Talor Gooch (-8) ha logrado la cuarta victoria en el LIV Golf de Andalucía, con un apasionante duelo a distancia con Jon Rahm, que desarrolló su mejor juego esta semana en el Real Club de Golf Valderrama en todo lo que llevamos de temporada. "Ha sido todo... estoy muy contento. No quiero decir que esté en mi mejor momento porque ya sabemos cómo es este deporte y enseguida te hunde el pecho", comentó el de Barrika a los medios después de su segundo puesto.
Rahm ha logrado la vuelta más baja de su carrera en Valderrama (65 golpes sin bogeys), y el de Barrika confesó que no tenía sensaciones tan buenas con su swing probablemente desde "la primera jornada del Masters de Augusta en 2023", semana en la que acabaría enfundándose la chaqueta verde.
Por su parte, el norteamericano Gooch ha conquistado la cuarta victoria de su carrera en LIV Golf, la primera desde 2023, donde también se coronó en este mismo escenario. Jon Rahm arrancó con tres pares y el primer birdie llegó en el primer par cinco, en el hoyo cuatro. Aunque el verdadero ataque llegaría por los segundos nueve hoyos, donde el capitán de Legión XIII encadenó una racha de tres birdies consecutivos del hoyo 9 al 11, para acumular dos más en el hoyo 14 y 17.
Jon llegó incluso a empatar en el liderato, hasta que Gooch firmó un birdie clave en el hoyo 15, que lo volvía a poner en cabeza en solitario. El peor swing del día para Rahm llegó en el hoyo 18 con un drive muy desviado a la izquierda, aunque el de Barrika salvó un par monumental tras un meritorio wedge de tercer golpe y un putt de unos cinco metros. El puño de Rahmbo volaba en el último green provocando una gran explosión entre el público que llenó el campo gaditano. No fue suficiente la presión para Gooch, que con birdie en el 17 y un hoyo 18 jugado de libro, rompía su sequía de triunfos.
Con una décima posición con -1, Sergio García ha protagonizado un cambio de tendencia negativa en su juego y ha mostrado consistencia durante toda la semana. La semana próxima en el Open Championship de Irlanda será definitiva para que García se convierta en candidato para la próxima Ryder Cup.
La revelación española del torneo fue Josele Ballester, que cerró con una destacada ronda final de 67 golpes, empatado en el puesto 23. Su mejor jornada en LIV Golf incluyó un eagle en el hoyo 11. El joven debutante lideró al equipo Fireballs, que logró el segundo lugar en la clasificación por equipos, solo por detrás de Legión XIII. El combinado de Rahm se llevó la victoria colectiva, es la tercera del año y la séptima en total en la liga saudita.
David Puig finalizó con 70 golpes y un puesto entre los 20 mejores, mientras Luis Masaveu enfrentó un día complicado, finalizando con una tarjeta de 76 golpes que lo posicionó en la parte baja de la clasificación.
Jon Rahm (-1) no fue capaz de rematar una sólida actuación en la segunda jornada del LIV Series Andalucía que se ha celebrado este sábado en el Real Club de Golf de Valderrama, donde el jugador de Barrika concluyó con dos bogeys en sus últimos cuatro hoyos para terminar en la cuarta posición, aunque descolgado del liderato que ha alcanzado el norteamericano Talor Gooch (-7), protagonista de una auténtica exhibición de 66 golpes en uno de los campos más complejos de toda la temporada del circuito saudita.
Las condiciones meteorológicas mucho más benévolas y la preparación del campo, con unos greenes mucho más lentos y húmedos, provocaron mejores resultados, aunque Valderrama siempre será una de las pruebas más exigentes y como prueba solo seis jugadores están a estas alturas del torneo bajo el par del campo.
El golfista estadounidense ha encontrado la inspiración precisamente en el recorrido, donde logró la última victoria de su carrera en 2023. Su año mágico donde llegó a ganar tres torneos en el LIV Golf. Gooch ha firmado siete birdies y dos bogeys para cimentar su primera posición con cuatro golpes de ventaja sobre su compatriota Dustin Johnson (-3). DJ protagonizó la mejor tarjeta del día con un espectacular 64 (-7), libre de bogeys y repleta de birdies. Y también se reencontrará el domingo con la posibilidad de ganar de nuevo desde el LIV de Las Vegas en febrero de 2024. En la tercera posición, aparece el sudafricano Branden Grace (-2), mientras que Rahm comparte la cuarta con Patrick Reed (-1) y Jinichiro Kozuma (-1).
Con respecto al resto de jugadores españoles, Sergio García (PAR) logró darse una posibilidad remota de remontada (está a 7 golpes) tras rubricar una tarjeta de 69 golpes. García arrancó con tres birdies seguidos y apuntó por momentos a la vuelta de Dustin Johnson. En esta ocasión, el putter lo terminó desquiciando. Se le escaparon muchas opciones cercanas de birdie y algunas para salvar el par. En cualquier caso, hacía mucho tiempo que no estaba en el top 10 a falta de 18 hoyos y confirma su recuperación y su ilusión de ser una opción para Luke Donald en la próxima Ryder Cup. David Puig está con +2, con opciones aún de certificar una gran semana, mientras que Josele Ballester (+6) y Luis Masaveu (+10) se han quedado muy retrasados.
El viento fue el principal protagonista de la primera jornada del LIV Golf Andalucía que se está disputando en el Real Club de Golf de Valderrama, hasta tal punto que el juego tuvo que ser suspendido. La ronda se reanudará a las ocho de la mañana de este sábado. Está previsto que la segunda jornada comience a partir de las 10.
Las fuertes rachas convirtieron el ya de por sí complicado recorrido gaditano en todo un infierno y fueron varios los jugadores que se plantaron ante la organización alegando la imposibilidad de competir en el popular campo, con azotes de viento que llegaron a superar los 53 kilómetros por hora. Con unos greenes rapidísimos cerca de 13 pies en el stimpmeter, incluso la organización tomó una decisión muy pocas veces vista en un campo de golf, al tener que regar el green del hoyo 11 a mitad de vuelta, ante las quejas de algunos jugadores. Brooks Koepka fue el más vehemente. Esta circunstancia se ha dado muy pocas veces y cuestiona de manera discutible el balance de los jugadores que hasta ese momento habían disputado ese green en condiciones más complicadas.
Cinco supervivientes
Hasta la suspensión, cinco jugadores eran los únicos supervivientes con rondas bajo el par: Talor Gooch, Lee Westwood, Cameron Smith, Joaquin Niemann y Branden Grace. Todos terminaron provisionalmente compartiendo el primer puesto con -1.
Por detrás de ellos se han colocado al par del campo el estadounidense Bryson DeChambeau y el español Jon Rahm, que busca su primera victoria del año en el LIV y en el campo de Valderrama, donde habitualmente no ha tenido demasiadas buenas actuaciones. Mientras, ya por encima del par del campo terminaron Sergio García, decimoctavo con +2, Josele Ballester, trigésimoprimero con +3, David Puig, trigésimo noveno con +4 y Luis Masaveu, que esta semana juega con los RangeGoats, 55º con cinco sobre el par del campo.
En la clasificación por equipos y tras esta jornada suspendida por el viento, los Smash de Brooks Koepka son líderes con +5, empatados con los Crushers de Bryson DeChambeau y los Legion XIII de Jon Rahm.
En unas horas, el mejor golf vuelve a la sede española más icónica de este deporte, Valderrama, que desde el este viernes acogerá, un año más, la única prueba del LIV en España. Jon Rahm es su jugador insignia. El jugador de Barrika, tras un ajetreado día entre entrevistas, actos corporativos y entrenamientos, atiende a EL MUNDO justo al concluir el hoyo 18, ayer, en el último día de prácticas antes del Proam.
Hace una década, era un 'amateur' que quería comerse el mundo, ¿qué queda del chico que buscaba ser el mejor de la historia?
Ahí sigue, lo que pasa es que he aprendido que hay cosas que no hay que decir de cara al público, pero la ilusión sigue ahí, el objetivo sigue ahí. Si me pongo objetivos pequeños o factibles, la motivación para entrenar no está, y eso es lo que me da el entusiasmo de querer ser mejor.
Han pasado muchas cosas en estos 10 años, ¿de qué se sorprendería más aquel chico: de ganar dos majors, de ser uno de los deportistas mejor pagados o de tener tres hijos?
(Se lo piensa). De la familia, seguramente. Del golf diría que hay que ganar más (risas), también son cosas que se dicen cuando hay demasiada ignorancia.
¿El dinero es un problema?
No, me ha dado seguridad a mí y a toda mi familia.
¿Se plantea si se equivocó llegando al LIV?
No, nunca. Lo más difícil, quizás, fue el año pasado, con el embarazo complicado de Kelley. Los problemas de golf se veían muy pequeños. Pero una vez que tomo una decisión, estoy cómodo con ella.
¿Su primer recuerdo en Valderrama?
Era un niño, fue en el 2007 cuando vine con mi aita a ver el Volvo Masters. El primer golpe que recuerdo es uno de Thomas Bjorn en un búnker del hoyo 7 que la dejó dada.
LIV Golf
Si tuviera una varita mágica, ¿qué cambiaría del LIV?
No quiero decir nada, porque luego se malinterpretan las cosas.
Siempre hay cosas que mejorar...
En todos sitios. ¿Tú qué crees que yo cambiaría? - Le doy varias opciones, pero no acierto con ninguna y responde - A mí me gustaría, y se está trabajando en ello, tener el calendario hecho un poco antes, para que todo el mundo pueda organizarse y el público pueda tener la capacidad de poder viajar. Me gusta mucho el cambio de este año, en el que la clasificación por equipos cuenta cada una de las tarjetas y, también, me gustaría tener puntos del ranking mundial, porque ahora mismo esta lista no refleja la realidad de los mejores del mundo.
¿Y está contento con el nivel competitivo del LIV?
Con el poco apoyo que el LIV ha tenido y sigue teniendo, van a criticar siempre lo que pueden criticar, que es lo que en golf no ha habido nunca y hay en todos los deportes: dinero garantizado. Entiendo que es una manera muy diferente de empezar una liga, pero las aguas se nota que se van calmando. porque es difícil de argumentar que no nos importa, pero nos importa. La liga sigue siendo competitiva, en los majors, los jugadores del LIV representan no más de un 10% y siempre quedamos varios entre los 10 primeros. Todos queremos ser mejores, yo quiero ser mejor, y creo que la liga va cogiendo más atracción en todo el mundo, y en España también. Es un torneo muy joven, con solo 42 citas... Habría que quitarle cierta crítica y tener cierta perspectiva de lo que va mejorando.
¿El formato de la LIV ha afectado a su nivel de juego?
No ha cambiado nada. Es muy fácil achacar los cambios a que uno juegue mejor o peor. A los que lo piensan les diría que los problemas o mi peor juego empezaron en 2023.
¿Y cómo se encuentra después de romper su récord de top-10 en Dallas?
Aliviado, así se deja de hablar de un tema más... pero es verdad que terminé undécimo, que no está tan mal, ¿eh? Me da rabia porque tiré un mal putt en el último hoyo para perder la racha. Sigo cerca, pero ya se sabe lo complicado que es este deporte.
El hecho de estar en la semana previa a un major, el Open Británico, en un campo tan diferente, es raro, ¿no?
Es algo que hemos comentado, que si no podemos jugar en un campo links, por lo menos tener libre la semana previa para poder ir a entrenarlo. Lo bueno de Valderrama es que es un campo que, por su exigencia, te prepara mentalmente. Es verdad que suele hacer viento, como ha pasado este miércoles.
¿Y lo mejor del LIV?
Sí, por la manera que nos tratan, a nosotros, a nuestras familias, a nuestros caddies y a todos en general. También por las instalaciones, la calidad de la comida... Cuidan todos los detalles y te sientes valorado.
¿Llegará el acuerdo al golf?
No sé nada, lo único que puedo decir es que los nuevos CEO ya se conocían y tienen buena relación, eso debería ser bueno.
La Ryder no se la va a perder, ¿no?
Soy optimista, pero no doy nada por hecho y voy a pelear por clasificarme e intentar ganar la semana próxima en Royal Portrush. Hay temas políticos que yo no puedo controlar, pero tengo la confianza de que voy a jugar.
¿Será un infierno?
No es que fuera bueno Whistling Straits, la verdad. Ahora les he contado a Tyrrell la historia de la primera vez que fue Luis Figo al Camp Nou y lo que le tiraron en aquel córner. Es algo que pasa en el deporte... Yo me lo pasé bien en Whistling, la verdad.
Curiosamente, a mitad del hoyo 18, Luis Figo y Aritz Aduriz irrumpieron en el partido de Rahm y se saludaron cariñosamente con el golfista en el recorrido gaditano.
Ángel Hidalgo, el jugador que hace un año sorprendió al mundo en el Club de Campo Villa de Madrid, derrotando en un desempate al mismísimo Jon Rahm, ha vuelto a ser protagonista. Esta vez en uno de los salones de Hacienda Golf Links, donde el domingo se coronó junto a su equipo como el gran vencedor de la primera edición del Gasol Foundation Golf Invitational. "El Rey, Pau Gasol y Rafa Nadal, los tres tíos más importantes de España", gritó Hidalgo mientras el salón, con cerca de 300 participantes, estallaba en una ovación atronadora, la más ruidosa de todo el fin de semana.
Probablemente la reacción de la gente es el reflejo de una sociedad hastiada del día a día de la política, que ha encontrado en los deportistas a sus verdaderos referentes. Porque Gasol y Nadal no sólo son embajadores de nuestro país. Son también personas normales que han compartido una fin de semana con amigos y patrocinadores por una buena causa. EL MUNDO estuvo allí como testigo privilegiado de la histórica primera edición de un evento que es ya referencia y que ha recaudado una suma importante para pelear contra la obesidad infantil. "Queremos seguir creciendo en el impacto de los hábitos saludables de los niños", asegura Gasol.
Sólo 250 privilegiados disfrutaron durante tres días del renovado resort Hacienda Golf Links y el casi recién inaugurado hotel Fairmont La Hacienda, entre la Línea de la Concepción y San Roque. En el grupo, deportistas, celebridades y empresarios más importantes, todos reunidos en torno a la figura de Pau Gasol, cansado pero feliz, que hace balance de una primera edición que ha superado todas las expectativas. Tanto él como su mujer Catherine han sido los anfitriones perfectos, pendientes de cada uno de los participantes. Da igual que tuvieras 22 majors como Nadal o una mediana empresa del mundo de los helados.
De Augusta a The Players
Nadal quiso dejar toro el protagonismo a su gran amigo Pau, en una esquina del salón, junto a su mujer Xisca, su amigo de toda la vida Tomeu, o su jefe de prensa. Seguía discretamente la presentación del evento en el cóctel del jueves por la noche. Entre foto y foto, el tema estrella de conversación era el golf. Rafa confesaba no echar nada de menos el tenis. "Comencé a jugar al golf porque era el único deporte que podía practicar sin riesgo de lesión", y ahora lo disfruta siempre que puede. En un corrillo con algunos de los golfistas profesionales comentó su reciente viaje a Augusta National con Ana Patricia Botín o al TPC de Sawgrass, sede del The Players invitado por el PGA Tour. Rafa está encantado en Hacienda Golf Links, de hecho fue el lugar escogido hace solo unos meses para preparar su retirada en la Copa Davis y de paso organizar una "Ryder Cup" con sus mejores amigos.
El salón era un devenir de leyendas e hitos; te movías a la derecha y cruzabas con el internacional Álvaro Morata, un poco más adelante, Luis Milla, el futbolista del Getafe, o Marcos Alonso, del Celta de Vigo, o el ex-delantero del Athletic Aritz Aduriz. Rudy Fernández disfrutaba de uno de sus primeros eventos como golfista, junto a su mujer Helen Lindes, también haciendo sus pinitos en el golf. El chef José Andrés se paseó durante todo el fin de semana repartiendo puros. Los golfistas más veteranos Manuel Piñero o Marta Figueras-Dotti, leyendas de nuestro golf, junto a Álvaro Quirós o Gonzalo Fernández-Castaño tampoco quisieron perderse el torneo y poner su granito de arena en la lucha contra la obesidad infantil. Los más jóvenes, Adri Arnaus, Ángel Ayora o Hidalgo, alucinaban con la sencillez y naturalidad de Gasol y Nadal. "Me preguntó ayer qué tal había ido la ronda", sorprendido nos contaba Hidalgo sobre su encuentro con Nadal. En otro rincón, tampoco quiso perderse el torneo el torero Manuel Escribano, junto a su pareja la modelo Laura Sánchez, horas antes de su encerrona ante seis victorinos en Alicante.
"Nos conocimos hace 22 años", Gasol tira de memoria para recordar su primer encuentro con Rafa. "Tenía 15 años y yo 23 y coincidimos en un evento de Nike en Barcelona, me dijeron que era una futura promesa del tenis, era tímido, callado", continúa con el relato. "Luego nos fuimos conociendo más a medida que fui a Roland Garros, he estado en 11 de sus 14 finales, y él en muchos de mis momentos especiales. Somos muy buenos amigos y su presencia aquí es refrendo de esta amistad".
Rudy Fernández, en uno de los 'greens'.Gasol Foundation
"Lo hablamos hace unos meses", comenta Nadal, "conseguimos cuadrarlo en la agenda y estoy apoyando a Pau y su Fundación. Las personas que hemos tenido la suerte de tener una vida privilegiada y de vivir mejor de lo que hubiéramos soñado, no sólo tenemos que contribuir, sino inspirar a que otros lo hagan", sentencia Rafa en su primer día como marqués de Llevant de Mallorca.
-"Buenos días señor marqués", bromeaba Pau. "Mi primer día como marqués ha sido igual que el anterior", respondía Rafa, aunque ya en tono serio evaluaba positivamente la distinción. "Me hace mucha ilusión y estoy muy agradecido al Rey".
Nerviosas, Paula Martín, flamante reciente ganadora del Women's Amateur, y Andrea Revuelta, otra de las perlas de la cantera, han sido las agraciadas y jugarán los primeros 18 hoyos formando equipo con la dupla histórica Gasol-Nadal. "Ha sido una experiencia increíble, y he aprendido mucho, en mi vida hubiera soñado estar aquí", resumía Paula. "No dudamos ni un segundo, estamos rodeadas de gente que nos inspira", destacaba Revuelta. Ambas estudian en Stanford, la prestigiosa universidad americana muy cerca de donde vive Pau. Fue precisamente Gasol quien contactó con ellas para compartir esta experiencia.
"Algo que sea muy especial"
Morata jugó 18 hoyos con Aduriz. "Los dos somos delanteros y se nota, nos hemos tirado a por todas las banderas", bromeaba. "Estoy bien y si me necesitan para la selección ahí estoy, puedo fallar como lo hice el otro día, pero soy español y de los más españoles que hay", no eludía el delantero del Galatasaray ninguna cuestión. Al lado guardaba sus palos Juanma Morales, conocido empresario que se postuló para presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Muy cerca del ex-futbolista Miguel Ángel Ferrer Mista.
Sin duda es esta la época de los eventos golf, recientemente Nadal fue protagonista en Mallorca de la Batalla de las estrellas, Bernd Schuster también organizó el suyo en Salamanca y Pep Guardiola reunió a un selecto grupo de amigos en el PGA de Cataluña. Gasol mira ya a los grandes eventos que se celebran en Estados Unidos como los proams de celebridades donde la estrella de los Lakers ha tomado parte. "Me gustaría que el evento fuera como un major, algo que sea muy especial y de lo que todo el mundo quiera formar parte", explica.
Los comentarios de todos fueron unánimes, la organización es perfecta; de la mano de la agencia ASG liderada por Pablo Neira. Un despliegue de flota de coches de cortesía están pendientes de los participantes, en el lujoso Fairmont cuidan todos los detalles y miman a cada uno de los participantes y la calidad del campo de Hacienda Golf Links rivaliza con unas espectaculares vistas sobre el peñón y el mar, son postales únicas que no se pueden ver en ningún otro lugar del mundo. "Hemos puesto el listón muy alto", reconoce Gasol, satisfecho.
José Andrés, en un carrito, camino de un hoyo.Gasol Foundation
A última hora aparece Ron Artest, su nombre de nacimiento o Metta World Peace (Mega Paz Mundial, como decidió rebautizarse durante un tiempo). Sus dos metros y corpulencia no pasan desapercibidos: jugó 19 temporadas en la NBA, donde coincidió en los Lakers con Gasol. Artest es tristemente conocido por protagonizar la pelea más salvaje en la historia, cuando defendía la camiseta de Indiana y se enzarzó en una reyerta, subiendo a la grada y repartiendo maporrazos con quien se cruzaba en su camino. Le sancionaron durante 86 partidos. Metta vestido con ropa deportiva se paseaba entre los diferentes grupos de participantes en el cóctel de entrega de premios con una copa de champán en la mano. "Hola qué tal, soy Metta, de Estados Unidos", se presentaba tendiendo la mano". Todo un personaje.
Durante el fin de semana, una subasta contribuyó a recaudar más dinero para la causa, desde unas entradas para ver a los Lakers en primera fila, hasta una raqueta de Carlos Alcaraz o Nadal o una camiseta de Pau Gasol con la posibilidad de jugar 18 hoyos con la estrella española, fueron los artículos más demandados.
Los resultados deportivos fue en este caso lo de menos. Pau reconocía que lo más importante es haber cerrado una primera edición con un éxito rotundo. "La gente ha disfrutado, han hecho conexiones y han vivido una experiencia única". El torneo tendrá continuidad y se postula como uno de los grandes eventos sociales y deportivos que será una referencia cada año. Mientras llega la segunda edición y gracias al empuje de la primera, la Fundación Gasol podrá seguir contribuyendo a hacer que la vida de nuestros niños sea un poco más saludabl
Pase lo que pase ya en 2025 J.J. Spaun es el personaje revelación del año golfístico. El nuevo e impredecible ganador del US Open ya avisó en mayo, llegando hasta el desempate del The Players Championship, donde cayó de forma rotunda ante Rory McIlroy. Entonces, muchos no le tomaron en serio. Sus comienzos no fueron fáciles; en 2014 desembarcó en el Circuito Canadiense, donde apenas superó los 800 dólares en ganancias. Hoy, con 34 años, en las horas previas al desenlace de su primer major, recordaba los momentos más duros donde más de una vez llegó plantearse dejar la competición.
En un panorama donde en los últimos nueve años de ganadores de majors no ha habido lugar para las sorpresas, el último underdog desde Danny Willett (ganador del Masters de 2016) aprovechó su oportunidad: desafió a la lluvia, a los mejores del mundo y al campo más duro del planeta.
Hasta cuatro jugadores llegaron a los últimos cuatro hoyos empatados en +1. Adam Scott encadenó dos bogeys consecutivos en los hoyos 13 y 14. Sam Burns, gran dominador del torneo, fue el segundo en caer tras un doble bogey en el 15. El norteamericano se tomó mal que no le concedieran el alivio por acumulación de agua en la calle. Luego fue el inglés Tyrrell Hatton, que se peleó con el rough del hoyo 17 hasta cometer bogey en la mejor oportunidad de birdie del campo. Robert MacIntyre hizo el birdie en el 17 para dejar el resultado de +1 en casa-club, soñaba el escocés en convertirse en el primer ganador zurdo del US Open, curiosamente el único major que no ha ganado ningún jugador que juegue a izquierdas.
Desenlace vibrante
Pero Spaun que llegaba a los dos últimos hoyos con +1, pegó en el 17 el que parecía el mejor golpe de su vida. Su drive en este par cuatro se paseó por la bandera y con dos putts logró el birdie y llegar al hoyo 18 como líder en solitario y único jugador al par del campo. Los nervios podrían ser ahora su peor enemigo. Salida a la calle y, con el hierro 6, recorrió los 180 metros para poner la bola en el green, pero a 19 metros del hoyo. Dos putts serían suficientes, aunque no parecía empresa sencilla. Y de repente, la bola de Spaun recorrió con la fuerza perfecta y terminó desapareciendo en el hoyo en un delirante birdie que enloqueció al público del 18, que terminaría coreando 'USA, USA', ya con la mirada puesta en la Ryder Cup de Bethpage. No pudo el norteamericano contener la emoción junto a su mujer y sus dos hijas pequeñas. Con -1, único jugador bajo el par y ganador del US Open.
Jon Rahm protagonizó, con 67 golpes, junto a McIlroy, la mejor ronda de la última jornada. El de Barrika lo hizo cerrando con tres meritorios birdies finales y rescatando un top-10, el segundo consecutivo en majors. "Ha habido dos claves, la primera que he estado muy bien desde el tee... y la segunda, los putts de larga distancia en Oakmont, he dejado la mayoría dados", analizaba el único ganador del US Open en la historia del golf español.
Rahm finalizó octavo con +4, compartiendo posición con el número uno del mundo, Scottie Scheffler, que, pese a sus 70 golpes, transmitió sensaciones de absoluto dominador del golf. Scheffler se dejó en los greenes de Oakmont muchas y buenas opciones de birdie que no terminaron de encontrar hoyo.
La llegada del tercer major del año a Oakmont sugiere un nostálgico viaje en el tiempo, directamente al año 2016, cuando en estas mismas horas previas al comienzo del grande más fiero del calendario un joven del norte de España deslumbraba con su juego y determinación. En los principales torneos amateurs tiraba palos con la misma facilidad con la que hacía los birdies necesarios para adornar un palmarés de leyenda. Todavía siendo aficionado e icono en Arizona State, Jon Rahm nos abría las puertas de su cuartel general ante su debut en los torneos del Grand Slam y su despedida del mundo de los aficionados.
En una casa alquilada a pocos metros del campo de golf, Rahm esperaba al otro lado de la puerta. Tenía 21 años, un polo naranja de Adidas, unos pantalones grises y la gorra de los Diablos del Sol, el mismo atuendo con el que horas antes había jugado su última ronda de prácticas como amateur al lado de Sergio García y Rafa Cabrera Bello, en, probablemente, el trazado más temido del golf.
En aquel recorrido por la ilusión, nos topamos con su padre, Edorta, y su hermano Erizt curioseando en un portátil en el salón, o Tim Mickelson en pijama, hermanísimo de Phil y el primer mentor del golfista de Barrika en Arizona State. Eran otros tiempos, todos sabíamos que de alguna forma aquel US Open sería el comienzo de algo sobresaliente para la historia del golf español.
Han pasado solo nueve años, pero la vida de Rahm poco tiene que ver con la de aquel jovencito de Barrika. Convive esta semana con su mujer y sus tres hijos y es uno de los deportistas mejor pagados de la historia. En su palmarés, además, cuenta con 22 títulos, entre ellos dos majors. «Afortunadamente, había tenido buenas actuaciones en eventos del PGA Tour antes de debutar aquí. Creo que tenía dos top 10, uno en Phoenix y otro en Mayakoba. En ese momento, estaba completamente confiado en que tenía lo que se necesita. Sabía que era capaz de competir con los mejores jugadores del mundo », recordaba esta semana de aquel debut. El español tuvo una primera ronda complicada en majors, repleta de suspensiones por meteorología adversa, y terminó sus primeros 18 hoyos el viernes por la mañana con un inicio de +6.
Mejor jugador amateur
«En la primera ronda tuve un doble bogey y un triple, y me costó mucho; tuve que salir el sábado por la mañana después de estar todo el viernes sentado sabiendo que tenía que hacer un buen resultado para parar el corte. Hacer uno bajo el par fue algo muy grande», recordaba el de Barrika, que terminó el torneo entre los 25 primeros y con la medalla de mejor jugador amateur.
Jon Rahm, hace nueve años, en su casa alquilada al lado del campo.domicilio.Hugo Costa
Este año llega sin victorias. Todas sus semanas se cuentan por top 10 en LIV, pero aún gestiona las sensaciones agridulces del PGA Championship en Quail Hollow, donde llegó a empatar en el liderato con Scottie Scheffler. «Con gusto cambiaría muchos de mis top10 por más victorias», explicaba en la sala de prensa el español antes de hacer un análisis plagado de honestidad. «Soy realista en este caso. He estado jugando muy buen golf, sí, pero estaría mintiendo si dijera que no es más fácil tener top 10 en un torneo con una participación reducida. Esa es la verdad. Si hubiera jugado eventos con participación completa, ¿habría estado entres los diez mejores cada semana? No. Pero he estado jugando lo suficientemente bien como para decir que lo más probable es que habría estado dentro del top 30 cada vez».
Al lado de Rahm, Josele Ballester será el otro español participante esta semana. No llega el golfista de Castellón con la confianza en sus cotas más altas después de su debut en LIV Golf, tras finalizar en el puesto 50 con +7. «Es jodido verte que ahora estás lejos de los cracks», se sinceraba con el portal Ten Golf. El principal desafío para ambos y los 156 participantes en la 125ª edición del torneo será el rough denso y espeso en combinación con unos greenes duros y rápidos. El US Open siempre ha buscado la dureza como factor identificativo y, cuando la sede es Oakmont, esa circunstancia puede elevarse hasta cotas peligrosas. Ernie Els ganó aquí en 1994 con -5, Ángel Cabrera lo hizo con +5 en 2007 y en 2016 Dustin Johnson llevó el resultado ganador hasta -4.
Los números rojos siempre llegaron asociados a la lluvia que, en algún momento de la semana, dulcificó las condiciones de juego. Scottie Scheffler, número 1 del mundo y ganador de tres torneos este año, será el principal favorito, muy por delante de Rory McIlroy, que intenta solucionar los problemas de su driver.
Eran casi las 23.00 horas del domingo en España cuando Jon Rahm culminaba una remontada increíble. El birdie en el hoyo 11 del golfista de Barrika lo colocaba con -9. La diferencia de cinco golpes con el número uno, Scottie Scheffler, se esfumaba tras el bogey de Scheffler en el hoyo 9. «En el 12 me dí cuenta de que estábamos empatados», aclaraba el español, consciente de la situación.
El golfista de Barrika mantuvo el ímpetu, y solo el destino quiso que su putt de birdie en el 13 perfilara cruelmente el borde del hoyo. Se mantuvo paciente, y llegó la hora de la verdad. Scheffler confesó su ansiedad en esos momentos. El norteamericano bromeaba con que siempre que se encontraba por el campo con uno de los marcadores que mostraban la clasificación electrónica en una página atrasada, no podía ver la situación real del torneo. «Me llegó a causar cierto estrés», comentó.
Los hoyos 14 y 15 de Quail Hollow son los más asequibles, el remanso donde coger aire antes de afrontar la temida Milla Verde. Rahm sabía que debía puntuar en este tramo si quería darse una oportunidad real de ser el primer español en ganar el PGA Championship. «El problema ha estado en esos dos hoyos, además jugando como los he jugado de tee a green...» No logró sacar partido de ninguno de los dos. Admitió no haber acertado a leer la caída de los putts para birdie que tuvo en ambos hoyos. Scheffler, con el colmillo afilado, remató el trabajo con dos birdies en ese mismo tramo, suficientes para encauzar su tercera victoria en un major.
Oportunidad perdida
Rahm, visiblemente tocado, confesaba a los medios que es la primera vez que se pone como líder o colíder en un major y se le termina escapando. En el US Open de 2021 y el Masters de 2023, no desaprovechó la oportunidad y terminó conquistando ambos títulos. Pero desde que 'Rahmbo' dio el salto al LIV, algo ha cambiado. ¿Puede ser una simple coincidencia?
La debacle de Rahm en la Milla Verde, con +5, quedó solo como una cruel anécdota. «Me siento un poco avergonzado», confesó en su primer encuentro con la prensa americana. Lo cierto es que el español mostró dos caras bien diferentes, pero la tesis más positiva es que volvió el jugador más competitivo, la versión que teníamos más olvidada y que se remonta a la etapa anterior de su fichaje por el LIV.
¿Es este resultado un refrendo de que el de Barrika ha regresado o la confirmación de que sigue habiendo carencias competitivas cuando llega la máxima presión? «Cuando más importaba, cuando tienes que pegar los golpes, controlar tus nervios y tu ritmo de swing, Scottie lo tenía y Rahm y DeChambeau, no», afirmaba el prestigioso analista Brandel Chamblee en la televisión americana. «Importa contra quién juegas cada semana, ponerte a prueba contra los mejores, y Rahm no está jugando contra los mejores», apostillaba con el asentimiento del jugador irlandés Paul McGinley, también en labores de comentarista.
La única vara de medir la competitividad de un jugador son las victorias, y lo cierto es que desde que Jon Rahm firmara por LIV Golf en diciembre de 2023, solo ha logrado dos títulos dentro de la liga saudita. Y de los cinco majors que ha disputado desde entonces, solo tuvo opciones reales de victoria ayer. En el Open de 2024 terminó séptimo, pero nunca estuvo peleando por ganar. «Soy consciente de lo bueno de esta semana, pero ahora mismo es difícil verlo. Pero he tenido sensaciones buenas, incluso he disfrutado jugando al golf. Espero seguir trabajando en todo lo bueno», concluía. Quedan 24 días para el US Open en Oakmont, donde Rahm comenzó su carrera hace ya nueve años en los torneos del Grand Slam.
La tercera jornada del PGA Championship estaba construyendo un día final legendario hasta que llegó Scottie Scheffler. Sin piedad, el número uno apareció para reventar el torneo el sábado. El viento sopló durante gran parte de la jornada, convirtiendo —esta vez sí— Quail Hollow en un verdadero test de major, y eso que una tormenta descargó con fuerza a las siete de la mañana; si no, la carnicería habría sido aún mayor.
Hasta los destellos de Scheffler, 15 jugadores estaban en cuatro golpes y soñaban ansiosos con la pelea dominical, una mezcla de nacionalidades y experiencias donde Jon Rahm respiraba aliviado: su golf volvía a funcionar. Feliz el de Barrika con su -4 (67 golpes) del sábado, seis bajo par en el acumulado. Es la primera vez desde que firmó por el LIV en la que se mete con opciones de victoria en un major. Rahm, incluso, llegó a coliderar el torneo. "No me doy opciones de ganar un major desde el US Open de 2023", comentaba al término de su jornada, cuando coqueteaba a solo dos golpes del líder. Solo un par de horas más tarde se veía relegado a cinco de Scheffler, y es que el final —eagle en el 14 y birdies en el 15, 17 y 18— sentaron la cátedra del número uno. Un baño de agua gélida para los contendientes de este segundo grande del año.
El bogey inicial no significó nada para Scottie Scheffler, que cerró sus primeros nueve hoyos con tres birdies más. Sus 65 golpes finales son, de largo, la mejor tarjeta del día. El número uno, que se perdió la primera parte de la temporada por un corte en la mano preparando raviolis, viene de ganar su último torneo —su primer triunfo de 2025— al más puro estilo Tiger Woods: masacró el Byron Nelson del PGA Tour con -30 y ocho golpes de ventaja sobre el segundo clasificado.
El domingo Scheffler saldrá con tres golpes de ventaja respecto al sueco Alex Noren (-8), cuatro sobre los norteamericanos David Riley y J.T. Poston (ambos en -7), y cinco sobre Jon Rahm, Si Woo Kim y Jhonattan Vegas, el venezolano que era líder tras los primeros 36 hoyos. El tejano, además, humilló a la Milla Verde con un parcial de -2 en esos tres hoyos, perdonando incluso el birdie en el 16. En esa misma Milla, Bryson DeChambeau (-5) acumuló cinco golpes más que Scheffler, un lastre que le hará salir el domingo a cinco impactos del líder.
Bolazo a un espectador
Rahm, aunque sin ser consciente del recital final del número uno, terminó eufórico. Su ronda tuvo momentos sobresalientes, como el approach desde fuera en el 3, la madera en el 14 dejando la bola a tres metros para eagle, o el birdie en el 16, con dos golpes estratosféricos. Otros, sin embargo, rozaron el drama: en el 11 dio un bolazo a un espectador en la cabeza, afortunadamente sin más consecuencias que la mejora del resultado de su bola. "No entiendo cómo no le ha dolido, estaba encantado...", confesó Rahm, que tuvo un pequeño detalle en forma de regalo y ambos se dieron un aplaudido abrazo. En el 13, tuvo que llamar a las asistencias médicas para que le taponaran un rasguño en el antebrazo que no paraba de sangrar: aparatoso, pero sin importancia.
"He jugado muy, muy bien al golf hoy y hacer cuatro menos es complicado. Estoy muy contento de mi juego hoy." Lo que Rahm no sabía a esas alturas es que, si quiere ser el primer español en ganar el trofeo Wanamaker, va a necesitar que el domingo pasen cosas extraordinarias. ¿Una venganza de los Juegos Olímpicos? En París, Rahmbo tenía la medalla de oro encarrilada hasta que la llegada por detrás de Scheffler provocó un colapso mayúsculo.
La otra buena noticia del golf español es el rendimiento de David Puig, que finalizó el tercer día con 68 golpes para colocarse parcialmente en el puesto 23 del torneo. "Un Top 12 y jugar el año que viene siempre está en el punto de mira. Ese sería uno de los objetivos y creo que es bastante realista", concluía satisfecho el golfista de La Garriga. Mientras, Sergio García sigue con su calvario, materializado hoy en 79 golpes que lo dejan con +9 en la última posición del torneo.
Scheffler, al igual que Rahm, busca su tercer major. Jugó sus cinco últimos hoyos en cinco bajo par y, justo después de atender a los compromisos de la prensa, se fue directo al campo de prácticas a apurar los últimos rayos de luz entre golpes con sus certeros hierros. A veces, las cosas no siempre suceden por casualidad.
Hoy era un viernes para el espectáculo y la esperanza. Ninguno de los jugadores del top-10 del ranking mundial había comenzado bien este PGA Championship, y desde la organización cruzaban los dedos para que las benévolas condiciones de Quail Hollow ayudaran a que los pesos pesados del golf tiraran de galones y se metieran en el torneo. La PGA de América lleva años conviviendo con el lastre de ser el hermano pobre de los majors. El cambio de fecha (de agosto a mayo) ayudó a mejorar; la elección de grandes sedes como Quail Hollow también aporta lo suyo. Pero el Masters, el Open Championship y el US Open golean al PGA por personalidad e historia.
La extraña clasificación del primer día no contribuía a mejorar la imagen: era más propia del Open de Puerto Rico que de un major con 99 de los 100 mejores jugadores del mundo. Y aunque la segunda jornada nos ha hecho perder a nombres como Justin Thomas, ganador aquí en el PGA de 2017; Jordan Spieth, que se queda sin sueño de Grand Slam (solo le faltaba el PGA Championship); Shane Lowry, Hideki Matsuyama, Sepp Straka (último ganador en el PGA Tour), Ludvig Åberg, Justin Rose o Patrick Reed, el torneo parece haber dado un viraje de 180 grados.
Los grandes del golf han tomado posiciones de cara a un fin de semana de revolución. Scottie Scheffler ha protagonizado el movimiento más decidido. El norteamericano firmó un -3 que lo lleva directamente a la quinta plaza con -5, a solo tres golpes del exótico líder: Jhonattan Vegas, primer venezolano en la historia en liderar un torneo del Grand Slam. Vegas sufrió durante la jornada, sobre todo en su accidentado final, con un doble bogey en el 18 para culminar la temida "Milla Verde", como se conoce a los tres últimos hoyos de Quail Hollow. El venezolano deja el torneo en -8 y con dos golpes de ventaja sobre el francés Matthieu Pavon y el inglés Matt Fitzpatrick.
Al final, Rory McIlroy pasó el corte justo en la cifra de +1. Hoy se ha conocido que, en las horas previas al comienzo, la USGA hizo un test aleatorio y catalogó el driver del norirlandés como no conforme a las reglas, con lo que Rory tuvo que salir el jueves con un modelo diferente, lo que puede explicar el pobre bagaje de solo cuatro calles cogidas desde el tee. Sin embargo, McIlroy no ha dicho su última palabra y saldrá a nueve golpes, al igual que Xander Schauffele o los españoles Sergio García y David Puig. Todos deberán aprovechar las condiciones de la mañana en un campo que llegará al fin de semana más duro, más rápido, con rough más penalizante y una previsión de más viento. No podemos descartar a ninguno de los 74 jugadores que finalmente han pasado el corte del torneo.
Con más opciones se presenta el único español bajo par: Jon Rahm, con una ronda peleada de -1. "Me siento mejor con el swing de lo que dice el resultado, muy buenas sensaciones", avisa el de Barrika, que salvó dos monumentales pares en los hoyos 11 y 12: "El campo va a estar cada día más difícil, yo no descartaría prácticamente a nadie", sentenciaba.
Tres de los cuatro españoles siguen en competición en Quail Hollow. Solo Chacarra se quedó fuera, pero muy cerca de lograr lo que hubiera sido una heroica clasificación. Un resbalón con un mal golpe provocó un doble bogey en el hoyo 8. Llegó a colocarse con +5, pero el birdie en el hoyo 14 y el eagle en el 15, con un putt desde fuera de green de más de 20 metros, lo dejaban a tiro de birdie con los tres hoyos finales de la "Milla Verde" por jugar. Se escapó por muy poco el birdie en el 16 y, a la desesperada, cometió dos bogeys en el 17 y 18 para tener que despedirse del torneo. "Obviamente no he tenido el nivel que creo que puedo demostrar, pero está bien saber dónde tengo que mejorar. Mi nivel de mejora está en los greenes, me queda mucho que aprender y mejorar".
David Puig por fin ha podido dar bolas en el campo de prácticas. Salió a ciegas al segundo major del año: un milagro que pudiera pinchar la bola el jueves en el tee del hoyo uno. Hoy la ronda se complicó de inicio con un segundo golpe en el 10 directamente contra el tronco de un árbol. El primer milagro de la jornada llegó con un putt desde seis metros para par. Cuando todo parecía bajo control, llegaron cinco bogeys en siete hoyos. Con +3 y tres hoyos por jugar, parecía que el corte se alejaba. Otra lección de garra del golfista de La Garriga, que terminó con dos birdies en el 7 y el 8 para clasificarse al fin de semana. "He podido cerrar muy bien, seguir confiando en mi juego y he podido hacer buenos swings para acabar y jugar el fin de semana". "La parte física ha mejorado bastante, eso es el mayor éxito".
Sergio García (+1) también terminó justo en +1 para pasar el corte, pese a que el golfista de Castellón creía en un "99,9 por ciento que se iba a quedar fuera por un golpe". Nos alegramos del error de cálculo, aunque su discurso sigue siendo catastrofista. "He jugado mejor que ayer, era fácil: ayer como un hándicap 25 y hoy como un hándicap 7", concluía. Mucho por jugar aún en el segundo major del año. Veremos si está predispuesto a que la revolución continúe el fin de semana.