banquillo después de cinco derrotas consecutivas y casi despedirse del playoff- para evitar el tercer tropiezo seguido.

"Decide partidos", dice Mateo de Deck, que también admite las "distracciones" de su equipo, esta vez sin Campazzo, espeso y de nuevo perezoso, a merced por momentos del Joventut. Fue, otra vez, una primera parte desconcertante del Madrid. Se viene repitiendo últimamente y, por supuesto, no es buen síntoma. Apatía, descontrol, poco énfasis en defensa. La Penya, que llegaba del fin de la era Carles Duran, se encontró cómoda en el WiZink después de superar el mal trago inicial.

Cuando el joven Dani Miret impulsó sus rotaciones y el brío al juego visitante, el Madrid se quedó alarmantemente petrificado. Llegó a mandar por siete (17-10) y se fue al descanso ocho abajo y con caras largas (37-45). Nada reactivaba a los de Chus Mateo, que miraban las transiciones verdinegras como meros espectadores pasar un avión. Baloncesto andando que no desaprovechaba el Joventut, con los puntos de Tomic en la pintura y el acierto desde el perímetro.

Tomic, ante Tavares, en el WiZink.

Tomic, ante Tavares, en el WiZink.Javier LizonEFE

Hubo reacción a la vuelta de vestuarios, como no podía ser de otra forma. Arreón de orgullo, de físico y de intensidad que no duró tanto. Un parcial de 16-3, liderado por Musa, en poco más de tres minutos que equilibró la tarde en el Palacio. Pero era un espejismo, porque no tardó en rehacerse la Penya, con el descaro de Andrés Feliz. Un parcial final de 10-2 dejó al Madrid con una pequeña ventaja para afrontar el acto final. Los triples de Hezonja habían sido el resquicio a su espesura.

Esas idas y venidas en el marcador iban a ser la tónica de toda la segunda parte. El ímpetu del Joventut, la inconsistencia del Madrid. Cuando apretó un poco más (y en ese tramo un triple de esos de frotarse los ojos de Llull) y pareció paladear el triunfo (88-79), con el quinto acierto de Hezonja, de nuevo regresó la Penya, también desde el perímetro, el veterano Pau Ribas, el jovenzuelo (otro más de la cantera) Ruzic, el americano Andrew Andrews (91-90, a 1:15 del final).

Hasta la misma orilla. "Hemos podido ganar", reconoció Miret, que observó con calma la polémica, un tapón ilegal de Hezonja a Andrews que tras la revisión no lo fue. Igualó el alero desde el tiro libre, pero en la última posesión murió su equipo. Asistencia de Llull, triple de Deck. Por segundo partido consecutivo.

Otra vez, eso de echar al entrenador en abril...

Otra vez, eso de echar al entrenador en abril…

Son más sorprendentes los cambios de entrenador en los equipos de baloncesto cuanto más cerca del final de la temporada se producen, porque al técnico recién llegado le queda muy poco tiempo para cambiar cosas de manera efectiva, sobre todo cuando los problemas parecen más relacionados con la calidad de la plantilla que con la tarea del predecesor. Acaban de producirse dos muy sonados en dos clubes históricos de la ACB, el Joventut y el Valencia,

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Ricky cambia el Clásico y el Barça deja al Real Madrid sin liderato

Ricky cambia el Clásico y el Barça deja al Real Madrid sin liderato

Unicaja es el nuevo líder de la Liga Endesa, a estas alturas, un mérito terrible. Esa es la conclusión del sexto clásico de la temporada, en el que el Barcelona se sintió poderoso y el Real Madrid irreconocible. Un cambio de síntomas que mucho tiene que ver (o todo) con la aparición de Ricky Rubio, cada vez más pleno. Su temple, su dominio del ritmo y su experiencia marcaron la tarde en el Palau. Después, en la resolución, ahí estaban Vesely (con las dos torres blancas expulsadas por faltas) y la magia de Laprovittola. [85-79: Narración y estadísticas]

Venció de principio a fin el Barça, seguro de sí mismo, agresivo, acertado por momentos y con la cabeza fría siempre. Capaz de golpear de inicio y de aguantar las embestidas del Madrid, que se intentó rebelar en la segunda mitad, pero era "remar" demasiado en ambiente hostil. De nuevo en el Palau vence el Barça (como en el precedente de Euroliga), más triunfo moral que otra cosa, porque se aproxima la hora de la verdad del curso y porque arrebata un bien preciado a su rival directo. Nada menos que el liderato que lucía desde la jornada 1. Igualado con Unicaja (que remontó por la mañana al Manresa), pero con mejor basket average para los malagueños, históricos, que dependen de sí mismos para acabar ahí.

"La manera en la que hemos salido es simplemente vergonzosa, hay que hacérselo mirar". La frase de Llull todavía con el aliento entrecortado, contundente como un puñetazo al mentón, resumió mejor que nada los 15 primeros minutos del Real Madrid en el Palau. Se vienen repitiendo estas autocríticas últimamente en los blancos y eso no es buena señal. El Barça le había pasado por encima como casi nadie este curso (llegó a mandar por 21, 38-17) y sólo una pequeña reacción antes del paso por vestuarios dejaba con vida a los de Chus Mateo.

El Barça fue un pitbull. Su amanecer, como una revancha llena de rabia por lo sucedido en el último clásico, la final copera. El meneo fue aún más evidente cuando Ricky Rubio ingresó en cancha con ocho puntos en dos minutos y junto a Laprovittola golpearon una y otra vez a un Madrid aturdido, que encajó un parcial de 24-2. No permitían los de Roger Grimau ni una canasta sencilla y, en el otro aro, martilleaban con su acierto desde el perímetro (anotaron sus seis primeros triples sin fallo).

Vesely

En semejante crisis, tuvo que salir al rescate el coraje del capitán. Llull espabiló a los blancos antes del descanso con dos triples. Después, un horrible Satoransky y la irrupción de Deck (recordando su versión de hace tiempo) firmaron un parcial de 2-14 que era oxígeno para el Madrid. Fue Ricky, en cancha de nuevo, quien con tres tiros libres de pillo puso un poco de orden.

Esos minutos, tantas veces clave y que tantos equipos desprecian, de antes y después del descanso, iban a resultar un alivio para el Madrid. Porque a la vuelta ya era otro y también el Clásico, que fue elevando su temperatura como no podía ser de otra forma. El Barça ya no encontraba un amigo en el triple y había perdido momentáneamente a Kalinic por faltas. Y el Madrid, con Campazzo a los mandos, se encontraba cómodo en la remontada (llegó a ponerse a tres, 57-54), aunque también vio como Tavares, penalizado por un claro tapón a Willy (de nuevo muy gris, aunque luego lo arregló), se iba al banco con cuatro personales.

El Clásico ya eran detalles. Y el Madrid estaba en la orilla (64-63) cuando su rival tardó tres minutos en anotar la primera canasta del acto definitivo. Un volver a empezar. Pero ahí ya las riendas las tenía Ricky, que no jugaba un partido de este tipo desde 2011, y el Madrid comprobó como todo iban a ser malas noticias. La quinta de Tavares, la irrupción de Vesely (que tanto daño le suele hacer), una técnica al desquiciado Poirier que poco después también abandonaba la cancha y la puntilla de Laprovittola, con los cinco puntos finales (para un total de 25), con esa clase única que posee el argentino, para cerrar la fiesta.

Nadie tiene esta Liga ganada de antemano

Nadie tiene esta Liga ganada de antemano

Perder en casa contra el Manresa no es a estas alturas de la temporada un serio trauma para un Real Madrid líder en la ACB y en Euroliga. Pero sí ilustra bien las vulnerabilidades del actual campeón europeo y, de paso, la ambición del trabajo que est

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El Manresa de un extraordinario Badio sorprende a un perezoso Real Madrid

El Manresa de un extraordinario Badio sorprende a un perezoso Real Madrid

Jugar tanto con fuego suele tener consecuencias. A la segunda vez que el Real Madrid no estuvo a su altura competitiva en tres días, llegó la derrota en el WiZink. Un estupendo BAXI Manresa, aupado por el descaro y el talento de Brancou Badio, tumbó a los blancos, incapaces esta vez de remontar, de enmendar demasiados errores. [72-83: Narración y estadísticas]

Contrastó la seriedad visitante con la ansiedad local. Fue así toda la mañana en el Palacio. El líder de la ACB parecía el grupo de Pedro Martínez, sólido ante las embestidas del Madrid, agresivo y acertado, un ejercicio que confirma al equipo revelación de la Liga Endesa, que ya estuvo presente en la Copa de Málaga y es muy probable que también lo este en los próximos playoffs. Con la de este domingo ya son cuatro victorias seguidas y 16 en lo que va de curso.

Cuando más quemaba la responsabilidad, con el Madrid apretando en la remontada, en los del Bagés apareció un héroe. Badio, ex del Barça, acertó con un tremendo triple a falta de minuto y medio que sentenció todo. Fueron 12 de sus 23 puntos en el acto final, al que el Madrid llegó apuradísimo, pese a que Sergio Rodríguez y Poirier amenazaron con otra remontada marca de la casa.

El partido se asemejó desde el comienzo al del viernes ante el Estrella Roja, aunque esta vez el Real Madrid sí tenga objetivos aún latentes en ACB, mantener esa primera plaza que lleva luciendo desde el inicio del curso. Y además, Chus Mateo recuperaba a tres de sus puntales (Campazzo, Deck y Poirier), que descansaron en Euroliga. Y, aunque el arranque fue alegre (11-2), pronto el Manresa se reordenó para dejar en el WiZink una estupenda primera mitad.

Deck, ante el Manresa.

Deck, ante el Manresa.ZIPI ARAGONEFE

Con intensidad y sabiduría táctica logró hacer dudar al Madrid. Paulatinamente fue adueñándose de todas las facetas del juego hasta sumar un parcial de 12-29 y verse nueve arriba (23-31, tras triple de Geben), con la buena dirección de Dani Pérez, los puntos de Robinson y la defensa que hacía perder balones a un Madrid precipitado. El viernes, Hezonja (que esta vez no jugó, pese a estar convocado), lo dijo claro, como suele: "La primera parte fue baloncesto de verano, una vergüenza". Se podría aplicar esta vez también.

A la vuelta no mejoraron mucho las sensaciones para un Madrid perezoso, que llegaba tarde a casi todo y hasta fallaba canastas insólitas. Además de todos los triples. De todo eso se aprovechaba un serio Manresa, que con un triple de Oriola puso el alarmante +11 (38-49). Y, entonces, los nervios. Porque los árbitros no daban ni una, siempre corregidos desesperadamente por las revisiones. Y en tal ansiedad por remontar, eso sacaba de quicio a unos y otros.

Con tres triples de 25 aciertos, la misión del Madrid se tornó en imposible. Campazzo, Tavares y Musa grises, Hezonja descansando y sólo Poirier y algo de Deck. Con la irrupción de Badio, llegó la segunda derrota en casa en toda la temporada ACB del Madrid en un fin de semana de no muy buenas sensaciones en el WiZink.