El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

Rafael Nadal se acostó a las tres y media de la madrugada de este miércoles en su habitación del Hotel Higuerón de Fuengirola, el que acogió al conjunto español y a otros de los participantes en la Copa Davis, tras una despedida que todo el mundo hubiera deseado diferente. Amaneció tarde y emprendió el regreso a su domicilio en Mallorca, donde pasará los próximos días.

El desencanto era indisimulable en el precipitado homenaje, cuyo rango se había elevado exponencialmente en caso de victoria ante los Paises Bajos. No sólo fue el bajo rendimiento en su partido ante Botic van de Zandschulp sino que la derrota del doble formado por Carlos Alcaraz y Marcel Granollers le privó del tributo que constaba en el guion.

El escenario ideal del adiós era, como pronto, este viernes, cuando estaba prevista la aparición, entre otros, de Roger Federer y Pau Gasol, además de la llegada de muchos periodistas acreditados que contaban con que España estaría al menos en semifinales.

La ausencia de su tío Toni

Estuvo rodeado de toda su familia y de todo su equipo, al que se reincorporó para la ocasión Francis Roig y se sumó su dietista, Nuria Granados, además de Joan Forcades, quien esculpió su físico desde los inicios y ha preferido permanecer siempre en el anonimato, ambos poco habituales en los desplazamientos.

En su entorno mediático, donde se percibe un evidente malestar, prefieren no hablar de la clamorosa ausencia de su tío Toni, que tenía compromisos de trabajo en Roma y ya advirtió que sólo podría acudir si España llegaba a la final del próximo domingo.

No hay agenda inmediata para el ya ex jugador de tenis más allá de algunos actos con patrocinadores y con la Unversidad Alfonso X el Sabio. Nadal tenía previsto seguir en Málaga y sentarse a pensar con calma una vez que terminase su carrera, pero no esperaba que se precipitase de este modo el desenlace. La Federación Internacional de Tenis había planificado el homenaje para este viernes, ganase o perdiese España en semifinales. Tiene un acto en Madrid el día 4 de diciembre y una larga lista de peticiones de entrevistas en la agenda de su jefe de prensa, que se tomará su tiempo para atender.

El sueño roto de la final

Había entrenado en su academia de Manacor con Roberto Bautista el lunes y el martes de la pasada semana y lo hizo antes de la eliminatoria con Países Bajos con Alcaraz, percibiendo nuevas sensaciones. Todo resultaba alentador. La derrota entraba dentro de sus posibilidades, pero nadie lo esperaba, menos aún ante el 80º del mundo, un jugador al que había superado con comodidad en sus dos enfrentamientos previos, eso sí, en 2022, año en el que ganó el Abierto de Australia y su decimocuarto Roland Garros.

Se soñaba con una final el domingo ante la Italia de Jannik Sinner, la hipótesis idílica para una adiós a lo grande, con el lujo de un enfrentamiento entre el número 1 del mundo y Alcaraz, los dueños del futuro.

El legado de Nadal, bajo la lupa de los expertos: "Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente"

El legado de Nadal, bajo la lupa de los expertos: “Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente”

Dice Eric Bruna, que cubre el tenis para el rotativo Le Parisien desde hace 24 años, que la nostalgia empezó con el adiós de Roger Federer en la Laver Cup de 2022, se acentúa ahora con la marcha de Rafael Nadal y dejará aún más rengos emocionalmente a muchos periodistas y aficionados cuando se marche Novak Djokovic, que tiene 37 años y no tardará en hacerlo. «Como comentó Nadal cuando acudió al homenaje a RogerFederer en Londres, con la jubilación del suizo se iba un poco del propio Nadal. Diría que con la salida del español también se va un poco de Djokovic».

Hay una generación de periodistas que han acumulado trienios siguiendo las andanzas del denominado Big Three y que difícilmente van a disfrutar del mismo modo de lo que venga, de lo que ya está aquí, léase Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. «Tengo 52 años. Me he hecho mayor con ellos. Hay una relación de corazón con los tres. Seguro que Alcaraz y Sinner ganarán muchos títulos, pero dudo que veamos un período semejante a éste. Ha sido la época dorada del tenis».

Philippe Bouin, retirado desde hace tiempo, es un referente en el mundo del tenis y nos deleitó en L'Equipe con su visión incluso de años pretéritos a los protagonizados por estos tres jugadores que suman 66 títulos del Grand Slam. «Todo alrededor del juego de Rafa, de sus récords, de sus habilidades físicas y de su fortalezas, ha sido escrito millones de veces. Añadiré el que es para mí el mayor de sus logros: a pesar de su éxito y de la fama consiguiente, de la adoración que suscita en el mundo, ha sido capaz de permanecer como una persona normal a lo largo de toda su carrera. Uno de mis sobrinos pequeños es recogepelotas en Roland Garros y le adora por su amabilidad, tanto dentro como fuera de la pista. Es un complemento increíble a pesar de su fama mundial».

"Nos vamos poniendo viejos"

Benjamín Benzaquén, la voz de Radio ADN de Chile, con muchos torneos a sus espaldas, entre ellos 37 Roland Garros, se siente también personalmente concernido por la retirada de Nadal. «El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, dice una canción que entonaba maravillosamente la gran Mercedes Sosa. Pasó, tan rápido pasó, que se nos hace una distancia muy grande con aquel junio de 2005, cuando lo vimos ganar su primer Roland Garros con aquellos pantalones pescadores, esa camiseta sin mangas, la vincha, el pelo largo, el ir y venir de una a otra punta de la cancha, sosteniendo los pelotazos que le ponía otro zurdo con más veteranía y experiencia que él llamado Mariano Puerta».

Hay una inclinación lógica a volver a la génesis de Nadal. Su final empuja la vista hacia un largo trávelin retrospectivo, a los momentos en los que sentó las bases de su carácter. «Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente. Con su optimismo y capacidad competitiva desmoralizaba hasta al más optimista de todos. Más allá de su gran talento y su fuerza, lo que me maravilló de él fue que nunca se le pudiera dar por vencido hasta el último punto, por más abajo que estuviera en el score, él se encargaba de encender la luz de la esperanza. Humilló con su espíritu y con cada latigazo de drive acompañado por un grito intimidante. Ganar 14 veces en la tierra de París es una de la mayores hazañas de todos los tiempos en el deporte», agrega Sebastián Torok, especialista del diario argentino La Nación y de ESPN Latam.

Bruna también proclama su asombro ante tal registro en la arcilla del Bois de Boulogne, antes de elegir el mejor recuerdo de todo este tiempo concluido. «A lo largo de mi trayectoria profesional, no he visto nada que se pueda comparar con la final de Wimbledon 2008 frente a Federer. Reunió todos los ingredientes de un espectáculo sublime, incluido ese final en la noche, cuando apenas se veía la pelota, y cómo Nadal ascendió depués por la tribuna para saludar al Rey. Lo tuvo todo».

"Una forma de entender el juego"

«Era el jugador que necesitaba Federer para mejorar y subir un escalón más, porque al resto que intentaban jugar con su estilo los pasaba por arriba», apunta Benzaquén. «Nadal fue una barrera que impidió que el suizo siguiera arrollando a sus rivales de aquella época. Marcó un estilo y una forma de entender el juego, tanto en lo técnico como en lo competitivo, que no ha tenido parangón. Para nosotros, los argentinos, aunque uno viva en Chile, un zurdo nos trajo siempre remembranzas de un gran Vilas, pero también de un gran McEnroe. Nos daba la impronta de ese estilo único que tienen los zurdos».

Sugiere la imagen que acompaña este artículo conversar con Bruna sobre algunos trances de la renuente acogida que dispensó a Nadal el público galo. «Al principio a la gente le gustaba, porque lo ganaba todo, pero llegó un momento en el que empezó a ganar demasiado. De algún modo, en Francia mucha gente tiene debilidad por competidores como Poulidor, que suelen tener que conformarse con el segundo lugar. También influía la relación especial del público con Federer, a quien quería ver gana al menos un Roland Garros y veía cómo era Nadal quien se lo impedía un año tras otro».

Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Poco importa que al equipo italiano, defensor del título, vaya a liderarlo Jannik Sinner, el número 1 del mundo, brillante ganador de las ATP Finals, campeón también en el Abierto de Australia y en el US Open. En segundo plano queda también Carlos Alcaraz, poseedor de cuatro grandes, entre ellos Roland Garros y Wimbledon esta misma temporada, y que hace tiempo conquistó el corazón de los aficionados. Igualmente tangencial parece, con todo el respeto para los ocho países que hasta el domingo pelearán por la Copa Davis, el puro desarrollo de una competición que, todo sea dicho, no ha acabado de afinar el tiro desde que adoptó el nuevo formato, que no logra evitar cada año sonoras renuncias, como en esta ocasión la de Alexander Zverev, segundo en el ránking.

La Davis es Nadal.

Desde que el ganador de 22 títulos del Grand Slam decidió que éste sería el último torneo de su dilatada carrera profesional buena parte del interés reside, como es lógico, en su magno protagonista. Ni siquiera importa que su presencia en la cancha no esté garantizada, pues disputó su último partido individual frente a Novak Djokovic el pasado 29 de julio, en los Juegos Olímpicos de París y dos días más tarde se despidió en dobles junto a Alcaraz, con quien comparte equipo por primera vez en esta competición, su Copa Davis, gane quien gane, tenga o no mayor cuota de influencia en el desenlace.

La despedida de Nadal ha otorgado un punto de extraordinario simbolismo a esta edición del torneo, una carga de emotividad que trasciende cualquier otra perspectiva. Roger Federer precipitó su marcha, casi sin previo aviso, en la Laver Cup el 24 de septiembre de 2022, después de 14 meses sin poder jugar por sus recurrentes problemas en la rodilla derecha. Lo hizo recién cumplidos los 41 años. Su némesis, su cordial e implacable adversario, lo hace con 38, con sólo 19 partidos disputados en el curso que fenece, siete de ellos derrotas.

A diferencia del suizo, Nadal ha podido elegir un torneo oficial, también por equipos. No anda lejos Djokovic, quien quedará como el último integrante en activo de la santísima trinidad de este deporte, de sucumbir a las garras del tiempo. A sus 37 años, el balcánico, el más laureado de las tres mayúsculas figuras que han liderado el tenis desde hace más de tres lustros, aún quiere concederse un último recorrido, medir sus fuerzas frente al azote de la nueva generación. Ausente por decisión propia en el reciente torneo de maestros, buscará prolongar su suerte en el Abierto de Australia, donde cuenta con 10 títulos.

Empujado por el destino

Hay algo de destino irremediable en el momento y el lugar elegidos por Nadal. Como reconocía su tío Toni, quien le entrenó desde la infancia hasta 2017, quien aquilató su juego y su carácter, en una entrevista con este periódico, el zurdo confiaba en que una vez más podría darse una nueva oportunidad, como había hecho a lo largo de una trayectoria sembrada de espinas, con momentos que hicieron pensar en que ya no habría vuelta atrás. Su paciencia, su coraje y su determinación le empujaron a seguir intentándolo, con éxitos tan cercanos como el título del Abierto de Australia de 2022, tras levantar dos sets adversos ante Daniil Medvedev, y el de Roland Garros meses después, imponiéndose a Casper Ruud. Pero el tiempo y el desgaste de tantas batallas libradas le acabaron conduciendo a tomar la dolorosa decisión de dejar de ejercer el oficio que ha desempeñado con una pasión inquebrantable.

Ya en 2023 tan sólo pudo disputar cuatro partidos. Fue entonces cuando, consciente de las perennes dificultades, anunció que esta temporada podría ser la última. Seguramente quiso imaginarla de otro modo, aún con combustible para desenvolverse en los grandes escenarios, con Roland Garros, donde sentó cátedra durante 14 años, como la tierra prometida para dejar su aliento postrero. Llegó a París, tras poder rodarse a duras penas en el Conde de Godó y el Masters de Madrid, pero el azar se le tornó esquivo con una primera ronda frente a Zverev. La Caja Mágica le había dispensado la única despedida oficial hasta esa fecha, una vez que anunció que ya no volvería a jugar en la capital. París le dijo adiós en un improvisado homenaje, en el que llegó a dejar la puerta abierta a un eventual regreso.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.EFE

Volvió a Francia para darse el gusto de disputar sus últimos Juegos Olímpicos. Oro individual en Pekín 2008 y en dobles, en Río 2016, al lado de Marc López, hoy miembro de su equipo, se quedó lejos de optar a las medallas. Se marcha en el torneo que le vio nacer, donde empezó a plasmar todo el catálogo de virtudes que le distinguen. Ningún jugador en activo puede presumir de los registros de Nadal en la Copa Davis. Cinco Ensaladeras, la primera en 2004, con 18 años, la última hasta la fecha en 2019, aún en plena ebullición. 29 victorias en los 30 individuales disputados. Ocho en sus 12 presencias en dobles.

Mientras algunos grandes jugadores se vieron sepultados por la presión de un torneo que entraña un plus de responsabilidad colectiva, él fue de los que supo rentabilizar ese compromiso para alcanzar su máxima expresión, sean cuales fueren las circunstancias. Quién sabe si el destino, a menudo caprichoso, no le habrá reservado un final competitivo acorde a los méritos contraídos.

Sinner es imparable: gana sus primeras ATP Finals, afianza su número uno y amenaza la Copa Davis de España

Sinner es imparable: gana sus primeras ATP Finals, afianza su número uno y amenaza la Copa Davis de España

Deslumbra el empate entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en los Grand Slam de este 2024, dos para cada uno, ni para ti ni para mí, pero detrás de ese brillo aparece una conclusión: el dominio del italiano esta temporada es innegable. Después de sus tres Masters 1000 y su consecuente ascenso a lo más alto del ranking mundial, Sinner cerró este domingo el circuito ATP con otro título, su primera Copa de Maestros, para situarse varios pasos por encima del resto.

Su puntuación en la lista así lo insinúa -ha alcanzado los 11.830 puntos-, pero lo confirma su tenis, tan rotundo, tan perfecto. En su evolución queda aprendizaje en la tierra batida y la hierba, donde le supera Alcaraz, pero en pista dura no hay nadie capaz de desafiarle y es la superficie en la que se juegan más torneos a lo largo del año. Si además se añade un techo, a resguardo de los elementos, su juego robótico se antoja imposible de desprogramar, de desconectar, de desenchufar.

Este domingo en la final de las ATP Finals ante Taylor Fritz su victoria por 6-4 y 6-4 en una hora y 24 minutos llegó como por inercia: no había otro desenlace posible. Después de ganar todos los partidos del torneo sin ceder ni un sólo set, Sinner iba a vencer, tenía que vencer y sólo faltaba saber cuándo tardaría en lograrlo. Fritz, un buen tenista en el mejor momento de su carrera, un jugador con un estilo parecido al del italiano, sólo pudo desesperarse ante lo irremediable. Desde que lo lograra Ivan Lendl en 1986 nadie se había llevado la Copa de Maestros sin perder ningún periodo.

Sinner sacó a las líneas como nunca -hasta 14 aces con un 71% de primeros-, atacó con su resto como nunca, atizó con su derecha como nunca -28 golpes ganadores- y se movió por la pista como si estuviera por casa porque realmente estaba por casa. Apenas permitió una bola de break a Fritz, que resolvió con soltura, y en cambio tuvo múltiples ocasiones para romper el servicio del estadounidense. En cuanto lo consiguió se acabó cada periodo hasta el triunfo final.

Fiesta en Turín

El público del Inalpi Arena de Turín, en un ambiente vibrante, estalló en una celebración histórica en una muestra de la paradoja de la Copa de Maestros. Lo reconocía Álex Corretja, campeón en 1998, en la previa: "En España no apreciamos suficiente el Masters porque no solemos ganarlo". Mientras en España el torneo de campeones ha pasado desapercibido por culpa del resfriado de Carlos Alcaraz y de la cercana despedida de Rafa Nadal en la Copa Davis, Italia lo ha vivido como una llegada a la Luna.

MARCO BERTORELLOAFP

Después de muchas décadas de prácticamente no existir en el tenis mundial, Sinner ha elevado a su país a la más exclusiva élite y eso se notaba este domingo en las gradas. Además de la mercadotecnia del actual número uno, había pancartas y un fervor que demuestra que es ídolo nacional y lo será durante muchos años. Si su positivo por dopaje este año supuso una zozobra hoy el camino vuelve a ser recto hacia arriba, hacia el cielo.

Y ahora, amenaza en la Davis

De hecho, ese ascenso a héroe de Italia choca con el momento histórico que vivirá España a partir de este martes. El sorteo de la Copa Davis situó a Alcaraz, Nadal, Bautista y compañía entre rivales asequibles, pero en la final, si no hay sorpresa, amanecerá en todo momento Sinner. El presente es llano, con Países Bajos en cuartos de final y Alemania -sin Alexander Zverev- o Canadá en semifinales, pero el futuro es tan alto como el Monte Rosa.

Sólo el cansancio podría atenazar al número uno, aunque parece inmune. Esta temporada ha jugado 76 partidos, de los que ha ganado 70, 16 de los cuales fueron ante jugadores en el Top 10 del ranking ATP. Si hubo un mal momento de este año fue su derrota en cuartos de final de Wimbledon ante Daniil Medvedev, pero se rehízo renunciando a los Juegos Olímpicos y encarando un otoño en el que además se le ve más fresco que sus adversarios. Después de toda la temporada aparece una conclusión: el dominio del italiano es innegable.

Las aristas de Jannik Sinner, el nuevo “deportista más famoso de Italia”: “Antes le preguntaban: ¿Eres alemán o italiano?”

Actualizado Martes, 12 noviembre 2024 - 22:55

Bajo la luz ultravioleta que ilumina la pista del Inalpi Arena de Turín resplandecen colores estridentes. Uno es el amarillo de las pelotas gigantes que los niños sostienen en las gradas para que los tenistas se las firmen -con suerte- después de los partidos. Otro es el naranja de la mercadotecnia de Jannik Sinner que se asoma en muchísimos asientos. El número uno del ranking mundial es el ídolo indiscutible en las ATP Finals, convertidas en el clímax de su ascenso, un torneo hecho para aplaudirle.

En cuanto asoma para enfrentarse y vencer a Taylor Fritz por 6-4 y 6-4, Sinner se lleva la mayor de las ovaciones y nadie en el público italiano duda de que habrá celebración el domingo. Imagen de varios patrocinadores del torneo -su anuncio de Lavazza aparece en las pantallas gigantes aunque estén jugando otros-, con todos sus partidos retransmitidos por la televisión pública en el canal Rai2, Sinner disfruta de su status en el país.

El 'boom' del tenis en el país

«Ahora mismo es el deportista más famoso de Italia. En la selección de fútbol no tenemos a una superestrella y sin un Valentino Rossi o un Alberto Tomba no hay nadie a su nivel», analiza Marco Mazzoni, periodista de Live Tennis y autor del libro biográfico 'Jannik Sinner una straordinaria normalità', donde narra su camino, tan reciente, tan súbito. Porque hasta este año Sinner era conocido, pero en absoluto movía masas.

MARCO BERTORELLOAFP

En Italia, un país de escasa tradición tenística, con sólo dos ganadores de Grand Slam antes que él -Nicola Pietrangeli en 1959 y 1960 y Adriano Panatta en 1976-, necesitaba lo extraordinario para convertirse en popular y eso sólo ocurrió el pasado enero. «El Open de Australia, su primer Grand Slam, fue un boom. Desde entonces ha habido un crecimiento constante de su fama», expresa Gaia Piccardi, periodista de Il Corriere della Sera y escritora del libro 'Piovuto dal cielo. Come Jannik Sinner sta cambiando la storia del tennis'.

Otro rasgo del carácter italiano

De repente, Italia descubrió que tenía la historia ante sí. De repente, Italia descubrió una estrella distinta. Porque si los ídolos anteriores, como Rossi y Tomba, habían sido italianísimos, muy expresivos, muy locuaces, Sinner es todo lo contrario. En la pista apenas muestra sus emociones y fuera, menos. El estereotipo invita a pensar que lejos de los Alpes, en Nápoles o Palermo, cuesta que encaje un deportista tan serio, pero no es así.

«No hay diferencias entre el norte y el sur en eso. En el sur se practica mucho el tenis, al aire libre, durante todo el año, y Sinner es un ídolo también allí. No es tan extrovertido como otros campeones y diría que eso gusta. Con él podemos mostrar al mundo la parte menos conocida del carácter italiano, que podemos trabajar con la misma pasión que festejamos», reivindica Piccardi, antes de abordar las aristas de la estatua del actual número uno. Porque Sinner nunca ha sido cuestionado por su sobriedad, pero sí por otras cosas.

¿Alemán o italiano?

Nacido en San Candido, en los Dolomitas, uno de los últimos pueblos de Italia antes de cruzar a Austria, Sinner creció con el alemán como lengua materna -lo hablan sus padres, Hanspeter y Siglinde- y su 'italianidad' fue puesta en duda desde sus inicios. Tampoco ayuda que viva en Montecarlo, donde ahorra en impuestos como muchos otros deportistas.

Alessandro Di MarcoEFE

«Cuando tenía 13 años y se mudó a Bordighera para entrenar con Riccardo Piatti le costaba hablar italiano y que cuando empezó a ser famoso le preguntaban: ¿Eres alemán o italiano? Él siempre ha dicho que se siente italiano y al final los aficionados lo han entendido así. Ese debate acabó el año pasado cuando ganó la Copa Davis. Ahora la gente lo defiende como si fuera la Azzurra o Ferrari», añade Mazzoni con un último punto de fricción en el perfil del ahora ganador de dos Grand Slam.

El positivo por doping

El pasado agosto se hizo público que Sinner había dado positivo por clostebol en un control antidopaje realizado durante el Masters 1000 de Indian Wells y que la Federación Internacional de Tenis (ITF) no le había sancionado al considerar que había sido un error de su fisioterapeuta. Después de enfrentarse a las críticas de algunos tenistas, Sinner descubrió que en casa había quien no le creía.

«Fue una polémica fuerte, con grandes medios de comunicación muy encima del tema. Al principio hubo dudas sobre él, especialmente de aquellos fans que llevan pocos meses siguiéndole y viendo tenis. Ahora diría que el 99% del público italiano considera que no hizo nada mal y espera que la reclamación de la Agencia Mundial Antidopaje no prospere», finaliza Mazzoni que, como todos los presentes no duda en otorgar a Sinner el papel de favorito en las ATP Finals, un torneo hecho para aplaudirle, el clímax de su ascenso.

Alcaraz cede ante un inspirado Humbert y prolonga su mala racha 'indoor'

Alcaraz cede ante un inspirado Humbert y prolonga su mala racha ‘indoor’

Tampoco este año será el de Carlos Alcaraz en el Masters 1000 de Paris-Bercy, un torneo esquivo no sólo para él, sino para los tenistas españoles. Únicamente David Ferrer, hoy capitán del equipo de Copa Davis, fue capaz de ganarlo, en 2014. Ugo Humbert se impuso al murciano en los octavos de final, después de dos horas y 17 minutos, en la última competición previa a las ATP Finals, que se disputarán en Turín del 10 al 18 de noviembre. Alcaraz cerrará el curso una semana después, en las Finales de la Copa Davis, donde unirá fuerzas con Rafael Nadal y con el resto del equipo español. [Narración y estadísticas (6-1, 3-6, 7-5)]

Decimoquinto del mundo, Humbert es un zurdo con buena mano, peligroso en superficies rápidas, más aún cuando cuenta con el apoyo de la grada, que no cesó de empujarle hacia una victoria particularmente grata ante el número dos del mundo. Alcaraz se enganchó tarde al partido (cuando se quiso dar cuenta, estaba 5-0 abajo en tan sólo 18 minutos) , y aunque pudo igualar a un set, cedió su servicio cuando todo parecía indicar que la resolución llegaría en el desempate del tercer parcial. Salvó la primera pelota de partido con un saque ganador, pero en el siguiente punto su revés se iría largo.

Campeón esta temporada en Marsella y Dubai, Humbert obtuvo premio a su tenis valiente, además de sacar provecho del juego irregular de su adversario, que cometió demasiados errores. Después de los triunfos en Roland Garros y Wimbledon, que ya le permiten cerrar una temporada de ensueño, y de la plata olímpica en los Juegos de París, Alcaraz no ha logrado mantener el excelente tono ofrecido entonces.

Problemas bajo techo

Su victoria en Pekín, donde se impuso a Jannik Sinner en una final acorde a la secuencia de los enfrentamientos entre ambos, ha sido lo más relevante en esta parte del calendario. Después, se inclinó ante Tomas Machac, en cuartos de Shanghai. Con anterioridad, el tropiezo en segunda ronda del Abierto de Estados Unidos, frente a Botic van de Zandschulp, fue uno de los momentos más sorprendentes de la temporada que se va.

Humbert festeja su triunfo ante Alcaraz.

Humbert festeja su triunfo ante Alcaraz.AFP

El pasado año fue de entrada Roman Safiulin, en 2022 se retiró por lesión cuando perdía en cuartos con Holger Rune, contratiempo que puso fin a su temporada, y en su estreno en el torneo, en 2021, cayó contra el francés Hugo Gaston en octavos, en un duelo de ingrato recuerdo para él por los excesos del público local, que acabaron por desquiciarle. Paris-Bercy está lejos de ser un torneo propicio para Alcaraz, como tampoco lo es la pista cubierta, donde presenta sus peores resultados.

Tras vencer cómodamente al chileno Nicolás Jarry en su debut, tampoco en esta ocasión ha logrado resarcirse de las malas experiencias en la pista cubierta de la capital francesa.

Sinner, Alcaraz y la polémica sobre por qué jugar una pachanga en Arabia Saudí: "Yo no juego por dinero"

Sinner, Alcaraz y la polémica sobre por qué jugar una pachanga en Arabia Saudí: “Yo no juego por dinero”

El trajín que llevan los tenistas es insano. Una paliza. El número uno del ranking ATP, Jannik Sinner, por ejemplo, acumula este año más de 70 partidos en 16 torneos diferentes: de Australia a Holanda, de allí a Estados Unidos, vuelta a Europa para disputar Roland Garros y Wimbledon, regreso a Estados Unidos, luego China y ahora otra vez, Europa. No hay cuerpo que lo aguante y pese a ello todos suelen apuntarse a torneos de exhibición, a amistosos, a pachangas por todo el planeta.

La última, el Six Kings Slam, que hace unos días reunió al propio Sinner con Carlos Alcaraz, Rafa Nadal, Novak Djokovic, Daniil Medvedev y Holger Rune, el Six Kings Slam en Arabia Saudí. ¿Por qué acumular más cansancio en partidos que no valen nada? Por dinero, claro. O no.

«Yo no juego por dinero. Fui a Riad porque allí estaban los seis mejores tenistas del mundo y podía medirme a ellos. Fue un torneo bonito, muy agradable. Además gané y me sirvió para coger confianza, para comprobar que mi juego va en la manera correcta, para mejorar como tenista. Vivo una buena vida, el dinero es simplemente un extra», comentó Sinner que poco después se retiró «por cansancio» del Masters 1000 de París-Bercy que se celebra esta semana.

Criado en los Alpes italianos, en una zona de fuerte influencia germana, Sinner posiblemente sólo trataba de ser educado, pero después de ganar 5,5 millones de euros en Arabia Saudí -más del doble de lo que ingresa un campeón de Wimbledon-, sus declaraciones no fueron bien recibidas en el circuito.

"Todos trabajamos, así es la vida"

Varios tenistas le criticaron, entre ellos el veteranísimo Stan Wawrinka, que se mofó de su discurso en redes sociales y destacó que ha ganado en los últimos seis años lo mismo que Sinner en cuatro días en Riad. En el horizonte, la más que posible entrada del Fondo de Inversión Pública saudí en el circuito ATP y su capacidad para desequilibrar el calendario: si en el futuro se celebra un Masters 1000 en Riad repartirá un premio más cuantioso que cualquier Grand Slam. Pero más cerca está el deterioro de la imagen del italiano.

Después de su positivo en un control antidopaje y de la reestructuración de todo su equipo, Sinner ha perdido su estatus en el gremio y todas sus palabras son escuchadas con recelo por sus iguales. En este caso le exigían honestidad. Por ello la reacción de su rival más habitual, Alcaraz, fue más que aplaudida.

«Si digo que fui allí solo por diversión o para jugar y me olvidé del dinero, mentiré. Es obvio. Todos trabajamos, así es la vida», proclamó el español, presente, él sí, en el Masters 1000 de París-Bercy. Este martes, de hecho, debutó con victoria ante el chileno Nicolás Jarry por 7-5 y 6-1.

«Me encanta jugar al tenis, pero tengo que ser realista. Arabia Saudí ofrecía el mayor premio de la historia y ésa fue mi motivación», confesó Alcaraz, que este año ya jugó el Netflix Slam ante Rafa Nadal en Las Vegas, la Laver Cup en Berlín y que todavía tiene dos bolos más antes de cerrar su temporada, el 4 de diciembre en Nueva York contra Ben Shelton y el 6 en Charlotte ante Frances Tiafoe.

Todo pese a haber jugado 62 partidos oficiales en 13 torneos y tener por delante, aún, las ATP Finals de Turín y la Fase Final de la Copa Davis que se disputará en Málaga. El trajín que llevan los tenistas es insano. Una paliza. Pero siempre se le puede exigir más al cuerpo por dinero. O por lo que sea.

Nadal se regala un partidillo en Arabia Saudí con Alcaraz antes de su adiós: "No he podido apretar a una bestia como Carlos"

Nadal se regala un partidillo en Arabia Saudí con Alcaraz antes de su adiós: “No he podido apretar a una bestia como Carlos”

A un paso de la pista del The Venue de Riad todo el equipo de Rafa Nadal y toda su familia -sus padres, su mujer, su hijo, su suegra- compartían charlas y se despedían de una vida dando vueltas por el mundo viendo tenis, celebrando victorias y lamentando alguna derrota. En su penúltimo partido en el extranjero como jugador en activo, el ganador de 22 Grand Slam se dio el gustazo de volver a reunir a los suyos y de disfrutar un rato más, otro rato más, de lo que le hizo quien es. Quedará mañana, cuando se medirá a Novak Djokovic en otro duelo histórico (18.30 horas, DAZN), pero ayer tocaba gozar rodeado de sus personas queridas de cada minuto con la raqueta en la mano.

«Estamos disfrutando, es nuestro último viaje juntos e intentamos saborear todos los minutos», comentaba durante el encuentro su entrenador, Carlos Moyà, con mucha emoción, también algo de pena. Después de casi 20 años de éxitos, el final de la carrera de Nadal ya no le definirá ni tan siquiera si en su último torneo, la próxima Copa Davis, consigue formar parte de la séptima Ensaladera de España, por eso ya sólo queda el goce.

Porque dentro de un mes en Málaga ocurrirá lo que tenga que ocurrir y ya está. Las semifinales del opulentísimo Six Kings Slam, el torneo de exhibición organizado a su medida en Arabia Saudí -iba a celebrarse en febrero y se aplazó para que él participara-, apenas ayudaron a descifrar si Nadal podrá ayudar al equipo español; ni él mismo lo sabe. Ante Carlos Alcaraz, antes fan, luego aprendiz, finalmente amigo, Nadal sólo pudo constatar que el tiempo ha pasado y que la próxima temporada sería un suplicio para él.

Limitaciones físicas

El hoy número dos del ránking, a sus 21 años, se demostró muy por encima y ni tan siquiera el formato igualó las fuerzas. Pese a ser un partido amistoso, Alcaraz dominó sin exigirse en todos los puntos para acabar ganando por 6-3 y 6-3 en una hora y 20 minutos. Como le ocurrió ante Alexander Zverev en el último Roland Garros o ante Djokovic en los Juegos de París, Nadal constató sus limitaciones físicas y simplemente hizo lo que pudo. En ocasiones apareció su derecha, tan potente como siempre; en ocasiones apareció su coraje, discutiendo bolas indiscutibles, pero todo lo demás era imposible.

En las semifinales previas, Jannik Sinner y Djokovic ofrecieron un duelo generacional mucho más reñido, más espectacular, que acabó con victoria del italiano por 6-2, 6-7(0) y 6-4, pero esta vez no pudo ser. Nadal estaba lastrado y Alcaraz también quería disfrutar. Al fin y al cabo, después de toda una infancia aplaudiendo puntos maravillosos de la leyenda que tenía delante, él también quería mostrarle lo suyo, sus golpes, su tenis, su arte. Para Alcaraz era importante jugar bien ante un ídolo como Nadal y, además, necesitaba recuperar ciertas sensaciones de cara al final de temporada.

Tras su derrota prematura en el último Masters 1000 de Shanghai, le queda ahora por delante el Masters 1000 de París-Bercy y las ATP Finals antes de la final de la Copa Davis y de esos dos torneos dependerá en buena medida sus opciones a asaltar el trono de Sinner en el ranking ATP el próximo año. Al final del partido, Alcaraz aplaudía la figura de Nadal y pedía que se alargara la ovación hacía él del público saudí, entregado a la leyenda.

Nadal saluda a los aficionados tras su derrota en Riad.

Nadal saluda a los aficionados tras su derrota en Riad.AFP

«Me siento muy querido por todo el mundo, no creo que pueda dar las gracias las veces suficientes», comentaba Nadal al acabar, antes de analizar su partido: «Ha sido un placer poder jugar. Lo he intentado, ha sido un buen partido, estoy contento con mi actuación, pero no ha sido suficiente para poner en aprietos a una bestia como es Carlos. Está en muy buena forma».

Después del encuentro, con mucha complicidad, ambos se reunían en el centro de la pista para regalar unas pelotas a los aficionados y comentar el encuentro y después seguían con sus placeres. Alcaraz, aún sudado, recibía la visita de Neymar Jr., que le regalaba unas botas de fútbol, y Nadal se lanzaba a reunirse nuevamente con todo su equipo y toda su familia para despedirse juntos de una vida dando vueltas por el mundo viendo tenis, celebrando victorias y lamentando alguna derrota.

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Actualizado Miércoles, 16 octubre 2024 - 22:02

El prometido espectáculo en Riad apenas pudo estirarse durante 72 minutos, los que empleó Carlos Alcaraz en pasar por encima de Holger Rune (6-4, 6-2) para citarse con Rafa Nadal en las semifinales del Six Kings Slam. El controvertido torneo de exhibición saudí, con su desorbitada bolsa en premios pero fuera de la órbita de la ATP, albergará el último duelo entre los dos grandes colosos del tenis español. De momento, Nadal domina 2-1 en el cara a cara, aunque Alcaraz parte el jueves (no antes de las 20:00 horas) como favorito para igualar el registro.

"He visto los partidos de Rafa desde que empecé a jugar y me fijo en él. He crecido con él y ha sido mi ídolo. Todavía lo es. Es una pena que se retire del tenis. Es una persona importante en mi vida y mi carrera", aseguró Alcaraz tras su victoria. "Él fue una de las razones por las que quería ser tenista. Que ahora se retire es duro para todos", añadió el número dos del ránking ATP.

El dominio de Alcaraz sobre el alicaído Rune, que a lo largo de 2024 sólo pudo disputar la final de Brisbane, se materializó a través del látigo de su drive. Tras un inicio igualado, el reciente campeón en Pekín empezó a dominar desde el fondo para concretar el break con el que se llevaría el primer set.

Sinner, frente a Djokovic

A partir de entonces, el danés nada pudo oponer al desbordante torrente de Alcaraz. Su dominio desde todos los ángulos de la pista resultaba inabordable para el único tenista del torneo que aún no ha conquistado un major.

Fue un decepcionante desenlace para los aficionados saudíes, que tampoco habían encontrado margen para las emociones durante el partido inaugural, donde Jannik Sinner barrió del mapa a Daniil Medvedev (6-0, 6-3). De este modo, el italiano se medirá en la otra semifinal a Novak Djokovic, que llega a Arabia Saudí tras perder sus cuatro últimos enfrentamientos ante el último campeón de Wimbledon y US Open.

¿Por qué Alcaraz tardará meses en asaltar el número uno de Sinner?

¿Por qué Alcaraz tardará meses en asaltar el número uno de Sinner?

Queda lejos el récord de puntos ATP que marcó Novak Djokovic en 2016 (16.785), pero Jannik Sinner ya puede presumir de una marca histórica. Este lunes, tras su victoria en el Masters 1000 de Shanghai, se despertará con 11.920 puntos en su ranking, una cifra que sólo habían superado cuatro hombres, el propio Djokovic, Roger Federer (16.010 en 2006), Rafa Nadal (15.390 en 2009) y Andy Murray (12.685 en 2016).

Después de un periodo movido desde 2019, con 15 cambios en lo más alto de la lista -Nadal, Djokovic, Medvedev, Alcaraz...-, el italiano ha establecido un dominio que durará. Es líder desde el 10 de junio de este año, matemáticamente acabará así la temporada y si no se lesiona llegará en esa posición al próximo verano. Pese a haber triunfado en Roland Garros y Wimbledon, Carlos Alcaraz, segundo en el ranking, tiene 4.800 puntos menos, una cifra enorme. ¿Por qué?

Sinner y su éxito en los Masters 1000

En primer lugar, por la regularidad del italiano en los Masters 1000. Como Alcaraz, Sinner ha ganado dos 'grandes' esta temporada, Open de Australia y US Open, pero durante el resto de la temporada ha sido más constante en los torneos que están justo por debajo en el orden de importancia. En marzo ya se llevó el Masters 1000 de Miami, el pasado agosto repitió título en el Masters 1000 de Cincinnati y ahora ha triunfado en China: en total, 3.000 puntos en su haber.

Mientras Alcaraz renunció hasta a tres de esos torneos por lesión o cansancio -Montecarlo, Roma y Canadá- y cayó a las primeras de cambio en otro, Cincinnati, el italiano sólo se perdió Roma y en el resto llegó siempre como mínimo a cuartos de final. Construido su margen de puntos en varios momentos del curso, no sólo en un periodo específico, durante una racha prodigiosa, será difícil bajarle del número uno porque además tiene otro sustento: los ATP 500. Pese a su reducida importancia para el conteo, los dos títulos menores y la final que arrastra Sinner en esa categoría -campeón en Halle y Rotterdam y finalista en Shanghai- le hacen todavía más dominador.

La ausencia de motivación de Alcaraz

Pero hay otro motivo por el que Alcaraz está lejos del italiano en la lista: su propia motivación. Aunque alguna vez ha nombrado el número uno del ranking ATP como su objetivo, el español todavía no ha encontrado el fuego en esa lucha. Como reconoce su equipo, se crece en los Grand Slam, allí donde encuentra grandes batallas, pero resbala en el resto de plazas. Pese a su victoria en el Masters 1000 de Indian Wells en marzo, este año en ningún otro torneo de segunda categoría ha llegado siquiera a semifinales ni ha vivido éxitos en competiciones aún más pequeñas. Hasta levantar el título hace unas semanas en el ATP 500 de Pekín, este año sumaba las semifinales en el ATP 250 de Buenos Aires y la primera ronda en el ATP 500 de Queen's, ya está.

Su falta de foco en el ranking se demuestra en su entrega a los individuales y el dobles de los Juegos Olímpicos de París -Sinner ni estuvo- así como su presencia en la fase de grupo de la Copa Davis, donde no había ningún otro jugador del Top 15. Para asaltar el reinado de Sinner, que se prevé largo, Alcaraz primero debe querer hacerlo y luego ponerse a ello.