Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el 'centenario' de Djokovic

Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el ‘centenario’ de Djokovic

A la espera de mejores noticias de Carlos Alcaraz, que ha vuelto de vacío de la gira primaveral de pista dura por primera vez en cuatro años, y del regreso de Jannik Sinner tras cumplir su sanción a medida por dopaje, aparece un gigante de 19 años con aparentes argumentos para agitar el circuito. Jakub Mensik arruinó en sendos tie breaks la fiesta de Novak Djokovic, dispuesto a ganar por séptima vez en Miami e ingresar así en el selecto club de los cien, donde le aguardaban Jimmy Connors (109 títulos) y Roger Federer (103).

Cierto es que el serbio, que cumplirá en mayo los 38, casi doblaba la edad de su adversario, pero pese a ello, o precisamente por eso, salía como claro favorito en su 59ª final de un Masters 1000, más aún después de desplegar un tenis que no se le había visto en este curso, que sigue teniendo para él tono crepuscular.

Frente al poso y el control del ganador de 24 títulos del Grand Slam, el jugador de Prostejov se manejó con la misma eficacia y templanza que en los partidos precedentes del torneo, como si no se tratase tan sólo de su segunda final, tras perder el pasado año ante Karen Khachanov en Doha. Sale del torneo con 111 aces, 14 de ellos frente a Djokovic, y la diáfana estadística de contar por éxitos los siete desempates que ha disputado, dos de ellos ante Jack Draper, reciente campeón en Indian Wellls.

«Soy capaz de mantener la calma y estar concentrado. Creo que soy fuerte mentalmente en este tipo de situaciones. Esa es la razón por la que he ganado todos mis tie breaks», se congratuló.

Dos campeones inesperados

Los dos primeros Masters 1000 del curso arrojan un mensaje renovador, si bien tanto las expectativas de Draper, 23 años, como las de Mensik han de contemplarse con la debida cautela. El checo, que según confesó en la conferencia de prensa posterior a la final estuvo a punto de no jugar el torneo debido a los problemas en la rodilla derecha, es ya 24º del ranking, un salto de 30 puestos. Antes del inicio de la competición se dirigió a la oficina de los jueces árbitros para oficializar su retirada, pero acudió justo en la pausa del desayuno y no quiso esperar. Decidió probarse. Ganó a Roberto Bautista en tres sets e incorporó entre sus víctimas a Taylor Fritz, cuarto en el escalafón, y Arthur Fils, 15º. «Día tras día mi rodilla mejoró y también lo hizo mi juego», explicó.

Desde Jan Kodes, ganador de tres títulos del Grand Slam en los años setenta del siglo pasado, la República Checa, entonces aún Checoslovaquia, goza de una notable tradición tenística. Ivan Lendl consiguió sus ocho títulos del Grand Slam antes de decantarse por la nacionalidad estadounidense. Tres Copas Davis (1980, 2012, 2013) respaldan la competitividad de sus jugadores, también en el terreno colectivo.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.EFE

Si en 2012 fueron Tomas Berdych y Radek Stepanek quienes frustraron la ilusión de España en la final de Praga, título refrendado un año después contra Serbia, en Belgrado, la República Checa tiene de nuevo derecho a soñar. Ahí están, además del protagonista de este artículo, Tomas Machac, 24 años, el hombre que le precede en el ránking, ganador esta misma temporada del ATP 500 de Acapulco, y Jiri Lehecka, 29º, 23, vencedor a comienzos de ejercicio del ATP 250 de Brisbane.

Mensik es el tercer checo que levanta un Masters 1000, después de que lo hicieran Karel Novacek, en 1991, en Hamburgo, Petr Korda, en 1997, en Stuttgart, y Berdych, en Paris-Bercy, en 2005. Es el segundo tenista más joven en alzar el título en Miami, tras Alcaraz, que lo hizo en 2022 con 18 años. Es el quinto más precoz en hacerse con un torneo de este rango, después de Michael Chang, Rafa Nadal, Alcaraz y Holger Rune.

Jannik Sinner, suspendido tres meses por dopaje

Jannik Sinner, suspendido tres meses por dopaje

Actualizado Sábado, 15 febrero 2025 - 11:06

El italiano Jannik Sinner ha aceptado una suspensión de tres meses tras llegar a un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje por sus positivos de dopaje, en controles a los que se sometió el pasado año, informa Efe.

La sanción comprende desde el 9 de febrero hasta el 4 de mayo. "La AMA y Jannik Sinner han alcanzado un acuerdo para un período de inhabilitación que mantendrá al jugador fuera de la competición hasta el 4 de mayo.

"Después de una investigación exhaustiva por parte de la ITIA (incluido el asesoramiento de laboratorios acreditados por la AMA), quedamos satisfechos de que el jugador había establecido la fuente de la sustancia prohibida y que la infracción no fue intencional. El resultado de hoy respalda este hallazgo", indica el comunicado.

"La ITIA remitió el asunto a un panel independiente que llegó a una decisión de "Sin Culpa o Negligencia" y, por lo tanto, sin suspensión basada en los hechos y su aplicación de las reglas. El resultado en tres meses sólo fue posible mediante un acuerdo entre la AMA y el jugador", señala la nota.

Siunner ha aceptado la sanción impuesta tras dar positivo en una prueba de Clostebol en marzo del 2024, a pesar de que el TAS le había considerado inocente.

El número uno del mundo se perderá los torneos de Sunshine Double Montecarlo, Madrid y regresará en el Masters 1000 de Roma.

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: "No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios"

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: “No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios”

«¿Lo coges tú mismo?», le preguntaba John Newcombe, ganador de cinco Grand Slam, y Jannik Sinner sostenía el trofeo del Open de Australia, lo mostraba a los aficionados para que echaran un vistazo, lo levantaba muy levemente y ya está. A otra cosa. Cuando acabó la ceremonia, tuvo que ir alguien de la organización a pedirle que repitiera la celebración y que la exagerara un poco porque los fotógrafos se habían quedado a medias. Nunca hubo un campeón tan discreto.

Para saber más

«Los partidos pueden durar entre tres y cinco horas: ese es el tiempo del día en el que sé que tengo que estar concentrado. Fuera de la pista, en cambio, pasan cosas que nadie conoce», explicaba Sinner, siempre tan enigmático. En la pista y fuera de ella, sus golpes, sus movimientos y sus gestos son indescifrables e invitan a pensar qué se esconde detrás. ¿Qué piensa? Ganador de tres Grand Slam a los 23 años, Sinner ha abierto una era de dominio del tenis sin mostrar al mundo sus secretos.

Su carácter

Y posiblemente ese hermetismo sea uno de sus puntos fuertes. «No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios», analizaba en la previa John McEnroe en conversación con EL MUNDO y en la final de ayer en Melbourne sus palabras se convirtieron en imágenes. Desde el primer set, Alexander Zverev mostraba su frustración ante un rival tan inaccesible y Sinner, en cambio, nada. Incluso en el tie-break del segundo set, el momento más tenso del partido, el número uno mantuvo la misma cara. Al final, 6-3, 7-6(4) y 6-3.

ADRIAN DENNISAFP

En realidad, Zverev, de padre ruso, parecía menos alemán que Sinner, criado en los Alpes en la frontera entre Italia y Austria. Ni una comunicación con su equipo, ni un renuncio ni tan siquiera un grito de celebración. Si hubo algún «¡Come on!» fue de Zverev. Más allá de los temblores en cuartos de final o de los calambres en semifinales, Sinner fue un muro durante todo el torneo.

Su juego

Su tenis también se lo permitió. La velocidad de su derecha le otorga mucha seguridad y en el resto de juego tampoco se observa un punto débil. Su revés, especialmente el cruzado, es difícil de responder. Sin ser quien saca más rápido, es letal al servicio: ayer no concedió bolas de break y sólo perdió nueve puntos con los primeros. Y si antes sufría en la red con la volea, ahora ya no lo hace. Si acaso le falta un punto de creatividad, como se observa en otras superficies, especialmente en tierra batida, pero en pista rápida no le hace falta.

«Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Nadie se merece más este trofeo. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno», reconocía Zverev después de la final como habían hecho los adversarios anteriores, especialmente un Álex De Miñaur hundido en cuartos.

Su equipo

Ante el australiano, de hecho, sí se vio la necesidad que Sinner tiene de estar en contacto con su equipo, apoyado cuando hay dudas. Cuando el calor casi le noquea, la ayuda de los suyos le salvó. El italiano lleva con Simone Vagnozzi desde los 14 años, pero la llegada hace dos temporadas de Darren Cahill fue clave. Ex técnico de Andre Agassi, Lleyton Hewitt y Simona Halep, le ha dado confianza y ha aportado variedad en su juego.

Vincent ThianAP

«Ha madurado muy rápido. Los tenistas viven una vida fantástica, pero necesitan una mente muy trabajada para aguantar la presión», alababa Cahill hace unos días a quien además ha tenido suerte con los cambios. Después de su positivo en un control antidopaje, Sinner despidió a su preparador físico y su fisioterapeuta, Umberto Ferrara y Giacomo Naldi, y los recién llegados a sus puestos, Marco Panichi y Ulises Badio, que anteriormente habían trabajado con Novak Djokovic, han encajado.

El sistema

En su futuro, de hecho, sólo queda la duda sobre ese positivo A mediados del próximo mes de abril, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) resolverá la apelación en la cual la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reclama entre uno y dos años de sanción. La ATP aceptó los argumentos Sinner -su antiguo fisio, Naldi, había utilizado una pomada prohibida- y lo exculpó, pero la AMA no fue tan crédula. «No estoy pensando en eso ahora, intento disfrutar del momento», revelaba ayer Sinner.

Un castigo rompería su racha y su dominio actual del circuito, pero su caso revela igualmente su poder en el tenis. Como primer número uno italiano ahora mismo lo tiene todo a su favor. Si años atrás el poder era anglosajón, ahora es transalpino con Andrea Gaudenzi como presidente de la ATP y Massimo Calvelli como director ejecutivo.

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 19:30

«Eres demasiado bueno», admitió Alexander Zverev dirigiéndose al ya bicampeón en la ceremonia de entrega de premios tras la final del Abierto de Australia. No fue un mero mensaje de cortesía sino el reconocimiento sincero de aquello que ya había sentido, padecido, según avanzaba un duelo en el que tardó poco en darse cuenta de que estaba ante un Jannik Sinner de nuevo inabordable. Le duró poco la convicción inicial al alemán, que no fue capaz de aprovechar el descenso en el porcentaje de primeros servicios de su adversario desde mediado el segundo set hasta el comienzo del tercero. Tampoco le funcionó su juego más directo en ese segundo parcial, asumido que no obtenía provecho de los largos intercambios. Forzó el desempate, su mayor logro en un partido que Sinner dominó con claridad. Fue mejor en todas las facetas del juego.

Entre las muchas virtudes de Sinner se encuentra la inteligencia táctica. Supo situar a Zverev ante su propia realidad, la que le persigue al constatar el flanco débil en su golpe de derecha, sobre el que hizo sangre el de San Cándido, cerebral, calculador, metódico, constante, frente a la visceralidad y el progresivo desorden de su oponente, mermado en su energía y credibilidad a medida que se topaba con la evidencia. Había un lugar claro donde atacarle y empezó a acumular errores. Camino de los 28 años y ya con tres finales del Grand Slam sobre sus hombros, sigue sin culminar el objetivo.

Sinner le devolvió poco a poco a un pasado no muy lejano, el del jugador vacilante con su saque y desestabilizado emocionalmente. Y lo hizo al retrasar la posición en el resto. Es muy complicado encontrar las cosquillas al ahora mismo indiscutible número 1 del mundo y ganador de los dos últimos títulos grandes. Requiere un ejercicio de precisión y persistencia para el que muy pocos están capacitados.

Si alguien puede estar en disposición de hacerlo es Carlos Alcaraz, que no ha llegado al torneo en las mejores condiciones. Los demás jugadores, salvando de manera puntual a Novak Djokovic, cuyo cuerpo pagó el peaje de su encuentro de cuartos ante el español, no están preparados para las exigencias que impone Sinner ni para sacarle de su zona de confort, para poner en duda una autoridad que resulta incontestable en estos momentos.

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Las desgracias aguardan en las esquinas, un mal gesto que acabe en un 'crec', un masaje de un fisioterapeuta despistado, pero Jannik Sinner puede dominar el tenis en la próxima década, especialmente si se juega en una pista rápida. Es preciso hasta rozar el límite humano; es racional hasta rozar el límite humano. Dicho de otra manera, parece un robot. Este domingo su victoria ante Alexander Zverev en la final del Open de Australia por 6-3, 7-6(4) y 6-3 fue la confirmación de una nueva era.

Si el número uno del ranking ATP se enfrenta al número dos y su dominio es tan contundente no hay mucho más análisis. El único contrapunto en la actualidad es Carlos Alcaraz y su creatividad, aunque cada vez es mayor la diferencia entre ambos sobre cemento. En realidad, cada vez es mayor la diferencia de Sinner con el resto del mundo sobre cemento. Sin problemas físicos, el italiano parece imbatible en ese terreno porque es imbatible: lleva 21 victorias consecutivas, todas desde que le ganara el propio Alcaraz en octubre en la final del Masters 1000 de Shanghai.

Un Zverev cabizbajo

Ante él, los rivales saltan a la pista ya abatidos, como le ocurrió a Zverev este domingo. Cabeza baja, mirada perdida; el ánimo por los suelos. Nunca fue el alemán un tipo sonriente, pero su pose no invitaba a pensar que ganaría por fin su primer 'grande'. Su única posibilidad de victoria ya le advertía sufrimiento: tenía que aguantar, aguantar y aguantar. Y no estaba para tanto aguante.

MARTIN KEEPAFP

En el primer set, en cuanto se torcieron las cosas, Zverev ya se desesperó en gestos hacia su equipo, hacia el cielo, hacia sí mismo. Fueron sintomáticas sus subidas a la red sin sentido. Es cierto que Sinner era imperturbable: no cedió una sola bola de break en todo el partido, con su primer saque apenas perdió nueve puntos y únicamente cometió 27 errores no forzados -por 45 del alemán-. Pero Zverev se lo podía haber imaginado antes de empezar. En ese periodo inicial, Sinner, preciso y serio como siempre, necesitó hasta seis oportunidades de rotura para adelantarse, pero en cuanto lo hizo se acabó.

Remontarle era una quimera, pero Zverev tenía que intentarlo y lo intentó. En el segundo set, mucho más concentrado que al principio, el número dos mundial soltó su derecha, empezó a hacer más daño, y amenazó con alargar la disputa. Con 5-4 y 30-0 a su favor tuvo la mejor oportunidad. Pero Sinner no movió ni una ceja, llevó el periodo al tie-break y allí incluso le sonrío la suerte. En el 4-4, una bola suya pegó en la red, quedó suspendida en el aire y cayó del otro lado convirtiéndose en una dejada perfecta. Entonces sí, ya no había mucho más que hacer.

JOEL CARRETTEFE

Antes de empezar el tercer set, Zverev se peleó en el banquillo con su raquetero, golpe va, golpe viene, y ya sólo quedaba esperar a la conclusión. Para el alemán era su tercera final de Grand Slam perdida; seguramente tendrá más oportunidades, quién sabe si las aprovechará. Para el italiano, en cambio, es el inicio de una nueva era en la que puede dominar el tenis.

"No son tan bueno"

"Quiero agradecérselo a mi equipo. Hemos trabajado mucho para volver a estar aquí. Es increíble conseguir estas cosas, pero también compartirlas con vosotros. Gracias a todos por hacer posible este torneo, es mi Grand Slam más especial y espero que siga siendo así", comentó Sinner, discreto incluso en el momento de recoger el trofeo. La euforia, contenida. La celebración tranquila.

Detrás, Zverev seguía machacándose por lo ocurrido durante el encuentro: "Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno, simplemente eso. Aprecio mucho todo lo que ha hecho mi equipo después de mi lesión, ser número dos del mundo, volver a dos finales de Grand Slam... No estaría aquí sin vosotros".

John McEnroe: "Alcaraz aprenderá de la lección mental que le dio Djokovic"

John McEnroe: “Alcaraz aprenderá de la lección mental que le dio Djokovic”

«¿Ya? ¡Vamos!», reclama en castellano John McEnroe y sus respuestas impactan como lo hacían sus golpes. No se lo piensa, sentencia. A sus 65 años, el vencedor de siete Grand Slam sigue en forma como comentarista de Max y Eurosport, los canales que ofrece en exclusiva el Open de Australia, mientras escucha ofertas para volver a entrenar. «Pero algo a tiempo parcial, no me veo lejos de mi familia durante 35 o 40 semanas», comenta desde Melbourne en una entrevista con media docena de medios internacionales entre los que se encuentra EL MUNDO. Antes de hablar Novak Djokovic se ha retirado de su semifinal ante Alexander Zverev y Jannik Sinner ha batido a Ben Shelton por el otro puesto en la final de este domingo (9.30 horas).

¿Ha habido algo de despedida en la retirada de Djokovic?
No lo creo, nunca hay que subestimar a Djokovic. Ha estado cerca de ganar el Grand Slam y pensar que no puede volver a hacerlo es absurdo. ¿Se está acabando su tiempo? Claro. Tiene 37 años, lleva machacando su cuerpo los últimos 20 y tiene familia. Pero lo ha apostado todo para cimentar más su lugar en la historia. Es difícil argumentar que no es el mejor de siempre. Ahora mismo está buscando su límite absoluto y cualquier deportista respeta eso. Ante Alcaraz lo tenía todo perdido y encontró la forma de salir adelante. Lo seguirá haciendo.
¿Importa o no importa que gane su Grand Slam número 25?
No estoy seguro. Si es lo que le motiva, genial. Creo que ya ha roto prácticamente todos los récords, así que entiendo que necesite algún aliciente más. Ganar el número 25 le pondría por delante de Margaret Court, pero comparar el tenis masculino y el femenino es como comparar manzanas y naranjas. Aun así, si gana otro major, su récord quizá sea para siempre.
¿Qué debe aprender Alcaraz de lo que ocurrió en cuartos de final?
Djokovic le dio una lección sobre juego mental y estoy seguro que Alcaraz aprenderá de ella. Es difícil de asimilar y entiendo que se sienta frustrado. Pero ante Djokovic se demostró que aún le quedan cosas que mejorar. Ganó el primer set y debió de pensar que se retiraría. Pero es Djokovic, ya había ganado muchos partidos pese a estar lesionado, y Alcaraz no contó con ello. También debo decirle que le tocaron unos cuartos demasiado exigentes. Es decir... ¿Qué prefieres jugar, contra Djokovic o contra Sonego?
Ha dicho varias veces que el español es su jugador favorito.
Completamente. La forma en la que juega es muy emocionante. Tiene mucho talento. Todo lo hace bien y su tenis está elevando el nivel del resto. En Sinner es evidente porque está tratando de añadir más variedad a su juego. Su rivalidad les hace mejores y aún no hemos visto los mejores duelos entre ellos. También me gusta que Djokovic siga desafiando a los jóvenes; creo que Zverev está mejorando mucho y que posiblemente sea el mejor jugador sin un grande; disfruto con Taylor Fritz, tiene una gran personalidad y si tengo que escoger un estadounidense me quedo con él.
¿Cree que los tenistas son más aburridos ahora que antes?
Es muy distinto. Ahora los jugadores son mucho más conscientes de su propia imagen, de cómo el público les percibe y creo que eso puede afectarles bastante. Yo no estoy en redes sociales porque sé que me metería en problemas. Pero muchos tenistas están demasiado atentos a lo que ocurre en ellas. Zverev es un buen ejemplo. Tiene un talento increíble, es un buen chico, pero parece que le da más importancia a su imagen que a ser el mejor jugador posible. Me gustaría verle realmente dándolo todo en la pista. Probablemente no soy la mejor persona para hablar de eso. Yo mismo desearía haber manejado las cosas de otra manera cuando jugaba. Me habría ahorrado muchos problemas y mucho dinero.
Se le sitúa de vuelta al circuito como entrenador de Sinner.
(Risas). Un jugador como Sinner requiere de un entrenador a tiempo completo y no me veo haciéndolo. Podría ayudarle en algún momento, pero no durante toda la temporada. La verdad es que es un tenista muy interesante. En el último US Open, cuando se hizo público su positivo por dopaje, pensé que pasaría por una mala época, pero consiguió dejarlo todo a un lado y ganar el título. Fue impresionante. Estos días en Australia ha pasado por algunos problemas de salud. Se llegó a decir que sufría una neumonía, y ahí está, otra vez en la final.
¿Qué le pareció el Grand Slam que completó Paula Badosa?
Me alegré mucho por ella, creo que mucha gente lo hizo. Hace un año parecía que no iba a volver a jugar y consiguió regresar y recuperarse en el ranking WTA. Ante Coco Gauff me impresionó mucho su juego: golpeó fuerte, jugando con mucha potencia, pero también controlando los puntos. Me sorprendió. Ha sido una de las grandes historias de este Grand Slam. Fue genial verla recuperada, la verdad.
Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

El 6 de octubre, ante Tomas Martín Etcheverry, en octavos de final del Masters 1000 de Shanghai. Desde ese día, Jannik Sinner había ganado todos sus sets, en el torneo en China, en las ATP Finals y en lo que iba de Open de Australia. Un total de 13 victorias sin discusión, de 29 periodos consecutivos a su favor. Este jueves, en cambio, en segunda ronda del Grand Slam, el italiano cedió el primer set ante el desconocido Tristan Schoolkate, un australiano de 23 años que ocupa el puesto 173 de la ATP y sólo había jugado siete partidos en el circuito. No fue más que una anécdota, pues después Sinner remontó para dejar el marcador en un 4-6, 6-4, 6-1 y 6-3, pero sirvió para emborronar el historial inmaculado que lucía.

Schoolkate, un excelente sacador, jugó un tenis brillante en el primer set, muy agresivo, muy acertado, aunque le faltaron recursos para mantener más tiempo la discusión ante el número uno del mundo. «No le conocía demasiado y me lo puso complicado. Durante una hora su nivel de tenis fue más alto que el mío así que fue un partido difícil de levantar. La verdad es que estoy feliz por cómo lidié con la situación. Quizá me ha venido bien para mejorar en los próximos partidos», comentó Sinner que en tercera ronda se enfrentará al estadounidense Marcos Giron, un jugador que llevaba cinco años consecutivos cayendo en su primer partido en Melbourne.

El italiano, en busca de revalidar su título en Melbourne, sorprendió con un anuncio en relación a su equipo. Según comentó, Darren Cahill, su entrenador desde 2022, dejará de dirigirle la temporada próxima y abandonará el tenis después de llevar las carreras de Lleyton Hewitt, Andre Agassi o Simona Halep. «Darren me ha aportado muchísimas cosas. Un año es muy largo, todavía queda mucho y no quiero hablar demasiado sobre su retirada. Me siento muy, muy afortunado, además de muy feliz, por ser su último jugador en el circuito», aseguró Sinner. Cahill había insinuado su adiós en una entrevista, pero no lo había oficializado todavía.

En todo caso, ahora Sinner deberá rearmar de nuevo su grupo después del desbarajuste que acompañó a su positivo por dopaje. Entonces el tenista decidió despedir a Umberto Ferrara, su preparador físico, y a Giacomo Naldi, su fisioterapeuta, y contrató en sus puestos a Marco Panichi y Ulises Badio, que previamente habían trabajado con Novak Djokovic. Para el próximo curso quizá decida quedarse con Simone Vagnozzi como único técnico o quizá contrate a alguien más para acompañarle en los torneos.

Alcaraz se renueva: un ‘swing’ más fluido en el saque, golpe crucial

Actualizado Sábado, 11 enero 2025 - 23:07

Melbourne es terreno propicio para experimentar. Se acaba la pretemporada, y el jugador, ¡al fin!, se siente de nuevo en su entorno natural: vuelve a competir, y lo hace después de un tiempo infrecuente de trabajo continuado en el que ha podido poner a prueba pequeños o grandes cambios con el fin de mejorar. Hay un estímulo renovado en ver otra vez las caras de tus oponentes, en disfrutar nuevamente de la ambición por el triunfo.

Como no podía ser

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Nick Kyrgios continúa siendo un caso: "Necesita los me gusta, necesita las interacciones"

Nick Kyrgios continúa siendo un caso: “Necesita los me gusta, necesita las interacciones”

Quizá serán 10, 15, 20 o incluso quizá se acercarán a 50 o 100 seguidores. El caso es que el próximo lunes a las 14.00 horas, el Open de Australia ha convocado a todos los aficionados que crean que se parecen a Nick Kyrgios a un concurso de imitadores. Antes de la jornada, los valientes se colocarán en el centro de la mismísima pista central del Melbourne Park y el público decidirá el ganador. ¿El premio? En realidad, ninguno. La gracia está en ser parte de la broma, aunque habrá un peluquero que peinará a los candidatos como lo hace el tenista australiano.

«¿Por qué? Menuda pérdida de tiempo». «Nadie quiere parecerse a ese payaso». «Qué locura, vais en la mala dirección». «¿De verdad?¿Después de todo lo que ha hecho? Eso quiere decir que el Open de Australia apoya su actitud». El pasado lunes, en cuanto el Grand Slam, anunció el concurso, sus cuentas en Instagram, TikTok, Facebook y por supuesto X se llenaron de comentarios negativos: la idea no le gustó a nadie. Los 'look-alike Contest' están de moda y funcionan para animar al público, pero sigue sin haber tenista más controvertido que Kyrgios. Su conversión en un personaje para todos los públicos realmente no ha funcionado.

Inactivo desde el verano de 2023, el australiano, cuya cima fue el número 13 del ranking ATP y aquella final de Wimbledon ante Novak Djokovic, dedicó toda la temporada pasada a labrarse una imagen distinta fuera de las pistas. Genial con una raqueta en las manos, también había protagonizado mil polémicas como tenista -escupitajos a la grada, insultos a jueces y rivales e incluso una masturbación simulada-, pero se estaba reciclando como un preciado comentarista de televisión.

El chiste sobre Kalinskaya

Su talento le permitía leer los partidos con precisión y su locuacidad, explicarlos como pocos. En el pasado Open de Australia trabajó para Eurosport -llegó a hacer entrevistas en la pista-, en Wimbledon para la BBC y en el US Open, para ESPN.

Con sólo 29 años y mientras se recuperaba de sus lesiones de muñeca y rodilla, Kyrgios se estaba convirtiendo en una estrella televisiva hasta que se descubrió el positivo de Jannik Sinner. Como muchos otros, el australiano fue muy crítico con el número uno del mundo y con la gestión del caso realizada por la ATP, pero eso no fue lo que le perjudicó.

Alastair GrantAP

Sus opiniones se mezclaron con un chiste sobre Anna Kalinskaya, ex novia del propio Kyrgios y actual pareja de Sinner, y en las últimas semanas se han convertido en un acoso constante. Por ejemplo, hace unos días Cruz Hewitt, hijo de Lleyton Hewitt, completó un entrenamiento en Melbourne junto a Sinner y Kyrgios llenó su Instagram de comentarios desagradables. "Pensaba que éramos amigos", le soltó al chaval de apenas 16 años entre emojis de jeringuillas.

La guerra con Roddick

Por ello, Kyrgios, que como comentarista estaba ganando adeptos, ha regresado a la polémica. De censor a censurado. A la espera de saber si podrá disputar este Open de Australia, para el que está clasificado con ranking protegido pese a las molestias que aún arrastra, el pasado martes fue el protagonista del último episodio del podcast del ex número uno del mundo Andy Roddick. Kyrgios había insinuado que el propio Roddick se dopó porque éste defendió a Sinner y su respuesta fue inequívoca.

"Nick necesita los me gusta, necesita las interacciones. Ahora mismo es un influencer de tenis. Vive por y para los me gusta, por y para la sección de comentarios. Se siente guay, claro. Es uno de los tenistas más talentosos que he visto en mi vida, pero es un hipócrita cuando juzga a la gente", apuntó Roddick que no dudó en recordar que años atrás Kyrgios se declaró culpable de agredir a una ex novia, Chiara Passari: "Es alguien que se ha declarado culpable de agredir sexualmente a tu novia, y quiere que la gente entienda su contexto, diciendo que estaba en un mal momento, que tomaba drogas. Siempre será el tipo que se declaró culpable de agredir a una mujer".

El próximo lunes a las 14.00 horas, quizá 10 o quizá 100 seguidores se acercarán al concurso de imitadores de Kyrgios, pero seguirá siendo el tenista más controvertido del mundo.

El adiós a deshora de Rafael Nadal, que se fue de madrugada tras caer ante Van de Zandschulp, 80º del mundo, en la Copa Davis

El adiós a deshora de Rafael Nadal, que se fue de madrugada tras caer ante Van de Zandschulp, 80º del mundo, en la Copa Davis

El 7 de julio de 2021 Hubert Hurkacz venció a Roger Federer por 6-3, 7-6 (4) y 6-0 en los cuartos de final de Wimbledon. Fue el último partido oficial del suizo, ocho veces campeón del torneo y poseedor de 20 títulos del Grand Slam. Golpeado por recurrentes lesiones de rodilla, peleó en vano por regresar a las pistas, hasta que anunció su retirada el 16 de septiembre de 2022, a los 41 años. «He trabajado duro para volver a la mejor forma competitiva, pero también conozco las capacidades de mi cuerpo y mis límites, y es el mensaje que mi cuerpo me ha dado», escribió para anunciar su despedida, días antes de ser homenajeado en la Laver Cup.

El 19 de noviembre de 2024, el neerlandés Botic van de Zandschulp, 80º del mundo, derrotó a Rafael Nadal por 6-4 y 6-4 en el primer individual de los cuartos de las Finales de la Copa Davis entre España y Países Bajos, disputado en Málaga. Al consumarse horas después la derrota de la pareja formada por Carlos Alcaraz y Marcel Granollers frente a Wesley Koolhof y el propio Van de Zandschulp, aquel partido, aún tan próximo en la memoria, quedó como el último del zurdo manacorense, poseedor de 22 títulos del Grand Slam, quien ya había anticipado que tocaría puerto en la Copa Davis. Se retiró a los 38 años.

Nadie sabe cómo será el adiós de Novak Djokovic, el único superviviente de los tres hombres que han dominado el tenis durante más de tres lustros, aún en danza y dispuesto a intentar elevar el registro de 24 grandes, ahora con Andy Murray en su rincón. Nadie, ni siquiera competidores de semejante magnitud, puede terminar de escribir el guion de su despedida. El deporte, con su componente de azar, puede reservar desenlaces inesperados, tan amargos como los padecidos por dos de las mejores raquetas de siempre.

Ni Federer ni Nadal tuvieron un final acorde a su brillante desempeño profesional, a su significado incluso más allá de la línea de fondo. El 14 veces campeón de Roland Garros dejó caer el telón ya en la madrugada del pasado 20 de noviembre, pocas horas después de su derrota, con bastantes sillas vacías en el Martín Carpena al tratarse de la madrugada de un miércoles laborable. «Los finales de película son para Hollywood, aquí debemos centrarnos en competir y hacer cada uno lo mejor para el equipo», dejó dicho el ex número 1 del mundo el día anterior a la eliminatoria, reflexión convertida en un augurio.

El guion frustrado

El colofón estuvo lejos de sus anhelos y de los de los aficionados que agotaron las localidades poco después de conocerse que su retirada se produciría en Málaga. El cariño y el reconocimiento que recibió a través de los testimonios grabados de grandes deportistas, su discurso frente a los seguidores y las muestras de admiración y gratitud expresadas por los muchos que permanecieron en el recinto para asistir a su adiós, todo el protocolo que hubo de apresurar la Federación Internacional de Tenis, todo, se quedó pequeño.

Nadal, fuera de forma, sin competir desde su derrota en dobles junto a Carlos Alcaraz en los Juegos Olímpicos de París, el 31 de julio, había perdido ante el número 80 del mundo. España, hexacampeona de la Copa Davis, estaba fuera del torneo.

Lógicamente, la pretensión era otra. En las hipótesis más optimistas se vislumbraba una final el domingo con la poderosa Italia de Jannik Sinner, a la que podría asistir Toni Nadal, ausencia mayúscula. Pero no hacía falta ir tan lejos: incluso una semifinal frente a Alemania, el viernes, hubiera sido suficiente para contar con la presencia en el Martín Carpena de asistentes de lujo, entre los que se presumía Federer, quien escribió una cariñosa carta a través de las redes sociales a quien fue su némesis en las pistas horas antes de que se produjese el deslucido adiós.

Después de dos años en una frustrada batalla contra el dictamen del tiempo, Nadal eligió la Copa Davis, una competición donde sólo había perdido uno de sus 29 partidos individuales, para dar el irremediable paso al costado. La Caja Mágica ya le había dispensado su tributo en primavera. Roland Garros le aplaudió y le quiso como nunca después de caer en primera ronda ante Alexander Zverev, y renovó su postrero afecto en los Juegos.

Queda una trayectoria colosal: 92 títulos, 1.080 victorias frente a 228 derrotas, dos oros olímpicos y cinco Copas Davis, 209 semanas como número 1 del mundo, entre los cuantiosos méritos. La impronta de un deportista a quien siempre se le aplaudió su actitud ejemplar. Quedan más de 20 años de carrera en los que demostró ser un competidor como pocos, capaz de reinventarse y de enfrentar con coraje indesmayable la adversidad.

La despedida pudo ser otra. La hoja de servicios admite escaso parangón.