Red Bull, haciendo el pino por Verstappen

Actualizado Domingo, 10 marzo 2024 - 20:51

El sábado, hora y media antes del inicio del GP de Arabia Saudí, dos instantes se entrelazaron en el paddock. Un par de escenas que evidencian el momento actual de la F1, sacudida últimamente por todo tipo de escándalos y rumores. Un presente convulso comprimido en las lujosas instalaciones del Corniche Circuit. Los magnates locales más jóvenes, en busca de autógrafo, abrían hueco a Oliver Mintzlaff, el director ejecutivo de Red Bull, que atravesaba la escena a paso ligero, intentando contener la curiosidad de los periodistas. A sólo unos metros, Toto Wolff contemplaba el espectáculo desde el hospitality de Mercedes y despedía con un abrazo a la familia de Carlos Sainz. El piloto madrileño, en busca de asiento para 2025, había aparecido por sorpresa entre una nube de focos para seguir la carrera desde el garaje de Ferrari. Pese a su reciente operación de apendicitis, todo aquel espectáculo, también para él, merecía la pena.

El momento crítico de Red Bull, con Christian Horner bajo los focos, ha concitado la atención mediática durante las dos últimas semanas. El team principal no sólo tuvo que sortear las acusaciones de una empleada por "comportamiento inadecuado", sino que debió poner orden en su garaje. Ante Jos Verstappen, padre del tricampeón mundial, y ante Helmut Marko, otrora fiel consejero, acusado ahora de filtrador. Ambos se han alineado contra el jefe, inflamando el clima de guerra civil.

De hecho, antes de aterrizar hace 10 días en Bahrein, muchos ya daban a Horner por amortizado. Pero él, con dos décadas de experiencia en las moquetas del Gran Circo, no iba a entregar su cabeza así como así. Sólo unas horas después del armisticio entre Marko y Mintzlaff y el doblete de Max Verstappen y Sergio Pérez sobre el asfalto, Horner lanzó un titular a modo de advertencia: "Ninguna persona es más grande que el equipo". Hacía alusión, por supuesto, a Verstappen, que la víspera había reiterado su inquebrantable lealtad hacia Marko. Cuando le incidieron por una hipotética marcha de su campeón, Horner ni siquiera enarcó una ceja. "Max es un piloto maravilloso, pero aquí dentro todo el mundo tiene un papel que desempeñar. Nunca digas de ese agua no beberé. Si un piloto no quiere estar en un sitio, se irá a otro". Y ese destino, obviamente, sólo podría ser Mercedes.

De ahí el interés, teñido de su habitual suficiencia, con el que Wolff observaba las prisas de Mintzlaff por el paddock. Después de las dos primeras citas del Mundial, las Flechas de Plata sólo han sumado 46 puntos, incapaces siquiera de seguir el rastro de Ferrari. Y la baja de Lewis Hamilton, camino de Maranello en 2025, le duele a Toto en el alma. Para ocupar el vacío del heptacampeón, nadie tan capacitado como Verstappen, tal y como el austriaco admitió. "Es una decisión de Max, pero todos los equipos de la parrilla se pondrían a hacer el pino con tal de tenerle en su coche".

Mercedes dice no tener prisa con este asunto, pero lo cierto es que, tal y como ruedan las cosas en Red Bull, el desenlace podría precipitarse. De momento, la facción austriaca del equipo, comandada por Marko y el entorno de Verstappen, obtuvo el sábado una bocanada de oxígeno. "Seguiré en mi puesto", confirmó el veterano asesor, tras su cordial encuentro con Mintzlaff. Nunca tuvo costumbre de que le amordazaran, pero Marko deberá vigilar a partir de ahora cada uno de sus pasos. Porque Horner se ha hartado de sus ínfulas de presunto portavoz oficial. Y sobre todo, porque le considera el topo que ha filtrado los documentos de su escándalo sexual.

Asimismo, la cadena alemana RTL adelantó el sábado que el team principal habría ofrecido 700.000 euros de indemnización a la trabajadora que lo denunció. Una suma que aumentaría hasta el millón de euros gracias a la compensación de la propia escudería. Horner, como ya todos saben en el paddock, cuenta con los favores del tailandés Chalerm Yoovidhya, propietario del 51% de las acciones de Red Bull GmbH. Parece que la facción británica, desde su factoría de Milton Keynes y desde las oficinas centrales en Bangkok, va ganando la guerra.

Guerra sin cuartel en Red Bull: el padre de Verstappen quiere a Horner fuera del equipo

Actualizado Domingo, 3 marzo 2024 - 20:15

Ni siquiera el triunfal arranque de 2024, con la arrolladora victoria de Max Verstappen en Sakhir, ha sosegado los ánimos en Red Bull, escenario de una guerra civil que mantiene en vilo al Mundial. El ruido de sables ha traspasado esta vez los muros del garaje tras las explosivas declaraciones del padre del tricampeón mundial contra Christian Horner, team principal del equipo.

"Habrá tensión mientras permanezca en su cargo. El equipo corre peligro de partirse. No puede seguir así porque terminará explotando. Va de víctima, cuando es él quien está causando los problemas", aseguró Jos Verstappen a The Daily Mail y De Telegraaf.

El diario británico también informaba de una discusión entre Verstappen y Horner el viernes por la noche. Al parecer, el jefe de la escudería austriaca considera al padre del piloto como el cerebro de una campaña que pretende apartarlo de la dirección. "Eso no tendría sentido. ¿Por qué iba a hacer eso cuando a Max le van las cosas tan bien aquí?", se defendió el ex piloto, ante una de las preguntas del periódico.

En compañía de su esposa

Este presunto complot se vincula a la denuncia contra Horner por parte de una empleada de Red Bull Racing, que le acusa de acoso sexual. Nada más saltar a la luz este escándalo, la escudería encargó una investigación a una empresa independiente. El pasado miércoles, la matriz de Red Bull dio por cerrado el caso, asegurando que queja interpuesta había sido "desestimada".

Sin embargo, el jueves por la tarde, tras la primera jornada de entrenamientos libres del GP de Bahrein, una fuente anónima envió a Stefano Domenicali, CEO de la F1, Mohammed ben Sulayem, presidente de la FIA, a los directores de la F1 y a decenas de periodistas un dossier con 79 documentos con las supuestas pruebas de la conducta inapropiada de Horner. De este modo daba a entender que se habían ocultado las evidencias del delito.

Jos Verstappen, durante el GP de Austria de 2022.

Jos Verstappen, durante el GP de Austria de 2022.AP

Desde entonces, Horner quiso ofrecer una imagen de normalidad dentro del box, negando a hacer cualquier comentario sobre "especulaciones anónimas" y reiterando su frontal negativa contra las acusaciones. Tras una oleada de rumores, el ingeniero británico se dejó ver en el paddock en compañía de Geri, su esposa, ex componente de las Spice Girls.

De hecho, a última hora del sábado, el matrimonio Horner abandonó discretamente las instalaciones de Sakhir, alejados de las miradas de los fotógrafos. Ahora queda por ver si Horner viajará en las próximas horas a Jeddah para dirigir las operaciones de Red Bull durante el GP de Arabia Saudí. El sábado, tras el primer triunfo del año, él mismo quiso adelantar que volverá al muro como si nada hubiera pasado: "Estos resultados no se logran si no estamos unidos", zanjó.

"Ha sido un jefe increíble"

La otra cuestión, de mucho mayor calado, atañe ahora a la Federación Internacional (FIA). Según algunos analistas, este organismo podría reclamar, siguiendo los mandatos de su reglamento y su código deportivo, toda la información al alcance de Red Bull GmbH -la empresa que controla y gestiona la escudería- para lograr esclarecer el caso.

Si el caso sigue enredándose y las luchas intestinas devoran a Red Bull, la meteórica carrera de Verstappen también podría sufrir un vuelco. El neerlandés, que firmó a comienzos de 2022 un contrato con Red Bull hasta el final de la temporada 2028, ha mostrado en las últimas horas un total apoyo al trabajo de Horner. "Si analizo su labor dentro del equipo, ha sido un jefe increíble. Desde el punto de vista del rendimiento, nadie puede cuestionar eso", reveló el vencedor de 18 de las 19 últimas carreras del Mundial.