El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

Fue una noche amarga de principio a fin en el WiZink, aunque en mitad de toda la derrota ante el Anadolu Efes hubiera unos minutos de euforia, un espejismo camino de una remontada que no fue. Porque era realmente complicado, porque todo lo anterior había sido una herida demasiado profunda. La primera derrota en casa, que deja una grave nota a pie de página (el Madrid fue perdiendo de 27...), hurga en la herida de un equipo que no sabe lo que es ganar a domicilio, que no recupera el aliento en esta Euroliga que le comprueba tan extrañamente hundido. [64-74: Narración y estadísticas]

No sirvió ni la heroica, ni el empeño de Campazzo. No hubo remontada como punto de inflexión ni éxtasis final. Sí una derrota que hace pensar en los defectos de un equipo que no consigue fluir, que se quedó en 64 puntos y malísimas sensaciones. Tan fuera de sí como Llull o el propio Campazzo al final, rostros de la impotencia.

La noche en el WiZink había estado marcada por el retorno de Vincent Poirier, por el emocionante recibimiento a quien dejó huella en sus tres temporadas de blanco formando una pareja única de pívots con Tavares. Y por el recuerdo del duelo de las cuatro prórrogas del curso pasado el día de Reyes. Pero también por el horrible arranque del Madrid (4-19, dos canastas en nueve minutos, 10 triples fallados...), deseperado por el errático amanecer de Hezonja (y después de Rathan-Mayes, que ya ni volvió tras un golpe en la frente...) y por el dominio de Darius Thompson.

Desastre

Prolongado el desastre en el segundo acto, donde todo lo que podía salir mal era aún peor para un Madrid irreconocible. Fallaba y fallaba triples, con una desidia asombrosa en su baloncesto, sin nadie que pusiera orden ni cordura ante un Efes sin Larkin que se paseaba en el WiZink. Al poco de cometer la tercera falta Tavares, Elijah Bryant alargó una máxima para frotarse los ojos (18-45). Lo nunca visto en el Palacio.

Llull, ante el Efes en el WiZink.

Llull, ante el Efes en el WiZink.JUANJO MARTINEFE

Tocaba la épica. Y eso suele ser como música para los oídos del Madrid. Resurgir de los abismos, apelar a la locura, presión a toda cancha, Campazzo revolucionando el juego (junto a su compinche Deck) y Hezonja reconciliándose con las tribunas. Es un jugador el croata capaz de hacerse odiar y enamorar en un mismo partido, de sacar de quicio o de levantar de la butaca. Acertó al octavo triple y luego culminó un mate tremendo a aro pasado. Estaba en su salsa y el Efes empezaba a temblar (45-54).

Había encajado apenas 11 puntos en el tercer acto, pero el trabajo estaba a medio hacer por el Madrid. El 0-5 de salida puso aún más fuego, aunque el Efes se rehízo mínimamente para alargar lo que ahora era su agonía. Llull erró el tiro libre que hubiera igualado la noche (62-63, min 36) y Derek Willis se convirtió en el elemento inesperado en la fiesta con un triple clave y sus agresivas defensas sobre Tavares. Beaubois lo puso todavía más difícil (62-69 a falta de 2:23) y Hezonja y Campazzo erraron después. La remontada se quedó en nada, en la primera derrota en casa, en todas las malas sensaciones de vuelta, en un equipo sin rumbo.

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

Actualizado Miércoles, 13 noviembre 2024 - 21:07

El Barça salió líder de Belgrado tras firmar una exhibición ofensiva ante el Partizan que le llevó a una máxima ventaja de 23 puntos mediado el tercer cuarto (42-65) y recuperarse de un colapso mental y de juego que casi le cuesta el partido. Kevin Punter (18 puntos) y Jabari Parker (17 puntos, siete rebotes) lideraron las operaciones para el equipo de Joan Peñarroya, que hace unas semanas salió también victorioso del temible Belgrade Arena. [Narración y estadísticas (79-87)]

Y eso que arrancó mejor el equipo de Zeljko Obradovic, gracias a su acierto inicial en el triple y unos buenos minutos en ataque de Carlik Jones que abrieron una brecha de 10 puntos (21-11, min.6). La irrupción de Juan Núñez al inicio del segundo cuarto recuperaría la fluidez ofensiva para su equipo, que se ponía por delante con un 2+1 de Jan Vesely (25-26, min.12).

A partir de ahí, el Barça fue un vendaval, con una defensa que ahogaba la ofensiva balcánica para correr sin piedad. Así llegaron los triples de Parker (13 puntos en la primera mitad), los mates de Chimezie Metu y una última penetración sobre la bocina de Darío Brizuela que culminaban un parcial de 3-18 para el 35-49 en el descanso.

Desde el tiro libre

El Barça seguiría abriendo brecha tras la reanudación, con cinco puntos de Kevin Punter, ídolo local durante tres temporadas y MVP del mes de octubre en la Euroliga. Obradovic, obligado a parar el partido en dos ocasiones (42-65, min.25), parecía ocupado simplemente en evitar el bochorno ante su afición.

El Partizan acumulaba pérdidas y errores en el lanzamiento exterior (0/7 de Gabriel Lundberg en tiros de campo) pero su rival entró muy pronto en bonus de faltas y los locales se volvieron a meter en el partido desde la línea de tiros libres. Sterling Brown y Jones sumaban demasiado fácil para los de Belgrado y un triple a tabla al límite de la posesión de Brandon Davies reanimaba a la volcánica afición local.

El triple de Abrines

El encuentro entró en un último cuarto infernal en el que el Barça se fue a un fundido a negro que casi le cuesta la victoria. Justin Anderson y Punter eran los únicos que acertaban en la canasta contraria, mientras que el Partizan empezó a sumar de tres en tres, con Duane Washington, Frank Ntilikina y Aleksej Pokusevski anotando desde los 6,75 y Lungberd metiendo sus cinco primeros puntos para el 79-80 a falta de 1:40.

Pero entonces, apareció de nuevo Punter -máximo anotador del choque con 18 puntos- para sacar su carácter de MVP y también Alex Abrines, autor de un triple desde la esquina para aniquilar definitivamente la reacción local.

Campazzo encuentra aliados: nueve triples entre Rathan-Mayes y Hezonja para vencer a la Virtus

Campazzo encuentra aliados: nueve triples entre Rathan-Mayes y Hezonja para vencer a la Virtus

La sensación es de absoluta 'campazzodependencia', como si en las manos del pequeño base estuviera la única solución de un Real Madrid de arreones, en busca de su identidad y de la propia confianza que le haga despegar en esta temporada de dudas y derrotas a domicilio. De vuelta al refugio del WiZink, donde no sabe lo que es perder, acabó con la Virtus para tomar algo de aire en esta Euroliga que le comprueba, con sorpresa, demasiado descolgado. [98-86: Narración y estadísticas]

Para saber más

El domingo desplumó al Gran Canaria y aunque ante la Virtus de Cordinier (cuya figura ha sonado con fuerza en los últimos días como posible refuerzo) hubo otros nombres propios -los 20 puntos de Hezonja, el dominio de Tavares, los 1.100 partidos para la historia blanca de Sergio Llull y hasta los destellos de Rathan-Mayes y sus cinco tripeles- fue el acelerón en el tercer cuarto de Campazzo (11 puntos y tres de sus nueve asistencias en ese tramo) el que enterró cualquier opción visitante, el que contagió al resto, y aupó a un Madrid necesitado de alegrías y buenas inercias.

Porque no había resultado un amanecer contundente, si es que lo que pretendía Chus Mateo era dar un golpe en la mesa de las incertidumbres que le rodean. Especialmente en defensa, el equipo no lograba contener los puntos sencillos de Cordinier, Shengelia y Clyburn, que anotaban como si no les costara. Menos mal que enfrente estaba Mario Hezonja en uno de esos días: acabó el primer acto con 13 (tres triples) de los 28 puntos blancos.

Pero el segundo comenzó con un 0-9 de los italianos. Demasiada desidia. Demasiada descoordinación defensiva y hasta un punto de insolidaridad. Todo eso provocó el run-run en las tribunas y el (enésimo) minicabreo de Hezonja al ser sustituido. Aún así, el Madrid seguía en la brecha: con Hugo González encontró algo más de equilibrio y el acierto desde el perímetro compensaba la sangría recibida.

Shengelia

Shengelia, pura fiabilidad, regresó de vestuarios con ocho puntos de carrerilla, una pesadilla hasta que Campazzo decidió que ya estaba bien de vaivenes. El argentino tocó a rebato y todos le siguieron como se sigue a los líderes, con los ojos cerrados, puro contagio de energía renovada, defensa ahora sí con colmillo y un rival que ya no encontraba resquicios y cedía. Acudieron las transiciones marca de la casa y un triple del Facu coronó un parcial de 15-3 para establecer la máxima (73-60) y aportar la calma necesaria. No está el Madrid para más noches tontas y menos en casa.

El colchón sobre el que empezar a respirar. Tres triples de Rathan-Mayes, en su mejor partido de largo desde que llegó este verano, sentenciaron al comienzo del acto final, con una máxima (96-76) a la que ya ni el prolífico Shengelia ni la clase eterna de Belinelli podían aspirar a remontar. Sin respiro, el jueves acude el Efes, seguramente una prueba más exigente parea este Madrid todavía sin Musa, Feliz ni Garuba.

El Barça se toma cumplida revancha ante el Baskonia

El Barça se toma cumplida revancha ante el Baskonia

Actualizado Viernes, 8 noviembre 2024 - 22:52

El Barça sometió al Baskonia en una noche donde dominó desde el salto inicial, impulsado por la consistencia defensiva, el acierto en el tiro (12/23 en triples) y la intensidad, que le permitió superar en capturas al equipo más reboteador de la Euroliga (35 a 34). [Narración y estadísticas (91-68)]

Con la lección aprendida de la derrota del 20 de octubre en la Liga Endesa (89-93), el conjunto de Joan Peñarroya regresó a la senda de la victoria para seguirá otra jornada en la zona alta de la tabla. Jan Vesely (10 rebotes, 17 puntos y tres triples) y Kevin Punter (15 puntos) lideraron la actuación coral del cuadro azulgrana, mientras Trent Forrest (17) capitaneó la resistencia del Baskonia, que sigue sin ganar a domicilio y, pese a sus 17 pérdidas se resistió a la rendición.

El Barça arrancó mucho más intenso, duro en defensa para aislar a Howard -cubierto por Satoransky y marcado por dos hombres a la salida del bloqueo directo-, atento al rebote para acelerar el juego y certero en ataque para castigar desde la media distancia por mediación de Punter, Vesely y Jabari Parker.

Paso adelante en defensa

El duelo tendía a la igualdad y Markus Howard, con ocho puntos seguidos -máximo anotador al descanso con 11-, apretó el marcador secundado por Forrest (10), ante un Barça fallón y permisivo (32-29, min.15). Saltaron las alarmas en el banquillo local, y Peñarroya introdujo de una tacada a Punter, Parker y Satoransky. El efecto fue inmediato. Con su energía, el checo impulsó el paso adelante en defensa del Barça, que endosó un parcial de 10-0 con la aportación de Darío Brizuela y los tres recién incorporados.

Y en la primera jugada del segundo tiempo, Alex Abrines estableció la máxima ventaja (+15) con un triple más falta adicional, pero ni este revés ni la inspiración de Punter, autor de siete puntos seguidos, doblegaron al Baskonia, que se agarraba al partido gracias a los tapones de Donta Hall, la energía de Tadas Sedekerskis, y los puntos de Chima Moneke y Forrest (62-51, min.30).

Con todo, el crono corría a favor del Barça, que pegó el estirón definitivo al final del último cuarto con dos triples de Vesely y un mate de Justin Anderson al contraataque (76-56, min.34).

Otra noche europea para olvidar: el Milan de Causeur pasa por encima del Real Madrid

Otra noche europea para olvidar: el Milan de Causeur pasa por encima del Real Madrid

Fue un Real Madrid raquítico, preocupante, quizá la peor noche que se le recuerda en mucho tiempo. Un colectivo egoísta y desconectado, irreconocible en Milán, donde fue zarandeado por un Armani que tampoco es que estuviera para muchos alardes. Hurgan en su herida los blancos, hundidos en esta Euroliga en la que todavía no saben lo que es ganar a domicilio. [85-76: Narración y estadísticas]

Para saber más

La desesperada victoria del domingo en Murcia, con apenas ocho efectivos de la primera plantilla, no supuso un resorte para un Madrid que sigue en la búsqueda de sí mismo. Recuperó a Ibaka y Rathan-Mayes, pero fue insuficiente ante el Olimpia de Fabien Causeur, ese ex fundamental en los últimos y exitosos años, paradigma de lo que ahora se echa de menos: siempre bandera de la amalgama y el oportunismo, una joya para el vestuario y un talento siempre dispuesto. Con el Chacho de espectador de lujo (el Armani le homenajeó al descanso), los de Ettore Messina, también con bajas clave (Shields, Nebo...) pasaron por encima de un Madrid a la deriva.

Al Milán le costó más de cuatro minutos meter su segunda canasta del partido, un pelín atascado ante la zona (con Ndiaye liberado persiguiendo y desesperando a Mirotic) con la que intentó sorprender Chus Mateo, pero después ya no hubo quien le detuviera. Fue el Madrid el que se paró en seco y en un abrir y cerrar de ojos se vio 10 abajo (26-16). Fue precisamente la irrupción de Causeur la que lo cambió todo en el Medionalum.

Defensa

Igual daba que Mateo devolviera a cancha a Tavares o Ndiaye, su equipo se había quedado petrificado ante el talento de Armoni Brooks y el recién fichado Nico Mannion. Zach Leday, el mejor jugador de Messina, se hizo con la zona y Dimitrijevic era imparable. Y la ventaja se disparó (33-18). La energía desbordaba por un lado y se echaba de menos por el otro. Iba a ser la tónica. Una pequeña reacción liderada por Deck y algunas canastas finales de Ibaka frenaron la sangría antes del descanso.

Sergio Rodríguez, homenajeado por el Armani, su ex equipo.

Sergio Rodríguez, homenajeado por el Armani, su ex equipo.DANIEL DAL ZENNAROEFE

La defensa del Madrid no había sido capaz de ensuciar nada. Y, aunque mejoró algo a la vuelta de vestuarios, no lo hizo en global el equipo, errático, individualista, olvidando tantas veces eso que le hace diferente, la capacidad de un pase más en ataque. Era como querer hacer la guerra cada uno por su cuenta, empezando por Hezonja, pero también un Rathan-Mayes mucho más enchufado, e incluso Campazzo después. La cuarta falta de Tavares tampoco ayudó.

Para colmo, cuando comenzó el acto final al equipo, ya prematuramente desesperado, le acudieron los fantasmas de esos horribles desenlaces que se gasta a domicilio en Euroliga. El Olimpia golpeó con dos triples de Leday seguidos para volver a estirar la ventaja (71-55), para zarandear a un Madrid que era ya un guiñapo, con actitudes sonrojantes como la de Rathan Mayes, con dos pérdidas seguidas cuando el Milan les estaba triturando. Acabó maquillando (llegó a caer por 23) una noche en la que más le vale que hubiera sido la de tocar fondo.

108-60, el demoledor dato que deja en evidencia al Real Madrid

108-60, el demoledor dato que deja en evidencia al Real Madrid

El Wizink, cual arbusto frondoso, escondió los problemas. Cuatro victorias de carrerilla al calor del Palacio, dos en Euroliga ante rivales complicados como Panathinaikos y Estrella Roja y dos en Liga Endesa ante oponentes a priori 'sencillos', Girona y Manresa. Pero la vuelta a la carretera volvió a destapar las carencias. El remozado Real Madrid no se encuentra y ya va un mes de competición. Sigue sin saber lo que es ganar a domicilio.

Para saber más

Cada noche tuvo sus peculiaridades. El tropezón en Múnich sin Hezonja, encajando casi 100 puntos. El de Vitoria sin el sancionado Campazzo. Y esta semana, en Atenas ante un Olympiacos necesitado también y en Belgrado ante un Maccabi que resolvió en la última acción Sabon Lee y con las bajas de última hora de Ibaka y Musa (que se unían a las ya conocidas de Garuba y Andrés Feliz).

Mantiene la calma Chus Mateo. "Nuestro equipo lo intenta, pero no llegamos al objetivo, que es ganar fuera de casa". Habla de impotencia, de querer y no poder, un equipo que también perdió en La Coruña y en Bilbao e incluso en Murcia en la final de la Supercopa Endesa contra Unicaja. Demasiados borrones tan temprano.

"Tenemos que seguir luchando, es un momento en el que debemos mantenernos juntos. Tenemos que seguir peleando, juntos, creyendo. En estos dos partidos fuera de casa, creo que jugamos muy bien durante tres cuartos y medio en ambos", pronunció el técnico, dejando entrever uno de los problemas identificados. Las cuatro derrotas de Euroliga están marcadas por nefastos desenlaces. Sintomático de un equipo en busca de rumbo.

El balance de los cuatro cuartos finales fuera de casa del Madrid en Euroliga es de 108 puntos del rival por 60 del propio. Ya se hundió ante el Bayern, con un inaceptable 33-16. En las tres últimas salidas europeas el Madrid no ha sido capaz de llegar a los 80 puntos. En Vitoria, sin el Facu, encajó un 28-20. Mucho peor esta semana. 23-10 en el Pireo y 24-14 ante el Maccabi. "En los últimos cuartos debemos ser más inteligentes, creo que es cuestión de tiempo porque ahora nos sentimos un poco verdes en estas situaciones", había avisado Hezonja en la previa.

Con un balance de tres victorias y cuatro derrotas, uno de los peores arranques que se le recuerdan en Europa, el Madrid provisionalmente está incluso fuera de los puesto del Play-in (fuera de los 10 primeros). Su porcentaje de triples (34,5%) es de los más pobres y también está lejos de la cabeza en rebotes (11º, 33,4 por partido), dos síntomas de poca competitividad. Su próximo envite, la semana que viene en Milán ante un Armani que sólo ha ganado dos partidos (el último el jueves en el derbi italiano ante la Virtus) no sólo será la oportunidad de romper ese maleficio fuera del Wizink. También parece todo un examen, como el del domingo en Murcia ante el subcampeón de la ACB.

El Barça cede paso a un arrebatador Olympiacos

El Barça cede paso a un arrebatador Olympiacos

Actualizado Jueves, 31 octubre 2024 - 23:22

Al Barça se le apagaron las luces en El Pireo, donde el baloncesto coral del Olympiacos acabó con una racha de cinco victorias consecutivas en la Euroliga del conjunto dirigido por Joan Peñarroya, que, pese a la derrota, se mantiene en la parte alta de la clasificación. [Narración y estadísticas (95-74)]

"Han jugado mejor que nosotros en ambos lados de la pista, con más energía en defensa, en ataque y en rebotes. No hemos controlado el rebote en nuestra zona. Hemos jugado el peor partido de la temporada", admitió el técnico azulgrana. "En esta pista, es necesario jugar al 100%. Si no lo haces es imposible competir contra Olympiacos", añadió, en referencia a las facilidades ofrecidas.

El conjunto griego destrozó las virtudes visitantes. Sin acierto desde la línea de 6,75 metros (4 aciertos de 17 intentos) y muy débil bajo los aros -capturó 24 rebotes por los 40 de su rival-, el Barça, fatigado tras los dos últimos desplazamientos en la pista de Unicaja y Anadolu Efes, siempre fue a remolque.

Circulación hipnótica

Y es que en el Pabellón de la Paz y la Amistad, donde el Olympiacos aún no conoce la derrota, brillaron todas sus estrellas. Evan Fournier (19 puntos) dinamitó el partido en el tercer cuarto, Sasha Vezenkov (18 puntos) confirmó su condición de jugador diferencial y Nikola Milutinov (12 puntos y 8 rebotes) impuso su ley en la zona.

El conjunto de Georgios Bartzokas neutralizó con su rocosa defensa las ansias de correr del Barça, al que le costaba frenar a los griegos, que cocían a fuego lento sus canastas con una circulación de balón hipnótica. De nada sirvieron los 18 puntos de Kevin Punter o las ayudas de Chimezie Metu (12 puntos, siete rebotes).

El Barça no se esforzó para maquillar el resultado en los últimos minutos y acabó perdiendo de 21 puntos. De este modo, los azulgrana finalizan particular 'Tourmalet' con dos derrotas -en Málaga y Atenas- y una victoria en Estambul.

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

Actualizado Jueves, 31 octubre 2024 - 22:52

Un parcial de 7-0 en los últimos 98 segundos, coronado con un gran lanzamiento desde seis metros de Saben Lee en el último segundo, obraron la remontada del Maccabi en la Sala Pionir de Belgrado, donde el Real Madrid protagonizó un nuevo capítulo en su pésima racha a domicilio. La sexta del curso. La cuarta en la presente Euroliga. [Narración y estadísticas (79-78)]

De nada sirvieron los 18 puntos de Mario Hezonja, ni los 16 puntos y siete asistencias de Facundo Campazzo, porque el vigente finalista del torneo volvió a ofrecer preocupantes errores de concentración. No sólo a la hora de cerrar el rebote defensivo, sino para sentenciar a un adversario que venía de sumar tres tropiezos consecutivos.

En esa precupante montaña rusa de sensaciones, el Madrid dejó escapar un triunfo que parecía seguro. Una espectacular bandeja Xavier Rathan-Mayes, más dos tiros libres de Campazzo y una bandeja de Gabriel Deck subían el 72-78, que dejaba casi en la lona al cuadro de Oded Kattash. Sin embargo, la reacción hebrea tomó forma tras un espectacular triple de Jasiel Rivero y la fallida réplica, escupida por el aro, de Hezonja.

La zurda de Jokubaitis

Rokas Jokubaitis, uno de los más inspirados del Maccabi, dibujó entonces una gran jugada para que Rivero anotase desde abajo (77-78). Con 36 segundos por delante, Campazzo forzó una penetración, pero ni su intento, ni el posterior palmeo de Edy Tavares y Deck dieron fruto. Sergio Llull pudo robar ante Jokubaitis, aunque los árbitros, tras la revisión en vídeo, otorgaron la última posesión al Maccabi.

Entonces, Lee mostró ese descaro anotador que había cautivado a los ojeadores del Maccabi. Nada se pudo objetar a la defensa de Deck, que provocó un lanzamiento muy forzado. Sin embargo, el ex base de los Pistons rubricó una de esas canastas que pueden marcar un cambio de tendencia para el eterno campeón israelí. De momento, la inercia negativa corresponde al Madrid.

Lejos del WiZink, la pesadilla: el Real Madrid cae en Atenas y sigue sin vencer a domicilio

Lejos del WiZink, la pesadilla: el Real Madrid cae en Atenas y sigue sin vencer a domicilio

La tarea pendiente lo sigue siendo para el Real Madrid, incapaz no sólo de ganar fuera de casa en lo que va de temporada, también de ser él mismo. Lejos del WiZink, la pesadilla. No lo logró tampoco en el Pireo, plaza áspera, donde no fue capaz de confirmar su aparente progresión de los últimos tiempos, sus cuatro victorias de carrerilla, arruinado de nuevo en la recta de meta por el Olympiacos. [79-69: Narración y estadísticas]

Fueron McKissic y Vezenkov los únicos que supieron avanzar en el lodazal, un duelo sin alharacas, pura espesura de tanto que se conocen, los dos grandes protagonistas del baloncesto continental en los últimos años. Decisivos ambos, como antes lo fue Walkup, para asestar la quinta derrota en la carretera a este Madrid de tantas dudas, fallón, permisivo de más en el rebote ofensivo (hasta 15 para los de Bartzokas), con una rotación acortada y sin noticias de Dzanan Musa. Y completamente derretido en la hora de la verdad.

Ahí, todos desaparecieron. Hezonja intentó agarrar la responsabilidad, pero tantas veces su baloncesto es precipitado. Todo lo contrario que McKissic y Vezenkov. Un demoledor parcial de 31-12 puso fin a cualquier opción de triunfo visitante.

Había sido una primera parte extraña, con más dinamismo y tiros liberados que aciertos, como si los aros se empeñaran en no acompañar el talento de los protagonistas. Chus Mateo sorprendió con Ibaka de inicio, para forzar con sus lanzamientos abiertos al gigante Fall. Y el ex NBA sumó ocho puntos rápido, aunque ya no volvió a la batalla (Rathan Mayes ni jugó). Pero fue la segunda falta de Campazzo lo que marcó ese amanecer, pues le mandó rápido al banco para no volver, al jugador que más influye en el juego blanco sin duda.

Hezonja y Peters, durante el partido en Atenas.

Hezonja y Peters, durante el partido en Atenas.Georgia PanagopoulouEFE

El Madrid fluyó bien sin el Facu e incluso llegó a sentirse cómodo por momentos en el infierno heleno, con Eli Ndiaye aportando su energía desde el banquillo. Sólo Vezenkov plantaba cara enfrente. Pero un 0-9 de parcial llevó a los del Pireo al descanso con ventaja.

A la vuelta, un genial pase por la espalda de Campazzo rompió la rutina del intercambio. Deck aprovechaba sin hacer ruido cada oportunidad para sumar y Hezonja, en uno de sus arreones a los que tantas veces falta continuidad, volvió a estirar la ventaja blanca (un triple más un robo culminado en mate para el 46-55, la máxima).

Desde ahí ya fue todo mal para el Madrid. Y se repitió el guion. Cuanto más en el abismo se veía Olympiacos, más estruendosa era su reacción. El rebote ofensivo le concedía, además, demasiadas oportunidades de redención. McKissic, con su electricidad, encendió la Paz y la Amistad, que vibró con un parcial de 12-0 justo antes de entrar en el momento de la verdad.

Era el preludio del chaparrón final.

Noche plácida en el Palacio: la realidad Ndiaye, 26 asistencias y otro debut ilusionante con 16 años

Noche plácida en el Palacio: la realidad Ndiaye, 26 asistencias y otro debut ilusionante con 16 años

Eli John Ndiaye tiene 20 años, ha jugado dos Final Four como titular y dentro de no mucho podrá estar a las órdenes de Sergio Scariolo en la selección española. Lo que era una promesa, otra más de la cantera blanca, es ya toda una realidad. Uno de los jugadores más en forma de este Real Madrid que olvida su mal arranque en el WiZink, donde el Estrella Roja no fue capaz de competir en toda la noche. [95-72: Narración y estadísticas]

Pudo parecer una victoria de trámite más dentro del infatigable calendario del baloncesto continental, un triunfo abultado y cómodo en el Palacio, seis de seis en casa que no es poco con los apuros de hace unos días (a domicilio aún no sabe lo que es ganar el Madrid). Pero enfrente, aunque no lo pareciera, estaba el equipo revelación de la Euroliga en su arranque, un Estrella Roja que hace unos días llevó al Barça al límite de la prórroga en lo que era su única derrota hasta anoche. No hubo nada de eso porque los de Chus Mateo mostraron las versión más parecida a lo que quieren llegar a ser.

Más allá de que la pelota acabara entrando o no, la circulación blanca pretendía la alegría, siempre que había posibilidad un pase más, todos implicados en el ataque estático que viene siendo el principal problema. Encontró rápido al rey Tavares, poderoso ante Plavsic (no estaba por lesión Bolomboy, tampoco jugó Nedovic), especialmente por alguien que no se prodiga demasiado en eso de proveer al compañero. Porque Hezonja suele ser más un finalizador: cuando se fue al banquillo al comienzo del segundo acto acumulaba cinco pases de canasta y el Madrid volaba 13 arriba (23-10).

Campazzo anota ante el Estrella Roja, en el WiZink.

Campazzo anota ante el Estrella Roja, en el WiZink.JUANJO MARTINEFE

Cuando el croata se tomó un respiro, a la vez que Campazzo y Tavares, lo notó el ritmo del Madrid. Reaccionó el Estrella Roja galopando a lomos del infinito talento de Teodosic (no pierde la magia camino de los 38), pero fue apenas un espejismo. No tardó en regresar el dominio, la intensidad defensiva, las canastas tras asistencias. Y el protagonismo de Eli Ndiaye, un chico que hace tiempo perdió la timidez, que se siente importante y que está aprovechando la ausencia de Garuba para hacerse importantísimo. Los blancos dejaron al Estrella Roja en menos de 30 puntos al descanso y llegaron a dominar por 18 (38-20).

A la vuelta siguió la tónica y la ventaja en aumento. Ndiaye, crecidísimo, alcanzando sus topes con el Madrid, era capaz de dedicarle un triple al banquillo serbio, de implicarse totalmente en ataque (algo que le costaba) y de, como siempre, se factor en defensa con su envergadura y su intensidad. Cuando Vinicius y Camavinga aparecieron por el WiZink, mediado el tercer acto, estaba ya todo visto para sentencia.

Hubo una pequeña reacción de los de Sfairopuolos, liderada por el pequeño Dos Santos, pero era demasiado el lastre que tenían encima. Mateo insistió con Ibaka. Al pívot, con sus luces y sus sombras, le sigue costando adaptarse y sentirse cómodo en el engranaje blanco. Y su papel de suplente de único suplente de Tavares (al menos hasta el retorno de Garuba) se antoja fundamental en el futuro. Esfuerzo y empeño no le faltan a Serge, pero es como si echara de menos la frescura y el dominio de sus mejores días en la NBA.

En la calma de la paliza, en la fiesta de las 26 asistencias, hubo descansos, espacio para Hugo González y para el debut en Europa de Sidi Gueye, el espigado talento de 16 años, el enésimo chico con porvenir de la cantera blanca.